Félix Lope de Vega y Carpio Lope de Vega y Carpio, Félix

LA NECEDAD DEL DISCRETO




Autoría: Probable
Texto utilizado para esta edición digital:
La necedad del discreto. Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2003. Edición digital a partir de: Parte veinticinco perfecta y verdadera de las comedias de Lope de Vega Carpio. Zaragoza, viuda de Pedro Verges, 1647 [en Base de Datos Teatro Español del Siglo de Oro (TESO)].
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Souto, Luz Celestina (Artelope)

Las personas que hablan en ella

LAUREANO.
CELIO.
LEVINIA, dama.
TEODORA.
EL DUQUE DE FERRARA.
POLIBIO, su secretario.
BELETA, criada.
MONGIL, lacayo.
COSTANCIA, dama.
LISARDO, caballero.
MÚSICOS.
OTAVIO.
FABIA.
JULIA.
CAMILA.

Jornada I

Salen LAUREANO y CELIO con hábito de noche y valonas de estudiantes.

LAUREANO
Redondilla
Llama a este balcón.

CELIO
¿Con qué?

LAUREANO
Con la espada.

CELIO
Fuera en vano,
porque es corta para mano.

LAUREANO
¿Y no alcanzarás?

CELIO
No sé,
Redondilla
5
aun si trujera montante...

LAUREANO
Busca una piedra.

CELIO
Es fineza,
a mujer de tal dureza,
llamar con su semejante,
Redondilla
aunque cierto que el llamar
10
a ventana de mujer
con las manos ha de ser.

LAUREANO
Ya entiendo manos por dar,
Redondilla
y es metonimia estremada.

CELIO
Es de su causa el efeto
15
más eficaz y discreto.

LAUREANO
Sí, Celio, mas no me agrada
Redondilla
que solas a las mujeres
se presuma conquistar
con esta fuerza del dar,
20
porque, si advertir lo quieres,
Redondilla
pienso que no llamarás
a ventana, si pretendes,
del hombre que más entiendes
que ha de resistirse más,
Redondilla
25
que el pleito, la pretensión,
el favor, la diligencia,
la amistad, la conferencia,
[-on]
Redondilla
no se corresponda al dar
30
si llamas con el dinero,
que no hay hombre tan severo
que el dar no pueda mudar,
Redondilla
y puesto que haberle puede,
será fénix de valor.

CELIO
35
En las conquistas de amor
nunca yo he visto que quede
Redondilla
rendido el fuerte interés.

LAUREANO
Llama agora a esta señora.

CELIO
Daré con la espada agora,
40
tú con dinero después,
Redondilla
mas si este después fuera antes,
antes te hubieran abierto.

(Sale LEVINIA, dama.)

LEVINIA
¿Es el doctor?

LAUREANO
Y tan cierto
que es un ejemplo de amantes,
Redondilla
45
que aquel que con puro amor
desea gozar su gloria,
al reloj de la memoria
le pone despertador,
Redondilla
y así no puede faltar
50
a la hora concertada.

LEVINIA
Teneisme muy obligada.

LAUREANO
Amor bien puede obligar.

LEVINIA
Redondilla
Agora acabo de ver
que no hay tanta autoridad
55
que una tierna voluntad
no puede descomponer.
Redondilla
Un catedrático, un hombre,
Laureano, mi señor,
de vuestro raro valor,
60
autoridad, fama y nombre,
Redondilla
no en Bolonia solamente,
adonde ya sois oído
con tal aplauso, y tenido
por único y excelente,
Redondilla
65
con tantas leyes, no sabe
una que tenga valor
contra las leyes de amor.

LAUREANO
Es emperador tan grave
Redondilla
que deroga las demás,
70
y si de historias sabéis,
otros muchos hallaréis,
porque en poniendo el compás
Redondilla
en el punto del amor,
llegaréis con el segundo
75
a hacer un círculo al mundo.

LEVINIA
Sin duda, señor doctor,
Redondilla
y así, rey, agradecida,
para mañana os convido
a ese pecho agradecido
80
y a toda un alma rendida,
Redondilla
que esta noche no es posible
daros en casa lugar.

CELIO
[Aparte a LAUREANO.]
¿Esto, señor, es llamar
a una dureza imposible?

LAUREANO
Redondilla
85
([Aparte.])
(Calla, Celio.) Mi señora,
tanto favor me suspende,
porque aunque el alma pretende
que se satisfaga agora
Redondilla
con palabras de alegría
90
y muestras de obligación,
para tanta estimación
parece descortesía.

LEVINIA
Redondilla
Quedaos, Laureano, adiós,
que siento ruido en casa.

(Vase.)

LAUREANO
95
Adiós, mi bien.

CELIO
¿Esto pasa?

LAUREANO
¡Engañámonos los dos!

CELIO
Redondilla
Vive Dios que imaginé
que si vivieras cien años,
y más que instantes engaños
100
encarecieras tu fe,
Redondilla
estas puertas cada día
no alcanzaras un favor
de los menores de amor.

LAUREANO
¡Falsa fue la opinión mía!

CELIO
Redondilla
105
También, señor, puede ser
que tu mucha autoridad,
ciencia, talle y calidad
venciesen esta mujer.
Redondilla
No será flaqueza suya,
110
que a tu opinión de discreto,
y de tan raro sujeto,
es mejor que se atribuya.
Redondilla
No eres tú de los letrados
que saben solas sus leyes,
115
que en las artes de los reyes
sabes que son celebrados
Redondilla
tres papeles, y donaires,
y no es mucho que esta dama
se haya rendido a tu fama.

LAUREANO
120
Por ella anduve en los aires,
Redondilla
y de ver su liviandad
ya estoy desenamorado.

CELIO
¿Qué dices?

LAUREANO
Que me ha cansado
su mucha facilidad.
Redondilla
125
Nunca, Celio, te confíes
de quien presto dice sí.

CELIO
¿Y no has de volver aquí?

LAUREANO
¡No, por Dios! ¿De qué te ríes?

CELIO
Redondilla
De que, para cosa igual,
130
dejamos las sopalandas.

LAUREANO
Tres [cosasN
X
Nota del editor

La edición de la Acad. N. repone “cosas” en este verso.

] cuando son blandas,
Celio, me parecen mal.

CELIO
Redondilla
¿Cuáles, señor?

LAUREANO
El suelo,
el pescado y la mujer.

CELIO
135
En fin, ¿te quieres volver
a no volver?

LAUREANO
Y recelo
Redondilla
que no la veré en mi vida.

CELIO
¿Tú eres discreto?

LAUREANO
No sé.

CELIO
¿No es mejor que luego esté
140
la mujer agradecida?

LAUREANO
Redondilla
Amando sin voluntad,
mejor, mas para tenella,
¿qué discreto ha de ponella
en tanta facilidad?
Redondilla
145
¿De qué se queja después,
quien tiene a mujer amor,
que le dio presto favor,
si otro gusto, otro interés,
Redondilla
la mudaron de intención?

CELIO
150
No te quiero replicar,
pero bien puedes llamar
en este verde balcón
Redondilla
adonde vive Teodora,
la que hablaste ayer pasando
155
a escuelas.

LAUREANO
Voyme acordando,
pero es muy vana señora,
Redondilla
y preciarse de entendida,
y cansar sobre cansado,
es llover sobre mojado.

CELIO
160
Prueba, prueba, por tu vida,
Redondilla
que no quiero que te acuestes
con el enfado que llevas.

LAUREANO
Andándonos, Celio, en pruebas,
se irán las luces celestes
Redondilla
165
del manto azul a acostar
antes que nosotros.

CELIO
Llama,
que es una gallarda dama.

LAUREANO
Por ti me atrevo a llamar.
Redondilla
¡Ha del balcón!

(TEODORA en lo alto.)

TEODORA
¿Es Rugero?

LAUREANO
170
([Aparte.])
(Otro aguardaban aquí.)
No soy Rugero, aunque fui
más firme y más verdadero,
Redondilla
y no cerréis el balcón;
mirad que soy Laureano.

TEODORA
175
¡Jesús, el divino humano!

LAUREANO
Milagros, Teodora, son
Redondilla
del amor y la hermosura.
Hoy os vi, y estoy de suerte.

TEODORA
«Quedo», diréis a la muerte.

LAUREANO
180
Y dijera verdad pura.

TEODORA
Redondilla
Tengo cierta ocupación,
señor doctor, ¡por mi vida!,
pero estoy agradecida
de suerte a vuestra afición,
Redondilla
185
y téngola de manera
a la fama que pregona,
de vuestra rara persona,
que en más superior esfera
Redondilla
no se ha visto entendimiento,
190
que os quiero escuchar mañana.

LAUREANO
¿A la puerta o la ventana?

TEODORA
Al alma, y al aposento.

(Vase.)

CELIO
Redondilla
¿Fuese?

LAUREANO
¿Qué habrá de hacer,
tras tanta facilidad?

CELIO
195
No entiendo tu voluntad
ni tu modo de querer.
Redondilla
¿Cómo han de ser las mujeres
para ti?

LAUREANO
Como diamantes.

CELIO
¿En locuras semejantes
200
gastar tiempo y vida quieres?
Redondilla
Cuando no fueras letrado
y catedrático aquí,
y cuyo tiempo es en ti
tan preciso, y ocupado,
Redondilla
205
era buena esa opinión,
pero quien tiempo no tiene
mejor negocia si viene
y alcanza conversación.

LAUREANO
Redondilla
Eso no pienso yo hacer.

CELIO
210
¿Luego a vella no vendrás?

LAUREANO
¡Tan fácil es por demás!

CELIO
¡Hagamos una mujer
Redondilla
de un diamante o, como escribe
Ovidio, del pedernal
215
de Anajarte!

LAUREANO
Este oficial,
que en esta casilla vive,
Redondilla
tiene una hermosa aldeana
por mujer.

CELIO
Su necedad
no tendrá facilidad,
220
que esta es siempre cortesana,
Redondilla
que dicen que la engendró
el trato en la cortesía.

LAUREANO
Hablarla Otavio solía,
y le acompañaba yo.
Redondilla
225
Demos la vuelta a la calle,
que siento gente.

CELIO
Que estés
en opinión que si ves
que a tu ciencia, que a tu talle,
Redondilla
se incline alguna mujer,
230
no has de quererla.

LAUREANO
A un diamante
ha de tener semejante
la que tengo de querer.

CELIO
Redondilla
Si quieres para querellas
de diamante las mujeres,
235
más pensaré que las quieres...

LAUREANO
¿Para qué?

CELIO
Para vendellas.

LAUREANO
Redondilla
Sí, pero es necio arrojarse
el hombre que hallarla espera,
al conquistarla, de cera,
240
y al guardarla, de diamante.

(Vanse.)
(Salen el DUQUE DE FERRARA y POLIBIO, su secretario.)

POLIBIO
Endecasílabos sueltos (tirada)
Ninguno, gran señor, para tu intento
como es el catedrático que digo,
que a Bártulo y a Baldo se aventaja,
y pudiera en Italia ser Licurgo
245
como lo fue en Atenas el famoso
a quien deben las leyes su principio.

DUQUE
Yo tengo, como sabes, muchos hombres,
Polibio, en mi ducado de Ferrara
que pudieran servirme en el gobierno
250
donde me dices ponga a Laureano,
catedrático insigne de Bolonia,
pero el ser naturales de mi tierra
me quita la esperanza, en mi concepto,
de que, por dicha, a mi disgusto salgan.

POLIBIO
255
En su patria ninguno fue profeta,
palabras son de Dios, y como él ciertas,
fuera de que es antiguo entre señores,
y aun entre los demás del mismo vulgo,
no hacer estimación de cosas propias
260
y venerar las estranjeras mucho:
si un hombre viene hablando en otra lengua,
aquel ha de ser médico famoso,
aquél pintor y aquél divino artífice;
el libro en lengua propia no se estima,
265
ni lo que cría aquella misma tierra,
porque en no conocer los dueños dellas
estriba de las cosas todo el crédito.

DUQUE
Bien dices, y así vemos que la fama
no se despega de la propia envidia,
270
si no es que muera el dueño que la tiene.
Dijo un discreto que era matrimonio,
Polibio, el de la envidia y de la fama
que se apartaba solo con la muerte,
de suerte que al que nace en alguna arte
275
insigne le está bien morirse presto,
y si la vida ha de costar la fama,
famoso en todo a mi enemigo llama.

POLIBIO
Según eso, señor, ¿te determinas
a llamar al insigne Laureano
280
y darle este gobierno?

DUQUE
Todos dicen
que es de aqueste gobierno benemérito
entre cuantos famosos tiene Italia;
dícenme que después de lo que en leyes
tiene alcanzado de gloriosa fama,
285
es el hombre más raro y más discreto
que agora se conoce en toda Europa,
de su universidad tan aprobado
que dos veces a Roma le ha enviado,
y que ha hecho al Pontífice oración él
290
que admiraran romanos Cicerones,
dejando atrás Demóstoles Gracianos,
pues bien sabes si saben los romanos.

POLIBIO
Siempre pensé que cuando me tratabas
de las partes de aqueste catedrático,
295
ya le tenías eligido cónsul
y presidente desta gran república;
agora te confieso mi sospecha.

DUQUE
Imaginaste la verdad, Polibio;
ya tiene hartas el dotor, y pienso
300
que será la respuesta de las cartas,
porque le pido encarecidamente
que no dilate su venida, y creo
que le dará mi amor justo deseo.

POLIBIO
Tú empleas, gran señor, este gobierno
305
en el hombre de Italia más famoso;
de mi parte, y de muchos que le estiman,
quiero besar tus pies.

DUQUE
Gracias al cielo
que a gusto de mi tierra halle quien tenga
la justicia, las leyes y el imperio,
310
porque muy pocas veces se ha juntado
mandar un hombre el pueblo y ser amado.

POLIBIO
Todo eso alcanza el milagroso efecto
de ser amable, fácil y discreto.

(Vanse.)
(Salen BELETA, criada, y MONGIL, lacayo de LAUREANO.)

BELETA
Redondilla
No me digas tales nuevas,
315
que me arañaré la cara.

MONGIL
¡Siempre amor en esto para!

BELETA
¡Bien con tu ausencia lo pruebas!
Redondilla
¿Y que a Ferrara te irás
sin duda alguna, Mongil?

MONGIL
320
Pena de ser hombre vil,
desleal y infiel, que es más.
Redondilla
Yo he servido a Laureano
desde niño, como sabes:
Laureano, entre hombres graves,
325
más divino que hombre humano.
Redondilla
Hijo fui de un escudero
que en papeles le sirvió;
púsome a escuelas y yo
troqué a Virgilio y a Homero
Redondilla
330
por el libro de Vilhán,
en cuyas cuarenta hojas
tantas penas y congojas,
tantos hechizos están,
Redondilla
y porque duda no lleves,
335
si en decir cuarenta erré,
mira, Beleta, que fue
sacar los ochos y nueves;
Redondilla
dejé de latinizar
y quedé tal por mi culpa,
340
que, sin admitir disculpa,
me puso a lacaizar,
Redondilla
en cuyo oficio he vivido
con más gusto, que una mula
para que la adorne y pula
345
menos enfadosa ha sido;
Redondilla
ella y yo hablamos latín,
cuando se ofrece ocasión,
sobre el quitar la razón,
argumento celemín,
Redondilla
350
verdad es, que como es mula
de tan insigne dotor,
niega siempre la mayor
y la menor disimula,
Redondilla
y remitiendo las voces
355
a coces, parece a algunos
que remiten, importunos,
sus argumentos a coces;
Redondilla
con este oficio, aunque vil,
le he servido y te he servido.

BELETA
360
¡No te hubiera conocido
para perderte, Mongil!

MONGIL
Redondilla
Beleta, no te apasiones
ni des quehacer a los ojos,
ni juntes, por darme enojos,
365
con lágrimas las razones.
Redondilla
Este duque de Ferrara
le ha hecho gobernador
de aquel estado al dotor
por habilidad tan rara.
Redondilla
370
Allá habemos de medrar
como en casa de juez.
Advierte que alguna vez
por placer viene el pesar.
Redondilla
Tú serás más regalada
375
que la dama del dotor,
porque si me tiene amor,
vara de alguacil no es nada.
Redondilla
¡No hay estafeta, Beleta,
que venga sin carta tuya!

BELETA
380
¿Y ha de venir sin la suya
alguna vez la estafeta?
Redondilla
¿Mas, qué digo? Sí vendrá,
porque en mudando persona,
hará dama la fregona
385
y sola me dejará
Redondilla
donde me coma de celos,
de ausentes enfermedad.

MONGIL
Parad, ojuelos, parad;
no lloréis dulces ojuelos,
Redondilla
390
sino dadme alguna prenda
que confirme tanto amor.

BELETA
Quedo, que sale el dotor.

MONGIL
¿Qué importa que ya lo entienda?

(Sale LAUREANO en hábito de letrado, y CELIO a la misma traza, y COSTANCIA, dama.)

COSTANCIA
Redondilla
Déjame, que no quisiera
395
verte con tanta paciencia.

LAUREANO
Para llorar una ausencia
ojos de mujer quisiera.

COSTANCIA
Redondilla
No los debéis de querer
sino para ser mudable.

CELIO
400
[Aparte a LAUREANO.]
¡Necedad!

LAUREANO
[Aparte.]
Y muy notable
siendo Costancia mujer,
Redondilla
que en efeto ha confesado
que por mudarme quería
ojos de mujer.

COSTANCIA
Si el día
405
de tu partida ha llegado,
Redondilla
y me coge de improviso,
¿qué te espantas que esté necia?

LAUREANO
Costancia, mi dicha precia,
y que es la tuya te aviso;
Redondilla
410
yo voy a mudar de estado,
pero no a mudar de fe,
que allá, Costancia, tendré
más amor y más cuidado.
Redondilla
El aumento de mi bien
415
solo ha de ser para ti.

COSTANCIA
Si aquí mil veces te vi
falso, y mudable también,
Redondilla
¿cómo esperaré que ausente
no serás cruel conmigo?

LAUREANO
420
No quiero argüir contigo
con tan falso antecedente,
Redondilla
sino pedirte licencia,
que me aguardan los caballos.

COSTANCIA
Vas a gobernar vasallos,
425
vas a una gran preminencia,
Redondilla
vas a un oficio supremo.
¡Ay de mí que quedo aquí
sin nada desto y sin ti!

LAUREANO
Adiós, que aun mirarte temo.
Redondilla
430
Consuela, Celio, a Costancia
mientras los caballos tomo.

CELIO
Ya, señor, no entiendo cómo.

COSTANCIA
Con acercar la distancia
Redondilla
que hay de tus brazos a mí.

CELIO
435
¿Mis brazos?

COSTANCIA
Sí, que te adoro,
que tanto más me enamoro,
cuanto te apartas de mí.

CELIO
Redondilla
¿Qué dices, Costancia?

COSTANCIA
Digo
que me hubiera declarado
440
si yo hubiera imaginado
verme en tal punto contigo.
Redondilla
No pensé que Laureano
saliera jamás de aquí.

CELIO
¡Bien pagas su amor ansí!
445
¡Quita, Costancia, la mano!
Redondilla
¡Quita, que soy su criado!
¿Esas las lágrimas son?

COSTANCIA
Por ti lloraba, a traición;
un llanto torna, soldado,
Redondilla
450
que es agua de dos colores,
pues cuando el dotor pensaba
que por su amor la lloraba,
era por el tuyo amores.

CELIO
Redondilla
Con agua de tornasol
455
no he visto llorar mujer.

COSTANCIA
El cielo lo suele hacer,
y es cielo, y llueve con sol.
Redondilla
Quédate, mi Celio, aquí.
Después seguirás tu dueño.

CELIO
460
Costancia, eso es viento, es sueño.
¡Leal y hidalgo nací!

COSTANCIA
Redondilla
¡Oye, escucha! ¡Hola, estudiante!
¡Mira que son burlas!

CELIO
Bien.

COSTANCIA
¡Escucha tanto desdén!
465
Mal hice. ¡Espera diamante!

(Vase.)

MONGIL
Redondilla
Fuese tu señora, y creo
que con celos va enojada.

BELETA
Pienso que Celio le agrada
y no admite su deseo.

MONGIL
Redondilla
470
¿Al divino Laureano
deja Costancia?

BELETA
¿En mujeres
electiones justas quieres?

MONGIL
¿Pues qué tienen, si esto es vano?

BELETA
Redondilla
Caprichos, arrojamientos,
475
antojos y desatinos.

MONGIL
Por esos mismos caminos
buenos van mis pensamientos,
Redondilla
que siendo yo lo peor
que hay en Bolonia, es forzoso
480
ser en tu gusto dichoso.

BELETA
Costancia amará al dotor,
Redondilla
pero no le entiende bien
aquellas divinidades.

MONGIL
La verdad me persuades
485
de su engaño y su desdén.
Redondilla
Ya parten; quédate a Dios.

BELETA
¿Has de olvidarme?

MONGIL
No sé,
lo que tú hicieres haré.

BELETA
¿Y el vernos, Mongil, los dos?

MONGIL
Redondilla
490
Si tu mar corre en bonanza
habrá posta y guardasol,
mas si como caracol
salgo al sol de tu mudanza,
Redondilla
ni sabrás nuevas de mí,
495
ni en mi vida te veré.

BELETA
Presto verás en mi fe
con la lealtad que nací.

MONGIL
Redondilla
Todas nos lloráis partiendo,
mas sabéis también mudaros,
500
que nadie volvió a buscaros
que no os hallase riendo.

(Vase.)
(Salen LISARDO, caballero, [OTAVIO] y MÚSICOS.)

LISARDO
Redondilla
Desde aquí podréis cantar.
Recorre la calle, Otavio.

OTAVIO
No hay, Lisardo, amante sabio.

LISARDO
505
Luego no podré negar
Redondilla
que soy necio, pues no puedo
negar, Otavio, el amor.

OTAVIO
¿Qué gente, calle o rumor,
Lisardo, te pone miedo,
Redondilla
510
si a cantar vienes aquí
y toda la vecindad
lo ha de escuchar?

LISARDO
Es verdad,
cuantos aman son ansí,
Redondilla
que lo que dicen a voces
515
procuran disimular.

OTAVIO
No me acabo de admirar.
De mil hombres que conoces
Redondilla
que, siendo sus pensamientos
tan públicos en Ferrara,
520
andan guardando la cara
con mil vanos fingimientos,
Redondilla
el que tiene de una dama
la posesión muchos años
mal honrará con engaños
525
eso mismo, que es la fama;
Redondilla
el pobre que anda galán
de la seda y la cadena,
¿cómo de la lengua ajena,
sus trazas se librarán?;
Redondilla
530
la que admite cada día
hombres a conversación,
¿cómo a la que en un rincón
hace labor desafía?;
Redondilla
la que trae sobre sí
535
lo que su dueño no adquiere,
¿cómo a un pueblo encubrir quiere
lo mismo que ven allí?
Redondilla
Yo no digo que en el mundo
no ha de haber casos estraños;
540
ríome de los engaños
en que estas locuras fundo,
Redondilla
porque querer desdecir,
quien lo hace, lo mal hecho,
si lo pone sobre el pecho,
545
¿cómo lo puede encubrir?

LISARDO
Redondilla
En metiéndote en quimeras,
serás más necio que todos,
ni tú del vivir los modos
reducir a virtud quieras
Redondilla
550
cuando no te toca a ti,
que lo mismo te dirán
los que escuchándote están.

OTAVIO
Yo te lo confieso ansí,
Redondilla
ni menos perjudicial
555
es un necio como yo,
que todo lo que vio
habla mal y juzga mal,
Redondilla
que los mismos que he culpado.

LISARDO
Mira, Otavio, a los jueces
560
toca.

OTAVIO
Sí, mas muchas veces
el Argos más desvelado,
Redondilla
con los ojos del pavón
que le pintó la poesía,
no ve lo que ver quería,
565
tantos los Mercurios son.
Redondilla
Si un hombre de mal vivir
un ángel de guarda tiene,
¿qué hará el que a saberlo viene?

LISARDO
Ya no te puedo sufrir;
Redondilla
570
calla, enhorabuena, ya,
que ya de Bolonia llega
a quien nuestro duque entrega
este gobierno.

OTAVIO
Sí hará,
Redondilla
pero bastará si sabes
575
a su remedio.

LISARDO
El dotor
tiene opinión superior
a los letrados más graves
Redondilla
[-os]
que tiene Italia.

OTAVIO
Otra cosa
580
es más fuerte y poderosa,
Lisardo, en tales sujetos.

LISARDO
Redondilla
¿Cuál?

OTAVIO
El ánimo y el valorN
X
Nota del editor

A este verso le sobra una sílaba.

para ejecutar sin miedo.

LISARDO
Cansado de oírte quedo,
585
habla otro poco en mi amor.

OTAVIO
Redondilla
¿En tu amor, qué hay que decir
más de que Fabia es tu dama,
y que sé que no te ama,
ni aun lo procura fingir?
Redondilla
590
Que es mujer de tal valor
que es lo menos ser sobrina
del Duque.

LISARDO
Fabia es divina,
no es mujer.

OTAVIO
Y sin amor,
Redondilla
que aun esto bien puede ser.

LISARDO
595
¿No la igualo?

OTAVIO
Así lo creo.

LISARDO
Para mujer la deseo.

OTAVIO
Por fuerza, pues es mujer.

LISARDO
Redondilla
¡Sobre necio, estás pesado!

OTAVIO
Es su propia guarnición.
600
Gente siento en el balcón.

LISARDO
¿Pues cantan?

OTAVIO
Sí, está templado.

[MÚSICOS]
Copla (estructura abierta)
(Canten.)
«Recordad, ojuelos verdes,
que a la mañanica dormiredes.»

OTAVIO
¡Necia letra!

LISARDO
Redondilla
¡Que aun aquí
605
no hay cosa que disimules!

OTAVIO
Si estotra los tiene azules,
y los llaman verdes, di
Redondilla
como ha de salir a hablarte;
pues harás que alguna venga,
610
que acaso verdes los tenga,
a estorbarte, y a cansarte.

LISARDO
Redondilla
Alto, canten otra cosa
para que Otavio nos deje,
que aunque es discreto, es hereje
615
de su gusto en verso y prosa.

[MÚSICOS]
Copla (estructura abierta)
(Canten.)
«Mostradme esa mano
limpia, clara y bella,
y darame una mano
siquiera de vella.»

OTAVIO
Redondilla
620
¿Hase oído desatino?
¿Semejante mano agora
a una acostada señora?

LISARDO
Ya estoy, Otavio, mohíno.

OTAVIO
Redondilla
¿La mano desde un balcón
625
que está seis picas en alto?
¿Estás de juicio falto,
que sufrís esta canción?
Redondilla
¿Mano limpia, clara y bella
a una doncella acostada,
630
que la tendrá toda untada
y con mil mudas en ella?
Redondilla
¿Limpia quieres apostar
que, si a mostrártela viene,
que con el lardo que tiene
635
la puedes poner a asar?
Redondilla
¿Limpia y clara?

LISARDO
No cantéis,
porque no ha de haber canción
a que no ponga objeción.

OTAVIO
Mejor es que os acostéis,
Redondilla
640
que Fabia estará dormida.
Mañana mudad conceptos.

LISARDO
¡No he de tratar con discretos
si puedo en toda mi vida!

(Salen el DUQUE DE FERRARA, con acompañamiento, POLIBIO, su secretario, LAUREANO, CELIO y MONGIL, y criados.)

DUQUE
Octava real
No puedo encareceros el contento
645
de haberos conocido, Laureano.

LAUREANO
No yo, señor, os digo lo que siento
de haber besado vuestra heroica mano.

DUQUE
En vuestro talle estoy mirando atento
un divino Aristóteles greciano;
650
así debió de hablar y así tendría
aquella celestial fisonomía.

LAUREANO
Octava real
Si como vos sois Alejandro en todo,
fuera yo quien decís, Grecia le diera
ventaja a Italia.

DUQUE
De ese propio modo
655
mi corto entendimiento os considera,
y pienso que al bien público acomodo,
más que si el de Catón el vuestro fuera,
todo cuanto pintará su deseo,
con tales partes adornado os veo.

LAUREANO
Octava real
660
Que eran del hombre, gran señor, decía,
imagen las palabras el maestro,
de la buena moral, filosofía,
sol, en prudente, ejercitado y diestro,
y que en ellas ánimo se vía
665
mejor que en el espejo el rostro nuestro;
tal por las vuestras, príncipe, contemplo
vuestro raro valor al mundo ejemplo.
Octava real
Honráis a vuestra hechura, porque en vano
tuviera yo de mí tan gran concepto,
670
puesto que de ese ingenio soberano
le tenga el mundo en evidente efeto.
Sócrates, que de todo el resto humano
fue llamado el más sabio y más discreto
del oráculo délfico, decía
675
que de inorancia el presumir nacía.
Redondilla
Temístocles, de ciento y siete años,
dijo en el punto que a morir llegaba:
«Yo muero, ¡oh vida vil, llena de engaños!,
cuando aprender las letras comenzaba».
680
Tendréis de mi ignorancia desengaños,
aunque en Bolonia en la opinión estaba
que a traerme a Ferrara os hizo gusto
en mi poco gobierno, aunque no injusto.

DUQUE
Octava real
No me puede mentir vuestra presencia,
685
que desempeño de la fama ha sido.

LAUREANO
Preguntando a Zenón la diferencia
que hay de lo verdadero a lo fingido,
dijo con divinísima prudencia
que lo que hay de los ojos al oído,
690
pues nuestro oído lo fingido engaña,
y la verdad la vista desengaña:
Octava real
ya vos me veis, señor.

DUQUE
Y tan pagado,
que os diera mil gobiernos que tuviera.
Nunca me pareció menor mi estado.

LAUREANO
695
Con almas por palabras respondiera.

DUQUE
Idos a descansar.

LAUREANO
De mi obligado
pecho, y de lo que el vuestro considera
de mi opinión, oh príncipe excelente,
lo que Tales, respondo solamente:
Romance (tirada)
700
preguntáronle qué cosa
era más antigua, y dijo
que Dios, pues sabemos que es
increado y sin principio;
que la más hermosa, el mundo,
705
por su divino artificio;
la más capaz, el lugar,
cuyos términos y sitio
comprehenden cualquier cosa
que se ha imaginado y visto;
710
la de más comodidad,
la esperanza, y fue bien dicho,
porque esta sola nos queda
después de todo perdido;
la mejor cosa llamó
715
a la virtud, don divino,
y sin quien ninguna es buena
o no hay estremo sin vicio;
la más veloz dijo el sabio
que era el pensamiento altivo
720
en volar, y en decender
más humilde que el abismo;
la más fuerte, y con razón,
la necesidad, que a un indio
pájaro da lengua humana
725
y al hombre ignorante aviso;
la más fácil, dar consejo,
muchos le dan sin pedirlo;
y la más difícil siempre
el conocerse a sí mismo;
730
la más sabia dijo que era
el tiempo; este, oh duque invicto,
os dirá lo que hay en mí,
y así, señor, os suplico
que al tiempo solo, y no más,
735
le remitáis mis servicios,
mis letras y mi lealtad.
Con esto licencia os pido
para prevenir mis cosas,
y puesto que soy indigno,
740
os beso los pies mil veces.

DUQUE
En mí tendréis un amigo.

LAUREANO
Y vos un esclavo en mí.

(Vase.)

DUQUE
Contento quedo, y corrido
de que Ferrara no sea
745
un reino, un imperio rico.

CELIO
Deme a mí vuestra excelencia
los pies.

DUQUE
¿Quién sois?

CELIO
Quien ha sido
sustituto algunos años
de Laureano. Mal digo,
750
su hechura y criado soy;
Celio, señor, me apellido.

DUQUE
Güélgome de conoceros.
Llegad, paseaos conmigo;
direisme de Laureano
755
las condiciones.

CELIO
Estimo
de manera a mi señor,
que diré que no ha nacido
ingenio su igual, aunque entren
Oldrado, Jacobo, Dino,
760
Bártulo, Baldo y Jasón,
Decio, Alejando, Alberico,
Siliceto y Purpurato,
Paulo de Castro y Marsilio.

DUQUE
No os pregunto de sus letras.
765
¿Es rico?

CELIO
Señor, no es rico.
Tenemos allá una ley:
«Que a toda riqueza, dijo,
refieran buenas costumbres».

DUQUE
Y fue con mucho juicio.
770
¿Es melancólico?

CELIO
No,
y de la opinión me río
que el discreto ha de ser triste,
o que lo ha de andar consigo.

DUQUE
En fin, ¿él es muy discreto?

CELIO
775
Y tan prudente que afirmo
que pueden sus opiniones
ser en la corte aforismos.

DUQUE
¿Juega? ¿Tiene vicio alguno?

CELIO
¿No sabes el cuento antiguo
780
de aquel astrólogo?

DUQUE
¿Cuál?

CELIO
El que a Sócrates le dijo
que era ladrón por las líneas
de la frente, y reprehendido
de sus discípulos, él
785
dijo: «Discípulos míos,
así es verdad, que yo fuera
ladrón, pero he reprimido
el vicio con la virtud»,
y así en este hombre hay un vicio
790
que con la virtud reprime.

DUQUE
¿Cuál, por mi vida?

CELIO
Es delito
algo fácil de perdón.

DUQUE
¿Cómo?

CELIO
Es enamoradizo.

DUQUE
Esa falta es de hombres sabios,
795
filósofos y entendidos,
porque la mucha blandura
del sujeto, en que el divino
ingenio suele fundarse,
los hace tiernos.

CELIO
Ya digo
800
que se reprime con la virtud
fácilmente este enemigo.

DUQUE
Yo quiero darle un remedio,
que no será mal arbitrio.

CELIO
¿Y qué remedio?

DUQUE
Casarle.

CELIO
805
Pues que ya a servirte vino,
de tu mano ha de ser eso.

DUQUE
Tengo aquí de un medio tío
una doncella, y es tal,
que si se la doy le obligo
810
con mi sangre por lo menos.

CELIO
Hacer hombres es oficio
de los dioses de la tierra.

DUQUE
Guárdete Dios, que yo fío
que habemos de ser los dos
815
el honor y ejemplo al siglo.

(MONGIL llega.)

MONGIL
Redondilla
Conozca vuestra excelencia
a Mongil.

DUQUE
¿Quién sois?

MONGIL
Un hombre
hasta aquí de poco nombre.

CELIO
¡Qué graciosa impertinencia!
Redondilla
820
¡Quita, quita! ¿Estás en ti?

DUQUE
Dejadle.

MONGIL
Soy del dotor
criado, el dotor, señor,
lo es vuestro, y tócame a mí,
Redondilla
como a segundo arcaduz
825
de noria de tal grandeza,
ofreceros mi pobreza.

DUQUE
¿Sois español?

MONGIL
Y andaluz.

DUQUE
Redondilla
A los españoles amo,
y a vos, por ser del dotor.
830
¿De qué le servís?

MONGIL
Señor,
soy facistol de mi amo.

DUQUE
Redondilla
¿Cómo facistol?

MONGIL
Yo llevo
los libros en que a estudiar
se suele a veces mudar.

DUQUE
835
¿Sois casado?

MONGIL
Soy mancebo,
Redondilla
aunque mi familia tengo,
que es dos mulas y un rocín,
a quien enseño latín
y a ser su maestro vengo,
Redondilla
840
con cargo que cada día
les dé tres veces lición.

DUQUE
Vuestro humor y condición
conozco.

MONGIL
Vueseñoría,
Redondilla
vuesa merced, vuesa alteza,
845
o lo que fuere servido,
me mande.

DUQUE
Denle un vestido.

(Vase.)

MONGIL
Veas presto en tu cabeza
Redondilla
el laurel del alemán.

CELIO
¿Estabas en ti, Mongil?

MONGIL
850
Celio, no hay cosa más vil
que un vergonzoso galán,
Redondilla
un criado temeroso,
un pleiteante atajado,
un aguado convidado
855
y un pretensor codicioso.
Redondilla
Estos que saben latín
todo piensan que es hablar
en jerigonza y mirar
el principio, el medio, el fin,
Redondilla
860
el pro y el contra a las cosas.
Yo me entiendo.

CELIO
¡Loco estás!

(Salen LAUREANO, OTAVIO, LISARDO y otros.)

LAUREANO
¿Quédame ya que hacer más?

LISARDO
Con dos visitas forzosas
Redondilla
está todo concluido.

LAUREANO
865
Diome sus manos agora
la Duquesa, mi señora,
y estoy muy favorecido.

LISARDO
Redondilla
Besadlas a su sobrina
y después iréis a ver
870
una entendida mujer,
y en las letras peregrina,
Redondilla
y en un monasterio está.

LAUREANO
¿Hermana del Duque?

LISARDO
Sí.

OTAVIO
Fabia os viene a ver.

LAUREANO
¿A mí?

OTAVIO
875
Por vuestra fama será.

(Entra FABIA.)

FABIA
Redondilla
Cuando entrastes a besar
las manos a la Duquesa
no estaba yo allí, y me pesa
por no haberos visto hablar
Redondilla
880
con tan entendida dama.

LAUREANO
Quien os ve y os oye a vos
no envidiara de los dos
la hermosura ni la fama.

FABIA
Redondilla
Vos seáis muy bien venido.

LAUREANO
885
¿Qué mejor? Pues he mirado
en vos del cielo un traslado,
y con haberos oído,
Redondilla
el concierto, y armonía,
con que este mundo gobierna.

FABIA
890
Vuestra fama será eterna
y inmortal la dicha mía
Redondilla
si caigo en vuestra alabanza.
A mi tía voy a ver;
no me puedo detener,
895
mas quedo con esperanza
Redondilla
de veros con mucho espacio,
que hoy, por cierta ocupación,
he perdido esta ocasión
y no he venido a palacio.
Redondilla
900
Soy, aunque necia, estremada
en estimar un discreto.

LAUREANO
Que no seré yo os prometo,
pero vos tan estimada
Redondilla
por esa causa de mí,
905
como es el entendimiento
del alma.

FABIA
Ese ofrecimiento
no puedo pagar aquí,
Redondilla
mas, señor gobernador,
días para vernos quedan.

LAUREANO
910
No serán tantos que puedan
contentar mi justo amor.

FABIA
Redondilla
¿Amor tienen los letrados?

LAUREANO
Si quien más sabe, más quiere,
desto piensa que se infiere
915
que son más enamorados.

FABIA
Redondilla
Quedaos aquí, que conmigo
irán estos caballeros.

LISARDO
Aquí tenéis escuderos.

[Vanse.]

LAUREANO
Oh Celio, Dios me es testigo
Redondilla
920
que no vi más discreción
junta con tal hermosura.

CELIO
¿Y Costancia?

LAUREANO
Ya procura
la casa del corazón
Redondilla
desocupar a esta dama.

CELIO
925
Aun si lo supieses bien,
amor se hiciera desdén
y más que hielo tu llama.

LAUREANO
Redondilla
¿Cómo?

CELIO
Asiome a la partida
y requebrome.

LAUREANO
¿A ti?

CELIO
Sí.

LAUREANO
930
¿Costancia?

CELIO
La misma.

LAUREANO
¡Di
la inconstancia más fingida!
Redondilla
¿No es bueno que no he servido
mujer constante?

CELIO
Es verdad,
pero poca calidad
935
y poco ingenio han tenido.

LAUREANO
Redondilla
¿Son todas desta manera?

CELIO
No, por Dios, que hay mil constantes
con sus mudables amantes.

LAUREANO
Ellas son de vidro y cera.
Redondilla
940
No más Costancia de hoy más;
reine Fabia, esta señora
que acaba de hablar agora.

CELIO
¿Cierto?

LAUREANO
Cierto.

CELIO
¿Qué darás
Redondilla
por saber que es tu mujer?

LAUREANO
945
¿Estás loco?

CELIO
No ha un momento
que el Duque tu casamiento
concertaba.

LAUREANO
Puede ser,
Redondilla
según me muestra afición,
¿mas será bueno casarme?

CELIO
950
¿Qué mejor?

LAUREANO
Quiere obligarme
al yugo de la razón.
Redondilla
Ve, Mongil; tráigase aquí
toda la ropa.

MONGIL
Yo voy.

LAUREANO
¿Qué dices? ¿Casado estoy?

CELIO
955
El Duque lo dijo así.

LAUREANO
Redondilla
Pues vamos, que si en efeto
me da a Fabia por mujer,
me casaré, aunque es perder
esta opinión de discreto.


Jornada II

Salen OTAVIO y LISARDO.

OTAVIO
Redondilla
960
De tu esperanza perdida
astrólogo me has fingido.

LISARDO
Pésame que lo hayas sido
tan a costa de mi vida.
Redondilla
Casó el Duque a Laureano
965
con grande aplauso y contento,
y fue, Otavio, el casamiento
como de su heroica mano,
Redondilla
que aunque es verdad que me agravia,
no pudo tan gran señor
970
casarle con más valor
ni menos que darle a Fabia.
Redondilla
Ya con Fabia está casado,
de quien es prenda tan cara
que se gobierna Ferrara
975
por su melindre y enfado,
Redondilla
aunque, si verdad te digo,
no falta murmuración
de su libre condición.

OTAVIO
¿Libre?

LISARDO
Yo he sido testigo
Redondilla
980
en más de dos ocasiones.

OTAVIO
Bien sabes que en el mandar
es la pensión el estar
sujeto a murmuraciones.

LISARDO
Redondilla
Es tan discreto y gallardo,
985
Otavio, el gobernador,
que obliga a tenerle amor.

OTAVIO
Las ocasiones, Lisardo,
Redondilla
que en este gobierno tiene
le harán parecer liviano.

LISARDO
990
Ya no estudia Laureano,
y en efeto se entretiene,
Redondilla
según se murmura del,
en ser de noche galán
de algunas damas que están
995
mal consigo, y bien con él.

OTAVIO
Redondilla
¡Qué enfermedad de discretos
si es amor enfermedad!

LISARDO
Dar rienda a la voluntad
no es acto [de] hombres perfetos.

OTAVIO
Redondilla
1000
Hablaras tú con pasión,
¿pero cómo toma Fabia
los celos con que la agravia?

LISARDO
Con aumentar su afición,
Redondilla
aunque entiendo que no sabe
1005
las historias de su esposo.

OTAVIO
Él andará cuidadoso,
secreto, encubierto y grave.

LISARDO
Redondilla
Estímale el Duque tanto,
y así su ingenio encarece,
1010
que todo bien le parece.

(Salen CELIO y LAUREANO.)

LAUREANO
A estas horas me levanto
Redondilla
porque tarde me acosté.

CELIO
¿Rondas y engañas tu esposa?

LAUREANO
Cierto que Fabia es hermosa,
1015
y que es lástima que esté
Redondilla
ociosa y enamorada,
como dice la canción.

CELIO
Aquí hay gente.

LISARDO
Amigos son.

LAUREANO
Siempre, Lisardo, me agrada
Redondilla
1020
tener a la espalda amigos.
¿Ofrécese en qué os sirvamos?

LISARDO
A servir al Duque vamos,
a donde tendréis testigos
Redondilla
de vuestro abono seguros.

LAUREANO
1025
De eso estoy bien satisfecho,
que se ve el alma en el pecho
como por cristales puros,
Redondilla
y suplícoos me mandéis.

LISARDO
Dios os guarde.

[Vanse LISARDO y OTAVIO.]

CELIO
¡No hay aquí
1030
quien tanto me enfade!

LAUREANO
A mí
ya cinco veces o seis
Redondilla
me ha puesto este cortesano
en ocasión de pidille
que no entre aquí.

CELIO
¡No hay sufrille!

LAUREANO
1035
Por vida de Laureano
Redondilla
que, ya que tocado habemos
materia, Celio, de celos,
aunque ni solos recelos
de Fabia tener podemos,
Redondilla
1040
que te tengo de decir
una cosa que he pensado,
que me tiene desvelado
y no me deja vivir.

CELIO
Redondilla
¿Desvelado?

LAUREANO
De ti fío,
1045
Celio, aquello que de mí.
Cierra esa puerta.

CELIO
De ti,
si hablas de celos, me río,
Redondilla
porque siendo tú el liviano,
¡era bueno estar celoso
1050
de un ángel tan virtuoso!

LAUREANO
Oye, Celio, a Laureano
Redondilla
en la cátedra de celos
liciones de necedad.

CELIO
¡No ofendas la honestidad
1055
en que se miran los cielos!

LAUREANO
Octava real
Celio, tú sabes que en Bolonia fuimos
muchas veces los dos a mocedades,
que hablamos, requebramos y rendimos
mil damas, mil estrañas voluntades;
1060
tan pocas fuertes y rogadas vimos
de estados y diversas calidades,
que sabes tú que nos causaba espanto.

CELIO
¿Adónde vas con desatino tanto?

LAUREANO
Octava real
Venidos a Ferrara, yo no he puesto
1065
los ojos en mujer, su honor perdone,
que no la haya rendido o descompuesto.

CELIO
En confusión tu libertad me pone,
mas como necedades me ha propuesto,
no hallo satisfación que más te abone.

LAUREANO
1070
Oye hasta el fin y escucha atentamente
antes que venga a divertirnos gente.
Octava real
Saber deseo, y vivo desvelado,
si es Fabia, mi mujer, constante y firme.

CELIO
¿Pues qué ocasión a sospechar te ha dado,
1075
ya que tal necedad quieres decirme?

LAUREANO
Ninguna, por Dios vivo, ni aun cuidado,
que pueda a tales celos reducirme,
porque ella es santa, virtuosa y casta.

CELIO
Eso es verdad, y ser quien es le basta,
Octava real
1080
y siendo así: ¿cuál ocasión te mueve
a pensar en aquese desatino?

LAUREANO
Saber si, viendo la ocasión, se atreve.

CELIO
¿Pues eso intenta ingenio tan divino?
¿Poner quieres, señor, al sol la nieve,
1085
la flor de almendro al cierzo, al fuego el lino
y la ocasión a la mujer? ¿No adviertes
que suele derribar a los más fuertes?

LAUREANO
Octava real
Celio, a mí se me ha puesto en la cabeza...

CELIO
Bien dices; sí pondrá, si eso prosigues.

LAUREANO
1090
... saber su resistencia y fortaleza.

CELIO
Por Dios, señor, que ese rigor mitigues,
que no es bien que de algunas la flaqueza
a regla injusta y general obligues.
Si es casta y santa la mujer que tienes,
1095
¿qué pruebas quieres?, ¿o a probarme vienes?

LAUREANO
Octava real
Yo, Celio, en esto desvelado vivo,
y me he resuelto en saber si Fabia
rinde a ruegos de amor su pecho altivo.

CELIO
¿Tú eres el sabio?

LAUREANO
¿Amor no es cosa sab[ia]
1100
[-vo]
solo en saber si mi valor agravia ?
Que hay muchas castas por no ser servidas,
que está en el ser rogadas, ser vencidas.

CELIO
Octava real
Ovidio te ha enseñado ese aforismo.
1105
¡Maldiga Dios poetas habladores!
¡Bien los pinta Merlín en el abismo
por sus mentiras, sátiras y amores!

LAUREANO
Esto, Celio, ha nacido de mí mismo,
que no lo sé de Ovidio.

CELIO
Los errores
1110
de las mujeres de flaqueza llenas
no ofenden ni deslustran a las buenas;
Octava real
mira cuántos ejemplos en historias
hay de su castidad.

LAUREANO
Eso querría,
que es celebrar a Fabia entre sus glorias.

CELIO
1115
¿Pues no es casta? ¿Qué quieres?

LAUREANO
No podría
donde no ha habido guerra haber vitorias,
ni corona de casta sin porfía,
que no ha de ser de honesta celebrada
la que jamás ha sido conquistada.
Octava real
1120
Por esto alaban a la casta griega,
a Lucrecia, a Sulpicia y a Etelfrida.

CELIO
Notable engaño y opinión te ciega,
pero escucha una cosa, por tu vida:
¿no has visto un hombre que en salud se entrega,
1125
por tener la que viene prevenida,
a la purga, sangría, y al jarabe
que dice que es de la salud la llave,
Octava real
y teniendo compuestos los humores,
de suerte los revuelve dellos lleno
1130
que en malos se convierten los mejores,
y viene a estar enfermo, estando bueno?
Pues eso mismo intentan tus errores,
que es hacer del antídoto, veneno.
Si tienes mujer casta, necio eres,
1135
pues revolvelle los humores quieres.

LAUREANO
Octava real
¿Tú me enseñas a mí?

CELIO
Si en un camino
errase un rey, ¿es mucho que un villano
le dijese, o sería desatino,
«echad por esta o por aquella mano»?
1140
Veríase que te celebran por divino
y que eres el divino Laureano,
pero si vas, señor, errado acaso,
haz cuenta que un pastor te enseña el paso.

LAUREANO
Octava real
Celio, el ser singular mi ingenio pide
1145
singulares efectos, y opiniones.

CELIO
Sí, mas con la razón regula y mide
la singularidad de tus acciones.

LAUREANO
Ningún consejo lo que intento impide.

CELIO
No te replico, pero ya que pones
1150
tu honor en contingencia desta suerte,
¿quién ha de conquistar a Fabia?

LAUREANO
Advierte.
Octava real
¿De quién como de ti puedo fïarme?
Tú has de servirla.

CELIO
¿Yo?

LAUREANO
Tú, no te alteres,
y todo lo que pasa declararme.

CELIO
1155
¿Que aun eso más desatinarme quieres?

LAUREANO
Con esto, Celio, puedes obligarme.

CELIO
¿No miras que son vidros las mujeres
y que quieren llevarse con gran tiento?

LAUREANO
Quebrarla no, sino lavarla intento.

CELIO
Octava real
1160
¿Y cuántos por lavarlos se han quebrado?
¿No has leído al principio de Herodoto
de aquel rey que enseñaba a su criado
a su mujer? Pues vidrio fue, y bien roto.

LAUREANO
¡Ya estoy de ejemplos bárbaros cansado!

CELIO
1165
Pues yo no la probara de mi voto.

LAUREANO
En fin, es necedad.

CELIO
Yo te prometo
que vale por dos mil la de un discreto;
Octava real
tráenme a la memoria tus engaños
lo que dicen del gallo, y hoy lo pruebo,
1170
que pone un huevo al cabo de diez años,
mas sale el basilisco deste huevo.

LAUREANO
No hay consejos aquí, ni desengaños.
Hoy has de ser de Fabia amante nuevo:
finge, sirve, porfía.

CELIO
¿Hasta qué tanto?

LAUREANO
1175
No lo sé agora; el tiempo dirá cuánto,
Redondilla
pero advierte que te fío
todo mi honor.

CELIO
Ella viene.

LAUREANO
Voyme.

[Vase.]

CELIO
Mi mirar me conviene
por su honor y por el mío,
Redondilla
1180
mas si no guardo secreto
en esto al gobernador,
también ofendo su honor,
y le disfamo en efeto.
Redondilla
Él me ha puesto en el estado
1185
que estoy; darle gusto quiero,
pues de su locura espero
dejarle desengañado,
Redondilla
que yo sé de la virtud
de Fabia, que aunque yo fuera
1190
Orfeo y cantando hiciera
parar la eterna inquietud,
Redondilla
no pudiera conquistalla,
y pues tan seguro estoy,
desde aquí principio doy
1195
a cansarme, y a cansalla.

(Sale FABIA.)

FABIA
Redondilla
¿No estaba aquí Laureano?

CELIO
Agora se fue de aquí.
[Aparte.]
Lo que ha de pasar por mí
no pasó por hombre humano.
Redondilla
1200
¿Hay tan loca necedad?

FABIA
Pedirle, Celio, quisiera
que a Otavia favoreciera,
con quien yo tengo amistad,
Redondilla
en este pleito que trata
1205
con Fabricio...

CELIO
[Aparte.]
Aquí ha de entrar
el principio.

FABIA
... por mostrar
que no soy a Otavia ingrata
Redondilla
a la que della recibo.

CELIO
[Aparte.]
Sí, por aquí va mejor;
1210
aún no sé fingir amor.

FABIA
Fabricio loco, y altivo,
Redondilla
desprecia su casamiento,
teniéndola obligación.

CELIO
Si la tienes afición,
1215
Fabia, ni por pensamiento
Redondilla
te pase pedir su bien
al gobernador, que agora,
cuanto a cierta dama adora,
te ha de pagar con desdén.

FABIA
Redondilla
1220
¿Hablas conmigo?

CELIO
Bien sé
que estoy hablando contigo.

FABIA
¿Pues cómo, hablando conmigo,
tanta tu ignorancia fue
Redondilla
que dices que ha de mostrarme
1225
desdén el gobernador,
porque tiene ajeno amor?

CELIO
[Aparte.]
Ya he comenzado a turbarme,
Redondilla
y en tan grande necedad
me hallo confuso y turbado.

FABIA
1230
¿Qué dices?

CELIO
Que me ha cansado
su término y deslealtad
Redondilla
hasta llegar a decir
lo que has oído de un hombre
que idolatraba en su nombre,
1235
pero no puedo sufrir
Redondilla
que a tu divina hermosura,
que a tu gracia y discreción,
se dé tan vil galardón.
¿Hay tan estraña locura
Redondilla
1240
que me obligue de un discreto
la necedad a llegar
donde apenas puedo hallar
entrada a tan mal concepto?

FABIA
Redondilla
Nunca te he visto conmigo,
1245
Celio, tan necio. ¿Qué es esto?

CELIO
De estar con él descompuesto
nace el estarlo contigo.
Redondilla
Verdad es que proceder
no pudiera el desengaño
1250
de su desdén y tu daño
cuando no pudiera haber
Redondilla
de mi parte tanto amor,
que amor, señora, es culpado
de haberte desengañado,
1255
si es desengañarte error.

FABIA
Redondilla
Que amor me tengas a mí
está muy puesto en razón,
mas no con obligación
de desengañarme ansí,
Redondilla
1260
que aunque estoy agradecida,
pienso que más lo estuviera
si deste engaño no fuera
de tu afición advertida;
Redondilla
mas ya, Celio, que lo estoy,
1265
y ser tan propio en mujer
el deseo de saber,
mujer y ofendida soy.
Redondilla
¿Qué sabes de Laureano
contra mí?

CELIO
No es en rigor
1270
contra ti; contra tu amor,
contra el duque Otaviano,
Redondilla
contra las leyes divinas,
aborrecer tu hermosura
por la infamia que procura
1275
de mil mujeres indignas.
Redondilla
Un hombre de su valor,
cuando no fueras su esposa,
que es desta ciudad famosa
espejo y gobernador,
Redondilla
1280
¿ha de manchar desta suerte
su virtud y autoridad?
¡Buena va la necedad!

FABIA
Aún no me atrevo a creerte.

CELIO
Redondilla
A más, Fabia, no me espanto;
1285
quien ama tarda en creer
su daño.

FABIA
Antes suele ser
fácil en creerle tanto,
Redondilla
porque el amor y el temor
andan juntos.

CELIO
Es verdad,
1290
pero en tu dificultad
no muestras tenerle amor.
Redondilla
Vuelvo, Fabia, a disculparme
por si te parece mengua
poner en mi dueño lengua,
1295
debiendo honrarle y matarme,
Redondilla
pero, como te decía,
procediendo tanto error
de la fuerza de tu amor,
esa es la disculpa mía.
Redondilla
1300
Oye, así te guarde Dios,
con más quietud y sosiego
hoy que a tanta dicha llego,
que estamos solos los dos.
Redondilla
Desde que el gobernador
1305
vino a serlo de Ferrara,
la belleza de tu cara
me encendió el alma de amor.
Redondilla
Cuando fuiste su mujer,
de que el Duque tuvo gusto,
1310
fue desengañarle justo,
pero no lo quise hacer,
Redondilla
porque si no te casabas
con mi dueño, era imposible
verte, aunque el dolor terrible
1315
de mis celos aumentabas.
Redondilla
Casástete, y yo lloré
de tal suerte el casamiento...
(Aparte.)
(No va malo el fingimiento.
¡Lindo principio le hallé!)
Redondilla
1320
... que pensé perder la vida;
viví con esta esperanza
de que al fin la vida alcanza
esta esperanza perdida.
Redondilla
Dios sabe que no quisiera
1325
vivir.
[Aparte.]
Fingiré llorar.

FABIA
Celio, aunque te escucho hablar
en esta nueva quimera,
Redondilla
no entiendas que es porque gusto
de tan locos disparates,
1330
mas solo porque me trates
de su engaño y mi disgusto,
Redondilla
que a no haberme prevenido
de que es mi esposo traidor,
ni yo escuchara tu amor
1335
ni tú fueras atrevido.
Redondilla
Deja, por Dios, si no quieres
que te mande matar luego,
de ser tan loco y tan ciego,
y dime cuáles mujeres,
Redondilla
1340
o bajas o principales,
Laureano quiere bien.

CELIO
¿Tanto agravio y tal desdén
pagas con palabras tales?
Redondilla
¿Yo cómo puedo decirte
1345
quién son? Porque tantas son
cuantas mira, y mi intención
solo intenta persuadirte
Redondilla
a que no le quieras bien,
y en tenerme amor a mí,
1350
vengas tu agravio, que ansí
pagas desdén con desdén,
Redondilla
ingratitud con engaño
y engaño con deshonor.

FABIA
¡Vete de aquí!

CELIO
[Aparte.]
(¡Qué temor!
1355
¡Qué suceso tan estraño!
Redondilla
Para principio esto basta.)
Yo iré a matarme.

FABIA
Harás bien.

CELIO
[Aparte.]
¡Que en esto se ponga quien
tiene una mujer tan casta!
Redondilla
1360
¡Dios nos libre que un discreto
haga alguna necedad!

(Vase.)

FABIA
Presumo que es falsedad,
para poner en efeto
Redondilla
su atrevimiento este loco,
1365
cuanto me ha contado aquí,
que no es posible que a mí
y al Duque tenga en tan poco
Redondilla
hombre que llaman divino
por su raro entendimiento.
1370
Sin duda que es fingimiento
con que a declarar me vino
Redondilla
la mayor maldad que puede
hacer criado a señor,
pero no quiere el temor
1375
que amor satisfecho quede.
Redondilla
¡Julia, Julia!

(Sale JULIA.)

JULIA
¿Qué me mandas?

FABIA
¿No sabes lo que ha pasado?

JULIA
Algo tengo imaginado
del cuidado con que andas.

FABIA
Redondilla
1380
No era sin causa el faltar
de noche el gobernador;
rondaba, Julia, su amor.
¡Esto llamaba rondar!
Redondilla
¡No hay delito do se esconda!

JULIA
1385
Casar con justicia es eso,
que puede a cualquier exceso
dar por disculpa la ronda.
Redondilla
No hay celos habiendo vara,
sino sufrir y callar.

FABIA
1390
¿Cómo podré averiguar
con qué damas de Ferrara
Redondilla
anda de amor Laureano,
Julia, que me estoy muriendo?

JULIA
Que podrás saberlo, entiendo,
1395
eso claro, abierto y llano
Redondilla
con solo hablar a Mongil
de quien de noche se fía.

FABIA
Cosa indecente sería
poner persona tan vil
Redondilla
1400
por medio, por instrumento,
de cosas de tanto honor.

JULIA
Señora, ya de mi amor
conoces el fundamento,
Redondilla
que está en haberme criado
1405
tan segura y tan leal.
Si hablarte te siento mal,
no te dé hablarle cuidado,
Redondilla
sino fíalo de mí,
que con mostrarle afición
1410
dirá las damas que son.

FABIA
¡Ay, Julia! Que viene aquí.

JULIA
Redondilla
Algún ángel le ha traído.

FABIA
Voyme, mi honor te encomiendo.

(Sale MONGIL.)

MONGIL
Iba el paso deteniendo
1415
y despertando el oído,
Redondilla
Julia mía, hasta saber
si estaba el paso seguro.
¿Cómo es eso?

JULIA
Yo le juro
que ya no le puedo ver.

MONGIL
Redondilla
1420
Vuelve esa cara pascual,
así Dios te las dé buenas,
no escondas entre azucenas
ese carmesí coral,
Redondilla
que no te he dado ocasión.

JULIA
1425
Estoy celosita dél.

MONGIL
Celos es cosa cruel
y, pedidos sin razón,
Redondilla
harán que salga de sí
el hombre de más paciencia.

JULIA
1430
Ya sé toda la pendencia.

MONGIL
¿Yo pendencia?

JULIA
El mismo, sí;
Redondilla
ya sé dónde va de noche.

MONGIL
¿Yo, Julia? Con mi señor,
tras un rocín andador
1435
o a los estribos de un coche,
Redondilla
que le sirvo de valiente,
de bravo, y espadachín,
que estos que saben latín
siempre son medrosa gente.

JULIA
Redondilla
1440
¿Con su señor? ¡Miente!, y crea
que todo se sabe ya.

MONGIL
Por Dios que es él el que va
en casa de Dorotea,
Redondilla
una boba afeitadilla
1445
que no sé qué ha visto en ella,
y anoche en casa de Isbella,
de comer barro amarilla
Redondilla
como nabo en azafrán,
que no sé qué halla el dotor
1450
en gente de aquel humor.

JULIA
¿A tales mujeres van
Redondilla
los hombres recién casados?
Mongil, mientes, que tú eres.

MONGIL
También habla otras mujeres
1455
de diferentes estados,
Redondilla
pero es solamente hablar.

JULIA
¿De otros estados?, ¿quién son?
No, Mongil, que tal traición
quieres con él disculpar.

MONGIL
Redondilla
1460
Él habla con cierta vieja,
cabos blancos con hollín,
que está de su vida al fin
y de ser niña se queja,
Redondilla
y habiéndola conocido
1465
mas ha de mil años moza,
el mismo alcacer retoza
de los prados de Cupido.
Redondilla
Si la vieses entre olores
y entre galas niñear,
1470
vestir, hablar y tratar
de esperanzas y de amores,
Redondilla
reventarías de risa.

JULIA
¿Y por esa deja a Fabia?

MONGIL
¡Cómo con esas le agravia!

JULIA
1475
¿Qué nombre tiene?

MONGIL
Florisa.

JULIA
Redondilla
¡Mal gusto!

MONGIL
Pues esta es pajas,
para una cierta Teodora
que visitamos agora.

JULIA
¿Cómo?

MONGIL
Haz cuenta: dos tinajas,
Redondilla
1480
una atrás y otra adelante,
que alforjas quise decir,
y guárdeme de mentir
por no ser cosa bastante.

JULIA
Redondilla
¡Estraño caso!

MONGIL
Esto pasa.

JULIA
1485
¿Y tiénenle ellas amor?

MONGIL
Pienso que el gobernador
no solicita su casa
Redondilla
más que para entretener
esta condición que tiene.

JULIA
1490
Mongil, él pienso que viene.
Adiós, que tengo que hacer.

MONGIL
Redondilla
Con esto habrás conocido
a lo que de noche voy.

JULIA
Ya de mis celos estoy
1495
satisfecha.

MONGIL
¡Engaño ha sido!

(Salen CELIO y LAUREANO.)

LAUREANO
Endecasílabos sueltos (tirada)
Esto que digo pasa, señor mío,
que no era menos justo, pero advierte,
Celio, que la primera resistencia
no es en mujer ninguna agradecida,
1500
que la vergüenza natural la pone
entre el deseo, y el temor, y sirve
de lo que la cortina en la pintura:
agora está la imagen encubierta,
pero en corriendo el trato el rojo velo,
1505
descubrirás lo que es.

CELIO
No puede el trato
correr esa cortina a su retrato.
Yo sé que es Fabia, mi señora, honesta,
que fuera de tan áspera respuesta,
por la vista, en que cielo parecía,
1510
el resplandor de la virtud salía.
Bastará para tu intento, señor mío,
la primera probanza, pues la abonan
los testigos más nobles que ser pueden:
vergüenza, honestidad, castas palabras,
1515
amenazas a mí, y al cielo quejas.

LAUREANO
Si la conquista en los principios dejas,
¿cómo podré saber si es firme y casta?

CELIO
Porque esto es necedad, y hacerla basta,
que hacerla un hombre, en fin, no es maravilla,
1520
pero es más que de bestias proseguilla.

LAUREANO
Cuando los griegos a vengar su injuria
vinieron sobre Troya muchas veces,
se quisieron volver con mal consejo,
pero venciendo el ánimo gallardo
1525
diez años de prudencia, les dio gloria.

CELIO
¿Pues qué tiene que ver la griega historia
con que me mandes conquistar a Fabia
para saber si su virtud te agravia?
¿Tan bueno quedaras si por ventura
1530
fuese cual dicen de la piedra dura,
que el curso de una gota de agua ofende?

LAUREANO
Prosigamos a ver a qué se estiende
esta flaqueza de mujer, que creo
que es curioso y muy nuevo este deseo.

CELIO
1535
¿Curiosidades buscas en la honra,
brinco que había de estar entre algodones?
¿Posible puede ser que hablas de veras?
Mira, señor, que pienso que has perdido
aquel tan peregrino entendimiento
1540
que tal fama te ha dado entre los hombres,
y escucha un argumento facilísimo:
si porque has conocido en mil mujeres
flaqueza en el rendirse conquistadas,
quieres saber si Fabia se defiende,
1545
por lo mismo que has visto no es cordura,
pues la misma flaqueza te asegura;
y si quieres tener mujer tan casta,
¿por qué la pones en peligro injusto
de donde te resulte algún disgusto?
1550
¿Sería bien que un hombre desease
saber si sanaría de una herida
que tuviese peligro de la vida,
y por eso se diese una estocada?

LAUREANO
Celio, yo quiero ver si, conquistada,
1555
esta mujer que tengo es virtuosa,
que donde no hay conquista es fácil cosa.

CELIO
Cuentan de un gran filósofo que tuvo
tan gran deseo de saber cómo era
el alma que tenía y qué era el alma,
1560
que viendo que viviendo no podía
verla ni percibirla, cierto día
se dio la muerte y dijo desta suerte:
«Terrible necedad fue darme muerte,
pues lo que el tiempo hiciera brevemente
1565
quise yo anticipar como imprudente.»
¿Hasme entendido?

LAUREANO
Sí.

CELIO
Pues esto mismo
te viene a suceder, porque si quieres
ver la mujer que tienes, es locura
hacer lo que hará el tiempo, pues viviendo,
1570
irás si es buena o mala descubriendo.

LAUREANO
No hay que tratar en esto; antes me agrada,
pues que no era cristiano ese filósofo,
que no aguardase al tiempo ni a la muerte
si tanto ver su alma deseaba.
1575
Ea, Celio, prosigue; vuelve luego
a dar segundo asalto a su firmeza.

CELIO
Digo que iré, mas plega Dios que presto
no te arrepientas.

LAUREANO
Ella viene.

CELIO
Vete.

LAUREANO
En mi estudio te espero.

[Vase.]

CELIO
Yo no he visto
1580
tan grande ingenio a tanto error sujeto.
No hay necio en su opinión como un discreto.

(Salen JULIA y FABIA.)

FABIA
Redondilla
En saber que tantas son
pienso que me has consolado.

JULIA
Todo aquesto me ha contado.

CELIO
1585
¿Has mudado de opinión
Redondilla
con estas informaciones?

FABIA
¿Sabes tú lo que he sabido?

CELIO
Algo he visto y algo he oído,
y a gran peligro te pones,
Redondilla
1590
que en sabiendo Laureano
que andas en celos y enojos,
te hará burlas en los ojos
que las toques con la mano.
Redondilla
Un remedio te traía,
1595
si Julia aquí no estuviera.

FABIA
Julia.

JULIA
¿Señora?

FABIA
Allá espera.

JULIA
[Aparte.]
¡Oh necia sospecha mía!
Redondilla
Basta, que el enredo ha sido,
destos celos sin razón,
1600
buscar alguna ocasión
de ofender a su marido.
Redondilla
¡A Celio sin duda quiere!
¡Celio, con quien yo pensé
casarme! ¡Pero yo haré
1605
que tarde ofenderle espere!

(Vase.)

FABIA
Redondilla
¿Qué tienes imaginado
que remedie tanto mal?

CELIO
Si miras que estoy mortal
de tu amoroso cuidado,
Redondilla
1610
¿qué remedio como en mí
para vengar tu deseo?

FABIA
¿Hablas conmigo? No creo,
villano, que estás en ti.
Redondilla
¿Otra vez vuelves a dar
1615
en tu loco pensamiento?

CELIO
Soy hijo de un necio intento
que me manda porfïar.
Redondilla
Duélete, Fabia, de mí,
y no seas mi homicida,
1620
que hoy me he de quitar la vida
si no hallo remedio en ti.
Redondilla
Bien creerás que no ha quedado
por diligencias que he hecho
el arrancar de mi pecho
1625
este amoroso cuidado,
Redondilla
pero es ya tan poderoso
que no saldrá sin la vida,
si no es que este intento impida,
Fabia, tu pecho piadoso.
Redondilla
1630
¡Ay de mí que, sin querer,
he venido a tanto mal!

FABIA
Si estás en peligro tal,
un remedio puede haber.

CELIO
Redondilla
¡Ay, señora!, ¿y qué remedio
1635
como de tu hermosa mano?

FABIA
Que dejes a Laureano
y que pongas tierra en medio,
Redondilla
que ausentándose de mí,
no habrá, sin la causa, efeto.

CELIO
1640
Que lo intento te prometo,
pero no vivo sin ti,
Redondilla
porque en faltando un instante
de tu presencia no más,
es como dar paso atrás
1645
para pasar adelante:
Redondilla
vuelvo con mayor furor.

FABIA
Pues si en eso piensas dar,
hoy te haré, Celio, matar.

CELIO
[Aparte.]
¡Andaos a fingir amor!
Redondilla
1650
El Diablo me puso en esto.
¡Ah, señor! ¿Qué quieres más?

FABIA
¿No te vas?

CELIO
¡Cruel estás!

FABIA
Y tú necio y descompuesto.

CELIO
Redondilla
Si por vergüenza me tratas
1655
de esta suerte, yo, atrevido,
tu mano asiré, que han sido
muchas por vergüenza ingratas.

FABIA
Redondilla
¿Hay semejante maldad?
¿Hay tan grande atrevimiento?
1660
¡Criados!

CELIO
[Aparte.]
Mi muerte intento
con aquesta necedad.
Redondilla
Huirme quiero de aquí.

(Vase.)
(Entre LAUREANO.)

LAUREANO
¿Qué es esto, señora mía?

FABIA
Con Celio, señor, reñía.

LAUREANO
1665
¿Vós con Celio? ¿Cómo ansí?

FABIA
Redondilla
Estábame aquí diciendo
mil necios chismes de vos.

LAUREANO
¿De mí? ¡Oh, qué bueno, por Dios!
¿Por qué ocasión? No lo entiendo.
Redondilla
1670
¿Esto es criar un criado?
¿Esto es dar a un hombre ser?
¿Celio sabe agradecer
desta suerte mi cuidado?
Redondilla
¿Y qué os decía de mí?

FABIA
1675
Que andáis perdido en Ferrara,
y que una opinión tan clara
mancháis, Laureano, ansí;
Redondilla
que os murmuran los amores
de mil mujeres hermosas,
1680
y otras mil indignas cosas
de tales gobernadores;
Redondilla
díjome lo de Florisa
y la historia de Teodora,
fábula del pueblo agora
1685
y de los mancebos risa.
Redondilla
Si el Duque viene a entender
que así desautorizáis
su gobierno, y que tratáis
tan mal a vuestra mujer,
Redondilla
1690
no se tendrá por servido,
[...]
[...]
que en el alma lo he sentido
Redondilla
más de que os entretengáis,
1695
aunque mucho más me holgara
que ese ingenio se empleara
mejor que vos le empleáis.
Redondilla
¡Triste cosa que un divino
guste de ser tan humano
1700
que hasta el vulgo más villano
le juzgue por desatino!
Redondilla
¡Y que parezca tan mal
que hasta su mayor privado
me haya sus vicios contado
1705
para dar remedio igual!
Redondilla
Pero aunque buena intención
haya, en decirlos, tenido,
mucho atrevimiento ha sido,
y escuchad esta razón:
Redondilla
1710
de casa le habéis de echar
hoy antes de anochecer,
o en no lo queriendo hacer,
yo sabré hacerle matar.

(Vase.)

LAUREANO
Romance (tirada)
¡Fabia, Fabia!

(Entre CELIO.)

CELIO
¿Estás contento?

LAUREANO
1715
¿Has oído lo que pasa?

CELIO
Todo, señor, lo escuché.

LAUREANO
¿Tú le has dicho, Celio, a Fabia
en lo que yo me entretengo,
sabiendo que en tales casas
1720
ni ofendo mi honor ni el suyo?

CELIO
En lo que dice te engaña,
porque yo solo le dije
que de entretenerte tratas,
pero no dónde, ni cómo.

LAUREANO
1725
¡Vergüenza me dio escucharla!

CELIO
En esto conocerás
la quimera que levantas
y el peligro que me pones.
Ya Fabia, celosa, trata
1730
de decirte pesadumbres,
ya el Duque sabrá la causa,
ya dice que yo me ausente
y, en caso que no me vaya,
me amenaza con la muerte.

LAUREANO
1735
Con la muerte te amenaza,
pero, ¡ay Celio!, ¿cuántas fueron
como Sofronia y Baldraca,
como Dafne y como Porcia
y como cuentan de Fara,
1740
que lloró tanto por ver
que su padre la casaba
que vino a perder la vista,
y después de conquistadas,
una y otra vez se rinden?

CELIO
1745
¿Pues con esto no te cansas
de tu loco pensamiento?
¡Tienes honra, señor!

LAUREANO
Calla,
que sospecho que aunque fuera
Fabia la pintora Marcia,
1750
que figura de varón
jamás pintó por ser casta,
pienso que el ruego pudiera
de aquel intento mudarla
si durara la porfía.

CELIO
1755
Luego, ¿quieres que, forzada,
tu esposa adúltera sea?
¿No miras, señor, que agravias
tantas mujeres famosas
que en las divinas y humanas
1760
letras el mundo celebra,
y las repite el Petrarca
en los triunfos que escribió
de la castidad?

LAUREANO
Acaba;
sepamos este secreto.

CELIO
1765
¿Pues ya cómo puedo hablarla
habiéndome amenazado
que me ha de sacar el alma
si no me voy de sus ojos?

LAUREANO
Yo soy dueño de mi casa,
1770
yo te sabré defender,
yo sabré desenojarla.
No ha pasado noche agora
por el enojo; esto basta.
Ven conmigo; escribirasle,
1775
con muchos requiebros y ansias,
un amoroso papel
que pueda desenojarla,
y notarétele yo.

CELIO
Eso de locura pasa.
1780
¡Si no te quisiera tanto,
hoy saliera de Ferrara
y aun del mundo!

LAUREANO
Calla, Celio.

CELIO
Pienso que a los dos engañas
para quitarnos la vida,
1785
porque si solo es probarla,
¿de quién se escribe en el mundo
que tuvo mujer honrada
y que la puso en peligro
de su honor y de su fama?

LAUREANO
1790
¡Necio! El oro, que el platero
sabe por cosa muy llana
que es oro, ¿por qué le toca
y mira lo que señala?

CELIO
Por conocer los quilates.

LAUREANO
1795
Pues eso intento con Fabia;
bien sé que es oro, y muy fino,
pero deseo tocarla
en aquesta piedra negra
de nuestra flaqueza humana
1800
para saber los quilates
en que tengo de estimarla,
que si a veinte y cinco llega,
y de los que pienso pasa,
más es ángel que mujer.

CELIO
1805
Tú le romperás las alas,
que las fuertes ocasiones
a muchas buenas y santas
quitaron de mano y frente
los laureles y las palmas.

(Vanse.)
(Salen el DUQUE, OTAVIO, LISARDO y POLIBIO.)

DUQUE
1810
¿Mi sobrina tan aprisa?

POLIBIO
Y que ya a la puerta aguarda.

DUQUE
Entre Fabia.

(Sale FABIA.)

FABIA
En esos pies
pondré la boca.

DUQUE
Levanta,
levanta, Fabia, del suelo.
1815
¿Qué quieres? ¿Cómo turbada?
¿Cómo desta suerte aquí?

FABIA
Oye aparte una palabra.

DUQUE
¿Son cosas de pena tuya?

FABIA
Son cosas que me traspasan
1820
el corazón, señor mío.

DUQUE
¿Lloras?

FABIA
Lloro.

DUQUE
¿Por qué causa?

FABIA
Tú me casaste.

DUQUE
Es verdad.

FABIA
Yo pudiera estar casada
con calidad diferente.

DUQUE
1825
Yo miré más en el alma
que no en las prendas del cuerpo,
fáciles, caducas, vanas,
y que el tiempo las consume.

FABIA
Sí, pero yo no buscaba
1830
tan divino entendimiento
con persona tan humana.

DUQUE
¿Es malo que humano sea?

FABIA
Malo para cosas bajas.

DUQUE
Ya te entiendo, y cuando vino
1835
de Bolonia aquí a Ferrara
supe que ese humor tenía.

FABIA
¿Pues para qué le casabas?

DUQUE
Para que no le tuviera,
pero pienso que te engañan
1840
celos. ¿Eres muy celosa?

FABIA
Soy mujer, y enamorada.

DUQUE
Vete, que yo le hablaré,
que pocas palabras bastan
para tal entendimiento.

FABIA
1845
Dame esos pies.

DUQUE
Si te tardas,
podrá ser que aquí te vea.

FABIA
[Aparte a LISARDO.]
Lisardo, oye dos palabras.

DUQUE
Vete, Fabia.

LISARDO
¿Qué me mandas?

FABIA
¿No decías muchas veces
1850
que servi[r]me deseabas
hasta aventurar la vida?

LISARDO
Y lo dije veces tantas
cuantas lo sabré cumplir.

FABIA
Hoy has de sacar la espada
1855
y quitar la vida a un hombre.

LISARDO
¿El nombre?

FABIA
Esta noche pasa
por mi reja, y le daré
en un papel.

LISARDO
Ya te aguardan.

[Vase FABIA.]

DUQUE
¿Qué es lo que Fabia quería?

LISARDO
1860
Debe de estar muy airada,
y en cosas desta manera
mal el secreto se guarda.
Mandome matar un hombre.

DUQUE
Vive Dios que la venganza
1865
es mujer naturalmente,
y que de celosa trata
Fabia de matar.

LISARDO
¿A quién?

DUQUE
¿A quién? ¡Oh, qué linda gracia!
¿No te dijo a su marido?

LISARDO
1870
No, señor, porque me manda
ir a su reja esta noche.
Pero sin duda le mata
de celos, como tú dices.

DUQUE
Celos, Lisardo, son agua
1875
que por el verano viene,
suena mucho, y presto para.
Venme a avisar a quién dice.

LISARDO
Haré, señor, lo que mandas.

DUQUE
Otavio.

OTAVIO
¿Señor?

DUQUE
Al punto
1880
al gobernador me llama.

OTAVIO
Yo voy por él.

[Vase OTAVIO.]

DUQUE
Tú, Polibio,
di que le espero en la cuadra
que cae sobre el jardín.

LISARDO
¡Qué quimeras tan estrañas
1885
hace una mujer con celos!
Casose, ya está casada;
tenga paciencia, pues yo
perdiéndola tuve tanta,
que los gustos del amor
1890
con este censo se pagan.


Jornada III

Salen FABIA y CAMILA.

FABIA
Redondilla
He tenido a gran ventura
que hayas venido a mi casa
en tiempo que por mí pasa
tan notable desventura.
Redondilla
1895
¡Ay Camila, cuál mejor
el templo de donde vienes
fuera yo a llevar los viernes
de un cierto y seguro amor!
Redondilla
¡Cuán mejor hubieras hecho,
1900
ya que estuvistes seglaraN
X
Nota del editor

La Acad. N. dice “seglar”.

seis años allí, entregar
a un hábito pardo el pecho!

CAMILA
Redondilla
¡Gracia tenéis las casadas
en aconsejar doncellas!
1905
¡Como si admitiesen ellas
ser de nadie aconsejadas!
Redondilla
Pasa por celos y enojos,
y la doncella suspira
por ellos, y enojos mira
1910
porque se le van los ojos,
Redondilla
que vosotras no ponéis
a cuenta de esos pesares
los contentos.

FABIA
No repares
en eso.

CAMILA
Siempre querréis
Redondilla
1915
que esté el marido sujeto,
a quien Dios libre crio.
Hombres son, y pienso yo
que es el tuyo muy discreto.
Redondilla
No te quejes de sospechas.

FABIA
1920
Ya las tengo averiguadas.

CAMILA
¡De pocas cosas te enfadas!
¡A gran religión estrechas
Redondilla
de un hombre el libre albedrío!

FABIA
¿Mándale Dios ser ajeno?

CAMILA
1925
No, sino tuyo.

FABIA
Eso es bueno,
¿pues cómo es ajeno y mío?

CAMILA
Redondilla
Anda, que te han engañado.
Casada estás, el desdén
no engendra amor; quiere bien
1930
y verás tu amor pagado.
Redondilla
Con regalos vencerás;
estar la mujer celosa
no es cosa muy peligrosa,
estarlo el marido es más.

FABIA
Redondilla
1935
¡Poco sabes de desvelos!

CAMILA
Bien el Duque te empleó.
¡Casada estuviera yo
y matáranme de celos!

FABIA
Redondilla
La necia doncellaría
1940
todo lo funda en casar,
sin ver que, en echando azar,
no es por perder un día,
Redondilla
sino la vida que pasa,
más triste que los de Argel.

CAMILA
1945
¡Así se queja el tropel
de mil necias que se casan!
Redondilla
Deja tus celos un poco
y dime, este Celio es hombre,
la fama, opinión y nombre.

FABIA
1950
¡Qué pensamiento tan loco!
Redondilla
¿Tú no miras que es hechura
del gobernador?

CAMILA
¿Qué importa?

FABIA
Tu necia lengua reporta,
así Dios te dé ventura.

CAMILA
Redondilla
1955
¿Por qué?

FABIA
Nunca imaginara
que vinieras, pues se precia
tanto allá el saber, tan necia
del monasterio.

CAMILA
Repara
Redondilla
en que los hombres de letras
1960
humildes principios tienen,
y que a grandes cargos vienen.

FABIA
Luego ya, lince, penetras
Redondilla
el lugar que ha de tener
Celio.

CAMILA
El que tuvo tu esposo.

FABIA
1965
Laureano es generoso.

CAMILA
Y Celio lo puede ser,
Redondilla
tan con el grado en escuelas,
armas y caballería,
a un dotor vi yo un día,
1970
uno destos con espuelas,
Redondilla
por significación.

FABIA
Celio es un hombre sin fe,
tan desleal que yo haré
matarle.

CAMILA
¿Por qué razón?

FABIA
Redondilla
1975
Sírveme.

CAMILA
¿De eso te espantas?

FABIA
¿Es buen trato a su señor?

CAMILA
¿Si tú le has mostrado amor?

FABIA
Celos.

CAMILA
¿Eso me levantas?

FABIA
Redondilla
Yo te digo la verdad,
1980
y como a necia te dejo.

(Váyase FABIA.)

CAMILA
No será de balde el consejo;
tendrá Celio voluntad
Redondilla
y levántale que rabia
de mi venida celosa
1985
más que de su esposo, cosa
que no la creyeron, Fabia.
Redondilla
Pero Celio lo merece,
Fabia, doblado. Mejor
acecho mi amor, que amor
1990
en la competencia crece.

(Váyase, y entre CELIO de noche.)

CELIO
Redondilla
¡Amor, bien te pintan ciego!
No porque es forzoso errar,
pero porque disculpar
pudiese tus yerros luego.
Redondilla
1995
¡Con qué notables quimeras
de nuestras almas te burlas!
¡Comienza a querer de burlas
y viene a querer de veras!
Redondilla
No ha sido sin ocasión
2000
a vos ya quererte bien,
pues ya con menos desdén
escuchas mi pretensión.
Redondilla
Notó el papel su marido
y recibiole mejor,
2005
que tiene ventura amor
cuando pretende fingido.
Redondilla
¿Qué quiere este hombre hacer?
¿A qué quiere que me obligue?
¿Qué fiera es esta que sigue?
2010
¿No echa de ver que es mujer?
Redondilla
Cuentan de un rey que decía
que de las faltas que hallaba
esta con buen gusto disculpaba
los jueces que tenía,
Redondilla
2015
porque él echaba de ver
que eran de muchos rogados,
¡conque están más disculpados
los yerros de una mujer!
Redondilla
Tanto la puede rogar,
2020
que aun pintada puede ser
de las paredes caer
donde las suelen colgar.
Redondilla
Agora bien, yo vengo aquí
a ver si por esta reja
2025
entra con verdad la queja
que tantas veces fingí.
Redondilla
Pero aquí vive un galán.
¿Si es de Camila? Sí creo,
que no vendrá sin deseo
2030
de donde con él están.
Redondilla
Vendrá a ver si hablalla puede.
Pienso que me ha de estorbar.

(MONGIL, lacayo rebozado.)

MONGIL
¡No pudiera Julia hablar
aunque esperarla me quede
Redondilla
2035
mil veces la noche al aire!
¡A la calle me ha traído
con más amor de su olvido
que tuve de su donaire!
Redondilla
Celoso de Celio estoy,
2040
si es este que a hablar la viene.

CELIO
¡Talle de bizarro tiene!
A reconocerle voy,
Redondilla
aunque no muy animoso.

MONGIL
Él se me viene acercando,
2045
la espada y broquel sonando;
un poco estoy temeroso.

CELIO
Redondilla
Si se desemboza luego,
le acierto, aunque de sazón
no sea aquesta lición.

MONGIL
2050
Si se descubre, le pego.

CELIO
Redondilla
¡Gentil mozazo, por Dios!

MONGIL
¡Bravo tallazo de mozo!

CELIO
[A MONGIL.]
¿Qué mira?

MONGIL
Voy de celoso.

CELIO
Así lo vamos los dos.

MONGIL
Redondilla
2055
Yo tengo dolor de muelas.

CELIO
Yo de un poquito de amor.

MONGIL
¿De quién?

CELIO
Del gobernador.

MONGIL
El rocín me pide espuelas.

CELIO
Redondilla
Esta es su casa, camine.

MONGIL
2060
¿Él camina?

CELIO
¡Yo, villano!

MONGIL
¡Meta mano!

CELIO
Meto mano,
y que soy Celio imagine.

MONGIL
Redondilla
¡Tente, señor!

CELIO
¿Es Mongil?

MONGIL
Mayor que de una viuda.

CELIO
2065
¿Contra mi espada desnuda?

MONGIL
Es el demonio sotil.
Redondilla
Celos de Julia lo han hecho.

CELIO
No tienes de qué temer,
porque Camila ha de ser
2070
desde hoy dueño de mi pecho,
Redondilla
y pues veniste a ocasión,
toda esta calle me guarda.

MONGIL
Harete cuerpo de guardia.
Háblala, y dame perdón.

CELIO
Redondilla
2075
Retírate, que han abierto
la reja.

MONGIL
Allí me desvío.

(FABIA en alto.)

FABIA
¿Sois vos, señor?

CELIO
Sí, bien mío.

FABIA
Cumplido habéis el concierto.
Redondilla
Este es el papel; tomadlo,
2080
y cree, Lisardo amigo,
que a no poder más conmigo
mi honor que mi voluntad,
Redondilla
estuviera agradecida
a la vuestra.

CELIO
[Aparte.]
¿Yo Lisardo?

FABIA
2085
Mañana respuesta aguardo.

CELIO
Vos seréis, Fabia, servida,
Redondilla
al paso que sois amada.

FABIA
Pues, Lisardo amigo, adiós.

(Quítese FABIA.)

MONGIL
¿Qué habéis hablado los dos?

CELIO
2090
El alma tengo turbada.
Redondilla
Hame dado este papel,
y voyle a leer.

MONGIL
Yo quedo,
Celio, a procurar si puede
hablar mi desdén cruel;
Redondilla
2095
sabida liz ando: no en vanoN
X
Nota del editor

En el original “fabidalizando, no en vano”

era para mí tan santa.
¡Nunca pensé que era tanta
tu ciencia, oh gran Laureano!

CELIO
Redondilla
Voy a ver lo que le escriben.

(Váyase CELIO.)

MONGIL
2100
¿En la voz le he conocido
a Fabia, o fue que le he oído
la imaginación por si ve?
Redondilla
¡Cosa que aqueste villano
trate de hacer deshonor
2105
al gobernador!

(LISARDO entre con OTAVIO.)

LISARDO
Amor,
¿dónde me llevas en vano
Redondilla
a ver lo que Fabia intenta?

OTAVIO
Por Dios que tenéis razón,
porque éstas quimeras son
2110
de que no vive contenta.

LISARDO
Redondilla
Ya no he podido escusar
de venir por el papel.

OTAVIO
Llegad al balcón, que dél
nos podemos informar.

MONGIL
Redondilla
2115
[Aparte.]
¡Otros dos a la ventana!
¡Bueno anda, señor, tu honor!

OTAVIO
Gente he sentido, y rumor.

LISARDO
Galán será de su hermana,
Redondilla
que hoy del monasterio vino.

OTAVIO
2120
A reconocerle vamos.

MONGIL
[Aparte.]
Aquí hay gran mal si esperamos.

OTAVIO
No juzgue por desatino
Redondilla
el pedirle, caballero,
que se vaya o desemboce.

MONGIL
2125
[Aparte.]
(¡Que si esta gente me conoce,
lindo cintarazo espero!
Redondilla
Fingir me quiero hombre grave
del Duque.) ¿No ves que soy
secretario que voy
2130
secreto donde amor sabe?

OTAVIO
Redondilla
[Aparte a LISARDO.]
No te des a conocer,
que este es Polibio sin duda.

LISARDO
Y no dudo yo que acuda
al amor desta mujer.

OTAVIO
Redondilla
2135
¡Vive a Dios que el secretario
es por quien quiere matar
a su marido!

LISARDO
Tratar
este enredo es necesario
Redondilla
con el Duque, Otavio, luego.

OTAVIO
2140
De ese parecer estoy.

LISARDO
¿Tan necio pienso que soy,
o que estoy de amor tan loco?
Redondilla
¿Por qué no le mata él?

OTAVIO
Los secretarios, Lisardo,
2145
matan con la pluma.

LISARDO
Aguardo
una desdicha cruel.

MONGIL
Redondilla
[Aparte.]
Lindamente me escapé
y ser polidopolidoLa Acad. N. repone “Polibio”. fingí.
¡Notables secretos vi
2150
de aquesta mujer sin fe!
Redondilla
¿Direlo? ¿Mas, qué me enfada?
¿No es más seguro callar?
Que chismes suelen medrar
una gentil cuchillada.

(Salen el DUQUE y LAUREANO.)

LAUREANO
Terceto
2155
Vengo a ver qué me mandas.

DUQUE
No creyera
que un hombre docto y noble, Laureano,
desatinado en sus discursos fuera.

LAUREANO
Terceto
Pues yo, señor, ¿qué he hecho? Puede alguno
quejarse con razón de mi gobierno,
2160
¿y dónde habrá gobernador ninguno
Terceto
sin enemigos, sin envidia y lenguas?

DUQUE
No son fuera de casa, Laureano,
vuestros malos gobiernos, vuestras menguas.
Terceto
Pues mirad que os aviso que la vida
2165
traéis a gran peligro, y si la enmienda
no queda desde agora prevenida,
Terceto
haré yo con quitaros el gobierno,
el dar un monasterio a mi sobrina,
en vuestra libertad castigo eterno.
Terceto
2170
Yo os puse en el lugar de mis estados
de mayor eminencia, imaginando
resolver en las vuestras mis cuidados.
Terceto
No habéis salido como yo pensaba;
habeisos retraído, culpa tengo,
2175
pero con esto entre los dos se acaba,
Terceto
que yo, porque elijo mal informado
un hombre como vos, pues que lo quise,
quedaré con mi daño castigado,
Terceto
y vós, porque tan mal agradecistes
2180
el lugar que os he dado, con perderme
el castigo tendréis que merecistes.
Terceto
Idos a vuestra casa.

LAUREANO
¿Qué respuesta
os puedo dar si estáis con tanta ira,
que aunque la blanda, fácil y modesta
Terceto
2185
tiembla el enojo, como dice el sabio,
no pienso que será de vos oída?

DUQUE
No más, que a mí me consta del agravio.
Terceto
Idos con Dios.

LAUREANO
Haré, señor, tu gusto.
[Aparte.]
¡Oh, qué gran necedad hice con Fabia!
2190
Merezco justamente mi disgusto;
Terceto
de quererla probar me ha resultado
todo mi gusto mal. Pruebe veneno
antes que su mujer el que es honrado,
porque es poner en duda lo que es bueno.

(Vase LAUREANO y sale[n] LISARDO y OTAVIO.)

LISARDO
Redondilla
2195
¿Puédote hablar?

DUQUE
Bien podrás.
¿Qué hay, Lisardo, del papel?

LISARDO
Lo que no he sabido dél
supe de un hombre, que es más.

DUQUE
¿Cómo?

LISARDO
Redondilla
Polibio es galán
2200
de Fabia; Otavio testigo.

OTAVIO
Que le vi en sus rejas digo,
ellos lo demás sabrán,
Redondilla
y que nos dijo quién era
sin habernos conocido.

DUQUE
2205
¿El secretario?

OTAVIO
Ha sido.

DUQUE
Luego el secretario espera,
Redondilla
con matar a Laureano,
casarse con mi sobrina.

LISARDO
Sin duda.

OTAVIO
¡Amor desatino!

DUQUE
2210
¡Polibio!

POLIBIO
¿Señor?

DUQUE
¡No en vano
Redondilla
tus liviandades me fueron
siempre cansadas a mí!

POLIBIO
¿En qué jamás te ofendí
si envidias no te ofendieron?

DUQUE
Redondilla
2215
¡Secretario, en esta suma
del honor de Laureano
venís a ser más liviano
que vuestro papel y pluma!
Redondilla
Contra vos no es presunción
2220
la que de vos se ha sabido.
¡A su puerta os han oído
hablar en vuestra afición!
Redondilla
¡Fabia es mi sobrina, y yo
soy el duque de Ferrara!

(Vase.)

POLIBIO
2225
¡Señor, óyeme y repara
que la envidia te engañó!
Redondilla
¡Señor, no seas cruel!
Tu entendimiento presuma
que hombres hechos por la pluma
2230
tienen la dicha en papel,
Redondilla
y si de papeles nace,
diré, pues te satisfizo,
que lo mismo que nos hizo,
eso mismo nos deshace.
Redondilla
2235
¿Yo a Fabia? ¿Yo a tu sobrina?
¿Yo matar a Laureano?
Pero que me quejo en vano
ya mi fortuna devina.
Redondilla
No más serenos jamás,
2240
pues ser con el sol sabía,
que donde dan cada día,
eso es lo que sacan más.

(Váyase y entre CELIO.)

CELIO
Romance (tirada)
Desatinado me traía
lo que en el papel escrito
2245
hallé anoche por mi mal.
Mal dije; mi bien ha sido,
que si viniere Lisardo,
como Fabia le previno,
a estas horas estuviera
2250
muerto Celio, su enemigo.
Vuelvo a sacar el papel
y cada vez me santiguo;
desde anoche son mil veces
las que lo tengo leído.
2255
«A Celio, señor Lisardo,
este que a Ferrara vino
por asesor, deste ingrato
es aquel hombre que digo
que habéis de matar, si sois
2260
aquel caballero mismo
que me tuvo tanto amor
y que tanto me ha debido.»
¿Para qué vuelvo a leer
lo que aquella fiera dijo?
2265
Descubierta su traición,
a la venganza me obligo:
decir quiero a Laureano
que Fabia, y el atrevido
Lisardo, quieren matarle,
2270
para que les dé castigo;
así de los dos me vengo.
¡Fuera amor! Que es desatino
seguir una vanidad
a donde hay tanto peligro.
2275
Este es el gobernador.

(Sale LAUREANO.)

LAUREANO
¿Es Celio?

CELIO
Quien siempre ha sido
el defensor de tu honra.

LAUREANO
¡Ay, quién te hubiera creído,
Celio! Conocí, aunque tarde,
2280
que el ingenio más altivo,
el ingenio de hombre al fin,
¡qué más ejemplo que el mío!,
hincha ciencia a los hombres.
Pero el gran dotor lo dijo,
2285
por antonomasia apóstol,
y en mi invención lo confirmo,
y sabe el Duque mis cosas,
y aunque pequeños delitos,
en los hombres que gobiernan
2290
parecen siempre excesivos.
Echome de su presencia,
y vengo tan ofendido
de las palabras airadas
por las obras que le han dicho,
2295
que me han de costar la vida,
porque un filósofo antiguo
reprehensiones de señor
llamó invención los cuchillos.
El querer ser singular
2300
a tanto mal me ha traído,
que es tu palacio revuelto,
vengados mis enemigos,
mi mujer hecha una fiera,
el Duque ya sin oídos,
2305
mis amigos alterados
y mi casa laberinto.
¡Oh famosa necedad!,
¿en qué historias, en qué libros
de un discreto se ha contado
2310
que semejante la hizo?
¡Ay, Celio!

CELIO
Calla, señor,
que mil discretos han sido
necios como tú.

LAUREANO
Merezco
con este despejo oírlo.

CELIO
2315
¿No sabes que Otaviano
quiso saber de Virgilio
si era hijo de aquel César?,
¿y que un filósofo quiso
echarse en los fuegos de Etna
2320
para que fuese creído
ser dios del vulgo ignorante?,
¿y que un rey tuvo capricho
de imitar rayos y truenos
para ser por Dios temido?
2325
Cuentan de pulido amante
que viendo caer un risco
fue a tenerlo con los brazos
y feneció; el eco mismo
de su nombre imitó tanto,
2330
que dio en tener grandes libros,
grandes platos, grandes mesas,
gran mujer, grandes amigos,
grandes criados y, en fin,
vestir tan grandes vestidos,
2335
que cuentan que en un zapato...
Mas yo, ¿para qué te cuento
ejemplos de desvaríos
cuando en tal peligro estás?

LAUREANO
Luego, ¿mayor?

CELIO
Yo he sabido
2340
que Fabia quiere a Lisardo,
porque anoche el velo quiso
que me llamase en su reja.

LAUREANO
¿Eso más?

CELIO
Tu dicha ha sido,
porque dándome un papel,
2345
dice en él: «Lisardo mío,
matad el gobernador
y casaréis os conmigo.»

LAUREANO
¡Ay cielos, que darme muerte
de celos ha procedido,
2350
y mi estraña necedad
de todo ha sido principio!
¿Qué me queda que esperar?

CELIO
Aquí ha de entrar tu juicio,
porque si al Duque te quejas
2355
y me llevas por testigo
a reprender a Lisardo,
y probándole el delito,
lo menor será destierro.

LAUREANO
¿Fabia es esta?

CELIO
Mi desinio
2360
es desterrar a Lisardo.

LAUREANO
¡Mi necio intento maldigo!
Nadie se fíe en sus letras,
que en las mías averiguo
que pueden errar los sabios
2365
como unos bárbaros indios.

(Sale FABIA.)

FABIA
Redondilla
Señor mío, ¿solo aquí?
Mas, cuando con Celio estáis,
nunca mejor os halláis.

CELIO
¿Celos, señora, de mí?

LAUREANO
Redondilla
2370
Quien los tiene de tal modo
que a tales cosas se olvida,
¿qué mucho que de ti diga
y que los tenga de todo?
Redondilla
Mucho debo a vuestro amor,
2375
pero Dios guarde a mi vida,
del mejor caballero asida,
de tan celoso rigor.

FABIA
Redondilla
¿Tan celosa soy?

LAUREANO
No sé,
pero escuchad una historia
2380
que me vino a la memoria.

FABIA
¿Historia?

LAUREANO
Yo os la diré:
Redondilla
«Casó el valiente león
una sobrina ignorante
con el prudente elefante
2385
por su mucha discreción.
Redondilla
Como suele acontecer,
al elefante le vino
voluntad de un desatino,
y probar a su mujer.
Redondilla
2390
Dijo a la zorra traidora,
porque entonces le servía,
que con su raposería
requebrase a su señora.
Redondilla
La zorra le dijo amores
2395
y puso, como ignorante,
mil faltas al elefante,
que es desdicha entre señores.
Redondilla
Diole, en efeto, a entender
que en el monte no dejaba
2400
animal a quien no amaba,
con que abrasó la mujer.
Redondilla
Ella dijo al león,
que le puso en mil furores,
gran defeto de señores,
2405
la primera información.
Redondilla
Él le prometió quitar
la vara que le había dado
del gobierno de su estado
y a su sobrina encerrar.
Redondilla
2410
Mas ella, que a un grueso toro,
camarero del león,
mostraba infame afición,
contra su honor y decoro,
Redondilla
que le matase ordenó
2415
al elefante, y en tanto,
permitió Júpiter santo
que la zorra le avisó.
Redondilla
Y el elefante prudente,
y arrepentido de ver
2420
que fue el probar su mujer
necedad impertinente,
Redondilla
buscando el más verdadero
remedio, le halló de modo
que al fin, al fin vino todo
2425
a llover sobre el tercero,
Redondilla
que, satisfecho el león
y en santa paz los casados,
la zorra, por sus pecados,
vino a morir en prisión.»

(Váyase.)

FABIA
Redondilla
2430
¿Qué es aquesto?

CELIO
¿No lo ves?

FABIA
¿Cómo se va desta suerte?

CELIO
Porque has dado por su muerte,
Fabia, un injusto interés.

FABIA
Redondilla
¿Cuál muerte?

CELIO
Ya lo ha sabido,
2435
y que a Lisardo has hablado,
y fue tu galán pasado
y ha de matar tu marido.

FABIA
Redondilla
El papel que yo escribí,
si Lisardo le mostró,
2440
no fue con deshonra, no,
mas para matarte a ti.

CELIO
Redondilla
Pues erraste, y es muy llano,
como furiosa escribiste,
que a donde Celio quisiste
2445
escribiste Laureano,
Redondilla
y el Duque lo sabe ya,
porque él a decirle parte.
Tú procura remediarte.

FABIA
¿Adónde el papel está,
Redondilla
2450
que yo no puedo creer
que hayan dicho a mi marido?

CELIO
Pues que todo se ha sabido,
por Celio debe de ser.

FABIA
Redondilla
Aquella comparación
2455
tu cabeza amenazaba.

CELIO
Era que te aseguraba
por no amenazar el león,
Redondilla
y el engaño está de suerte
que son veneno, o espada.
2460
Ya sabia como culpada,
te ha condenado a la muerte.
Redondilla
No fue por mi deslealtad
esto de tenerte amor,
sino del gobernador
2465
monstruosa necedad.
Redondilla
Él, como te ha dicho a ti,
quiso probarte en efeto;
fue necedad de discreto,
que no hay que pasar de aquí.
Redondilla
2470
Mira si servirte puedo,
que cualquiera loco error
nació del gobernador;
por él culpado quedo.
Redondilla
Tanto me forzaba amarte
2475
que, en fin, señora, te amé,
porque en posible te amé,
verte, hablarte, desearte,
Redondilla
con gusto de tu marido,
y salir con la vitoria.
2480
¿No has oído aquella historia
del rey que hicieron fingido
Redondilla
en el monte los pastores,
de gracias que castigaba
la gente que le enojaba,
2485
hasta que a cosas mayores
Redondilla
levantando el pensamiento
del Asia vino a ser rey?
Pues amor sin fe y sin ley
me dio el mismo atrevimiento,
Redondilla
2490
que de burlas comencé,
yo vine a amarte de veras;
pero ya aquestas quimeras
van descubriendo tu fe,
Redondilla
tu virtud y tu lealtad.
2495
Escoge, que está en tu mano,
o matar a Laureano,
vengando su necedad,
Redondilla
o darle vida y perdón
por filósofo ignorante.

FABIA
2500
Pues es castigo bastante,
de su poca pretensión,
Redondilla
su peligro y su desprecio,
su vida quiero escoger,
y ser discreta mujer
2505
cuando él es marido necio.
Redondilla
Celio, vive Laureano;
ayudémosle los dos,
que tal vez castiga Dios
con su poderosa mano
Redondilla
2510
los que presumen de sí,
que siente el cielo el agravio
de la soberbia de un sabio
tanto como lo has visto aquí.

CELIO
Redondilla
¿Pues qué medio tomaremos?
2515
Que yo, señora, aquí estoy.

FABIA
El medio pensando voy
y todos los hallo estremos.

CELIO
Redondilla
Tu virtud, señora, alabo,
su necedad vitupero,
2520
y vivir y morir quiero.
De tu predichoso esclavo
Redondilla
los tristes mucho imaginan.
Traza, fabrica, ¿qué quieres?

FABIA
Seamos cuerdas las mujeres
2525
si los hombres desatinan.
Redondilla
Yo le quiero dar lugar
a la venganza que intenta,
y en medio de la tormenta
de tan alterado mar,
Redondilla
2530
porque la vida me deba,
darle a entender su locura.

CELIO
Pues porque se fue tempuraN
X
Nota del editor

La Acad. N. repone “Pues porque de fuente pura”.

,
tenga el Duque mejor nueva.
Redondilla
Parte a prevenir su daño;
2535
yo entre tanto aquí estaré,
porque a su cuerpo le dé
de tu virtud desengaño.

FABIA
Redondilla
Voy confiada en efeto,
dándole de necia el nombre,
2540
y cierto que puede un hombre
ser sabio sin ser discreto.

(Váyase FABIA y CELIO quede.)

CELIO
Soneto
¡Oh vanidad del modo humano herencia!
¡Oh letras de soberbia engendradoras,
del saber natural despreciadoras,
2545
a quien prestan las artes obediencia!
¡Oh loca aunque sublime inteligencia,
que en los rayos del sol tus alas doras!
¡Bárbara el Austria que enamoras
el mismo dueño de su misma ciencia!
2550
¡Oh discretos del mundo, aunque os alaban,
ninguno se enfusca, pues obligan
a que los cielos su soberbia acaben!
¡Nadie que sabe de sí mismo diga,
que cuando Dios castiga a los que saben,
2555
con su misma soberbia los castiga!

(Salen el DUQUE y LAUREANO, y criados.)

DUQUE
Endecasílabos sueltos (tirada)
Admirado me tienes de tal suerte,
que he dudado en creer lo que me dices.

LAUREANO
Señor, esto es verdad, y que a Lisardo
le dio el papel para tratar mi muerte;
2560
digo tratar ejecutarla luego.

DUQUE
Ya envié por Fabia; vete, Laureano,
que no es bien que te halles a la prueba
de tan estraño caso.

LAUREANO
Heroico príncipe,
en esas manos mi justicia pongo.

[Vase.]

DUQUE
2565
¿Fabia?
[Aparte.]
¡Dime que no repare en sangre!

LISARDO
Lisardo, gran señor.

DUQUE
Aparta, escucha.

LISARDO
¿Qué mandas?

DUQUE
¿Eras tú quien me decía
que el secretario mi sobrina amaba,
y eras tú quien mataba a Laureano?

LISARDO
2570
¿Quién te ha dicho, señor, maldad tan grande?
Yo solo fui por orden tuya a verla,
y no me dio el papel porque Polibio
guardaba puerta y reja aquella noche.

DUQUE
Polibio.

POLIBIO
¿Gran señor?

DUQUE
¿Tú defendías
2575
la ventana de Fabia al que llevaba?

POLIBIO
Si yo de Fabia la ventana he visto,
si en mi vida he pasado por su calle,
córtame la cabeza.

DUQUE
¿Pues qué es esto?
¿Qué laberinto es este, por ventura?
2580
Todos dicen verdad, y todos mienten.
Mira, Lisardo, que de ti se queja,
y no del secretario, Laureano;
tú dice que matarle pretendías,
que no Polibio.

LISARDO
Pues en eso solo
2585
la prueba está de toda mi inocencia.

DUQUE
¿Por qué?

LISARDO
Porque si Fabia tiene gusto
de amar al secretario, habrá informado
contra Camila, por guardar su vida.

DUQUE
No sé qué diga, nunca yo trujera
2590
este discreto necio en mis estados,
que así los tiene todos alterados.
¿Aquí estás, Celio?

CELIO
Aquí, señor, estaba.

DUQUE
¿Sabes ya los sucesos de tu dueño?
¿Sabes ya de qué suerte me alborota?
2595
¿Qué invenciones son estas? ¿Qué hombre es este?
Tan deslucidas letras, ¿de qué sirven?
¿Qué tiene?, ¿qué pretende?, ¿qué le han dado
que a todos nos ha puesto en tal estado?

CELIO
Redondilla
Si he de tratar con lealtad,
2600
señor, a vuestra excelencia,
y porque si la eminencia
de la divina verdad
Redondilla
a quien dieron la vitoria
de aquella antigua canción,
2605
diré en esto mi razón.

DUQUE
Si tienes en la memoria
Redondilla
cuánto por tratarla han sido,
Celio, estimados los hombres
y los estados y nombres,
2610
que por ello han merecido
Redondilla
de los príncipes y reyes,
mira que a decirlo aquí
te obligan, fuera de mí,
divinas y humanas leyes.

CELIO
Redondilla
2615
Afírmante por verdad
aquello que yo no sé
de cierto, ¿cómo podré?
Pero podré con lealtad
Redondilla
decirte por conjeturas
2620
lo que siento.

DUQUE
Eso deseo.

CELIO
Fabia es inculpable.

DUQUE
Creo
que la verdad me aseguras.

CELIO
Redondilla
Sobre este principio digo
que le ha puesto Laureano
2625
mil asechanzas en vano,
como si fuera enemigo
Redondilla
y no dueño de su honor.
Esto es verdad.

DUQUE
¿A qué efeto,
un hombre que es tan discreto,
2630
quiso ofender su valor?

CELIO
Redondilla
Agora viene lo incierto,
y ves a divinar cuál es
la causa por que desea;
el fin deste desconcierto
Redondilla
2635
es probar una mujer.
Siendo quien es, no fue sabio,
porque dar causa al agravio
necesidad debe de ser;
Redondilla
quien da la causa del daño
2640
nuestra ley es, dicen bien,
que va culpado también.

DUQUE
¿Caminaba algún engaño,
Redondilla
Celio, en esa pretensión
Laureano?

CELIO
Eso no sé.

DUQUE
2645
Yo sí, que sin duda fue
alguna nueva afición;
Redondilla
así, de Camila ha sido.
Este es tan grande letrado
que, de Fabia descasado,
2650
por dicha habrá pretendido
Redondilla
casarse con ella, y luego,
viéndome sin sucesión,
levantar la pretensión
contra mi propio sosiego,
Redondilla
2655
porque debe de tener
el pensamiento en Ferrara,
que una necedad tan rara
así se suele perder.
Redondilla
¡No viva yo si no ha sido
2660
su quimera esta maldad!
Dime, Celio, la verdad.

CELIO
Yo he dicho lo que he sabido.
Redondilla
Mira, señor, que te engañas,
que es discurso muy cruel
2665
el que has hecho contra él.

DUQUE
Pues todas estas marañas,
Redondilla
todas estas invenciones,
Fabia celosa, él tan loco
que tenga su honor en poco
2670
y le ponga en opiniones,
Redondilla
mi secretario caído,
en sus pechos dé mi agravio,
traidor Lisardo, y Otavio,
y todo aquesto fingido,
Redondilla
2675
¿de qué puede proceder?
Ahora ven; por sí o por no,
quien le hizo, levantó,
hoy le sabrá deshacer.
Redondilla
Vayan, Lisardo, a prendelle.

CELIO
2680
¡Señor!

DUQUE
No hay qué replicar.

CELIO
Óyele.

DUQUE
No hay lugar
si no es para deshacelle,
Redondilla
y porque en obligación
con tu término me has puesto,
2685
y por castigarlo en esto,
tú has de hacer la información.
Redondilla
El gobierno de Ferrara,
que Laureano tenía,
es tuyo desde este día;
2690
la potestad y la vara
Redondilla
se emplean mejor en ti.

CELIO
¡Señor!

DUQUE
Oye, que los reyes
suelen, y con justas leyes,
dar sus gobiernos ansí,
Redondilla
2695
y tú, por escarmentado,
a su ejemplo serás bueno.

CELIO
Puesto que es mi honor, condeno
tan nueva razón de estado.
Redondilla
Mira, señor...

DUQUE
Celio, advierte
2700
que si en esta información
es engaño mi opinión,
le librarás de la muerte.
Redondilla
Déjame hacer, soy señor;
tú mi criado, obedece.
2705
Dadle la vara.

(Váyase.)

CELIO
Parece
que le ha soltado el furor
Redondilla
de la cárcel del infierno.

LISARDO
Laureano viene aquí.

(LAUREANO entre.)

LAUREANO
¿Fuese el Duque?

LISARDO
El Duque sí.
2710
Hoy te ha quitado el gobierno
Redondilla
y al señor Celio le ha dado.
La insignia deja.

LAUREANO
¿Qué es esto?
¿Tú con mi honor y yo puesto,
Celio, en tan humilde estado?
Redondilla
2715
¿Has dicho al Duque de mí
alguna traición?

CELIO
Yo he sido
tan leal cuando he podido.
Señor, ¿no es esto ansí?

POLIBIO
Redondilla
Así es verdad, y que vos,
2720
con letras mal empleadas,
en la soberbia fundadas,
odiosa al mundo y a Dios,
Redondilla
habéis revuelto su casa,
y pues por vos tantos criados
2725
están desacreditados
que en vivo incendio se abrasa,
Redondilla
poned en ejecución
del Duque el gusto, Lisardo.

CELIO
Caballeros, yo no aguardo
2730
a ver un hombre en prisión
Redondilla
a quien respeto por dueño.

(Váyase CELIO.)

LAUREANO
¿Cómo prisión?

LISARDO
Preso estáis.

LAUREANO
¿Yo preso?

LISARDO
Vos, que tratáis
la muerte del Duque.

LAUREANO
¡Esto es sueño!

LISARDO
Redondilla
2735
Sueño o no, lo que habéis hecho
no merece mejor trato.

LAUREANO
¡Ah, Celio, criado ingrato!

POLIBIO
Celio tiene tan buen pecho
Redondilla
que, si no fuera por él,
2740
el Duque os hubiera muerto.

LAUREANO
¡Ah traidor, que ha descubierto
lo que he tratado con él!

LISARDO
Redondilla
Sed testigos de que dice
que descubrió su traición,
2745
para que la información
con todos tres se autorice.

LAUREANO
Redondilla
¡Ah infame, que le has contado
todo mi engaño y secreto!

POLIBIO
No fue del Duque el concepto
2750
en esta parte engañado.
Redondilla
¡Mirad si confiesa aquí!

LAUREANO
¡Lo que contigo traté
le has dicho! ¡La traición fue
tuya!

LISARDO
¿Estáis en esto?

OTAVIO
Sí,
Redondilla
2755
y admiración me ha causado
ver lo que confiesa.

LISARDO
Está
convencido que no hará.

POLIBIO
Camine, señor letrado.
Redondilla
¡Nunca a Ferrara viniera!

LAUREANO
2760
¡Plubiera a Dios que a Fabia
no hubiera visto, si agravia!
[-era]
Redondilla
Celio y Fabia, a quien yo he dado
con mi locura ocasión,
2765
me han hecho aquesta traición;
el Duque está disculpado.
Redondilla
¡Celio ingrato, Celio ha sido!
¿Mas de qué me quejo yo,
si Celio me obedeció
2770
importunado y vencido?
Redondilla
¡Sepa el Duque mi secreto!
¡Muera yo para mostrar
a lo que puede llegar
la necedad de un discreto!

(Váyase, y entre CELIO de gobernador, un secretario, JULIA, CAMILA, FABIA, el DUQUE y MONGIL.)

CELIO
Romance (tirada)
2775
Por el examen, señor,
dicen los testigos esto.

FABIA
Yo me espanto que tu ira
sujete tu entendimiento.
¿Si Celio no te ha engañado?

DUQUE
2780
Fabia, no ha llegado Celio
derribando a su señor
al lugar en que le ha puesto,
como es costumbre del mundo;
letras, prudencia, y ingenio,
2785
en Celio me han agradado.

FABIA
Una cosa te confieso,
que por querer penetrar,
Laureano, pensamientos,
cosa que en los hombres sabios
2790
suele castigar el cielo,
ha venido a tanto mal.

DUQUE
Yo sé que en prenderle intento
asegurar mis estados.

FABIA
Si hubieras dado el gobierno
2795
a un hombre, digo cesaran
las sospechas que yo tengo,
¡pero a Celio...!

CAMILA
Fabia, paso,
que Celio es noble yo creo,
que no lo es más Laureano.

FABIA
2800
¡Bien digo yo que es concierto
de ti, de Celio y del Duque!

CAMILA
¿De mí?

FABIA
Sí, porque sospecho
que te ha engañado su amor,
y [a] Celio el loco deseo
2805
de emparentar con el Duque,
y al Duque el engaño vuestro,
de suerte que los tres juntos
fulmináis este proceso
contra un inocente.

DUQUE
¡Paso,
2810
que ya es mucho atrevimiento!
Yo seré el juez aquí,
¿que dónde tan claro ingenio
como el de Celio gobierno?
Su asesor en este asiento
2815
será un duque de Ferrara;
estad vosotros atentos.
¿Tú qué fuiste?

MONGIL
Su lacayo,
aunque entré por escudero
de una reverenda mula.

DUQUE
2820
Ya te conozco.

MONGIL
Y pienso
que al sol nada se le encubre.

DUQUE
¿Y qué sabes de tu dueño?

MONGIL
Lo más que comunicó
allá en los pasados tiempos
2825
conmigo.

DUQUE
Di la verdad.

MONGIL
Fue de la cebada el precio,
la limpieza en los pesebres
y la lealtad en los piensos,
que aunque es verdad que yo soy
2830
hombre de notable ingenio,
de sus piensos fui criado,
que no de sus pensamientos.

DUQUE
¿Tú quién eras?

JULIA
Soy
crïada de Fabia.

DUQUE
Creo
2835
que sabrás bien la verdad.

MONGIL
Eslo Julia por estremo,
mas no la ha dicho en su vida,
y es muy claro el argumento:
¿la verdad no es limpia?

DUQUE
Sí.

MONGIL
2840
Pues Julia no es limpia, luego
Julia no trata verdad.

JULIA
Lo que he jurado es lo cierto,
porque solo el pensamiento,
que aquel claro entendimiento,
2845
sin prenderme, tus estados
te los quitan por pleito.

DUQUE
Camila, tú eres hermana
de Fabia, y en ese pecho
tienes mi sangre. ¿Mi vida
2850
corre peligro?

CAMILA
Yo pienso
que, pues tu sobrina soy,
está abonada con esto.
Laureano es hombre altivo,
y no tu estado, tu imperio,
2855
intentara con tu muerte.

DUQUE
Pues Celio, yo me resuelvo
a que muera Laureano.

CELIO
Señor, mira que primero
es menester advertir
2860
lo que dispone el derecho.

DUQUE
No hay, Celio, leyes aquí.

CELIO
Pues si en eso estás resuelto,
oye, señor, la verdad.
Oye, sabrás el suceso
2865
más peregrino, y estraño,
que ha puesto en vista el tiempo
ni los anales del mundo
desde su principio vieron:
Laureano, muy preciado
2870
de discreto, y tan soberbio
de sus letras como sabes...

LAUREANO
[Dentro.]
¡Fuera, digo! ¡Fuera, perros!
¿Yo soy el Duque en Ferrara?
¿Yo he de tener su gobierno?
2875
¡Fuera digo!

DUQUE
Celio, deja
la justicia, que ya te entiendo
por el principio. ¡Hola, guarda!

(LISARDO y POLIBIO.)

LISARDO
¡Tenedle!

POLIBIO
¿Cómo podemos?

DUQUE
¿Qué voces son esas? ¡Hola!

LISARDO
2880
Señor, Laureano ha hecho
tantas lástimas de sí,
que en fin ha perdido el seso.

DUQUE
¿Cómo, Laureano?

POLIBIO
Y tanto
que es necesario tenerlo,
2885
porque es su afición terrible.

(LAUREANO y gente.)

LAUREANO
¡No hace la pena cuerdo!
¡Aquí hizo la soberbia fin,
de puro discreto, necio!
¿Sois vos el Duque?

DUQUE
Yo soy
2890
quien sabe tus pensamientos;
ya es tarde para ficciones.
Laureano, ya te entiendo,
no te escusas de morir.

LAUREANO
Mas que ya me viese muerto,
2895
que no hay necio que esté vivo,
y yo tendré por consuelo
ver que necios están
lo mejor del mundo lleno.
Necio soy, a vos que creístes
2900
que yo era sabio, admitiendo
una vulgar opinión;
y Fabia necia, que ha hecho
un desatino tan grande
con su marido por celos;
2905
Lisardo también lo es,
pues dio crédito a sus ruegos
sabiendo que las mujeres
nunca dieron buen consejo;
necio ha sido el señorío,
2910
que viendo que la habéis puesto
cerca de perder la vida,
sirve más tan necio dueño;
necia es Camila, que viene
por lisonja a complaceros,
2915
y necio es este lacayo,
pues a peligro se ha puesto
de la vida, y aun del alma,
con un falso juramento;
necia Julia, que engañada
2920
le acompaña, presumiendo
que para saber verdades
le falta poder al cielo;
necio es Celio, pues no ha visto
sabio letrado, hombre cuerdo,
2925
y no escarmienta en mirarme
loco, humilde, necio y preso,
y él, que me sirvió y me tuvo
por señor y por maestro,
se ve en mi propio lugar.

DUQUE
2930
No le oigáis. Prosigue, Celio.

CELIO
Digo, en fin, que Laureano
quiso saber sin provecho
si Fabia, amada y servida,
y conquistada algún tiempo,
2935
se rendiría al amor,
a la porfía y al ruego
de un hombre; elígeme a mí,
pero no ha sido posible.
En fin, comencé sirviendo,
2940
amando, fingiendo, hablando,
dándole enojos con celos;
ella, previniendo matarme
con valor y puesto honesto,
de que resulta el engaño
2945
en que a este punto nos vemos:
tú enojado, sospechosa
Fabia, Lisardo con miedo,
Laureano vuelto loco,
y con su gobierno Celio,
2950
que tanto mal suele hacer
la necedad de un discreto.

DUQUE
¿Hay empeño semejante?

CELIO
Esto es verdad.

DUQUE
Pues yo quiero
sentenciar la causa ansí,
2955
que Laureano por necio
le haga curar su locura
y Fabia la esté asistiendo
al lugar de mis bodas
que más les agrade.

LAUREANO
Tengo
2960
justo pago de mi error.

FABIA
Esa piedad te agradezco.

DUQUE
Tú, Celio, discreto y sabio,
harás noble casamiento
con Camila, y de Ferrara
2965
tendrás por dote el gobierno.

CELIO
Beso mil veces los pies.

DUQUE
Daos las manos, y con esto,
dé fin para ejemplo al mundo
La necedad del discreto.