VARONA CASTELLANA, Comedia famosa de, LA
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
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Título: VARONA CASTELLANA, Comedia famosa de, LA. Procedencia: Parte 9; P1; P2; final del Acto III; en una de las licencias de representación; copia manuscrita de la Biblioteca Palatina de Parma
Título: VARONA CASTELLANA, Comedia, LA. Procedencia: Copia manuscrita Gálvez
Autoría
Autor: Félix Lope de Vega y Carpio. Fiabilidad: De autoría fiable
Peregrino
Citado en El peregrino I: Sí
Citado en El peregrino II: Sí
Parte
Parte IX (1617)
Manuscrito
Tipo: Gálvez (apógrafo)
Localización: Madrid, Biblioteca Nacional (España)
Ref. bibliográfica: Iriso Ariz, Silvia: "Estudio de la colección Gálvez: fiabilidad y sentido de los apógrafos de Lope de Vega". Barcelona, Anuario Lope de Vega, III, pp. 99-131, 1997. 106.
Nota: Signatura mss. 22423, ff. 1r-60r. Se incluye en el tomo III de la llamada Colección Gálvez que contiene copias apógrafas. Según esta copia, Lope firmó el autógrafo en Madrid, a 2 de noviembre de 1599.
Tipo: Copia
Localización: Parma, Biblioteca Palatina (Italia)
Ref. bibliográfica: Restori, Antonio: Una collezione di commedie di Lope de Vega Carpio ([CC.* V. 28032 della Palatina Parmense]). Livorno, Tipografia Francesco Vigo, 1891. 33.
Nota: Signatura CC.* V. 28032/ XLIV
Otras ediciones del siglo XVII
No consta
Colecciones modernas
*Ref. bibliográfica: VVAA: Teatro Español del Siglo de Oro (Base de datos de texto completo publicada en CD-ROM). ProQuest LLC, Chadwyck-Healey, 1997.
Ref. bibliográfica: Menéndez Pelayo, M., ed.: Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Española. ( 15 vols.). Madrid, RAE, 1890-1913. VIII (BAE, CXCVIII).
Ref. bibliográfica: Paloma Cuenca Muñoz y Jesús Gómez: El teatro de Lope de Vega. Madrid, Editorial Turner-Fundación Castro, 1993 ss. XII.
Ref. bibliográfica: PROLOPE. Alberto Blecua y Guillermo Serés (directores): Lope de Vega, Comedias. (Edición crítica de las Partes de Comedias de Lope de Vega). Lleida, Milenio, 1997 ss. IX, 3.
Observación: La edición de La varona castellana incluida en Comedias de Lope de Vega, Parte IX, 3, publicada por el grupo Prolope, corre a cargo de Gonzalo Pontón y Guillermo Serés.
* Edición utilizada
Ediciones singulares modernas
No consta
Versiones y traducciones
No se conocen
Bibliografía secundaria
- Camacho Platero, Luzmila. "Political and Gender Transgressions in Lope de Vega’s la Varona Castellana". West Virginia University Philological Papers. núm. 51. {Falta páginas artículo}. 2004.
- Lagresa, Elizabeth. "Monstruos de la naturaleza: violencia y feminidad en La varona castellana de Lope de Vega". eHumanista: Journal of Iberian Studies. núm. 17. p. 99-133. 2011.
- Serés, Guillermo. "La virgo bellatrix y sus disfraces masculinos en La varona castellana, de Lope". Lobato, María Luisa. Máscaras y juegos de identidad en el teatro español del Siglo de Oro. Barcelona: Visor Libros. 2011. p. 235-257.
ANOTACIONES PRAGMÁTICAS
Ver / Ocultar secciónDatación
Fecha: 1597-1603
Ref. bibliográfica: Morley, S. G.; Bruerton, C.: Cronología de las comedias de Lope de Vega (La 1ª edición, en inglés, es de 1940). Madrid, Gredos, 1968. 261.
Nota: Gálvez, 2 de noviembre de 1599
Dedicatorias
No existe dedicatoria.
Cómputo de versos
Número: 3185
Ref. bibliográfica: Morley, S. G.; Bruerton, C.: Cronología de las comedias de Lope de Vega (La 1ª edición, en inglés, es de 1940). Madrid, Gredos, 1968. 58.
Número: 3213
Ref. bibliográfica: PROLOPE. Alberto Blecua y Guillermo Serés (directores): Lope de Vega, Comedias. (Edición crítica de las Partes de Comedias de Lope de Vega). Lleida, Milenio, 1997 ss. IX-3, 1174.
CARACTERIZACIONES
Ver / Ocultar secciónPersonajes no computables
Personajes computables
Universo social
Tiempo histórico
Edad Media
Nota: El notario lee una bula papal a los reyes con fecha 15 de julio de 1118.
Marco espacial
Acto 1
Topónimo: Asturias. [España]. Europa. Espacio: casa de los hermanos Álvaro y Gómez Pérez.
Topónimo: Toledo. [España]. Europa. Espacio: en el Alcázar de Toledo donde se encuentra la Corte Castellana; en el Alcázar; en la sala del trono.
Topónimo: Galicia. [España]. Europa. Espacio: monte.
Topónimo: Villanañe. [España]. Europa. Espacio: alrededores y montes de la aldea.
Acto 2
Topónimo: Toledo. [España]. Europa. Espacio: en el interior del Alcázar; en la sala del trono; en las calles de Toledo; ante una casa; en lo alto de la casa; en una ventana.
Acto 3
Topónimo: Toledo. [España]. Europa. Espacio: exteriores; en los campamentos castellanos y aragoneses respectivamente; en una cueva próxima al campo de batalla; en el campamento del rey don Alfonso VII.
Duración
Acto 1: 1 día. Nota: El acto se inicia por la mañana y dura hasta el atardecer del mismo día.
Entreacto 1 a 2: Tiempo indeterminado
Acto 2: 1 día. Nota: Han pasado varios días. La acción del acto transcurre durante un día, desde por la mañana hasta por la tarde.
Acto 3: 1 semana (aprox.). Nota: Comienza la acción al anochecer. Pasan algunos días, quizá semanas. Durante el día que se prepara la batalla en campo abierto entre castellanos y aragoneses. La batalla tiene lugar al anochecer. El acto acaba al amanecer.
Género
Género principal:
- Drama > historial > profano > hechos famosos públicos > España > medievales.
Géneros secundarios:
- Drama > historial > profano > hechos particulares > hazañas.
Extracto argumental
Acto 1
Comienza la acción en Asturias, en el solar de Villañane, señorío de los hidalgos castellanos Álvaro y Gómez Pérez. Hasta este lugar llega el Infante de Navarra, don Vela, para pedir a los hermanos que se unan a los nobles castellanos partidarios del príncipe don Alfonso VII, hijo de doña Urraca y nieto de Alfonso VI, en contra de la pretensión al trono castellano del marido de doña Urraca, don Alfonso I de Aragón. Don Vela trata primero con Álvaro Pérez, que rehúsa en principio partir hacia Toledo con el infante para defender la causa del príncipe castellano, pero acaba aceptando, reacio a ver en el trono de Castilla a un rey aragonés. Don Álvaro deja a don Vela en su casa, atendido por Luján, escudero, y se marcha al monte a buscar su hermano Gómez Pérez para que deje la caza / y sirva al Rey castellano.
Antes de marcharse, don Álvaro ha recomendado a Luján que mantenga fuera de la vista del Infante de Navarra a doña María, su hermana. Luján, sin embargo, se deja embaucar por don Vela, a quien revela la existencia de la bellísima doña María, que vive en la casa bajo la vigilancia y protección de sus hermanos, don Álvaro y Gómez Pérez. Cuando nació, los astros auguraron que doña María dominaría a los hombres. Sus hermanos interpretaron que este dominio se realizará mediante su hermosura, lo que podría poner en peligro el honor de la casa. Para preservarlo, confiesa el escudero, Álvaro y Gómez viven recluidos con su hermana en el solar, distraídos, exclusivamente, con el ejercicio de la caza. Don Vela, intrigado, resuelve conocer a la dama y soborna con una cadena a Luján para que le facilite el acceso a doña María; por consejo del escudero, don Vela ocultará su verdadera identidad bajo disfraz de labrador. Cuando tiene lugar el encuentro entre don Vela y doña María, ésta se da cuenta rápidamente, por el olor que desprende y por el lenguaje que utiliza, que más parece caballero que labrador.
Vuelven a la casa los hermanos, que se han decantado por la necesidad, honor obliga, de pelear por los derechos del príncipe castellano. Para no descuidar a doña María, resuelven llevarla a la campaña disfrazada de criado: Bien puede, en forma de paje, / caminar entre los soldados. Debido a la inclinación natural que tiene por las actividades varoniles, doña María acepta de buen grado la propuesta, tras asegurar, bajo juramento, que no ha entrado en contacto con don Vela, pues esto inutilizaría la patraña del disfraz.
En Toledo, en la Corte, la mayoría de los nobles sólo contemplan la sucesión legítima al trono y optan por el Príncipe don Alfonso, el hijo de doña Urraca, como único y verdadero Rey. Sin embargo, el marido de ésta, el Rey don Alfonso I de Aragón reclama el trono. Excepto Anzures, partidario del aragonés, todos los grandes de Castilla, encabezados por el conde Pedro de Lara, el noble por cuya orden se reclutó a los hermanos Pérez, están de parte del heredero castellano. Para obligar a don Alfonso I a renunciar a su pretensión, han solicitado una bula al Papa que anule su matrimonio con doña Urraca, ya que se realizó sin la dispensa necesaria por ser los contrayentes primos. La Reina se acoge a la bula mientras su marido decide desoírla, pues tiene la esperanza de conseguir la dispensa. Don Alfonso se siente traicionado por su esposa, aunque el conde Pedro de Lara le explica que es precisamente la lealtad al heredero legítimo del trono lo que inclina a todos los castellanos, incluida doña Urraca, a tomar partido por él. Don Alfonso ordena entonces el prendimiento del conde, pero la guarda, también partidaria de la sucesión castellana, desoye la orden.
En un monte, aparece el Príncipe castellano don Alfonso, que se encuentra cazando en su exilio gallego. Persigue a un jabalí hasta la orilla de un río. Perdida su pista, se detiene para reflexionar sobre su situación y condición de heredero. En este momento es sorprendido por la llegada de unos caballeros que portan banderas y estandartes; lo reconocen y proclaman Rey de Castilla. Se trata de don Pedro de Lara, don Juan, don Esteban, Álvaro y Gómez Pérez, don Vela y doña María en hábito de soldado, aunque su identidad real, naturalmente, ha sido ya vislumbrada por el Infante de Navarra.
Acto 2
En Toledo, don Alfonso, hijo de doña Urraca, entra en la sala del trono bajo palio. Entre los nobles valedores que acompañan al Príncipe castellano se encuentra doña María, disfrazada todavía de soldado. Don Alfonso, que no olvida entonar una cumplida alabanza de su linaje, informa a los presentes de su firme decisión de ser Rey de Castilla y promete luchar al lado de su madre contra el Rey Alfonso de Aragón, en caso de que éste decida levantarse en armas contra el reino. Cuando el futuro Rey y los nobles abandonan la sala, don Vela, que se encontraba entre los presentes, aprovecha la ocasión para hablar a doña María, en quien cree reconocer a la mujer a la que intentó seducir en Asturias. Doña María, que quiere ocultar su identidad a toda costa, insiste en que es hombre, y de condición belicosa: ni sé amar, ni puedo amar. / Nací con inclinación / a las armas; no en vano, tiene por nombre León. Para convencer a don Vela de que es varón, le hace saber que tiene una enamorada en la ciudad y le pide que le preste a un criado que lo acompañe a visitarla, pues es peligroso pasear de noche en negocios de amor. La insistencia de doña María termina por convencer a Don Vela: Ahora yo quiero creer / que mis ojos se engañaron, y le ofrece los servicios de su escudero, Orduño, gracioso, fanfarrón y misógino.
Por la tarde, Orduño y doña María, disfrazada de varón, transitan por las calles de Toledo hasta llegar a la casa de Celia, su supuesta enamorada, quien, tras oír los requiebros amorosos de Léon / doña María, se asoma a la ventana y lo invita a pasar al interior. Orduño guarda la puerta, pero es sorprendido por dos bravos, Rufino, antiguo galán de Celia, y Andronio, a quienes intenta despistar sin conseguirlo; el criado valentón hace mutis dejando en una situación comprometida a su acompañante. Ante la insistencia de Rufino, León / doña María sale de la casa y en camisa ataca a los rufianes, dando muerte a Rufino. Orduño fabula ante don Vela la historia de su propia valentía, afirmando que, en efecto, él mismo tuvo que enfrentarse a los truhanes mientras León gozaba de Celia. La florida invención de Orduño incluye la huida de León en camisa por los tejados y la desnudez de Celia. Don Vela queda convencido de haber errado al suponer que León era doña María. Cuando comunica a la dama su error y se muestra dispuesto a cortejar a la Reina, doña María se siente despreciada y se despierta en ella el interés por el Infante navarro: que siempre en la jornada / de amar mujer al hombre, ha sido / rodeo servila, atajo desprecialla.
Mientras tanto, en palacio, el conde don Pedro de Lara declara a la Reina que está enamorado de ella. Doña Urraca ve con buenos ojos la inclinación del conde y juzga conveniente casarse con él cuando su hijo Alfonso sea Rey. Alfonso comunica a su madre que los nobles de la Corte le han organizado un torneo para que se entrene con las armas.
Llegan a Toledo tres reyes moros: Ali, Rey de Alcalá, Zay, rey de Cuenca y Reduán, Rey de Sigüenza, los tres vienen a rendir vasallaje a Alfonso. Doña María / León se encuentra con ellos en palacio y les manifiesta su animadversión con insultos varios. Tras retarlos a que se batan con ella, de pronto irrumpe en el lugar un león que se ha escapado de su jaula. Los tres reyes moros huyen despavoridos a buscar escondite mientras doña María, haciendo alarde de un extraordinario valor, amansa al león y, tras pasarle una banda por el cuello, lo ata a una columna de jaspe. Pone en conocimiento de los reyes moros que no reivindicará la acción y cuando los nobles castellanos entran en la sala alertados por el ruido que de ella procede, Alí declara ante la Reina, que también a causa del tumulto se ha asomado a una ventana, que Zayde venció al león y Reduán lo ató, reivindicando de este modo la gloria para los moros. Los nobles castellanos se enojan por su propia tardanza. Sin embargo, la Reina los tranquiliza diciéndoles que yo no puedo creer / que moro pudiesse ser, / tan gallardo, y animoso; y así, pide a Alí que desate al león y lo lleve a la leonera. Rehúsa el moro para permitir, argumenta, el lucimiento de los cristianos. Don Pedro y don Vela, que porfían por demostrar su valor ante la Reina, discuten por emprender la acción y, sabedores del verdadero motivo que los enfrenta, llegan a desenvainar las espadas, pero son interrumpidos por la entrada de don Alfonso. Unos alabarderos y el leonero del palacio que desata al león y lo conduce a su jaula. Los tres moros huyen de forma patética del lugar. Don Alfonso ordena que, mientras se aclara el motivo del enfrentamiento entre el conde don Pedro y el Infante don Vela, el alférez mayor, don Álvaro Pérez, tome a don Pedro y al Infante / omenage de prisión. El acto termina con la explícita prohibición de Alfonso de que fiera alguna se aloje en adelante en el Alcázar.
Acto 3
Es de noche, en el Alcázar, don Álvaro comunica a su hermana, doña María, que, por orden de Alfonso, debe de apresar al conde don Pedro de Lara y al Infante don Vela, pues ambos, pretendientes de la Reina, han protagonizado un altercado. De esta manera doña María conoce que los sentimientos de don Vela se dirigen hacia otra dama, lo cual despierta sus celos. Mientras tanto, el conde don Pedro espera ‘con capa de noche’ a su rival, pero en su lugar encuentra a doña María que, embozada, se hace pasar por el Infante don Vela. Desenvainan las espadas, luchan y la dama lo derrota; sólo la aparición de gente evita la rendición del bravo conde don Pedro y provoca la marcha de doña María. Álvaro, Gómez y los alabarderos apresan al conde.
En el salón principal del Alcázar, por fin, Alfonso, junto a su madre, se dispone a recibir en audiencia a los tres reyes moros. Antes, sin embargo, la Reina comunica a su hijo su intención de contraer matrimonio con el conde don Pedro. Alfonso da su aprobación. Un alabardero anuncia que el conde ha sido apresado por el alférez y Alfonso comunica a su madre que la causa ha sido el desafío con don Vela, y se compromete a darle cumplida información más adelante (aunque no llega a hacerlo). Los tres reyes moros recibidos por Alfonso le rinden homenaje y obsequian con maravillosos regalos.
La audiencia es interrumpida bruscamente por don Álvaro, que entra en la sala anunciando que el Rey de Aragón, agraviado por el divorcio, ha invadido y abrasado fortalezas y villas castellanas con la ayuda de Francia y de algunos reyes moros. Al frente de su ejército va don Pedro Anzures, acompañado por otros nobles castellanos en desacuerdo con la postura de la Reina. Alfonso decide actuar inmediatamente y detener al Rey aragonés con la ayuda incondicional de don Alvaro y de don Gómez Pérez y de los tres reyes moros, Alí, Zaide y Reduán, que le ofrecen sus tropas. Antes de ponerse en marcha para detener al Rey de Aragón, Alfonso ordena que liberen al conde don Pedro y al Infante don Vela.
Mientras tanto, en su campamento, el Rey de Aragón está decidido a llegar Toledo y rendir la ciudad. Irrumpe en su tienda el caballero Ruiz de Biedma, que había sido enviado por el Rey aragonés a averiguar la situación de los castellanos. Este informa puntualmente de que bravamente viene ayrado / el Castellano ofendido. Acompañan a Alfonso el conde don Pedro de Lara y el Infante don Vela, don Álvaro y Gómez Pérez, don Juan de Mendoza y don Esteban, su primo, con toda la gente moça de Asturias, Ordoño de Almindar, Payo Núñez de Vivar, Suero, Melendez, Belchides y el señor de Benavides; el conde don Manrique, Sancho del Carpio, y su hermano, don Ramiro, don Enrique, Yñigo de Altamirano, el alcaide don Fadrique, Madrid, Segovia y Toledo han dado su juuentud. Acompaña a Alfonso también la Reina, su madre.
Alfonso se revela ante los nobles castellanos que lo acompañan como un gran estratega bélico. Su disertación es interrumpida por el paje León / doña María, que disputa con tres soldados. Alfonso zanja el altercado ordenando que los cuelguen a los cuatro. Don Vela reconoce al paje León e intercede por él ante Alfonso, que los perdona a todos. Entretanto, en el campo de batalla, el Rey de Aragón avanza contra los escuadrones de Vivar y del señor de Benavides. Alfonso decide apoyarlos y se pone en marcha acompañado por don Pedro de Lara y el Infante don Vela. Al grito de Santiago se dirigen al campo de batalla. Don Álvaro, Gómez y María se quedan en el campamento.
Está anocheciendo y los tres hermanos, como los demás, han de entrar en batalla. Para poder encontrar a doña María en el alboroto, Gómez sugiere que se ponga en el cuello una toca blanca. Aparece en escena Orduño que, muerto de miedo, huye y se esconde en una cueva, donde es sorprendido por doña María / León. Vuelve ésta a la batalla y el amanecer la sorprende luchando con el Rey de Aragón, al que hace prisionero. Doña María / León reencuentra a sus hermanos y ante don Alfonso, don Álvaro Gómez descubre la condición femenina del paje.
Se conciertan las paces entre ambos Reyes; justificado el divorcio y la fidelidad de los castellanos a su linaje real, el aragonés es liberado, a cambio de la devolución de las villas que ocupó, y se compromete a guardar eternas paces. Al reconocer don Vela a doña María renuncia a la idea de casarse con la Reina, que, por otra parte, ya había acordado con su hijo recibir a don Pedro por esposo, y la pide María por mujer, algo que el mismo don Alfonso le concede. Con el reconocimiento del extraordinario valor demostrado por María e importantes recompensas para ella acaba la comedia. El Rey castellano le pide que se nombre Barona en adelante y que su blasón incluya las barras de Aragón, pero atravesadas; el campo en que capturó al Rey aragonés se llamará igualmente Barona. El propio monarca aragonés le entrega seis villas de su reino y doña Urraca otras tres, además de Salamanca.