BATALLA DEL HONOR, Comedia famosa de, LA
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
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Título: BATALLA DEL HONOR, Comedia famosa de, LA. Procedencia: Autógrafo (portadas, licencias); Parte 6 (1615); P2
Autoría
Autor: Félix Lope de Vega y Carpio. Fiabilidad: De autoría fiable
Peregrino
Citado en El peregrino I: No
Citado en El peregrino II: Sí
Parte
Parte VI (1615)
Manuscrito
Tipo: Autógrafo
Localización: Madrid, Biblioteca Nacional (España)
Ref. bibliográfica: M. Presotto: Le commedie autografe di Lope de Vega. Catalogo e studio. Kassel, Edición Reichenberger, 2000. 101.
Tipo: Gálvez (apógrafo)
Localización:
Ref. bibliográfica: Iriso Ariz, Silvia: "Estudio de la colección Gálvez: fiabilidad y sentido de los apógrafos de Lope de Vega". Barcelona, Anuario Lope de Vega, III, pp. 99-131, 1997. 99.
Nota: Colección Gálvez, vol. I, en paradero desconocido
Otras ediciones del siglo XVII
Título: COMEDIA INTITULADA LA BATALLA DEL HONOR
Colección: Parte XV (Madrid, Melchor Sánchez, 1661) de la colección de Escogidas.
Atribución: Fernando de Zárate
Ref. bibliográfica: PROLOPE. Alberto Blecua y Guillermo Serés (directores): Lope de Vega, Comedias. (Edición crítica de las Partes de Comedias de Lope de Vega). Lleida, Milenio, 1997 ss. VI, 1.
Título: COMEDIA FAMOSA LA BATALLA DEL HONOR
Colección: Doce comedias las más grandiosas que hasta ahora han salido de los mejores y más insignes poetas, cuarta parte, Lisboa, P. Craesbeeck - J. Leite Pereira, 1652
Atribución: Lope de Vega
Ref. bibliográfica: PROLOPE. Alberto Blecua y Guillermo Serés (directores): Lope de Vega, Comedias. (Edición crítica de las Partes de Comedias de Lope de Vega). Lleida, Milenio, 1997 ss. VI, 1.
Título: COMEDIA FAMOSA LA BATALLA DEL HONOR
Suelta: s.l., s.a.
Atribución: Fernando de Zárate
Ref. bibliográfica: PROLOPE. Alberto Blecua y Guillermo Serés (directores): Lope de Vega, Comedias. (Edición crítica de las Partes de Comedias de Lope de Vega). Lleida, Milenio, 1997 ss. VI, 1.
Nota: Podría tratarse de un ejemplar desglosado de una colección; se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, signatura T15007/18.
Observación: Se conoce también una suelta fechada a 1735 y conservada en varios ejemplares, según indica Ramón Valdés en su edición de la comedia en Prolope, VI, 1, 128.
Colecciones modernas
*Ref. bibliográfica: PROLOPE. Alberto Blecua y Guillermo Serés (directores): Lope de Vega, Comedias. (Edición crítica de las Partes de Comedias de Lope de Vega). Lleida, Milenio, 1997 ss. VI, 1.
*Ref. bibliográfica: VVAA: Teatro Español del Siglo de Oro (Base de datos de texto completo publicada en CD-ROM). ProQuest LLC, Chadwyck-Healey, 1997.
Ref. bibliográfica: E. Cotarelo et al. eds.: Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Española [nueva edicion] (Con prólogos de E.Cotarelo y Mori y otros, 13 vols.). Madrid, RAE, 1916-1930. III.
Observación: La edición de La batalla del honor incluida en Comedias de Lope de Vega, Parte VI, 1, publicada por el grupo Prolope, corre a cargo de Ramón Valdés.
* Edición utilizada
Ediciones singulares modernas
- La batalla del honor , ed de Spaulding, Robert K., Berkeley-Madrid , University. of California Press - Gráficas Reunidas, 1934
Nota: Colección Comedias autógrafas de Lope de Vega, dirigido por Rodolfo Schevill
.
- La batalla del honor, ed de Ziomek, Henryk, Athens, Georgia University Press, 1972
Nota: Ed. reseñada por Víctor Dixon en: Bulletin of Hispanic Studies, vol. 53, 1976, p.68-71.
Versiones y traducciones
- Zárate, Fernando de, LA BATALLA DEL HONOR,
Nota: Editada suelta sin datos de impresión. Sigue el texto de la obra de Lope, refundido, sobre todo al final de la tercera jornada.
- DEN DULLEN AMMIRAEL, OF STRYT OM D'EER, trad. de Graef, Hendr. de,
Nota: Se conoce su representación el 3 de agosto de 1670.
Bibliografía secundaria
- Cubillo, Ruth. "El honor conyugal en la sociedad española barroca: una aproximación a la historia desde la literatura de Lope de Vega". Cuadernos digitales. Publicación electrónica en Historia, Archivística y estudios sociales. núm. 16. p. 1-27. 2001.
Nota: Atención expresa a La batalla del honor en el estudio sobre el papel de la mujer en la sociedad barroca.
- Hicks, Margaret Ruth. "Strategies of Ambiguity: The Honor Conflict in La batalla del honor". Rivers, Elias L.. Things done with words: speech acts in Hispanic drama: proceedings of the 1984 Stony Brook Seminar. Newark: Juan de la Cuesta. 1986. p. 15-27.
- Kischner, Teresa J.. "Espectacularidad del teatro de Lope de Vega: el aparato didascálico en La Batalla del Honor". García de Enterría, María Cruz; Cordón Mresa, Alicia (eds.). Actas del IV Congreso Internacional de la Asociación Internacional Siglo de Oro (AISO). Alcalá de Henares: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá. 1998. 2, p. 879-886.
Nota: Congreso celebrado en Alcalá de Henares, 22-27 de julio de 1996..
- Morby, Edwin S.. "Note sur La batalla del honor". Bulletin Hispanique. núm. 42. p. 236. 1940.
- Sáez Raposo, Francisco. "Cuestiones censorias en la Parte VI de comedias de Lope de Vega: el caso de La batalla del honor". Vega García Luengos, Germán; Urzáiz Tortajada, Héctor (eds.). Cuatrocientos años del "Arte nuevo de hacer comedias" de Lope de Vega. Valladolid: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Valladolid. 2010. 2, p. 937-946.
Nota: Actas selectas del XIV Congreso de la Asociación Internacional de Teatro Español y Novohispano de los Siglos de Oro, (Olmedo 20 - 23 de julio de 2009).
- Valdés, Ramón. "Algo más sobre "Tienen los celos pasos de ladrones" en Lope y Calderón: La batalla del honor y El médico de su honra". Anuario Lope de Vega. núm. 7. p. 201-214. 2001.
ANOTACIONES PRAGMÁTICAS
Ver / Ocultar secciónDatación
Fecha: 1608
Ref. bibliográfica: Morley, S. G.; Bruerton, C.: Cronología de las comedias de Lope de Vega (La 1ª edición, en inglés, es de 1940). Madrid, Gredos, 1968. 88.
Nota: Ms. Aut., Bibl. Nac. (Madrid). Fechado el 18 de abril de 1608.
Dedicatorias
No existe dedicatoria.
Cómputo de versos
Número: 3124
Ref. bibliográfica: Morley, S. G.; Bruerton, C.: Cronología de las comedias de Lope de Vega (La 1ª edición, en inglés, es de 1940). Madrid, Gredos, 1968. 62.
Número: 3125
Ref. bibliográfica: PROLOPE. Alberto Blecua y Guillermo Serés (directores): Lope de Vega, Comedias. (Edición crítica de las Partes de Comedias de Lope de Vega). Lleida, Milenio, 1997 ss. VI, 1.
Observación: La edición de Prolope corre a cargo de Ramón Valdés
CARACTERIZACIONES
Ver / Ocultar secciónPersonajes no computables
Personajes computables
Universo social
Tiempo histórico
Tiempo indeterminado
Nota: Las alusiones en el inicio de la obra al rey como "león" parecen apuntar al reinado de Luis VIII de Francia (1223-1226), denominado ‘El León’. Sin embargo, no existe por parte del autor ninguna voluntad de fidelidad histórica.
Marco espacial
Acto 1
Topónimo: París. [Francia]. Europa. Espacio: palacio real; calle; residencia del Almirante.
Acto 2
Topónimo: París. [Francia]. Europa. Espacio: palacio del Conde Arnaldos; palacio real; calle.
Acto 3
Topónimo: París. [Francia]. Europa. Espacio: jardín próximo a habitaciones de doña Blanca; palacio real; residencia del Almirante.
Duración
Acto 1: 1 día (aprox.)
Entreacto 1 a 2: Número indeterminado de horas
Acto 2: 1 día (aprox.)
Entreacto 2 a 3: Número indeterminado de horas
Acto 3: 1 día (aprox.). Nota: La acción comienza de noche y acaba varias horas después
Género
Género principal:
- Drama > imaginario > libre invención > palatino.
Extracto argumental
Acto 1
El Rey de Francia está enamorado de Doña Blanca. Sin embargo, ésta está casada con el Almirante de Francia, hombre muy celoso de su honor. De esto andan discutiendo por las calles de París el monarca y Enrique, su hombre de confianza. El privado está enamorado, por su parte, de Estela, la hermana de doña Blanca, y este amor parece tener más futuro, pues es correspondido por la dama, que, además, no está casada.
Ya de noche, ambos se dirigen, junto a dos músicos, al balcón de sus amadas. Estando allí, llega disfrazado el Almirante con Leonelo y Dionís, criados suyos. Ambos bandos se reconocen mutuamente. Sin embargo, ninguno puede revelar su identidad; el Rey no puede caer en la infamia de ser descubierto cortejando a una mujer casada, el marido no puede atacar al amante de su mujer si se trata del Rey. De este modo el Almirante se hace pasar por justicia que hace la ronda y, mediante indirectas, hace saber al Rey que no le permitirá ir más allá en su afán por seducir a doña Blanca. Por su parte el Rey, por disimular, comunica al supuesto justicia que no va tras doña Blanca, sino tras su hermana Estela, cosa de la que no acaba de fiarse el Almirante. Se van todos de allí.
Dentro de sus aposentos doña Blanca le manifiesta a Estela su disgusto por la persecución amatoria a la que se ve sometida por el Rey. La otra pretende convencerla de que siempre es halagador que la cortejen a una y que los celos servirán para aumentar el amor de su marido. De nada sirven los juegos de celos entre casados, opina Blanca, pues el asunto primordial entonces es el honor. Llega el Almirante a su casa y, aún preocupado por el episodio con el monarca, permanece oculto escuchando a las dos mujeres. Al llegar con la discusión comenzada, una serie de equívocos aumentan, injustamente, las sospechas respecto a su mujer. Se descubre sin decir nada y todos se van a dormir.
Mientras el Rey ha vuelto al pie del balcón, esta vez acompañado por sus consejeros Teodoro y Prudencio. Mientras Enrique, buen consejero, le aconsejó marchar a dormir, estos dos le alientan en su desatino. Por su parte, también don Enrique está volviendo en secreto. Pese a saber que el Rey manifestó su amor por Estela obligado por las circunstancias, no acaba de estar tranquilo y vuelve a ver a su amada. A lo lejos distingue unas figuras y decide mantenerse observando. El Rey comienza a llamar al balcón. Doña Blanca se asoma pero no distingue la identidad de los hombres que allí están. Creyendo que es Enrique, que viene a buscar a Estela, se hace pasar por su criada para averiguar sus intenciones. El Rey revela entonces su identidad y pide ayuda a la supuesta criada para seducir a Blanca. Ella se niega y, antes de cerrar el balcón, comunica al monarca que su misión es imposible. Doña Blanca está muy enamorada de su marido. Llega Enrique y se une al grupo del Rey. Éste le convence de lo vano de sus celos y, como ven venir nuevamente al Almirante con los suyos, deciden continuar el engaño. Fingen entonces pelear por Estela. Llega el Almirante y Enrique huye. El Rey se niega a revelar su identidad pero, para quitarse al celoso marido de encima, le dice que el otro pretendiente de Estela, el huido, es el Conde Arnaldo. El grupo del Rey se marcha pero el del Almirante le ha reconocido. De todos modos, quedan más tranquilos, pues la dama objeto de la riña parece ser Estela y no Blanca.
Estela se asoma al balcón y el Almirante, para cerciorarse de la verdad, se finge Enrique en la oscuridad. Estela cuenta al supuesto Enrique que el Almirante está siendo injusto con su mujer, pues ésta sólo le ama a él. El Almirante le pregunta entonces por los amores que ella se trae con el Rey y con el Conde Arnaldo. Estela se enfada y cierra el balcón.
Acto 2
Ajeno a todo lo ocurrido, el conde Arnaldo se dispone a partir de viaje a Italia con su criado Tancredo. Llega el Almirante, que cree que Arnaldo está huyendo por haber peleado con el Rey. Ante el asombro del Conde, antes de irse, el Almirante le advierte que, si pretende a Estela, lo haga de modo honrado. Queda el Conde con Tancredo. El siervo convence al señor de que todo es una estratagema del Almirante. La tal Estela debe estar enamorada de Arnaldo y el Almirante, hermano de ella, le invita a cortejarla disimuladamente. Decide así no abandonar París.
Por otra parte, el Rey está utilizando, en secreto, a siervos del Almirante, como mediadores suyos en los amores con Blanca. Se entera de esto el Almirante e interroga a uno de ellos, el repostero, que confiesa la verdad. Además, el sirviente, da el nombre de tres criadas de la casa -Cloris, Floris y Jacinta- que también le hacen el juego al monarca. Sin decirle que quiere quitarse de en medio a los espías, el Almirante decide casar a las tres doncellas con tres criados que le son gravosos -Claudio, Marzal y Rosicler-, darles una buena dote y que se vayan de casa. Los sirvientes parecen aceptar encantados y, aunque sospechan la verdad, dejan el servicio. Doña Blanca, que intuye las verdaderas intenciones de su marido con estas bodas, manifiesta a Estela su apoyo incondicional al Almirante.
Estando las dos damas solas, llegan Enrique y Teodoro con un recado del Rey para el Almirante. Doña Blanca se va, pues nada quiere oír. Estela se queda para recriminar a Enrique su comportamiento de la noche anterior. Sorprendido queda el privado, pues, como se ha visto, no era él el que habló con la dama en la noche. Aparece el Almirante. Enrique le comunica que el Rey le ha nombrado su cazador mayor. El monarca le ofrece a Teodoro como sirviente para que le ayude en su tareas. El Almirante sospecha que el criado no es más que un nuevo espía en su casa y, aunque no tiene más remedio que aceptarlo a su servicio, así se lo hace saber a Enrique mediante indirectas.
Mientras esto ocurre, al rey le corroen el amor y la impaciencia en palacio. Llega Enrique y le comunica las sospechas del Almirante. El Rey pone en marcha ahora un nuevo plan. Llama al Conde Arnaldo e inventa que el Almirante planea hacer traición a la corona. Ya que el Conde es vecino del traidor, el Rey le pide que le permita hacer un agujero en la pared mediante el cual podrá pasar a casa del Almirante y sorprenderlo en su conjura. Arnaldo se resiste a creerlo pues conoce la nobleza del Almirante, pero accede a las órdenes del rey.
Se lleva a cabo el plan. El Rey sorprende a Blanca y se dispone a forzarla. El Almirante los ve de lejos y se esconde. Ahora ya no hay más remedio y su honor pasa por matar al Rey. En un último intento de salvar la situación da unas voces para que los otros sepan que se acerca. El rey se esconde y el Almirante le hace saber que, pese a ser Rey, le matará si le encuentra allí. Entonces el Rey huye y el marido hace como que no le ha visto.
Acto 3
El Almirante y el Conde Arnaldo están discutiendo. El primero acusa al segundo de estar a favor del Rey en sus amores con Blanca. Arnaldo se defiende diciendo que ha sido engañado. El Almirante se marcha y Arnaldo promete quedarse vigilando el agujero hasta que lleguen a taparlo. Llega Estela. Arnaldo, que aún la cree enamorada de él, le confiesa que el amor es mutuo. Estela, que entiende ahora el furor de Enrique, dice que todo es un engaño. Sin embargo, Arnaldo, enamorado de veras de Estela, queda burlado y se marcha.
Blanca está durmiendo y una vez más el agujero desprotegido. El Rey entra en la casa acompañado de Arnaldo. Cuando trata de aprovecharse de la dama, una voz se lo impide. Es el Almirante, que quedaba oculto a la vista. Para evitar el conflicto, el marido se finge dormido y hace como que le advierte al rey desde el sueño. Nuevamente, el monarca huye. Doña Blanca despierta y el marido, aún fingiéndose en sueños, le recrimina su conducta. Ella defiende su inocencia y, ante la acusación de que sus meros vestidos provocan la lujuria del Rey, decide cambiar de indumentaria y vestir humildemente para demostrarle su amor.
Es Teodoro, el criado infiltrado por el Rey, quien aparece ahora por el agujero. Demostrando ser hombre de honor, avisa al Almirante que el monarca se dispone a asediar a Blanca nuevamente y que esta vez nada le detendrá. Llegan el Rey y sus consejeros. Disimula diciendo que ha tenido noticias del agujero y viene a ver si todo va bien. Se sorprende al ver a Blanca en traje humilde y quiere utilizar la situación a su favor. Acusa al Almirante de maltrato a su mujer y anuncia que los obligará a divorciarse. Los consejeros, hartos de los desatinos del rey, en vano tratan de disuadirlo mientras que vuelven a palacio.
Para el Almirante, la presión del Rey es ya excesiva y el celoso marido pierde la razón, elucubra ante un espejo y fantasea armándose como para una batalla contra su Rey.
En palacio, Enrique y Arnaldo discuten por el amor de Estela. Aparece el Rey, ordena raptar a Blanca y forzar el divorcio. Aparece entonces Teodoro y les cuenta el triste estado en el que se halla el Almirante. Los remordimientos del Rey comienzan a crecer y, sin decir nada, parte a casa del Almirante. Allí todo es desdicha ante la locura del marido. Arrepentido el Rey, idea una trama para salvar tanto su honor como el de Blanca y su marido. Pide entonces por esposa a Estela, a quien dice haber pretendido siempre. El Almirante sana súbitamente y accede alegre a la boda. Tanto las damas como los consejeros son conscientes del engaño, mas se alegran porque la boda pone fin a todos los problemas.