VAQUERO DE MORAÑA, Comedia famosa de, EL



DATOS BIBLIOGRÁFICOS

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Título

Título: VAQUERO DE MORAÑA, Comedia famosa de, EL. Procedencia: Parte 8; final Acto III; P1; P2; Suelta

Autoría

Autor: Félix Lope de Vega y Carpio. Fiabilidad: De autoría fiable

Peregrino

Citado en El peregrino I:
Citado en El peregrino II:

Parte

Parte VIII (1617)

Manuscrito

No consta

Otras ediciones del siglo XVII

Título: EL VAQUERO DE MORAÑA
Suelta: (Bruselas, Huberto Antonio Velpio, 1651)
Atribución: Lope de Vega Carpio
Ref. bibliográfica: A. Castro y H. A. Rennert: Vida de Lope de Vega (1562-1635) (Notas adicionales de F. Lázaro Carreter). Salamanca, Anaya, 1969. 497.
Nota: Existen dos ejemplares en la BNF, en París (ERG) y un ejemplar en la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de la Plata, signatura Arm. 9, T 1. 2. Fila nº 6-1 (NCO)

Colecciones modernas

*Ref. bibliográfica: Menéndez Pelayo, M., ed.: Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Española. ( 15 vols.). Madrid, RAE, 1890-1913. VII (BAE, CXCVI).

*Ref. bibliográfica: Paloma Cuenca Muñoz y Jesús Gómez: El teatro de Lope de Vega. Madrid, Editorial Turner-Fundación Castro, 1993 ss. XII.

Ref. bibliográfica: PROLOPE. Alberto Blecua y Guillermo Serés (directores): Lope de Vega, Comedias. (Edición crítica de las Partes de Comedias de Lope de Vega). Lleida, Milenio, 1997 ss. VIII, 3.

Ref. bibliográfica: VVAA: Teatro Español del Siglo de Oro (Base de datos de texto completo publicada en CD-ROM). ProQuest LLC, Chadwyck-Healey, 1997.

Observación: La edición de El vaquero de Moraña incluida en Comedias de Lope de Vega, Parte VIII, 3, publicadas por el grupo Prolope, corre a cargo de Sofia Eiroa.

* Edición utilizada

Ediciones singulares modernas

No consta

Versiones y traducciones

No se conocen

Bibliografía secundaria


- Eiroa, Sofía. "La adaptación al medio: El vaquero de Moraña y Tirso de Molina". Pedraza Jiménez, Felipe B.; González Cañal, Rafael; Gómez Rubio, Gemma. Espacio, tiempo y género en la comedia española. Actas de las II Jornadas de teatro clásico, (Toledo, 14 - 16 de noviembre de 2003). Almagro: Universidad de Castilla-La Mancha. 2005. p. 215-230.

- Galvin, Mario. "Las coplas de Antón, el vaquero de Morana: transmisión y difusión". Piñero Ramírez, Pedro Manuel. De la canción de amor medieval a las soleares: profesor Manuel Alvar "in memorian": (Actas del Congreso Internacional "Lyra minima orall III", Sevilla, 26-28 de noviembre de 2001. Sevilla: Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones. 2004. p. 135-144.

- Gómez, Jesús. "Preciosiones terminológicas sobre ‘figura del donaire’ y ‘gracioso’ (siglos XVI-XVII)". Boletín de la Real Academia Española. núm. 186. p. 233-257. 2002.
Nota: vol. 82.

- Pérez Fernández, Desirée. "Luis Vélez de Guevara y Lope de Vega: mismo tema, ¿mismo tratamiento?". Arenas Lozano, Verónica. Líneas de Investigación Literaria. Estuios de Literatura Hispánica [I Congreso de ALEPH]. [Valencia]: Asociación de Jóvenes Investigadores de la Literatura Hispánica. 2004. p. 301-312.
Nota: Compara, entre otras comedias: El vaquero de Moraña de Lope con La montañesa de Asturias de Vélez de Guevara.

- Torner, Eduardo M.. "Índice de analogías entre la lírica española antigua y la moderna". Symposium. núm. 1. p. 12-33. 1946.
Nota: Compara el zejel con el cantar de siega de El vaquero de Moraña, y las seguidillas que hay en Al pasar del arroyo y El cardenal de Belén.


ANOTACIONES PRAGMÁTICAS

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Datación

Fecha: 1599-1603
Ref. bibliográfica: Morley, S. G.; Bruerton, C.: Cronología de las comedias de Lope de Vega (La 1ª edición, en inglés, es de 1940). Madrid, Gredos, 1968. 52.

Dedicatorias

No existe dedicatoria.

Cómputo de versos

Número: 3224
Ref. bibliográfica: Morley, S. G.; Bruerton, C.: Cronología de las comedias de Lope de Vega (La 1ª edición, en inglés, es de 1940). Madrid, Gredos, 1968. 52.


CARACTERIZACIONES

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Personajes no computables

  • Acompañamiento
  • Criados y lacayos
  • Labradores
  • Músicos
  • Pastores
  • Personajes computables

  • Alférez; que actúa de [Villano]

  • Arsino, pastor

  • [Banderas] (2)

  • Capitán [Felisardo]

  • [Capitán de la guarda]; que actúa de [Villano]

  • Celio, criado; que actúa de [Villano]. Nota: A veces Calio

  • Conde de Castilla, [deudo del Rey]

  • Conde de Saldaña [Don Manrique], [protagonista], [galán]; que actúa de [Antón], [labrador]. Nota: Él es el Vaquero de Moraña

  • Don Bermudo, Rey de León; que actúa de [Villano]

  • Don Félix, [estudiante], [hijo de don Fernando], [hermano de doña Ana]

  • Don Fernando, [caballero viejo], [padre de don Félix], [padre de doña Ana], [pariente con autoridad de doña Ana]

  • Don Juan, [caballero], [galán], [primo del Conde de Saldaña]; que actúa de [Pedro], [labrador]

  • Doña Ana, hija de Don Fernando, [dama], [hermana de don Félix]

  • [Doña Elvira], infanta protagonista, [hermana del Rey], Marina, [labradora]; que actúa de [cocinera de Don Fernando]. Nota: En el elenco aparece como Marina, infanta. Desde pronto, en el Acto I, la infanta doña Elvira se hace pasar por Marina, una labradora que entra a servir a casa de don Fernando

  • Fernando, [guarda]

  • Íñigo, [guarda]

  • Lucinda, pastora

  • [Mendoza], [criado del Conde]

  • Rodolfo, criado, criado [del Rey]

  • Secretario

  • Soldado

  • Tirreno, villano gracioso, gracioso

  • Velasco, [guarda]
  • Universo social

  • Universo de la guerra. Militares de alto rango
  • Universo de la guerra. Soldados
  • Universo de la nobleza. Alta nobleza
  • Universo de la servidumbre. Criados cualificados (mayordomo, escudero...)
  • Universo del poder soberano. Reyes
  • Universo rural. Hidalgos rurales
  • Universo rural. Pastores
  • Universo rural. Villanos
  • Universo urbano. Estudiantes
  • Tiempo histórico

    Edad Media
    Nota: Reinado de Bermudo I de Asturias, a finales del siglo VIII.

    Marco espacial

    Acto 1
    Topónimo: León. [España]. Europa. Espacio: Interior de una prisión-castillo; sala en el palacio del Rey Bermudo.
    Topónimo: Moraña. [España]. Europa. Espacio: paisaje montañoso, la casería de Don Fernando.

    Acto 2
    Topónimo: Moraña. [España]. Europa. Espacio: casería de Don Fernando; interiores; exteriores ante el portal, donde se reúnen los segadores.

    Acto 3
    Topónimo: Ávila. [España]. Europa. Espacio: salas del palacio del Conde de Castilla.
    Topónimo: Moraña. [España]. Europa. Espacio: casería de Don Fernando; interiores, ante el portal donde se hace la leva; paisaje montañoso; exterior de la cabaña de Marina, en la montaña.

    Duración

    Obra: Número indeterminado de semanas
    Acto 1: 2 días (aprox.)
    Acto 2: 2 días (aprox.)
    Entreacto 2 a 3: Número indeterminado de días
    Acto 3: 2 días (aprox.)

    Género

    Género principal:

    • Drama > historial > profano > hechos particulares.
      Nota: Otra versión de la leyenda épica de los amores de la Infanta y el Conde de Saldaña, padres de Bernardo del Carpio, aunque aquí se modifica el contexto histórico, la identidad de los personajes, las peripecias y el desenlace.
      En el acto II, son muy notables los rasgos de comedia amorosa de ambientación villana.

    Géneros secundarios:

    • Comedia > universo de verosimilitud > villana.
      Nota: En el segundo acto, y en parte del tercero, reviste este carácter, siempre subordinado al anterior.


    Observación: La traza principal es la del amor correspondido y obstaculizado (por el Rey), la separación de la pareja y las pruebas a las que los amantes son sometidos hasta su final reintegración.
    Una traza secundaria, pero importante, es la de las mudanzas de fortuna.
    Queda relegada por las anteriores, aunque presente, la de las injusticias de un Rey tirano.

    Extracto argumental

    Acto 1
    A lo largo del Acto confluirán en la casería o alcaidía de un caballero, en tierras de Moraña de Ávila, los distintos personajes de la trama. La acción comienza con la detención de don Manrique, conde de Saldaña, por haber gozado a doña Elvira, Infanta de León y hermana del Rey Bermudo, a quien éste pensaba casar con el conde de Castilla. El de Saldaña se ofrece a tomar como esposa a la Infanta, a la que puede aspirar por su calidad, y ofrece al amor como disculpa de su delito. Sin embargo el Rey encierra en un monasterio a doña Elvira y en prisión a don Manrique, a quien poco después sentencia a morir degollado, por traidor. El conde de Saldaña recibe en prisión, oculto en un panecillo, un mensaje de su primo don Juan. El mensaje lo avisa de la condena que el Rey le ha impuesto y lo insta a escaparse. Para ello debe convidar a sus guardianes a beber el vino que le ha hecho llegar, un vino que enloquecerá a quien lo tome. Afuera, en el foso, lo espera un caballo. Los guardianes beben el vino y asistimos a una escena cómica en la que no dejan de decir disparates, mezclando en ellos al Gran Turco, las humedades de la luna (siempre fue floja de orina), a Angélica (mondonguera), a Orlando y a Medoro. El Rey Bermudo es informado de que tanto su hermana como don Manrique han escapado, éste de prisión, aquélla del monasterio; furioso, ordena su persecución.
    Una escena entre los pastores Arsino y Lucinda, y el gracioso Tirreno, en la que puede escucharse restos del dialecto sayagués, nos introduce a don Fernando, el amo de estas tierras de Moraña, a las que viene a pasar el verano huyendo de un conflicto en Ávila; allí su hijo don Félix, estudiante de Salamanca, ha dejado malherido a un pretendiente de su hermana doña Ana. Es precisamente don Félix quien irrumpe en la escena pastoril dando muerte a un soldado, a quien acusa de haber intentado forzar a una dama en un descampado. Los pastores se desembarazan del cadáver, por orden de don Félix, despeñándolo. La dama, que no tarda en aparecer, es la Infanta doña Elvira, que se hace pasar ante la familia de su salvador por Marina, hija de labrador. Les explica que su madrastra quería sacarla de León y meterla en un convento castellano, contra su voluntad (que es cárcel muy importuna / si se toma con enojos). Marina / doña Elvira pide ser recibida como criada en casa de don Fernando. Éste, tras un breve conciliábulo con sus hijos, la acepta, no sin reticencias, especialmente por la vehemencia de su hijo (Temo a don Félix), que ha quedado fulminado de amor por Marina.
    Aparecen por esas tierras, corazón / del castellano condado, el conde de Saldaña ('con su cadena al pie') y su primo don Juan, ambos disfrazados de labradores. El segundo describe el paisaje montañoso y las ciudades del entorno. Cuando cae la noche, el gracioso Tirreno, que vuelve tras haber robado al cadáver del soldado sus ropas, oye los golpes que don Juan da, para romperla, a la cadena que atenaza a su primo; aterrorizado el pastor, pues los cree cosa del muerto, se orina encima. Los dos caballeros toman de él información sobre el lugar, y acto seguido escuchan, sin ser vistos, a un Capitán, el amante herido de doña Ana, y a un alférez que vienen disfrazados para matar a don Félix en venganza por lo ocurrido en Ávila.
    Don Félix, entretanto, importuna con arrogantes declaraciones de amor a Marina / doña Elvira. Como estudiante, y colérico amante, le hace toda clase de promesas (matar a su hermano el mayorazgo, colgar la sotana...), pero ella resiste la embestida del joven. A su vez, Tirreno y Lucinda protagonizan un dúo amoroso, delicado y cómico. Se presentan entonces don Manrique y don Juan, vestidos de labradores y haciéndose llamar respectivamente Antón y Pedro, que acaban de salvar a don Félix, con sus bastones, del asalto de los dos militares. Don Fernando, agradecido, les pide que se queden a trabajar en la siega. Inmediatamente don Juan se enamora de doña Ana, la hija de don Fernando. Por su parte, Marina / doña Elvira, la cocinera, y Antón / don Manrique, el segador, se reconocen a pesar de su incredulidad inicial en una hermosa escena desarrollada en apartes, pero deciden continuar ocultándose mutuamente sus verdaderas identidades para no ser despedidos.


    Acto 2
    El acto despliega la intriga amorosa entre todos los personajes. Don Juan / Pedro declara su amor a doña Ana, insinuando su calidad, pero ella le confiesa que a quien ama es a Antón / don Manrique, en el que la adivina, e inquiere una y otra vez por su verdadera identidad. Don Juan / Pedro, rechazado, da marcha atrás y afirma que ambos son segadores. Don Fernando, por su parte, declara su impetuoso deseo a su cocinera Marina, a la que cree de baja condición. Al ser rechazado rudamente, pide a su hija doña Ana que negocie en su lugar, que ofrezca a la criada matrimonio con Tirreno y parte de su hacienda. A su vez, don Félix, que arde en amores, y que es sorprendido por su iracundo padre leyendo un libro que no es de devoción, sino Romancero, el más moderno, asalta igualmente a Marina / doña Elvira, que lo rechaza con una sartén en la mano. También se enfrenta, de nuevo con la sartén, a doña Ana, que viene a pedirle que interceda por ella ante Antón / don Manrique y que acepte la oferta de su padre.
    Irrumpen los segadores con algunos músicos y todos cantan y celebran la siega. Antón / don Manrique dedica a don Fernando un largo poema en redondillas, deseándole la plenitud de los frutos de la tierra; en agradecimiento a Dios por tanta abundancia, hace el señor colocar una cruz de espigas en el portal de la casa. Don Fernando, satisfecho por la eficiencia de Antón / don Manrique, lo nombra ‘vaquero de Moraña’. También negocia con Tirreno darle por mujer a Marina, cosa que el pastor acepta encantado, olvidándose de inmediato de Lucinda. El de Saldaña medita sobre su condición, ahora vaquero, ayer un Conde, pariente / del Rey, claro descendiente/ de la nobleza de España.
    Llegada Marina, se desarrolla entre los dos un largo diálogo en octavas en el que, una vez se han reconocido mutuamente, analizan su situación: el peligro de ser descubiertos por un tirano Rey y el acecho continuo del ardoroso clan familiar. Saldaña resuelve que deben permanecer ocultos en la hacienda, en la que es posible la felicidad de una vida rústica, que él promete en delicados versos de sabor rural a su amada. Cuando se abrazan, son sorprendidos por doña Ana, y se inicia un juego escénico en el que cada uno de los amantes puede contemplar, escondido, cómo uno de los hermanos acosa y abraza a su pareja. Los dos amantes, de nuevo a solas, se llenan de reproches, hasta que llega don Juan y consigue, en una escena divertida, reconciliarlos, de modo que los dos se abrazan. Pero de nuevo un intruso, esta vez don Fernando, los sorprende, y ellos tratan de engañarle haciéndole creer que son cuñados. Para defenderse de los acosos respectivos, Marina hace creer a don Fernando que no puede acceder a sus deseos porque ya ha accedido a los de su hijo y está preñada; a don Félix le comunica igualmente que ya ha accedido a los de su padre y ha quedado encinta. Don Félix cuenta a Tirreno, que se hace mieles con su próxima boda, que le dan mujer embarazada; Tirreno monta en cólera, exige su paga al viejo y se despide. Padre e hijo, frente a frente, se echan en cara sus supuestas actuaciones y, a la vez, quieren achacar el uno al otro la preñez de la moza.


    Acto 3
    El Rey Bermudo, creyendo que el conde de Saldaña y la Infanta se han refugiado en tierra de moros, ha pedido paso y ayuda al conde de Castilla para marchar contra Toledo. Se han concertado unas vistas en Ávila entre el Rey y el conde castellano, y ha llegado a Moraña un capitán: Lisardo, el soldado herido por dos veces en el primer acto, con la misión de reclutar a los hombres útiles para la guerra. Don Fernando, que trata de esconder a su hijo don Félix, que se resiste y reniega de su sotana, para evitar la venganza del Capitán, hace llamar a Antón / don Manrique, que vive en la montaña al cuidado del ganado y lleva una vida enteramente rústica que lo ha transformado.
    El Capitán recrimina a don Fernando que de dos hijos que tiene no dé ninguno al Rey. El alférez llega con los labradores que pudieren, y entre ellos Antón / don Manrique, que se burla a lo rústico del Capitán y de su apariencia, y que se ofrece como soldado, vanagloriándose de sus proezas con la honda, con el bastón, y aun con las manos. El Capitán no se fía de que esos sean todos los hombres de la casería y manda al alférez a registrarla. Don Fernando explica que no hay más hombres, porque, acabada ya la siega, los que tenía han marchado a Asturias, y no quedan más que los pastores. El alférez vuelve con Tirreno, lleno de harina, pues se había escondido entre los costales.
    Antes de partir, doña Ana acosa con sus celos y sus reproches, una vez más, a Antón / don Manrique y le da una cadena con una reliquia, gesto que sorprende Marina / doña Elvira, que venía a traerle una camisa limpia y a despedirse. A solas los amantes, tiene lugar entre ellos una nueva escena de celos y firmezas (mira que soy tu velado / y tú mi amada mujer), que acaba en un abrazo, sorprendido una vez más por don Félix: los amantes reconvierten rápidamente su lenguaje a lo rústico y simulan ser cuñados villanos que se despiden. Pero don Félix no puede contener más tiempo sus deseos por Marina / doña Elvira y pide a Pedro / don Juan que lo ayude a fingirse loco, con la esperanza de que, al verlo perturbado, su padre, para curarlo, le entregue a Marina. Pedro / don Juan acepta siempre que la tema del loco incluya que le den a él a Doña Ana. Arreglado el plan, don Félix comienza a dar voces como un desequilibrado.
    Tiene lugar las vistas, solemnes, del Rey de León y el conde de Castilla, primos ambos, en Ávila, reliquia de los godos, en la que se crían unos españoles / como leones. El conde lo invita a disfrutar de las fiestas, pero el Rey prefiere irse de caza a las montañas mientras se prepara la expedición; Antón / don Manrique será su guía. El Rey no lo reconoce, y el vaquero se permite alguna verdad (que aunque son hombres, sin miedo / nunca los reyes se ven) y alguna burla (en la montaña, le dice, hay puerco que es bendición, / tan alto como su Alteza).
    Entretanto, Tirreno, ‘de soldado, vestido de graciosidad’, que se va tras las cajas, se despide a lo cómico de Lucinda. En la alta montaña Marina 'con una capa blanca y un perro y un cayado y una honda' cuida del ganado en ausencia de Antón / don Manrique, y recita un soneto en el que contrasta su pasado (Yo fui reina de León...) y su presente, en tan humilde estado, en el que no obstante la pena es también gloria, pero la esperanza temor. La sorprende la aparición del Rey, perdido en la montaña desde ayer por la mañana. El diálogo entre los dos, bellísimo, evoca en lenguaje "nuevo" las situaciones narrativas de encuentro y diálogo entre un caballero y una pastora del Romancero tradicional, pero aquí el Rey oscila entre la desazón que le produce una mujer sorprendentemente parecida a su hermana y la pasión que su belleza suscita en él, y que lo lleva a declarar su identidad y a proponerle pasar juntos la noche en la cama de Antón / don Manrique. Ella, que en principio declara con firmeza su condición de esposa (mujer soy, que Dios os valga / que en ausencia de mi esposo / guardo sus toros y vacas. / Antón es mi amado dueño, / el vaquero de Moraña...), y que recrimina al Rey la persecución que hace de los amantes (Bellacamente lo hacéis/ en perseguir vuestra hermana), al final accede a esconderlo en su cabaña.
    Tirreno y Antón / don Manrique deciden desertar de la tropa y regresar (¿Qué a nuestros campos le da / aquel Rey, de paz ajeno?), sobre todo cuando Tirreno le cuenta que don Fernando va a casar a don Félix, que se finge loco, con Marina / doña Elvira, e imagina don Manrique que todo ha sido tramado por don Juan, traidor amigo, para hacer suya a doña Ana.
    En la montaña don Fernando y doña Ana proponen a Marina / doña Elvira la boda con don Félix, que ella acepta sólo si es fingida. Llama entonces al Rey, a quien tiene escondido en su cabaña, y lo presenta como Leonido. Al llegar don Félix y don Juan se disponen a celebrar las fingidas bodas, pero en ese momento irrumpe Antón / don Manrique, con dos espadas desnudas y mucha cólera, y acusa a don Juan de traidor, y lo desafía a muerte, al tiempo que revela tanto su identidad como la de su primo y la de la Infanta, reducidos todos ellos a este estado por la tiranía del Rey. Doña Elvira trata de advertirlo inútilmente de la presencia del monarca. Se presenta entonces el conde de Castilla. El Rey pide su favor y exige a Saldaña que se dé preso. Pero éste, fuera de sí, se niega. Doña Elvira solicita entonces la mediación del conde castellano, no sin dejar caer las solicitaciones carnales del Rey, su propio hermano. El conde de Castilla, para aplacar al Rey, se ofrece a satisfacer su ofensa con su propia vida. El monarca finalmente perdona y da la mano de doña Elvira al conde de Saldaña; se ordenan las bodas múltiples y otras compensaciones. Despide don Manrique la obra:
    Y aquí se acaba la historia / del Vaquero de Moraña.


    OBSERVACIONES A LA OBRA

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    Observación: En el Acto I se lee esta curiosa, por lo detallada, acotación: 'Sale un criado con una fuente y un panecillo en ella, y dentro dél un papel, y un cuchillo, y una caja de conserva, y un paño de manos.'
    En la comedia aparece una pastora llamada Lucinda, nombre que la crítica suele asociar a Micaela Luján, por lo que la comedia correspondería a la época en que convivió ésta con Lope.
    Menéndez Pelayo asoció la comedia a dos fragmentos de "poesía lírica, semipopular o popularizada", en que se menciona al Vaquerizo de Moraña. Uno de estos fragmentos es la Serranilla Segunda del marqués de Santillana, el otro son unas coplas dialogadas que glosan la Serranilla, "Coplas de Antón, el Vaquero de Moraña", y que son el germen del encuentro y diálogo entre Marina y el Rey Bermudo, en un paisaje de alta montaña, en el Acto III.
    Menéndez Pelayo relaciona asimismo el planteamiento de la intriga con el que dio pie a la leyenda y a los dramas sobre Bernardo del Carpio, y además ve en él el embrión de Los Tellos de Meneses.


    EDICIONES DIGITALES DISPONIBLES

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