Félix Lope de Vega y Carpio Lope de Vega y Carpio, Félix

EL VELLOCINO DE ORO




Texto utilizado para esta edición digital:
El vellocino de oro. Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 1999. Edición digital a partir de: Menéndez Pelayo, Marcelino (ed.), Obras de Lope de Vega, XIV: comedias mitológicas y comedias históricas de asunto extranjero. Madrid, Atlas (BAE, CXC), 1966, pp. 102-133.
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Burgos Segarra, Gemma (Artelope)

Elenco

MÚSICA
HELENIA
FINEO
MEDEA
FENISA
DORICLEA
JASÓN
EL REY DE COLCOS
MARTE
TESEO
Soldados
Ninfas
FRISO

Loa famosa
Tocando un clarín primero, salga una DAMA a caballo en el Pegaso, que ha de traer unas alas a los lados, y ella un tocado de plumas altas, y un manto de velo de plata, bordado de ojos y lenguas, preso en los hombros.

[DAMA 1.ª]
Quintilla
Yo llego a buena ocasión,
si no me engaña el deseo;
los mismos que dijo son
hoy en su templo Febeo,
5
el gran padre de Faetón.
Quintilla
Aquí dijo que hallaría,
en las siestas de este día,
el Sol y Luna de España:
¡qué gloria los campos baña!
10
¡Qué resplandor! ¡Qué alegría!
Quintilla
Diome el caballo Pegaso,
de varias plumas vestido,
que estampa en el aire el paso,
cuyas alas me han traído
15
de las cumbres del Parnaso.
Quintilla
Puesto que la tierra y cielo
puedo penetrar de un vuelo,
porque toda plumas soy,
ciega de mirar estoy
20
tantos cielos en el suelo.
Quintilla
Con haberme fabricado
¡oh, tú que el cielo gobiernas,
alto Júpiter sagrado!
Toda de lenguas eternas,
25
aquí todas me han faltado.
Quintilla
Pues para ver sin enojos
tan soberanos despojos,
pocas las estrellas son
del esmaltado pavón
30
a quien Argos dio los ojos.
Quintilla
Ya mi propósito muda
el resplandor de su llama:
de hablar he quedado en duda;
¿quién dijera que la Fama
35
jamás estuviera muda?
Quintilla
Pero podré disculparme,
aunque el callar es mudarme
en otra naturaleza;
que solo vuestra grandeza
40
pudo a silencio obligarme.
Quintilla
Yo vi a Alejandro, y hablé
de Alejandro, aunque señor
de toda la tierra fue,
y a César, cuyo valor
45
sobre Roma puso el pie.
Quintilla
Pero aunque tantas parecen
mis lenguas, hoy enmudecen
viendo con tanto valor
un Alejandro mayor,
50
pues dos mundos le obedecen.
Quintilla
Yo vi reinas, cuya historia
osé escribir, y dejar
para siempre a la memoria;
y aquí me viene a faltar
55
pluma para tanta gloria.
Quintilla
Pero ¡qué desconfianza
hace de quien soy, mudanza!
Hablar quiero; que pues soy
la Fama, obligada estoy
60
a vuestra eterna alabanza.

(Sale por otra parte, tocándose chirimías, otra DAMA a caballo, con un tocado de palmas de oro enlazadas, y un manto de plata en los hombros, bordado de palmas.)

DAMA .2ª
Quintilla
El sitio lo manifiesta:
él es, que a la vista ofrece
tan esmaltada floresta:
no he tardado, pues parece
65
que dan principio a la fiesta.
Quintilla
Todo lo alcanza el deseo;
retratos del cielo veo
con tan altas majestades,
que pienso que en sus deidades
70
la turbada vista empleo.
Quintilla
Y como su perfección
apenas la diferencio,
y de igual belleza son,
la lengua han puesto en silencio,
75
la vista en admiración.
Quintilla
Luego que el sonoro fin
del animado clarín
de la Fama hirió mi oído,
vine a este jardín, que ha sido
80
ya cielo, que no jardín.
Quintilla
Lejos de las señas voy:
errar el sitio podía,
¡oh, qué venturosa soy!
pues a este jardín venía,
85
y dentro del cielo estoy.
Quintilla
Presumo, deidades bellas,
que estoy en él, pues por ellas
es fácil de conocer
que tierra no puede ser
90
donde hay sol, luna y estrellas.
Quintilla
Aquí se turbara Apeles
viendo sus luces mayores,
y dejara los pinceles,
aunque le dieran colores
95
los jazmines y claveles.
Quintilla
Aquí Virgilio dejara
la pluma, en el mundo rara,
pues para miraros solo,
todos sus rayos Apolo
100
en medio del cielo para.
Quintilla
No es alabaros mi intento;
que si tanta perfección
fiara a mi entendimiento,
cayera, como Faetón,
105
al mar de mi atrevimiento.
Quintilla
Por eso, claras estrellas,
angélicas luces bellas,
daré al silencio mis faltas;
que ofende las cosas altas
110
quien no sabe encarecellas.
Quintilla
Quisiera tener lugar
desde donde ver pudiera
la fiesta; quiero mirar
el sitio. ¿Quién me pudiera
115
mejor de todo informar,
Quintilla
que aquella dama que llama
a su vista mi deseo?
¿Quién sois, generosa dama?
Aunque las señas que veo
120
me dicen que sois la Fama.

DAMA 1.ª
Quintilla
La Fama soy.

DAMA 2.ª
Este día
llevaréis bien qué contar.

DAMA 1.ª
Lo que no acierto a mirar,
acertar después querría
125
a encarecer y pintar.
Romance (tirada)
Vos, ¿quién sois?

ENVIDIA
La Envidia soy.

DAMA 1.ª
¿La Envidia? Pues ¿tan gallarda?
No la pintaron ansí
tantas edades pasadas:
130
poetas e historiadores.
de manera la retratan,
que no hay furia, no hay arpía
con quien tenga semejanza;
vos disfrazada venís.

DAMA 2.ª
135
El nombre, Fama, os engaña;
que yo no soy esa Envidia
que las historias infaman.
Soy aquella Envidia noble,
que es virtud heroica y santa;
140
no la que es vicio, que aquí,
como hay tanto sol, no entrara.
¿No veis lleno mi vestido
de laureles y de palmas?
Pues por envidia las tengo
145
en las letras y en las armas.
Lloró Alejandro de envidia
que su padre no dejaba
más tierra que conquistase,
que fue de excederle causa.
150
Con envidia de Platón
estudió cosas tan raras
Aristóteles, que pudo
merecer más nombre y fama.
Aquesta Envidia soy yo;
155
porque si yo no animara
los ingenios de los hombres,
las plumas y las espadas,
ni hubiera libros famosos
de tantas ciencias, ni hallaras,
160
Fama, a quién dar tus laureles.

DAMA 1.ª
Altamente desengañas
la que tu nombre promete;
pero ¿a qué vienes, qué aguardas
de esta fiesta?

DAMA 2.ª
Quien la emprende,
165
a que pretenda me llama,
con envidia de otra fiesta,
puesto que ninguna basta
animar a lo imposible
las fuerzas de su esperanza.
170
Yo le dije que advirtiese
que era la empresa tan alta,
que a la misma Envidia noble,
con ser tan noble, desmaya,
y que habiendo precedido
175
tan rara invención, que basta
a ocupar eternamente
fama por naciones varias,
todo el bronce de tus lenguas,
todo el vuelo de tus alas,
180
no hallaba camino alguno,
porque la desconfianza
es ya mayor que la Envidia.

DAMA 1.ª
¿Tú, por quien tantas hazañas
se han hecho en el mundo, dices
185
ahora tales palabras?
¿Qué invención pretende hacer?

DAMA 2.ª
Aquella historia que canta
Ovidio, de donde tuvo
principio el Tusón de España.

DAMA 1.ª
190
¿Es la de Friso y Helenia?

DAMA 2.ª
Esos trujeron al Asia
el vellocino de oro,
a quien Marte puso en guarda,
con dos toros, un dragón,
195
por cuya empresa las aguas
vieron la primera nave
abrir sus campos de plata.

DAMA 1.ª
¿Quién le conquistó?

DAMA 2.ª
Jasón,
dando favor a sus armas
200
los encantos de Medea.

DAMA 1.ª
¿Quién viene?

DAMA 2.ª
Volando baja.

(Venga por lo alto, en una invención, la POESÍA, vestida de dama, con un laurel en las manos y en la cabeza.)

POESÍA
Redondilla
Envidia noble, prosigue:
no tengas temor, que ya
la Fama oyéndole está,
205
y tus pensamientos sigue:
Redondilla
aunque la desconfianza
buenos sucesos prometa,
siempre fue cosa discreta
desconfiar con templanza.

DAMA 2.ª
Redondilla
210
Tu opinión quiero seguir:
¿quién eres?

POESÍA
Soy la Poesía,
que a los Reyes este día
vengo a alabar y servir.

DAMA 2.ª
Redondilla
Vienes a buena ocasión;
215
diles lo que yo no puedo.

POESÍA
A mi pluma tengo miedo:
tan altas deidades son;
Redondilla
pero llamaré a mi hermana.

DAMA 2.ª
¿Quién?

POESÍA
La Música.

DAMA 2.ª
Pues di
220
que los alabe por ti,
y que lo escriba la Fama.

(Váyanse la ENVIDIA y la FAMA y diga la POESÍA:)

POESÍA
¿Oyes Música?

(Responda una voz de adentro cantando.)

MÚSICA
Redondilla
¿Quién es?

POESÍA
Tu hermana: soy la Poesía.

MÚSICA
¿Qué quieres?

POESÍA
Loar querría
225
las dos estrellas que ves.

MÚSICA
Redondilla
Vete a tu fiesta, y verás
cómo celebran las Musas
su valor, pues tú te excusas.

POESÍA
Música, no puedo más.

(Vuélvase a subir, y cante la MÚSICA este villancico.)

MÚSICA
Copla (estructura abierta)
230
Ya son mundos las almas,
de gloria llenas;
que Isabel y Felipe
reinan en ellas.
en los reinos reinan
235
todos los reyes,
en las almas solo
quien los merece;
pero amor les tienenN
X
Nota del editor

Seguimos la edición de Menéndez Pelayo que presenta la obra sin dividirla en actos. En este verso termina la “Loa famosa” y a partir del siguiente comienza la comedia propiamente dicha.

.

(Salen por el mar HELENIA y FRISO, sentados un carnero de oro, diciendo así:)

FRISO
Décima
¡Favor, Neptuno divino,
240
si te obliga la inocencia!

HELENIA
¿Quién ha de hacer resistencia
al furor de su destino?

FRISO
A tu centro cristalino
lleguen, deidad soberana.
245
las lágrimas de mi hermana;
pero déjasla llorar
porque enriquezca tu mar
la mayor riqueza humana.
Décima
Alza los ojos al cielo,
250
hermosa Helenia, si está
el mar tan airado ya,
que se ha convertido en hielo:
obliga el piadoso celo
de las supremas deidades;
255
que si no las persüades
con ver llorar dos estrellas,
temo por sus perlas bellas
mayores adversidades.

HELENIA
Décima
Este dorado animal
260
debéis haber codiciado,
ninfas de Neptuno airado,
por el precioso metal:
por los campos de cristal
no sabrá pacer corales
265
entre ramas desiguales;
dejalde, que ya le espera
coronada la ribera
de jacintos orientales.

FRISO
Décima
Mientras más, Helenia, lloras,
270
más enriqueces el mar,
que en conchas, sale a buscar
tus dos divinas auroras:
guarda el valor que atesoras,
hermana querida, en ellas,
275
que pues con perlas tan bellas
permiten que las respondas,
codiciosas son las ondas
y envidiosas las estrellas.

HELENIA
Décima
Loca de verse pisar
280
por donde más se dilata.
encrespa lazos de plata
la superficie del mar;
¡ondas, dejadnos pasar!

FRISO
¡Ondas, tened compasión!

HELENIA
285
¡Ninfas, piedad, si es razón!

FRISO
El mar sus montes allana;
que aquellos bultos, hermana,
celajes de tierra son.

HELENIA
Décima
Las nubes celajes nombras,
290
pero en el temor consiste;
que siempre engañan a un triste
las esperanzas con sombras.

FRISO
¡Ay, Dios! Con razón asombras
de la aspereza del mar,
295
si nos salen a matar
sus ninfas.

HELENIA
No puede ser,
porque con tanto placer
a nadie se dio pesar.

(Ábrase un peñasco y salga de él DORICLEA, ninfa, sentada en un delfín de plata.)

DORICLEA
Octava real
En los palacios, sobre blanda arena,
300
de perlas y corales fabricados,
al Rey que el proceloso mar enfrena.
¡oh, hermanos, cuanto hermosos, desdichados!
Envidiosa propuso una sirena,
y a los marinos dioses convocados,
305
que os diese el agua eterna sepultura;
así trata la envidia a la hermosura.
Octava real
Ese animal dorado pretendía
que fuese a su deidad sacrificado
sobre fuego del ámbar que el mar cría,
310
por atrevido a su cristal sagrado:
no se calificó por osadía,
sino desdicha, haber su campo arado;
que puesto que hay desdichas atrevidas,
las perdona el peligro de las vidas.
Octava real
315
Varios fueron los votos; mas venciendo
las ninfas, que a piedad habéis movido,
tres veces el Tridente reprimiendo
las voces del Consejo dividido,
manda que os guíe a la ribera, haciendo
320
camino este delfín al atrevido
bello animal, que de su gran tesoro
bordó las aguas con guedejas de oro;
Octava real
y que ninguna ninfa osada sea
a hurtar sutil de su dorada lana,
325
hasta que en tierra algunas hebras vea,
en que ensarte su aljófar la mañana:
Friso, yo soy la ninfa Doriclea,
sigue mis pasos con tu bella hermana;
que ya, como a marítimas deidades,
330
en la orilla os reciben las náyades.

(Salen la MÚSICA y las ninfas que puedan, coronadas de corales y perlas, con velos de plata sobre vestidos azules, y ramos de coral y perlas en las manos, y FRISO y HELENIA desciendan del carnero de oro.)

MÚSICA
Romance (tirada)
A quien el mar perdona.
recíbale la tierra;
así piadoso el cielo
defiende la inocencia.
335
Náyades de las fuentes,
y de la mar sirenas,
rendid vuestras envidias
a la Ideal belleza.
Cantemos dulces coros,
340
sembrando por la arena
en ramos de corales
los racimos de perlas,
pues lo quieren los dioses,
¡vivan Friso y Helenia!
345
hermanos perseguidos
de su madrastra fiera.
Y a quien el mar perdona
recíbela la tierra;
así piadoso el cielo
350
defiende la inocencia.

FRISO
Sagradas ninfas del mar,
tú, hermosa Doriclea,
parto de las claras ondas,
gloria y honor de las selvas;
355
tú, como Venus, nacida
de las espumas que besan,
de las peinadas orillas
la blanca y lustrosa arena,
oíd la historia que pudo
360
ser por desdichas tragedia,
si faltara la piedad,
atributo a la nobleza:
adonde la blanca aurora
compone la cuna tierna,
365
Fénix de su misma luz,
al sol que renace en ella,
sabio, aunque no venturoso,
el rey Atamante reina,
depuesta la blanca espada
370
de mil gloriosas empresas.
Casose en sus tiernos años
con la bellísima Celia,
de quien los dos somos hijos
con desdichadas estrellas.
375
Mi nombre, ninfas, es Friso,
mi hermana se llama Helenia,
gran sujeto a la Fortuna
para ejercitar sus fuerzas.
Los dos nos criamos juntos
380
hasta que la primavera
de nuestra edad dividió
la vida por la sospecha.
Atamante, con los años,
que todas las cosas truecan,
385
puso el dolor en olvido,
sombra de memorias muertas.
juntó consejeros sabios,
todos pienso que lo eran,
mas la voluntad de un rey
390
fue siempre la ley primera.
Dijo que quería casarse,
todos convienen que acierta;
que pretensiones y aumentos
abonan cuanto se yerra.
395
Casose con Erifile,
más hermosa que discreta,
aunque era bien entendida,
pero con poca prudencia.
Quísola con pocos años;
400
que la edad que a muchos llega,
ama con mayor lealtad
y agradece que le quieran.
Ganole el alma Erifile
que no es mucho que esto pueda
405
el artificio en los brazos
cuando nieva en las cabezas.
Comenzó a olvidar sus hijos,
¿quién pensara que pudiera?
Pero ¿quién no lo pensara
410
entrando la envidia en ella?
Yo, en la caza divertido,
le presentaba las fieras,
pero nunca con ninguna
pude aplacar su fiereza.
415
Como vi que la cansaba,
seguí animoso la guerra,
o para que me matasen,
o agradarla con mi ausencia.
Dábame el cielo victorias
420
como si yo las pidiera;
pero rasgábanle el alma
las cajas y las trompetas.
Cuando vía tremolando
las victoriosas banderas
425
entrar al son de las cajas.
se desmayaba en las rejas.
Mi hermana, por otra parte,
procuraba entretenerla,
ya con labores que hacía,
430
ya con inventarle fiestas.
Llegó a su extremo la envidia,
creció con lo que otros menguan,
porque, al revés de otros vicios,
con buenas obras se aumenta.
435
En fin, supo hacer de modo
que, de mi padre en la ausencia,
nos mandó echar en el mar
en un arca sin cubierta.
Al retirarse las ondas
440
de las opuestas riberas,
obedientes al imperio
que puso la luna en ellas,
vimos el golfo cantando
tan lastimosas endechas,
445
que gimieron los delfines
y lloraron las sirenas.
Mil veces vimos el arca
de las estrellas tan cerca,
que a poderse desclavar,
450
alcanzáramos estrellas;
y mil veces al abismo
descender con tal violencia,
que nos pareció que ya
pasaba de las arenas,
455
cual suelen de los pintados
arcos, para que desciendan
con la violencia que suelen,
los indios tirar las flechas.
En medio de estas desdichas,
460
sobre las ondas se muestra,
en un sepulcro de espumas,
sombra nuestra madre Celia.
«Hijos, nos dice llorando,
¿adónde a morir os lleva
465
la envidia de una madrastra?»
Lloramos juntos con ella,
y ella, a Júpiter moviendo,
de quien tuvo descendencia
su sangre, miró piadosa
470
las márgenes de la tierra,
de donde aqueste animal
rompe las ondas soberbias,
y para fe del milagro
doradas las rubias hebras.
475
Subimos en él los dos,
y aunque a costa de perderlas,
por altas montañas de agua
hallamos sendas estrechas.
Pero como por envidia
480
salimos de nuestra tierra,
también quiso airada el agua
que muriéramos en ella;
hasta que con tu favor,
bellísima Doriclea,
485
pisamos los verdes campos
destas enramadas selvas.
Contra quien ayuda Dios,
cánsase la envidia necia;
que cuando hubiera fortuna,
490
Dios gobernará su rueda.

DORICLEA
Décima
¿A quién, con vuestros cuidados,
príncipes, no les daréis,
si inocentes padecéis,
y hermosos sois envidiados?
495
Pero vivid confiados
de que saldréis con victoria;
que el cielo tiene memoria
de que estáis en tierra ajena,
y que ha de ser vuestra pena
500
para más descanso y gloria.
Décima
Donde la vista termina
de este horizonte la cumbre,
su dorada pesadumbre,
que con las nubes confina,
505
consagrado a la divina
deidad de Marte, levanta
un templo, por cuya planta
los délficos diferencio,
donde en respeto y silencio
510
veneran su imagen santa.
Décima
Aquí nereidas hermosas,
conduciréis a los dos,
porque el armígero dios,
en sus aras belicosas,
515
lleno de purpúreas rosas,
ofrezcan este animal,
preciosa víctima igual
a su divino decoro,
pues al estrellado Toro
520
vence la luz celestial;
Décima
que yo vuelvo en mi delfín
a los centros del Nereo,
porque ya el vario Proteo
toca el sonoro clarín:
525
tendrán vuestros males fin
con este holocausto santo;
y luego que en negro manto
suba el humo al quinto cielo,
bajará vuestro consuelo,
530
y cesará vuestro llanto.

(Mientras van las ninfas guiando al carnero de oro, que irá sobre sus ruedas, vuelva a cantar la MÚSICA)

[MÚSICA]
Copla (estructura abierta)
Apacibles prados,
creced las hierbas;
que ganado de oro
pasa por ellas.

(Aquí suenan trompetas y cajas, tiros, arcabuces y fuegos, y se abra el templo del dios MARTE, donde, sobre otras tantas columnas, se vean nueve retratos de los nueve de la FAMA, y en la décima el emperador Carlos V, a caballo, entre diversas armas y despojos, que por todo el templo estén pendientes de velos de plata y lazos de colores; MARTE en medio, armado, con plumas, lanza y rodela.)

FRISO
Décima
535
Sacro armipotente Marte,
Dios de las batallas fuerte,
que de no temer la muerte
sangriento enseñas el arte;
si tuve en tus glorias parte
540
por tantas victorias claras,
recibe, pues siempre amparas
a los que tu amor merecen,
los que esta víctima ofrecen
a los jaspes de tus aras.
Décima
545
Dos desterrados hermanos,
de ajena ofensa inocentes,
tienes a tus pies presentes,
favor pidiendo a tus manos;
así los brazos humanos
550
veas de tu blanca diosa
en tu esfera luminosa,
sin que el sol, que en medio vive,
de tanta gloria te prive,
lleno de envidia celosa;
Décima
555
y así Vulcano, jamás
forme red, del cielo risa,
a quien de tu amor avisa
por los celos que le das;
y así no te cuente más
560
de Adonis, Venus, la historia,
ni despierte la memoria
el lirio azul de su amor;
pues dar a un triste favor,
aun es en los hombres, gloria.

MARTE
Octava real
565
Hijos del noble Rey del claro Oriente
felicísima sangre de Atamante,
a quien la envidia trujo el mal presente
y envidia de mujer siempre arrogante;
el cielo os mira ya piadosamente;
570
ningún temor vuestra inocencia espante,
que presto volveréis al patrio suelo;
así lo dice ya présago el cielo.
Octava real
El templo adonde estáis os asegura
de todo cuanto la Fortuna intenta;
575
así la ofrenda recibir procura
quien la estrellada máquina sustenta;
la Fama, que al igual del tiempo dura,
de los preceptos del olvido exenta,
aquí tiene su centro, aquí reside,
580
aquí favor para las letras pide.
Octava real
Aquel de la celada que remata
un sol entre suspensos paralelos,
al valeroso Josué retrata,
que le detuvo, y admiró los cielos:
585
aquel del peto de luciente plata,
que el manto cubre de listados velos,
es el pastor que derribó el Gigante
a los cercos del cáñamo tronante;
Octava real
aquel de la casaca azul celeste,
590
es el gran defensor de los hebreos,
a quien la Fama eternos siglos preste
bronce inmortal, elogios y trofeos;
este de la encarnada sobreveste,
que con presteza igual a sus deseos
595
bebió de polo a polo el mar profundo,
es Alejandro, vencedor del mundo;
Octava real
Héctor, aquel del morrión dorado,
invicto, aunque en el griego desafío,
entre la roja púrpura bañado,
600
aró la arena del troyano río;
estos que no han nacido, aunque han llegado
por el valor futuro al templo mío
Júpiter manda que su imagen sea
copiada aquí de su divina idea;
Octava real
605
aquel, es César, ínclito romano,
que ha de obrar y escribir tantas historias;
este es Carlos, francés, llamado el Mano
coronado de palmas y victorias;
aquel, Arturo, el ínclito britano,
610
y este Bernardo, que a mayores glorias
llegara si le viera edad alguna
con menos sangre o con mejor fortuna.
Octava real
Décimo de estos que la Fama nombra,
manda poner sobre esta basa y plinto,
615
con la ferocidad que al Cita asombra,
al Marte de la tierra, a Carlos quinto;
la reina de las aves hará sombra
de suerte a España en término sucinto,
que dando envidia a las demás naciones
620
penetren los dos polos sus pendones.
Octava real
El vellocino que hoy me sacrificas,
de tanto honor le haré que ilustre el pecho
de los reyes de España, entre las ricas
piedras que el fuego esmaltarán deshecho;
625
mira a qué cielo su valor aplicas,
después de estar de treinta estrellas hecho,
cuando le bañe el sol en su alta esfera,
al paso de la verde primavera.
Octava real
La venturosa edad que está esperando
630
dorado el siglo de mayor tesoro,
de tres Filipos le verá adornando
el católico pecho entre aspas de oro:
yo, en tanto, a un árbol le pondré, formando
para custodia de mayor decoro,
635
dos toros y un dragón, linces de fuego,
a cuyas armas su riqueza entrego.
Octava real
Y ojalá que llegara a la dichosa
del gran Felipe cuarto el vellocino;
que destos animales la espantosa
640
furia domara su valor divino;
que del bridón rigiendo la espumosa
boca, y vibrando el temple diamantino,
los deshiciera con valor profundo,
que en años diez y siete asombra el mundo.
Octava real
645
No me permite Júpiter que cuente
los grandes hechos de este gran Monarca
mas que le ponga en el lugar decente
que libra del olvido y de la parca.
Tú, Friso, en tanto, de tu patria ausente,
650
con tosca piel y con grosera abarca,
vive estos montes con tu hermana bella;
que aun tiene rayos tu enemiga estrella.

(Ciérrese el templo, y salga, después de haberse tocado las trompetas, el príncipe FINEO en hábito de caza, con un venablo.)

FINEO
Canción
Monte que al cielo subes,
cuyos ásperos riscos
655
apenas retratar el mar se atreve,
penetrando las nubes
tus altos obeliscos,
ya vestidos de hierba, ya de nieve,
por donde el paso mueve,
660
la fiera más hermosa
que a vuestros valles pasa,
la nieve que me abrasa,
la hermosa imagen de jazmín y rosa,
la bella ninfa altiva,
665
más que vuestros arroyos fugitiva.

(Sale MEDEA en hábito de caza por otra parte, con arco y flechas.)

MEDEA
Canción
Montes que en aspereza
de peñas elevadas,
silvestres fieras, bárbaros pastores,
excedéis la fiereza
670
y selvas encantadas
de Arcadia, faltos de aves y de flores,
por no escuchar amores,
por no entender suspiros,
a vuestras soledades
675
ofrezco libertades,
al viento voces y a las fieras tiros;
que quien de amor se ofende,
huyendo de quien ama se defiende.

FINEO
Canción
Amor, duro castigo
680
de nuestros pensamientos,
que a tantas humildades nos obligas;
pacífico enemigo,
que los entendimientos
dulce enloqueces, y áspero fatigas;
685
así jamás persigas
a quien no te merece,
pues tu poder ignora
quien mata a quien le adora,
que me digas, amor, ¿cómo padece
690
tus penas sin mudanza
quien no supo jamás qué es esperanza?

MEDEA
Canción
Desdén que me defiendes
de los atrevimientos
en que suelen caer las voluntades,
695
y victorioso emprendes
con altos pensamientos
castigar las ajenas libertades;
pues tú me persuades
que amor es todo engaños,
700
prosigue en tus extremos;
juntos los dos pasemos
la verde primavera de mis años;
que es insufrible pena
querer vivir por voluntad ajena.

FINEO
Canción
705
Bellísima homicida
del alma que desdeñas,
dulce cuidado generoso mío,
que me cuestas la vida,
¿en cuál de aquestas peñas
710
tu retrato verá mi desvarío?
Pues vengarme confía
en los piadosos cielos
de tu cruel belleza;
que por ser tu aspereza
715
sujeta un hora, aunque me maten celos,
quiero pedir que quieras,
y morirme de amor porque tú mueras.

MEDEA
Canción
Aborrecido amante,
que conquistas en vano
720
el hielo de mi pecho, ¿cómo emprendes
deshacer un diamante,
pues ya como tirano
la dulce libertad del alma ofendes?
Imposibles pretendes,
725
los rayos del sol miras,
siembras en el arena,
pues mientras con más pena
loco de amor por mi desdén suspiras,
con más libre deseo
730
mi libertad en tu desprecio empleo.

FINEO
Redondilla
¡Ay, dulce imaginación,
poderosa a hacer efeto!
¡Ay, imposible sujeto
de mi loca pretensión!
Redondilla
735
¡Ay, sombra del pensamiento!
Mas, pues no puede abrasar
la sombra, os haré pensar
que es verdad mi atrevimiento.
Redondilla
Llegad, corazón turbado,
740
y tanta dicha gozad;
que alguna vez es verdad
lo que piensa un desdichado.
Redondilla
Si pudieran esconderme
de tu luz tantos enojos,
745
te conocieran mis ojos
en que te pesa de verme.
Redondilla
Yo sé que no me ha engañado,
prima, el pensamiento mío,
pues que me muestras desvío
750
aun antes de haberme hablado.
Redondilla
Excusas palabras breves
por mostrar largos enojos,
pues remites a los ojos
la respuesta que me debes.
Redondilla
755
Tú no vas a matar fieras,
porque, si fueras, sospecho
que a la crueldad de tu pecho
volver el arco pudieras.
Redondilla
Irás a matarme a mí:
760
¡ojalá lo fuera yo,
no para matarme, no,
para no esperarte, sí!
Redondilla
Yo espero; tira, procura
mi muerte, si ya la esperas,
765
porque solamente fieras
huyeran de tu hermosura.
Redondilla
Que puesto que me aborreces,
podré tener por favor
matarme amor, que al am[o]r
770
en arco y flechas pareces.

MEDEA
Redondilla
Gallardo primo Fineo,
pésame de verte triste,
si tu tristeza consiste
en tu amoroso deseo.
Redondilla
775
Tanta desesperación
es indigna de hombre sabio,
ni querer formar agravio
que no se funde en razón.
Redondilla
No sé yo que esté obligada
780
a amar una dama a quien
dice que la quiere bien;
porque no ha de amar forzada.
Redondilla
Voluntad que no responde
a quien muestra voluntad,
785
a mayor dificultad
que la de amor corresponde.
Redondilla
Es definición de amor
correspondencia de estrellas;
que donde no quieren ellas,
790
pierden servicios valor.
Redondilla
Fuera destos, en cortesía
te estima mi voluntad.

FINEO
Agradezco tu piedad,
ingrata enemiga mía;
Redondilla
795
porque es tenerla de mí
el darte prisa a matarme;
que deberte el engañarme.
fuera más crueldad en ti.
Redondilla
El Rey, tu padre, Medea,
800
desde la muerte de Albano,
mi amado padre y su hermano,
mi aumento y vida desea.
Redondilla
Él me ha criado: ¡ay de mí!
que de criarme contigo
805
nació este amor, mi enemigo,
pues que nunca nace en ti.
Redondilla
¡Caso extraño que se aumente
amor sin amor! Pues mira
no llegue de amor la ira
810
a que la venganza intente.
Redondilla
Que podrá ser que algún día
te arrepientas de mis daños
vencida de otros engaños,
ya que no de mi porfía.
Redondilla
815
Falten las luces serenas
de tus estrellas crueles,
para tu boca claveles,
para tu frente azucenas.
Redondilla
Eclipse la nieve pura
820
su divino resplandor.
porque el tiempo es el mayor
contrario de la hermosura.
Redondilla
Y entonces, amor lo quiera,
que no te aborrezca, no,
825
pero que me vengue yo
de tu hermosura siquiera.

MEDEA
Redondilla
Fineo, yo escucho mal
a quien habla en querer bien.

FINEO
Detente, hermoso desdén.
830
para mí muerte inmortal;
Redondilla
que aunque el respeto perdone,
amor licencia me da.

MEDEA
Mira, Fineo, que ya
parece que el sol se pone.
Redondilla
835
¿No lo ves en su arrebol?

FINEO
Detén las plantas crueles
porque no haya dos laureles,
pues no hay más de un solo sol.
Redondilla
Ama un hombre que te adora
840
a ejemplo de cuanto vive,
que vida de amor recibe,
y por vivir se enamora.
Redondilla
No viene la primavera
con verdes pasos al prado,
845
cuando de amor esmaltado,
de sus flores fruto espera.
Redondilla
Apenas las libres aves
ven la risa de la aurora,
cuando amor las enamora
850
y enseña amores suaves,
Redondilla
las palomas se requiebran
y las tórtolas se casan:
hasta las aguas que pasan,
en las pizarras se quiebran;
Redondilla
855
que amor junta hasta las piedras,
y en los árboles de Alcides
suben las fértiles vides,
y por los muros las yedras.
Redondilla
Deja un león el rigor,
860
brama por su amada ausente;
no hay sirena en mar, ni en fuente
ninfa, que no tenga amor.
Redondilla
No hay pez en el mar profundo
que no tenga sentimiento:
865
amor es un elemento
en que se conserva el mundo.
Redondilla
Pues ¿sola no ha de querer
obedecer tu belleza
la ley de naturaleza?
870
¿Eres montaña o mujer?

MEDEA
Redondilla
Mientras más me persuades.
más me enojas; primo, adiós;
que de estar solos los dos
murmuran las soledades.
Redondilla
875
En palacio me dirás
lo que no te escucho aquí.

FINEO
¿Oirásme en palacio?

MEDEA
Sí.

FINEO
Falsa esperanza me das.

MEDEA
Redondilla
En fin, ¿esperanza es ya?

FINEO
880
Ni dice el alma que es mucha,
porque quien sola no escucha,
acompañada ¿qué hará?
Dame un favor.

MEDEA
Redondilla
¿Qué favor?

FINEO
Una flor; que si la alcanza,
885
será en mi alma esperanza
lo que en tu cabello es flor.

MEDEA
Redondilla
Hartas, primo, tiene el prado;
cógelas, y adiós, que suena
gente.

(Vase.)

FINEO
Detente, sirena
890
del mar de mi amor turbado.
Redondilla
Detente; tenedla, cielos;
creced en forma de ríos,
agua os dan los ojos míos;
poneos delante, arroyuelos.
Redondilla
895
Zarzas, en besar dichosas
sus pies, detened sus pies;
pero si es Venus, después
volveréis a tener rosas.
Redondilla
Detened su ligereza,
900
peñas; pero no querréis,
por lo que della tenéis,
que aunque no es sangre, es dureza.
Redondilla
¡Ay de mi corta ventura,
que de mis méritos no;
905
que el cielo nos igualó
en lo que no es hermosura!
Redondilla
¿Cómo es posible culparme
de ser tan indigno? Hoy muero;
en vuestros cristales quiero
910
¡oh, puras fuentes! mirarme.
Redondilla
No soy el loco Narciso;
pero ¿cómo me aborrece
Medea, si aquí parece
que naturaleza quiso
Redondilla
915
favorecerme en no ser
tan desigual a Medea?
¡Cielos, mi muerte desea!
Amar es obedecer.
Redondilla
Yo me quiero dar la muerte;
920
vengareme de mi amor,
y de ella, si su rigor
de tanta crueldad le advierte.
Redondilla
Vuelve, Medea, a mirarme
morir, no a verme querer,
925
pues no quisiste volver
a darme vida y matarme.
Redondilla
Mas echarme quiero en ti;
ondas, abrid vuestro centro:
voces oigo; si son dentro,
930
deben de salir por mí.

(Dentro digan JASÓN y TESEO)

JASÓN
Redondilla
Tierra, y tierra deseada.

TESEO
Llega a tierra.

TODOS
¡Tierra, tierra!

FINEO
Parece gente de guerra:
pero la vista, engañada,
Redondilla
935
no conoce que en el mar
es imposible haber gente,
porque el húmedo Tridente
no se ha dejado pisar.
Redondilla
Gente viene. ¡Hola, pastor,
940
que habitas estas cabañas,
que de neas y espadañas
compone tosca labor!
Redondilla
¿Sabes de qué se ha causado
en la mar este rüido?

(Sale FRISO en traje de pastor.)

FRISO
945
Señor, yo estaba dormido
en las sombras de este prado,
Redondilla
cuando el confuso alboroto
del agua me despertó,
y vi que el ganado huyó
950
desde su ribera al soto.
Redondilla
Dila silbos, rasgué el viento
con la honda, y a la fe,
que ignorante le llamé
de tan extraño portento;
Redondilla
955
que volviendo, al mar los ojos,
vi por sus campañas rasas
unas portátiles casas
llenas de varios despojos,
Redondilla
con más cuerdas que se mira
960
un instrumento ordenado,
y asiento un lienzo pintado
decir: «Bota, amaina y vira»,
Redondilla
gente que dentro se esconde:
en fin, el furor del viento
965
con seguro movimiento
templadamente responde;
Redondilla
que cortando las espumas
que forma el azul cristal,
entre los campos de sal
970
parece flecha con plumas.
Redondilla
Al principio imaginé
que fuese ballena o foca,
isla movediza o roca;
pero engañado quedé,
Redondilla
975
que dejando la mar fiera,
de la alta casa trasladan,
en tablas que asidas nadan,
a la mojada ribera
Redondilla
cajas, armas, gente fuerte,
980
galas, espadas y lanzas.

FINEO
Tened paciencia, esperanzas,
que hay mayor mal que la muerte.
Redondilla
Guerra es esta; no es razón
que no ayudéis a Medea,
985
puesto que ingrata desea
vuestra injusta perdición.
Redondilla
Pastor, si galán pastor
lo puede ser de este valle,
de tu discreción y talle
990
me prometo igual valor.
Redondilla
Vente a la corte conmigo.

FRISO
Señor, tengo aquí una hermana,
y no es para cortesana.

FINEO
¿Por qué si viene contigo?
Redondilla
995
Que yo, no puedo creer
que digna de estar no sea
con la divina Medea,
ángel, peñasco y mujer;
Redondilla
pues es forzoso que a ti
1000
se parezca.

FRISO
Pues allá,
si ella con la Reina está,
¿qué pensáis hacer de mí?

FINEO
Redondilla
¿Tú no serás jardinero
del Rey mi tío?

FRISO
Sí, a fe,
1005
porque es oficio que sé.

FINEO
Llevarte a la corte quiero.

FRISO
Redondilla
Estoy diestro en saber bien
lo que las flores requieren,
unas que poca agua quieren.
1010
y otras que mucha también.
Redondilla
Los claveles, azucenas,
clavellinas, carmesíes,
anémonas, alelíes,
lirios de moradas venas;
Redondilla
1015
rosas, mayas, valerianas,
manutistas y mosquetas,
tornasoles y violetas,
narcisos y mejicanas;
Redondilla
de artemisas y jacintos,
1020
campanillas, cidronelas,
junquillos y pimpinelas
entre verdes laberintos,
Redondilla
haré un jardín tan perfeto,
que pueda envidiarle Apolo.

FINEO
1025
Si te llevo, es porque solo
has de saber un secreto.

FRISO
Redondilla
¿Es de negocios de amor?

FINEO
¿Tan presto lo has conocido?

FRISO
Sí, señor, que enfermo he sido,
1030
y os conozco en la color.

FINEO
Redondilla
Cajas vuelven a sonar:
¿cómo te llamas?

FRISO
Lisardo.

FINEO
Aquí lo que fuere aguardo.

FRISO
Mi hermana voy a llamar:
Redondilla
1035
griegos son: no hay que me asombre,
pues tengo el nombre mudado;
que de quien muda el estado,
aun apenas queda el nombre.

(Salen cajas, banderas y soldados, JASÓN y TESEO.)

JASÓN
Romance (tirada)
Aquí hay un hombre, Teseo.

TESEO
1040
Llega de paz, que la guerra
por donde habemos venido
no es posible que la teman.

JASÓN
Caballero, si lo sois
como el semblante lo muestra
1045
que naturaleza escribe
en la frente la nobleza,
¿podemos llegar de paz?

FINEO
Capitanes, vuestra lengua
dice quien sois, y esta hazaña
1050
digna de las armas griegas.
Soy el príncipe Fineo,
sobrino del rey Oeta,
rey de Colcos, padre ilustre
de la divina Medea;
1055
Medea, cuya hermosura
es de aqueste reino Elena,
no para incendios de Troya,
ni para infamias de Grecia,
hoy anda en aqueste monte
1060
cazando silvestres fieras,
seguro que diese el mar
a vuestras armas licencia.
y por quien sois os suplico,
que con el milagro sepa
1065
la intención con que venís.

JASÓN
Tu cortesía y nobleza
obligan, Príncipe ilustre,
a que Jasón te agradezca
el alma con que le escuchas,
1070
la voluntad que le muestras.
Y, pues ya te he dicho el nombre,
sabrás que reinaba en Grecia
Pelias con Esón, mi padre:
murió Esón, y quedó Pelias;
1075
No teniendo sucesión,
dábale notable pena
el ver que yo le heredase;
que está la envidia más cerca
que la amistad y la sangre;
1080
aquella víbora fiera,
a quien mata el bien ajeno,
y el mal del amigo alegra,
y con no haber heredero
que en el reino le suceda,
1085
trató mi muerte conmigo,
o por lo menos mi ausencia.
Díjome Pelias un día:
«Hijo, si en la primavera
de tus años no ejercitas
1090
las armas, ¿qué honor profesas?
Entra por el ocio amor,
tirano de las potencias,
y muere un hombre sin fama,
vida de memorias muertas.
1095
Tú tienes alto valor,
que de nuestra sangre heredas,
raro ingenio, salud firme,
pocos años, muchas fuerzas.
Adquiere nombre que a todos
1100
nos dé honor, y harás que sea
nuestra sangre tu corona,
y tu victoria la nuestra.
Hércules tiene vencidas
las difíciles empresas
1105
del mundo, en Europa y Asia;
como la sierpe Lernea,
el fiero león de Arcadia,
y la calidonia fiera.
Mató al gigante Aqueloo;
1110
y así, no queda que emprendas
sino el vellocino de oro,
que Marte puso en la huerta,
pendiente de un lauro verde,
del Rey de Colcos, Oeta.
1115
Si este conquistas, Jasón,
heroica fama te espera,
bronces y jaspes te aguardan
con epigramas eternas.»
Y puesto que vi su envidia,
1120
no quise que conociera,
ni en mi valor cobardía,
ni en sus intentos bajeza.
Hablé al gallardo Teseo,
honor y gloria de Tebas,
1125
y porque pasar a Colcos
por alta mar era fuerza,
pensamos los dos un día
la mayor cosa y más nueva
que imaginaron los hombres;
1130
porque estando en una selva,
se cayó un nido de un árbol
de manera en la ribera
del mar, que con padres e hijos,
las mimbres y pajas secas
1135
conducidas de las ondas,
que como ves salen y entran,
fueron caminando al golfo
sin que el agua las ofenda.
Atravesose una pluma
1140
entre dos pajas y en ella
daba el viento, que movía
el nido con blanda fuerza.
Luego fabriqué una nave
y puse en un árbol velas,
1145
a imitación de la pluma,
para moverlas por ellas.
Diéronme pinos las faldas
del Pegaso, y por hacerla
de su monte su apellido,
1150
fue la nave Pegasea,
aunque otros la llaman Argos,
porque ejecutó mi idea
un griego de aqueste nombre,
que al diestro Dédalo afrenta.
1155
Echela al mar, adornada
de blandas jarcias y cuerdas,
con que he tocado el abismo
y espantado las estrellas.
Los peligros que he pasado
1160
no es razón que los refiera,
por acercarse la noche
cubierta de sombras negras.
Yo vengo de paz a Colcos,
y así es razón que precedas
1165
mi embajada, dando al Rey
de mi pensamiento cuenta.
Que si tiene por casar,
como yo pienso, a Medea,
y en esta empresa me ayuda,
1170
yo me casaré con ella.

FINEO
¡Notable hazaña la tuya!
No me admira lo que intentas,
mas la de pasar el mar
a pesar de su soberbia...
1175
yo te quiero conducir
al Rey, pero no pretendas
casamiento con su hija,
por ciertas cosas secretas
que yo te diré después.

JASÓN
1180
No quiera Dios que le ofenda,
que solo servirle quiero.

FINEO
Sígueme, para que veas
al Rey de mayor valor,
y a la más hermosa Reina.

(Aquí se divide la comedia, para que descansen, con alguna música, y salgan JASÓN, TESEO y FINEO, el REY DE COLCOS, MEDEA, su hija, con galas de palacio, y FENISA, damaN
X
Nota del editor

Tal como indicábamos en la nota precedente, seguimos la edición de Menéndez Pelayo que se presenta sin divisiones. No obstante, cabe señalar que para Morley y Bruerton esta actoación «se toma en elsentido de que la comedia está dividida en dos actos».

.)

JASÓN
Redondilla
1185
Tan alta empresa conquisto.

REY
Joven valeroso y fuerte,
tanto me alegro de verte
cuanto siento haberte visto.
Redondilla
Conozco que la alta empresa
1190
es digna de tu valor;
mas como obligas a amor,
de que la emprendas me pesa.
Redondilla
Y del rey Pelias me espanto,
generoso caballero,
1195
pues no teniendo heredero,
te puso en peligro tanto.
Redondilla
¿Sabes lo que has de vencer
por el vellocino de oro?

JASÓN
Señor la fama que adoro
1200
no la puedo merecer
Redondilla
teniendo la espada ociosa,
mis reinos, y no ellos solos,
mas pienso que los dos polos
saben mi empresa famosa.

REY
Redondilla
1205
De un verde laurel pendiente
dicen que está, cuyo pie
se conserva libre en fe
de un dragón resplandeciente,
Redondilla
cuyas alas, de cambiantes
1210
colores y tornasoles,
a las nubes y arreboles
del poniente semejantes,
Redondilla
cubren las escamas duras
de que tiene el cuerpo armado,
1215
de un verde jaspe esmaltado
de oro entre líneas oscuras.
Redondilla
Los ojos son dos topacios
con aquella luz flamante
que, estando cristal delante,
1220
expira por sus espacios.
Redondilla
La boca de rayos llena,
y los pies de cocodrilo
que en las márgenes del Nilo
tiembla su estampa la arena.
Redondilla
1225
Dos toros están con él,
cuyas frentes importunas
coronan menguantes lunas
de aspecto horrible y cruel.
Redondilla
Por ojos, boca y narices
1230
vierten humo y fuego a veces,
con que manchan sus dobleces
las arrugadas cervices.
Redondilla
Como de erizos cubiertas
tienen las pieles tostadas,
1235
las uñas de bronce armadas,
no, como suelen, abiertas:
Redondilla
mira, Jasón valeroso,
lo que vas a conquistar.

FENISA
Basta; que das en mirar,
1240
Medea, este griego hermoso.

MEDEA
Redondilla
¿No te parece disculpa
su extremada gentileza?

FENISA
Tu condición y aspereza
tan nuevos efectos culpa.

MEDEA
Redondilla
1245
Entrome por compasión
al alma la voluntad;
no es amor, sino piedad,
o entrambos efectos son;
Redondilla
que los merece también
1250
su gentileza briosa.

FENISA
Si ya le miras piadosa,
vendrás a quererle bien,
Redondilla
y sería novedad
en tu rigor.

MEDEA
Suele amor
1255
tomar, para entrar mejor,
la capa de la piedad.
Redondilla
¡Por Júpiter, que es gallardo
y que no acierto a dejalle!
Mas muérome por miralle,
1260
y de verle me acobardo.
Redondilla
Querríame despedir,
Fenisa, del Rey y de él,
y no sé qué he visto en él
que no me deja partir.

FENISA
Redondilla
1265
De cualquier suerte conmigo.
Medea, estás disculpada,
y yo, también, si me agrada
aquel capitán su amigo.
Redondilla
Bizarros los griegos son:
1270
¿no es muy gallardo Teseo?

MEDEA
La envidia de mi deseo
te dio, Fenisa, ocasión.
Redondilla
En fin, ¿te parece bien?

FENISA
Estoy por decir que sí.

MEDEA
1275
Dilo, Fenisa, que a mí
me agrada Jasón también.

FENISA
Redondilla
Pues no se concierta mal;
que ellos nos están mirando.

MEDEA
Y Fineo murmurando
1280
celos de mudanza igual.

JASÓN
Redondilla
¿Has reparado, Teseo,
en la divina Medea?

TESEO
Tú en ella la vista emplea,
por no, decir el deseo;
Redondilla
1285
que yo, desde que miré
a Fenisa, no he quitado
ni la vista ni el cuidado
de sus ojos.

JASÓN
Dicha fue
Redondilla
no encontrar las aficiones;
1290
que te aseguro que ya
Medea en el alma está,
donde tú a Fenisa pones.

TESEO
Redondilla
Si Marte, amigo Jasón,
nos saca en paz de esta empresa,
1295
y a algún celoso no pesa
que ya nos mira a tración,
Redondilla
pienso que a Grecia volvemos
casados.

JASÓN
No podrá ser,
porque ya comienzo a ver
1300
en este Príncipe extremos.

TESEO
Es su primo.

JASÓN
Redondilla
Cuando amor
sobre la sangre se aplica,
el parentesco duplica
la fuerza de su rigor.
Redondilla
1305
Celoso y triste le veo;
no lo estará sin razón.

TESEO
¿En qué lo has visto, Jasón?

JASÓN
En que ya lo estoy, Teseo.

FINEO
Redondilla
¡Cielos, que habéis conducido
1310
un extranjero a mi tierra,
de paz para darme guerra,
piedad de mí; muerte os pido!
Redondilla
Que el alma que en luces viene
a los ojos de Medea,
1315
dice que a Jasón desea.,
y los de él, que amor la tiene.
Redondilla
Porque los gustos o enojos,
como no saben mentir,
no los pueden encubrir,
1320
por más que finjan, los ojos.
Redondilla
Pero ¿qué me estoy matando,
si los toros y el dragón,
ya de la loca pasión
de los dos me están vengando?
Redondilla
1325
Fieras que guardáis el verde
laurel donde está colgado
el vellocino dorado
con quien el sol rayos pierde;
Redondilla
si amor, si celos tuvistes,
1330
pues sabéis que es mal tan fiero,
de algún novillo extranjero
cuando en las selvas vivistes,
Redondilla
haced a Jasón pedazos;
que si no bastaren juntas
1335
vuestras encantadas puntas,
yo os quiero prestar mis brazos.

REY
Redondilla
Jasón, nuestro huésped eres;
vamos a hacer sacrificio
a Marte, piadoso oficio,
1340
para que victoria esperes;
Redondilla
que en habiendo descansado
trataremos de la empresa.

JASÓN
Señor, el descanso cesa
donde comienza el cuidado.
Redondilla
1345
El sacrificio es muy justo,
que el mejor principio es Dios;
mas pues son los toros dos,
hacérsele de ellos gusto
Redondilla
sirviendo el arena de ara
1350
adonde pienso verter
su sangre.

REY
Bien puede ser;
pero será hazaña rara.

JASÓN
Redondilla
No temo encantados fuegos
de otros ni de dragones.

FINEO
1355
¡Qué necios y fanfarrones
son estos cobardes griegos!

(Váyanse, y queden MEDEA y FENISA.)

MEDEA
Décima
Nuevo pensamiento mío,
fuego en mi hielo engendrado,
¿dónde vais desatinado
1360
a tan dulce desvarío?
¿Qué es de la esperanza y brío
con que jamás la pasión
de amor venció la razón
que agora rendida os culpa?
1365
Pero daréis por disculpa
el no haber visto a Jasón.
Décima
¡Ay, Fenisa, con qué prisa
entré a ser de amor esclava
cuando más segura estaba
1370
de sus engaños, Fenisa!
Amor aparece a la risa
del alba, que en llanto para;
pero ¿quién no imaginara
que, viniendo a matar fieras,
1375
la muerte, Jasón, me dieras
para que amor se vengara?
Décima
Mas ¿cómo sin resistir
un extranjero valor,
me dejo vencer de amor
1380
y me condeno a morir?
Ya no me quiero rendir;
que es necia facilidad,
mas fuera de ser crueldad,
pongo a peligro la vida,
1385
porque en siendo resistida,
se aumenta la voluntad.
Décima
Si desde mis tiernos años
he estudiado encantamientos,
si la tierra, el mar, los vientos
1390
obedecen mis engaños,
y resultan tantos daños
de no ayudar a Jasón
que seré su perdición,
¿ha de morir su belleza
1395
a manos de la fiereza
de aquel fogoso dragón?
Décima
No quiera Júpiter santo
que yo le deje morir,
pues que lo puedo impedir
1400
si con yerbas los encanto;
que si yo le obligo tanto,
él se casará conmigo,
y llevándome consigo
reinaré con él en Grecia:
1405
loca estoy sobre estar necia,
pues cuanto imagino digo.

FENISA
Décima
Espantada estoy, señora,
de ver tan nueva mudanza.

MEDEA
¡Qué justa desconfianza
1410
me ha dado, Fenisa, agora!
¡Si finge que se enamora
Jasón, y quiere en su tierra
otra mujer! Mucho yerra
quien tiene a un extraño amor;
1415
toma las llaves, honor,
y al amor el alma cierra.

FENISA
Décima
¡En extraña confusión
te ha puesto tu pensamiento!

MEDEA
Solo el no ayudarle siento,
1420
porque ha de morir Jasón:
¡Qué lástima! ¡Qué ocasión
tan triste! ¿Por qué me atrevo
a consentir, si le debo
amor, Fenisa, y no engaños,
1425
que en lo mejor de sus años
muera tan galán mancebo?
Décima
Ahora bien, esto es amor;
no le resistamos más.

FENISA
Resuelta a su amor estás.

MEDEA
1430
Con licencia de mi honor,
lo estoy a darle favor;
llama a Silvia, hablarla quiero.

FENISA
¿Es Silvia del jardinero
la hermana?

MEDEA
La misma es;
1435
que aunque rústica la ves,
fue cortesana primero;
Décima
de ella me quiero fiar
para hablalle en el jardín.

FENISA
La pared de este jazmín
1440
hoy la he visto aderezar.

MEDEA
Allí está cogiendo azahar.
Dale una voz.

FENISA
¡Silvia!

(Sale HELENIA, en hábito de serrana, con patenas, corales, sombrero de villana, sayuelo y manteo.)

HELENIA
¿Quién
me llama?

FENISA
Quién de tu bien
no tiene poco cuidado.

HELENIA
1445
Si supiera hablar el prado,
él lo dijera también.
Décima
No debe a la primavera
más flores que a vuestros pies;
y ¿qué mucho, de quién es
1450
la primavera primera?
Salir el cristal quisiera
de esta fuente a hurtar mis labios.

MEDEA
Álzate, que son agravios
las lisonjas a discretos.

HELENIA
1455
Siendo de la causa efetos,
nunca se agravian los sabios.
Décima
¿En qué os sirvo?

MEDEA
Estoy turbada.

HELENIA
Basta; vos tenéis amor,
porque del rostro el color
1460
subió la sangre alterada:
pues no reparéis en nada;
mujer soy, y también quiero
un gallardo caballero
desde que en palacio estoy:
1465
mirad cómo cuenta os doy
de mis desdichas primero.

MEDEA
Décima
¿Cosa que celos me des?

HELENIA
Que de vos los tengo yo
es lo más cierto.

MEDEA
Eso no,
1470
que es muy principal.

HELENIA
¿Quién es?
Que no le querré después
que sepa que vos le amáis.

FENISA
Silvia, si acaso os burláis,
aunque nacida en aldea,
1475
daréis enojo a Medea.

HELENIA
Fenisa, engañada estáis;
Décima
que si os quisiese decir
quién soy, bien puedo querer
lo que pueda merecer
1480
a quien hoy me veis servir.

MEDEA
Deja, Silvia de fingir
donaires de tu deseo.

HELENIA
Quiero a tu primo Fineo.

MEDEA
Pues quiérele, que es razón,
1485
porque yo, Silvia, en Jasón
mis pensamientos empleo.
Décima
Pero mira que es locura
tu amor.

HELENIA
Yo sé que le puedo
querer.

MEDEA
¿De qué tienes miedo?

HELENIA
1490
¡Aun aquí no estoy segura!

MEDEA
Hablar a Jasón procura,
y dile que quiero hablalle
en el jardín.

HELENIA
Iré a dalle
tan buenas nuevas, señora:
1495
por lo menos te enamora
discreto y con lindo talle.
Décima
Bien haya la dama, y bien
le suceda; que en disculpa
puede ofrecer de su culpa
1500
que quiere a un discreto bien.

MEDEA
Añade el talle también,
Silvia, y el donaire y brío,
y quédate, adiós.

HELENIA
Confío
en su piedad que algún día
1505
cese la desdicha mía,
y sepáis el valor mío.

(Vanse, y quede sola HELENIA.)

HELENIA
Soneto
Hiedras que, de estos álamos esposas,
a un hielo frío enseñaréis amores,
y viendo a vuestros pies crecer las flores,
1510
con más amor los abrazáis celosas.
¿Qué sienten vuestras almas amorosas
cuando las viste abril de sus colores,
pues llegan a tener competidores,
por celos hiedras, por amores rosas?
1515
Yo, viendo que les dais tantos abrazos
mis locas esperanzas aventuro,
porque no hay posesión sin firmes brazos
Vuestros amores imitar procuro,
porque quien tiene el bien con menos lazos
1520
¿cómo puede pensar que está seguro?

(Sale JASÓN.)

JASÓN
Lira
Aunque Lucrecia sea
menos urbana, ¡qué razón sería,
serrana, a quien desea
servir agradecida el alma mía,
1525
pisar sendas agora,
que en ellas estampó su pie el aurora!
Lira
No he podido excusarme,
porque vengo a poner la boca en ellas,
de hablarte y de preciarme,
1530
que vi por atrevido las estrellas,
si verlas en el suelo
es ser Faetón del sol y caer del cielo.
Lira
Aquí estuvo Medea,
aquí Venus, aquí el Amor vendado,
1535
que merece que sea
de los dioses temido y estimado,
y aquí, con tu licencia,
quiero adorar la sombra de su ausencia.

HELENIA
Lira
A la fe, generoso
1540
Jasón, hijo de Marte, que merezco,
si estáis tan amoroso,
albricias con las nuevas que os ofrezco.
Medea quiere hablaros;
yo vi perlas cubrir sus ojos claros:
Lira
1545
si sois favorecido
de sus famosas artes, haced cuenta,
Jasón, que habéis vencido;
que si retroceder la luna intenta,
lo hará tan fácilmente
1550
que ni las plantas ni la mar aumente.
Lira
Divina, encantadora,
para vuestro favor era Medea;
ya el sol las nubes dora
del occidente a que llegar desea:
1555
y la noche tirana,
huyendo viene de la aurora indiana.
Lira
Aquí esperad; que creo
que presto la traerá su amor rendida.

JASÓN
¿Es posible que veo
1560
tan cerca mi esperanza conducida
al puerto? Desconfío,
que no puede ser cierto por ser mío.
Lira
Este anillo, serrana,
aunque es diamante, amor le da más precio.

HELENIA
1565
Tened: no soy villana:
precio el amor, y el interés desprecio;
el amor es tesoro,
y no es favor sin voluntad el oro.
Lira
Si os veis, Jasón, por dicha
1570
en Grecia rey con la real Medea,
doleos de mi desdicha,
porque Lisardo lo que ha sido sea,
Lisardo, aquel mi hermano.

JASÓN
En fe de que lo haré te doy mi mano.

HELENIA
Lira
1575
Pues voyme, que parece
que siento en el jardín manso rüido;
todo cuadro florece,
y el viento, entre los árboles dormido,
parece que despierta.

JASÓN
1580
No me engañes amor; mi gloria es cierta.

(Vase HELENIA y sale MEDEA.)

MEDEA
Romance (tirada)
Claras, cristalinas fuentes,
que con dulce voz sonora,
de amor, de celos, de ausencia,
parece que estáis quejosas;
1585
altos árboles en quien
duermen, sosiegan, reposan
mil pintados pajarillos
que esperan la blanca aurora;
narcisos enamorados
1590
que estáis cubriendo de aljófar,
para templar vuestro fuego
las tersas cándidas hojas;
violetas, color de amor,
que entre clavellinas rojas
1595
moráis, que no hay esperanza
segura de ser dichosa,
¿si habrá llegado Jasón?
¡Hablad, encarnada rosa!;
si no enmudecéis de envidia
1600
del carmesí de su boca.
Mas ¡ay Dios!, ¿qué sombra es esta?

JASÓN
¡Qué bien me llamaste sombra;
que a un cuerpo que está sin alma
solo este nombre le toca!
1605
No os alteréis; Jasón soy,
a quien Silvia dijo agora
que hablarme queréis; si es cierto,
amor a esos pies me arroja;
si es mentira, habrá consuelo
1610
en morir; que al fin, señora,
hay muerte para los tristes,
y para mí muerte honrosa;
porque quien muere por vos,
califica su persona
1615
de discreta en la elección
y en la firmeza dichosa.

MEDEA
Jasón, grande atrevimiento
fue el vuestro; no se perdonan
menos tales osadías
1620
que con muertes afrentosas.
Salid luego del jardín;
que si os hallan a estas horas
los Argos del Rey mi padre,
será vuestra vida poca.

JASÓN
1625
Engañome el amor mío,
que de vuestro amor me informa,
no la necia confianza
que a los que lo son provoca:
perdonadme, y estad cierta
1630
de quien tan loco os adora,
que os sabré vengar de mí
con más rigor que vos propia;
porque al rígido dragón,
sin armas que me socorran,
1635
me echaré desesperado.

MEDEA
Esperad.

JASÓN
Voy a que ponga
mi muerte en ejecución.

MEDEA
¿Y si vuestra vida importa
a la que yo he de vivir?

JASÓN
1640
Vida que vuestra se nombra,
guardadla para serviros.

MEDEA
Me la guardo.

JASÓN
¿Vos?

MEDEA
Yo sola.
Que si Pelias os envía
a empresas dificultosas,
1645
y si celoso mi padre
a que os volváis os exhorta;
si trata de perseguiros,
con toda el alma celosa,
mi primo y galán Fineo;
1650
si Marte, que por custodia
de su vellocino ha puesto
dragón que vierte ponzoña,
y toros que aspiran fuego;
si el mar, de temor que os cobra,
1655
porque no volváis, Jasón,
a pisar sus libres ondas,
brama, y le permite el cielo
que el freno el arena rompa;
si la tierra, por extraño
1660
que la inquieta y alborota
con banderas y trompetas,
temiendo que la deshonra
suceda a Colcos que a Grecia,
siendo yo Elena, y él Troya,
1665
claro está que sola soy
la que merezco la gloria
de haberos favorecido.

JASÓN
Alta, celestial corona
de los dioses, que inmortales
1670
hizo la divina ambrosia,
dadme palabra: mal dije;
que debo pediros obras
que paguen tales favores,
que son las humanas cortas:
1675
dadme mil veces los pies.

MEDEA
Ya no es tiempo de lisonjas;
yo estoy ciega, tú eres hombre;
que no hay duda que no rompan
por cualquiera novedad
1680
que les venga a la memoria.
Jura a los supremos dioses
que seré, Jasón, tu esposa,
y me llevarás a Grecia;
porque, si me dejas sola,
1685
todos me darán la muerte
si por mí del árbol robas
el vellocino dorado.

JASÓN
Juro a las deidades todas
cuantas el supremo cielo
1690
resplandecientes adornan,
y prometo al dios de[l] amor,
y a la soberana diosa
que engendró del mar la espuma,
que si salen vencedoras
1695
estas manos de la empresa,
jamás se rindan a otra,
aunque me diesen con ella
cuanto la tierra atesora,
cuanto los dos polos miden,
1700
desde donde el sol se postra
adonde el Oriente encrespa
sus guedejas luminosas.

MEDEA
Pues siendo así, fuerte griego,
cierta tienes la victoria;
1705
yo te daré mi favor.

JASÓN
Beso tus manos hermosas.

MEDEA
Aunque no era menester
para las tuyas heroicas;
pero mira que no sean
1710
tus palabras engañosas;
porque si otra dama quieres,
cuando ingrato correspondas
a tanto amor, yo sabré
crecer de la mar las olas
1715
y darte sepulcro en ellas.

JASÓN
¡Plega a Dios!, dulce señora,
que si en mi vida he sabido
que es amor...

MEDEA
No jures, sobra
ese noble sentimiento.

JASÓN
1720
Digo que la mar esconda
mis naves y mis soldados,
alterada y procelosa,
si otra dama quiero bien,
si otra mujer me aficiona,
1725
si he dado alguna palabra,
ni dicho amores a otra;
porque sola tu hermosura,
que cuanto mira enamora,
de toda mi libertad
1730
el supremo imperio goza.

(Sale FINEO.)

FINEO
Redondilla
¡Juntos Medea y Jasón!
No en vano amor me avisaba
que cuidadosa miraba
su gentil disposición.
Redondilla
1735
¡Qué presto que el alma avisa
de los pesares y enojos,
con la lengua de los ojos,
que baña el amor en risa!
Redondilla
No me engañó la sospecha,
1740
no fueron celos, que son
una amorosa ilusión
de imaginaciones hecha.
Redondilla
¡Oh, griego, apenas te vi,
cuando dije: hoy ha llegado
1745
para Medea cuidado,
y desdicha para mí!
Redondilla
Pero ¿cómo un extranjero
ha de tener libertad
para tanta deslealtad?
1750
¿Qué aguardo? ¡Matarle quiero!

JASÓN
Redondilla
¡Ay, Medea! En el jardín
está tu primo Fineo.

FINEO
Principios de su deseo
serán de su vida el fin.

MEDEA
Redondilla
1755
No temas; que yo sabré
hacer que a ninguno vea.

FINEO
¿Por dónde se fue Medea?
Jasón, ¿por dónde se fue?
Redondilla
¿No estaban agora aquí?
1760
¿No los vi? ¿Qué es esto, cielos?
¿Si me engañaron mis celos?
Pero no, que yo los vi.
Redondilla
¿Cómo pudieran mis ojos
engañarme? ¿Aquí no estaban?
1765
¿Yo no los vi que se hablaban?
Celos miran con antojos,
Redondilla
cuyo engaño hace mayores
las cosas de lo que son.

MEDEA
¿No ves, querido Jasón,
1770
que tienta ramas y flores?

JASÓN
Redondilla
Quien sabe hacer invisibles,
bien sabrá darme favor.

MEDEA
Aunque sobra tu valor
a mayores imposibles,
Redondilla
1775
tú verás el que te doy;
vete, y hablaré a Fineo
para engañar su deseo.

JASÓN
Con mil cuidados me voy.

MEDEA
Redondilla
¿De qué, Jasón?

JASÓN
¡Ay, Medea,
1780
celos tengo!

MEDEA
¿De mí o de él?

JASÓN
De que, si has de hablar con él,
harás que yo no te vea.

(Vase JASÓN.)

MEDEA
Redondilla
Fineo, ¿qué haces aquí?

FINEO
¿Tú estabas aquí, señora?

MEDEA
1785
No estaba; que llego agora.

FINEO
Y ¿sola llegaste?

MEDEA
Sí.

FINEO
Redondilla
¡Ay, que tus engaños son!
Yo sé que estaba contigo
Jasón.

MEDEA
¿Quién?

FINEO
Pero ¿qué digo?
1790
¿Que tú estabas con Jasón?
Redondilla
Ya, Medea desleal,
he visto tu pensamiento,
porque fue tu atrevimiento,
para mis celos, cristal.
Redondilla
1795
¿Eres tú la que tenía
tal aspereza y rigor?
¿A un extranjero traidor,
tanto amor, tanta osadía?
Redondilla
Tus melindres, tus desdenes,
1800
¿han tenido aqueste fin?
¿Tú sola en este jardín?

MEDEA
¡Qué libre y qué necio vienes!
Redondilla
Y aunque a un celoso y a un loco
se ha de hacer igual desprecio,
1805
no ha de perdonarse un necio,
aunque es de tenerse en poco.
Redondilla
Hablar este caballero,
huésped de mi padre, ¿es ya
quererle bien?

FINEO
Claro está.

MEDEA
1810
Y tú, furioso y grosero,
Redondilla
siéntelo como quisieres,
y advierte que los celosos
a mil yerros amorosos
obligaron las mujeres.
Redondilla
1815
Porque como sus desvelos
las despiertan del temor,
el primer paso de amor
dan en pidiéndoles celos.

(Vase.)

FINEO
Soneto
¿A qué puede llegar mi desventura,
1820
pues no me queda sombra de esperanza?
Pero si no lo fue, ¿de qué mudanza
puedo quejarme a quien mi mal procura?
La muerte, por lo menos, me asegura
que sola el fin de mi desdicha alcanza;
1825
mas tener en la muerte confianza,
afrenta la piedad y la hermosura.
No despiertan mis celos tu osadía;
que ya te daba amor dulces desvelos,
tirana ingrata de la vida mía.
1830
Mas quien quiere al temor correr los velos,
y amar con libertad lo que temía,
da por disculpa que le piden celos.

(Sale HELENIA.)

HELENIA
Redondilla
Aquí está mi nuevo amante;
triste está, ¿qué puede ser?

FINEO
1835
¿Qué tengo ya que perder?
¿Qué mal habrá que me espante?
Redondilla
Ya solo te debo amor,
en mis desdichas tal dicha,
que no ha quedado desdicha
1840
para que tenga temor.

HELENIA
Redondilla
Guarde Júpiter, Fineo,
ese talle y gallardía.

FINEO
¿Para qué, serrana mía?
Hoy hizo fin mi deseo,
Redondilla
1845
hoy enterré mi esperanza.

HELENIA
¿Adónde?

FINEO
En este jardín.

HELENIA
¡Vos la esperanza! ¿A qué fin?

FINEO
A que fin tan triste alcanza.

HELENIA
Redondilla
Viéndoos quejar por aquí,
1850
mil veces he deseado
saber si amor os ha dado
la causa.

FINEO
Serrana, sí;
Redondilla
la causa el amor me dio
tan hermosa y tan cruel.
1855
que cuando me quejo de él,
con mirarla me pagó.

HELENIA
Redondilla
Yo apostaré que Medea
os ha puesto en tal rigor.

FINEO
A Medea tengo amor.

HELENIA
1860
¡Qué mal vuestro amor se emplea!

FINEO
Redondilla
Ya sé que quiere a Jasón.

HELENIA
Olvidad; que yo os daré
a quien queráis.

FINEO
No podré,
porque me dan ocasión.

HELENIA
Redondilla
1865
Pues ¿con ella no olvidáis?

FINEO
Obliga mucho un desprecio.

HELENIA
En los necios.

FINEO
Yo soy necio.

HELENIA
No mentís, pues porfiáis;
Redondilla
pero si os diese una dama
1870
que no la iguala Medea,
¿la olvidaréis?

FINEO
Quien desea
desamar quien le desama,
Redondilla
no habrá cosa que no intente:
¿dónde está?

HELENIA
No seáis ingrato;
1875
mirad aqueste retrato,
que podrá ser que os contente.

FINEO
Redondilla
Aquí dice Helenia, y más,
hija del rey Atamante.

HELENIA
La misma tenéis delante.

FINEO
1880
¿Eres tú?

HELENIA
Sí.

FINEO
¿Cómo estás
en este traje?

HELENIA
Redondilla
Mi hermano
Frixo, y no Lisardo, huyendo
[de] nuestra madrastra, y rompiendo
las ondas del Océano,
Redondilla
1885
sobre aquel carnero de oro,
hoy vellocino de Marte,
a quien de Medea el arte,
contra su honor y decoro,
Redondilla
quiere entregar a Jasón,
1890
llegamos a aquesta tierra.

FINEO
Yo pienso que el griego yerra
en buscar su perdición.

HELENIA
Redondilla
¿Por qué, si le favorece?

FINEO
Porque le sabré matar.

HELENIA
1895
¿Ya no te quieres vengar?

FINEO
¿De quién?

HELENIA
De quien te aborrece.

FINEO
Redondilla
Yo quisiera, mas no puedo.

HELENIA
Pues vuélveme mi retrato.

FINEO
Perdona si soy ingrato...

HELENIA
1900
Tan necia y burlada quedo
Redondilla
como ya tu amor lo queda;
pero guárdame el secreto
como noble.

FINEO
Eso prometo,
y de amarte cuando pueda.

HELENIA
Redondilla
1905
¡Cuando puedas! Podrá ser,
Fineo, aunque agora no,
que te haya olvidado yo
y no te podré querer.

(Sale FRIXO.)

FRISO
Octava real
Generoso Fineo, ¿cómo agora
1910
tan descuidado estás entre jardines,
mirando cómo Abril esmalta a Flora
de claveles, mosquetas y jazmines?
¿No has oído romper desde la aurora
las cajas, parches, bronces, los clarines,
1915
porque salen Jasón, Teseo y Lidoro
a conquistar el vellocino de oro?
Octava real
¿No te mueve el belígero aparato,
los soldados, las armas y la gente,
que a ver del Macedón tan gran retrato,
1920
discurre por los campos diligente?

FINEO
Los sentidos parece que desato
de un sueño en que los tuve, y que ya siente
de otra suerte mi honor agravios tales.

FRIXO
Admira el ver que con el Rey no sales.

FINEO
Octava real
1925
Sin duda que me tiene con encanto
Medea en el jardín suspenso agora,
y que me ha detenido tiempo tanto,
los días que juzgué menos de un hora;
del dulce sueño en que dormí me espanto
1930
Pero ¿qué no podrás, encantadora?
Yo voy a ver mi muerte; que bien creo
que le ha de dar tan inmortal trofeo.
Octava real
Mil sombras se me ponen a los ojos:
¿qué es esto, desleal?

FRIXO
Señor, camina.

HELENIA
1935
¡Qué lástima me causan sus enojos!

FRIXO
Con encantos le ciega y desatina.

FINEO
Deben de ser de mi furor antojos,
pues, Medea, mi honor se determina
a quitarle la vida.

FRIXO
Ya no acierta
1940
ni a salir del jardín, ni a hallar la puerta.

(Vanse, y con música de cajas, y soldados delante sale TESEO, y JASÓN detrás, armado, con una maza al hombro.)

TESEO
Décima
Este es, Jasón, el lugar
donde está el verde laurel.

JASÓN
Hoy me pretendo con él
victorioso coronar.

TESEO
1945
El ánimo te ha de dar
más valor del heredado.

JASÓN
Yo voy en él confiado,
pero más en quien adoro,
mayor vellocino de oro
1950
si le llevo conquistado.
Décima
Y advierte, amigo Teseo,
que estén a punto las naves,
que con embates suaves
surquen el golfo a Nereo,
1955
porque este es menor trofeo
que llevar robada a Grecia
la prenda que el alma precia
como más alto blasón,
por quien mi loca afición
1960
hasta la vida desprecia.

TESEO
Décima
Yo haré que estén aprestadas,
Jasón, de jarcias y velas,
y de las aferravelas,
blancas flámulas colgadas;
1965
con las áncoras levadas
esperándote estarán.

JASÓN
Júpiter, Teseo galán,
permita un céfiro solo
que venga manso del polo
1970
donde las flores están.

TESEO
Décima
¿Dónde dijo que esperaba,
Jasón, la hermosa Medea?

JASÓN
Cuando la lumbre febea
su luciente curso acaba,
1975
saldrá por la ancha cava
del fuerte al campo, a las señas
que haremos desde las peñas.

TESEO
¿No ha de llevar a Fenisa?

JASÓN
De que la lleva me avisa,
1980
con otras damas y dueñas.

(Abriéndose una nube, se vea al dios MARTE.)

MARTE
Octava real
Puesto que decretó, Jasón valiente,
la voluntad del cielo soberano,
por ser de mi poder bellipotente,
que no fuese esta empresa de hombre humano;
1985
pues a solos los hijos se consiente
en lo que reservó poner la mano;
verte con tal valor fuerte y discreto,
pudo mudar el celestial decreto.
Octava real
Tiene aqueste poder la virtud santa,
1990
que los decretos celestiales muda,
y castigando al que su ley quebranta,
al que tiene valor, piadoso ayuda:
si se puede decir que al cielo espanta,
y que tu ser mortal le puso en duda,
1995
por ti será, Jasón, pues tu grandeza
fue indigna de inmortal naturaleza.
Octava real
A ti solo se debe, a ti se guarda
la empresa del dorado vellocino;
a ti, por quien el mar humilde aguarda
2000
que rompa su soberbia lienzo y pino;
así le agrada la facción gallarda
con que esparciste del pintado lino
las flámulas al viento, que las flores
dejó por ocuparse en sus colores.
Octava real
2005
La invención de la nave Pegasea
Júpiter te agradece, y ha mandado
que con cuarenta y cinco estrellas sea
imagen en el círculo dorado,
y que de la bellísima Medea
2010
tengas favor contra el dragón alado
y los toros de fuego, pues al hielo
de su desdén te dio favor el cielo.
Octava real
La empresa esfuerza tu Rëal decoro,
pues llevas dos tan ricos vellocinos,
2015
que ciegan del artífice del oro
humano resplandor, rayos divinos:
lugar primero que al fenicio toro,
darán al Aries los celestes sinos,
el sol principio al año, a abril favores,
2020
perlas al alba, esmaltes a las flores.

(Envolviéndose MARTE en aquella nube, dirá TESEO:)

[TESEO]
Décima
Ya se descubre el laurel
con el vellocino de oro;
ya el dragón, ya el fiero toro,
en guarda se ponen de él.

JASÓN
2025
Medea, si eres fiel
a la palabra jurada,
de su violencia encantada
libra tu amado Jasón.

TESEO
Ya sale el fiero dragón:
2030
prueben la maza y la espada.

(Aquí se descubre un laurel, y en él el vellocino de oro; a sus pies dos toros echando fuego y el dragón acometa a JASÓN, a quien venza primero, tocando cajas y trompetas.)

JASÓN
Décima
Del fiero dragón la guerra
vencí ya, griegos valientes;
quiero quitarle los dientes
y sembrarlos por la tierra;
2035
pero ¿qué secreto encierra
salir de la tierra armados
cuatro valientes soldados
que entre sí mismos pelean?

TESEO
Unos con otros desean
2040
vencerse y matarse airados:

(Salen cuatro personas armadas de petos y celadas, con muchas plumas, coseletes de un color y espadas cortas ceñidas, las lanzas plateadas, dancen el torneo al son de varios instrumentos y acabado, salgan los toros a JASÓN, y él los acometa.)

JASÓN
Romance (tirada)
¡Fieras, aquí moriréis,
que me da favor y esfuerzo
la nueva Elena, que a Grecia,
no a Troya, en mis naves llevo!
2045
¿Qué resistís su poder,
si yo con alma no puedo?
pero ¿quién la tuviera
fuera rebelde a su cielo?
Cayeron, Teseo amigo:
2050
¡victoria, victoria, griegos!
Quito el vellocino de oro:
¡oh prenda, oh joya, oh trofeo,
que estimo después que sé
que has de coronar los cuellos
2055
de los monarcas de España,
cuando esté mayor su imperio!
Y entre ellos el gran Felipe,
cuarto en nombre, aunque primero
en soberano valor
2060
y en divino entendimiento.
¡Oh! ¡Si quisieran los hados
que aquellos felices tiempos
viera yo, cuando enlazara
con felice casamiento
2065
la flor de lis de Borbón
de Felipe cuarto el pecho!

TESEO
Mira, Jasón, el peligro
en que estás.

JASÓN
Ya, mi Teseo,
veo que el Rey se va airado
2070
de mi ilustre vencimiento;
este querrá consultar
las envidias de sus deudos,
y que, abrasando las naves,
a traición quedemos muertos.
2075
La noche baja, ¡ay de mí!,
cubre de nublados negros,
luna, tu luciente rostro;
y vos, diamantes eternos,
cubrid el azul engaste;
2080
que me parece que siento,
si no me ha engañado el alma,
la ventura que deseo.

(Salen con sombreros y capotillos de camino MEDEA y FENISA, y las damas que puedan acompañándolas.)

MEDEA
¿Es mi Jasón?

JASÓN
Soy, señora
del alma, un esclavo vuestro.

MEDEA
2085
¿Dónde está la nave?

JASÓN
Aprisa,
acosta el barco, Teseo.

TESEO
La nave, con la creciente,
llega a la orilla.

JASÓN
Pues presto
subid, señora, en la nave,
2090
antes que advierta Fineo
mi ventura y su desdicha.

TESEO
Mucho, Fenisa, agradezco,
que vengáis con este gusto.

FENISA
¿Cómo pudiera ser menos,
2095
Teseo gallardo y noble,
si a ser vuestra esposa vengo?

(Descúbrase la nave con muchas velas y música; pongan en ella las damas, y al hacer las velas, salga FINEO con una lanza.)

FINEO
¡Aguardad, griegos infames;
aguardad, cobardes griegos;
y tú, que el alma me llevas,
2100
aguarda, vil extranjero!
¿Tú eres noble? ¡Mientes, mientes
mil veces, pues, en desprecio
de los dioses, a tu huésped
eres traidor cuando menos!
2105
Su hija llevas al Rey
por tantos regalos hechos,
que te pudiera haber dado
la muerte en profundo sueño.
¿Tú eres el hijo de Esón?
2110
¿Tú te precias, hechicero,
de la sangre de Alejandro?
¿Dicen tan bajos concetos,
anales de Macedonia,
de aquel de la guerra espejo?
2115
¡Vive Júpiter, infame,
que si no te ayuda el viento,
tengo de arrojarme al mar,
asirte de los cabellos
y traerte preso a Colcos!
2120
Pero ¡ay de mí, que vas lejos!
Toma esta lanza en señal
de que en tierra y mar te reto
de traidor, y desafío
todos tus cobardes griegos.
2125
¡Tened la nave, cielos! Mas ¡ay, cielos
que yo con mis suspiros la doy viento!
Hermosa y cruel Medea,
nacida para portento
de las desdichas de Colcos,
2130
¿quién cegó tu entendimiento?
¿Dónde caminas perdida,
dejando tu padre y deudos
en eterna confusión,
muerto a mí, que por ti muero?
2135
¡Maldito seas, amor,
ingrato a buenos deseos,
que menguas con los servicios
y creces con los desprecios!
¿Cómo trazaste el engaño
2140
con que este griego, tan presto
lleva el vellocino, y lleva
la luz de mis pensamientos?
¡Tened la nave, cielos! Mas ¡ay, cielos,
que yo con mis suspiros la doy viento!

(Salen HELENIA y FRIXO, el REY y gente.)

FRIXO
2145
Por aquí dicen que va.

REY
Sobrino mío, ¿qué es esto?

FINEO
Que a Medea y a Fenisa
llevan Jasón y Teseo.
No queda dama en tu casa:
2150
lleva a Felismena, Celio,
a Lucinda, Liriodoro,
y a Felisarda, Androgeo;
a Diana lleva Ergasto,
y a Filida lleva Ardenio,
2155
a Rosimunda, Alejandro,
y a Lisida, Doricleo.
Mira en el golfo la nave,
montos de espuma rompiendo,
porque las alas de amor
2160
hacen a las velas viento.
Perdidos somos: aquí
tienes, señor, los que fueron
testigos de esta desdicha.

HELENIA
Engañado te han los celos,
2165
que yo y mi hermano, señor,
ninguna cosa sabemos.

REY
¡Armas, vasallos, al arma!
Vamos por tierra tras ellos;
que bien sabemos adónde
2170
tomarán sus naves puerto.
toca trompetas y caja,
formen escuadrones luego:
¡vamos contra Grecia, amigos!

FRIXO
Señor, aunque el traje nuestro
2175
es de villanos, advierte
que fue nuestro nacimiento
más alto que el de Jasón;
yo haré de mi propio ingenio
naves que a la Grecia pases,
2180
porque retratadas tengo
las de Jasón pieza a pieza,
cuerda a cuerda, lienzo a lienzo.
Todo lo he visto y notado;
pero si pasas, te quiero
2185
suplicar que de Atamante
me restaures en el reino,
que mi madrastra me usurpa
porque me dicen que es muerto.

REY
Si tú las naves fabricas,
2190
presto la venganza espero.

FINEO
Si con lo que intentas sales,
palabra te doy que luego
será mi mujer tu hermana.

FRIXO
La voluntad te agradezco.

(Aquí se descubra con música de chirimías y trompetas la nave, y por lo alto, abriéndose un cielo que baje en una nube, el dios del AMOR con dos coronas de rosas, y puesto encima de la gavia del árbol mayor, diga así:)

[AMOR]
2195
Heroico griego, Jasón,
por cuyo valiente esfuerzo,
con aplauso de los dioses
en los balcones del cielo,
y con envidia y disculpa
2200
de los hombres semideos,
se ha dado glorioso fin
a tan alto vencimiento;
y tú, divina Medea,
a quien mis flechas hicieron,
2205
para su favor, lugar
en el desdén de su pecho:
amor os corona, y quiere
mi madre, la hermosa Venus,
que por amantes dichosos
2210
tengáis lugar en su templo;
y asistir a vuestras bodas
con Lucina e Himeneo,
para daros sucesión
que dure siglos eternos.

JASÓN
2215
Gracias te doy, dulce Amor.

MEDEA
Y yo, dulce Amor, te ofrezco
un alma siempre rendida.

AMOR
Con esto, Jasón, me vuelvo
al tercer cielo, en que vivo.

JASÓN
2220
Hagan las velas, Teseo,
para que con dulce fin
a Grecia nos lleve el viento.

(Dando vuelta a la nave se dé fin a la comedia.)