Félix Lope de Vega y Carpio Lope de Vega y Carpio, Félix

EL MAYOR IMPOSIBLE




Texto utilizado para esta edición digital:
El mayor imposible. Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2003. Edición digital a partir de: Parte veinticinco perfecta y verdadera de las comedias de Lope de Vega Carpio. Zaragoza, viuda de Pedro Verges, 1647 [en Base de Datos Teatro Español del Siglo de Oro (TESO)].
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Romeu Guallart, Luis María (Artelope)

Hablan en ella las personas siguientes

LA REINA ANTONIA
DIANA, dama
CELIA, criada
ALBANO, caballero
FENISO
ROBERTO
LISARDO
RAMÓN, lacayo
FULGENCIO, viejo
Músicos
EL REY DE ARAGÓN

El rey de Aragón, tal y como sale en el elenco de la obra es, durante la misma, el príncipe de Aragón.


Jornada I

Salen ALBANO, de camino, y FENISO.

FENISO
Redondilla
Pasa, orillas de la mar,
en estos jardines bellos,
que el arte se acaba en ellos,
y que los puede envidiar
Redondilla
5
el hermoso campo hibleo,
y al muro de Babilonia,
la divina reina Antonia,
de amor único trofeo,
Redondilla
los días que una cuartana,
10
melancólica, enojosa,
su belleza milagrosa
libra de opresión tirana.

ALBANO
Redondilla
¿Que aún dura la enfermedad,
Feniso, con que la vi,
15
cuando a Alejandría partí?

FENISO
Y con más reguridad,
Redondilla
pues ni por medios declina,
ni se templa por cautelas.

ALBANO
En Bolonia, en las escuelas
20
donde se lee medicina,
Redondilla
sujetas le están pintadas
todas las enfermedades
de las presentes edades
y las edades pasadas.
Redondilla
25
Y entre todas, solamente
libres la gota y cuartana,
a donde la ciencia humana,
por más remedios que intente,
Redondilla
que el mejor es alegrarse,
30
procurando entretenerse,
porque intentar defenderse
es ocasión de aumentarse.

FENISO
Redondilla
Eso su Alteza procura
los días que libres son,
35
en cuya honesta ocasión,
el más grave se aventura
Redondilla
a descomponerse más,
donde la música prueba,
con los ecos desta cueva
40
que lleva al mar el compás.
Redondilla
Aquí verás la poesía,
que muchos necios pretenden
y muchos sabios no entienden,
en su mayor monarquía,
Redondilla
45
los bailes y las comedias,
con notable perfeción,
y porque al fin tristes son,
desterradas las tragedias.
Redondilla
Una academia [dir]ás
50
que es este campo, un liceo.

ALBANO
Que viene su Alteza, creo.

FENISO
No supo Minerva más.

(Salen la REINA ANTONIA, en una silla de manos, y MÚSICOS cantando, y gente que acompaña, ROBERTO, caballero, y LISARDO.)

[MÚSICOS]
Romance (tirada)
(Cantan.)
No son de cristal las fuentes,
ni se ríen, ques mentira,
55
ni las flores esmeraldas,
ni testigos de su risa;
pero es verdad que se hallan en Jacinta
soles en los ojos
y perlas en la risa.

REINA
Redondilla
60
¿Eres tú el dueño, Lisardo,
deste romance?

LISARDO
Yo soy,
que sol a unos ojos doy,
adonde me abraso y ardo,
Redondilla
por eso, si hay objeción,
65
propóngala Vuestra Alteza.

REINA
De encarecer su belleza
hallaste nueva invención.

ROBERTO
Redondilla
Pretende contradecir
el nuevo estilo de agora.

REINA
70
Proseguid.

LISARDO
Querrás, señora,
mis ignorancias reír.

[MÚSICOS]
Romance (tirada)
(Cantan.)
No son, como dicen, muchas
las rosas alejandrinas,
al tiempo que se abren, nácar,
75
coral, cuando se marchitan,
pero es verdad, etcétera.

REINA
Redondilla
Está con lindo artificio
encarecida esa dama.

ROBERTO
Tiene Lisardo gran fama.

LISARDO
80
Más es de mi amor indicio
Redondilla
que inclinación natural
que me deba la poesía.

REINA
¿Qué hay, Feniso?

FENISO
Que este día
irá fugitivo el mal
Redondilla
85
con tal entretenimiento.

REINA
¿Quién está contigo?

FENISO
Albano.

REINA
Bien seas venido.

ROBERTO
Y no en vano,
con tan raro entendimiento.

ALBANO
Redondilla
Dame, señora, los pies.

REINA
90
¿Vienes bueno?

ALBANO
A tu servicio,
contento deste ejercicio,
mas no de que enferma estés.

REINA
Redondilla
No me dejan estos fríos.

ALBANO
Querrán vengarse del fuego,
95
donde amor se abrasa, y luego
sus ojos convierte en ríos.

REINA
Redondilla
Di, Roberto, alguna cosa.

ROBERTO
Diga Feniso primero.

FENISO
Decir un soneto quiero.

REINA
100
¿Qué sujeto?

FENISO
Laura hermosa.

REINA
Redondilla
¿Es la española que ayer
iba en el coche a la mar?

FENISO
Licencia me dio de amar,
Pero no de aborrecer.
Soneto
105
Laura gentil, que coronar pudieras
al mismo sol, que en cuyos rayos bellos
más luz dieran tus ojos, que sin ellos
tienen los ojos de las ocho esferas.
Si el fuego vivo en que abrasar pudieras
110
mi rudo ingenio, ardiera en mis cabellos
ceñidos de tu Laura, porque en ellos
premio inmortal a mis conceptos fueras.
Aunque, como el gigante sobre el risco,
pagara atado la atrevida hazaña,
115
tú fueras de mis ojos basilisco,
y en fe desta verdad, al mundo estraña,
callara Italia, su inmortal Francisco,
y de otra Laura se alabara España.

REINA
Redondilla
Aprovechaste muy bien
120
al Petrarca y Laura bella.

FENISO
Esta es sol, si aquella estrella,
lauro de Laura, desdén,
Redondilla
y si como es más hermosa
fuera yo mejor poeta
125
que el Petrarca, más perfeta
fuera Laura, y más dichosa.

REINA
Redondilla
¿Sabes algo que decir
Albano?

ALBANO
Un enigma tengo,
que de a donde agora vengo,
130
no me han dejado escribir.

REINA
Redondilla
Bien dices, porque las Musas
calzan coturnos, no espuelas.

ALBANO
Que ha de ser mala, recelas;
pues tú, señora, me escusas,
Redondilla
135
es pintura de este enigma,
un corazón con su flecha,
en unos grillos.

REINA
Bien hecha.

ALBANO
La glosa, señora, estima
Redondilla
adonde viene encerrada,
140
que es algo dificultosa,
para que estimes la glosa,
si el enigma no te agrada.
Redondilla
Quien en mi pecho sospecha
que tengo tantas marañas,
145
llegue y mire mis entrañas,
tan abiertas desta flecha.
Redondilla
Preso estoy, que no me huyo,
firmeza tengo y lealtad.
Señores, adevinad,
150
esclavo soy, ¿pero cúyo?
Redondilla
Todo de mí se confía:
armas, piedras, plata y oro.
Alcaide soy del tesoro,
y del honor algún día.
Redondilla
155
Diré mi nombre, si osó;
mas, ¿qué temor me acobarda?
Yo me llamo, al fin..., mas, ¡guarda!,
eso no lo diré yo.
Redondilla
Si tengo el costado abierto,
160
por donde, de mis abiertas
entrañas, se ven las puertas,
¿para qué estoy encubierto?
Redondilla
¿Nadie en el blanco me dio?
¿Nadie me acierta en efecto?
165
Pues yo guardaré el secreto
que cuyo soy me mandó.
Redondilla
Nadie los grillos me quite,
que le podrán castigar.
Guardas, no le deis lugar,
170
pues hurtar no se permite.
Redondilla
Mucho en hablar me destruyo,
porque no habrá quien me mire,
como esta flecha me tire,
que no diga que soy suyo.

REINA
Redondilla
175
Notable, ¿quién te parece,
Lisardo?

LISARDO
Pienso que amor.

ALBANO
No es amor.

ROBERTO
Mucho mejor,
para los celos se ofrece.

ALBANO
Redondilla
No son celos.

ROBERTO
¿No, pues quién?

ALBANO
180
¿Danse todos por rendidos?

LISARDO
Y de tu enigma vencidos.

REINA
Tente, diré yo también.

ALBANO
Redondilla
Temo a Vuestra Majestad.
Diga, a ver.

REINA
El corazón,
185
con flechas puesto en prisión,
es el candado.

ALBANO
Es verdad.

REINA
Redondilla
Los grillos son las armellas,
y la flecha significa
la llave.

ROBERTO
Harto bien se aplica
190
el candado preso en ellas.

REINA
Redondilla
Lo demás queda entendido,
pues guarda cualquier tesoro,
y de honor el decoro.

ALBANO
Vuestra Majestad ha sido
Redondilla
195
otro Edipo desta esfinge.

REINA
Di, Lisardo.

LISARDO
Un desengaño
me dio, una glosa y un daño,
que ser mi provecho finge.
Redondilla
La letra vino de España,
200
porque hasta los versos son
tus vasallos de Aragón.

ROBERTO
No es daño el que desengaña.

LISARDO
Quintilla
Dulces engaños de amor.
Sabed que es vano cuidado
205
volverme al pasado error,
porque amor desengañado
es el engaño mayor.
Quintilla
Tratadme ya como a estraño,
que pasada la ocasión
210
darme esperanza es engaño
si ha tomado posesión
en mi alma el desengaño,
Quintilla
pues de los escarmentados
se hacen los prevenidos.
215
No más gustos engañados,
que yo no os quiero venidos,
si os he de llorar pasados.
Quintilla
Ya me buscáis sin provecho,
porque no habéis de volver
220
eternamente a mi pecho,
que el pesar de aquel placer,
tan grande escarmiento ha hecho.
Quintilla
Antes de desengañarme,
pudo amor entretenerme,
225
pero en llegando a avisarme,
es imposible ofenderme,
pues me ha enseñado a guardarme.
Quintilla
Hoy se ha de ver en mi pecho,
si desengaños obligan
230
a quien engaños ha hecho,
tanto mal, porque no digan
que huyo de mi provecho.
Quintilla
Bien quisiera yo pasar
con mi engaño descuidado,
235
pero es llegar a engañar
su engaño el más bajo estado
a que pudo amor llegar.
Quintilla
Hoy se ha de ver en mi pecho
si desengaños obligan,
240
a quien engaños ha hecho,
tanto mal, porque no digan
que huyo de mi provecho.

REINA
Redondilla
Tú lo glosaste muy bien,
pero esos versos no son
245
tan vasallos de Aragón
como muestra tu desdén,
Redondilla
porque a bien y mal tratar
son los de Aragón.

LISARDO
Señora,
quien desengaños adora
250
más sabe amar que engañar.

REINA
Redondilla
Di, Roberto.

ROBERTO
Yo diré
tres décimas a una dama
que vós conocéis por fama,
y que siempre ingrata fue.
Décima
255
Queredme bien, si queréis
que no os canse con quereros,
que no pienso aborreceros,
mientras vós me aborrecéis.
Si de que os quiera tenéis
260
tanto disgusto, señora,
probad a quererme un hora,
y veréis como os olvido,
si puede olvidar querido,
quien aborrecido adora.
Décima
265
Ver que mi amor os ofende,
tanto esfuerza mi porfía,
que lo que a vós os enfría
es lo mismo que me enciende.
Si vuestro desdén pretende
270
que deje mi pretensión,
inútiles medios son,
señora, los desengaños,
que quien estima sus daños,
no ha de estimar la razón.
Décima
275
Dejaros yo de querer,
mientras tan hermosa estáis,
señora, no lo creáis,
o daos prisa a no querer;
mas, ni vós queréis perder
280
esa hermosura apacible,
ni este mi amor invencible,
dejar pasión tan dichosa,
como vós de ser hermosa,
que es el mayor imposible.

REINA
Romance (tirada)
285
Buenas, por mi vida, son;
mas, ¿cómo dices, Roberto,
que dejar de ser hermosa
es imposible, pues vemos
que la edad tan presto acaba
290
la hermosura con el tiempo,
ya consumiendo la luz
de los ojos, ya cubriendo
la púrpura de los labios,
ya dando plata al cabello?

ROBERTO
295
Que ella quiera, digo yo,
señora, dejar de sello,
y aun dejar de habello sido,
no era yerro.

REINA
Niego.

ROBERTO
Pruebo.

REINA
¿Cómo, si te has engañado,
300
pues donde dicen tus versos:
«Dejaréis de ser hermosa»,
decir debiera, Roberto:
«Dejaréis de habello sido»,
y hablar del pasado tiempo?

ROBERTO
305
Si agora es hermosa, ¿cómo
hablar de el pasado puedo?

REINA
¿No ves que fuera agraviarla,
y que es más fácil un yerro
en los versos, que en su cara?

LISARDO
310
Dejando el yerro en los versos,
no es el mayor imposible
que dejen de ser tan bellos
los ojos de esa señora,
si no es encarecimiento.

ROBERTO
315
¿Pues hay mayor imposible
que dejar de ser aquello
que fue?

LISARDO
Y muchos, pienso yo.

REINA
Lisardo, escucha, que quiero
que cuantos estáis aquí,
320
digáis sobre este conceto
cuál os parece el mayor
imposible.

FENISO
Yo comienzo.
El servir con mala estrella,
aunque a generoso dueño,
325
pensando medrar un hombre,
por más imposible tengo.

ALBANO
Yo tengo por el mayor,
que con bajo nacimiento,
puesto un hombre en gran lugar,
330
deje de estar muy soberbio,
y de aborrecer a cuantos
en sus principios le vieron,
y de querer, si pudiera,
verlos ausentes o muertos.

ROBERTO
335
Yo tengo por imposible
el mayor de cuantos veo,
que lo que no puede amor,
no puede hacer el dinero,
porque es el más ingenioso
340
y artificioso instrumento
que han inventado los hombres,
pues ha derribado al suelo,
ciudades, honras y vidas,
y levantado al gobierno
345
del mundo los más humildes.

LISARDO
Yo, hacer de un necio un discreto,
juzgo al mayor imposible,
porque es como el negro, el necio,
que aunque le lleven al baño,
350
es fuerza volverse negro.

REINA
¿Diré yo?

ALBANO
Si Vuestra Alteza
dice, todos quedaremos
vencidos.

REINA
Yo, para mí,
por más imposible tengo
355
el guardar a una mujer.

ROBERTO
A no ser atrevimiento,
dijera que es el amor.

LISARDO
Que me des licencia, ruego,
de responder en favor
360
tuyo, aunque es mayor tu ingenio.

REINA
Responde.

LISARDO
¿Por qué razón
hallas tan fácil, Roberto,
el guardar a una mujer?

ROBERTO
Porque es tan dócil sujeto
365
por una parte, y por otra
tan débil, que cuando vemos
alguna con libertad,
más es culpa de su dueño
que suya.

LISARDO
¿Del hombre puede
370
ser culpa?

ROBERTO
Hay tantos, tan ciegos
del interés, que el honor
vienen a tener en menos;
ni reparan que en la calle
los señalen con el dedo,
375
ni que los afrente el mundo.

LISARDO
De manera que, en los buenos,
esa desdicha no cupo.

ROBERTO
Será influencia del cielo,
yo no tengo mujer propria.
380
[Un]a hermana sola tengo,
nació con obligaciones.
Nunca, Lisardo, agradezco,
que a quien le toca las guarde;
y ansí, cuando alguna veo
385
decir: «Soy mujer honrada»,
pidiendo agradecimiento,
me causa notable risa,
pues de su honor y provecho,
y tan justa obligación,
390
a padres, marido y deudos,
quiere que acá la tengamos,
como si fuera decreto
del nacer mujer, ser ruin.
Y al propósito volviendo:
395
digo, que cuando mi hermana,
por humilde nacimiento,
desobligada naciera,
del hombre de más ingenio,
de más valor la guardara;
400
aunque conquistas y ruegos
batieran su fortaleza
con los tiros del dinero,
y las espías que [po]nen
en los terceros discretos,
405
papeles, galas, suspiros,
ocasiones y paseos.

REINA
Roberto, si una mujer
quiere, yo tengo por cierto
que es imposible guardarla.

LISARDO
410
Bien claro dijo el ejemplo
la Antigüedad, pues los ojos
de Argos al fin se durmieron
con la vara de Mercurio.

ROBERTO
Son esas fábulas cuentos
415
de viejas, para la lumbre
las noches de los inviernos.
¡Vive Dios!, que si tuviera
más Argos que ojos el cielo
Júpiter, y más Mercurios
420
que pluma el pavón soberbio,
que no me engañara a mí
una mujer, si su ingenio
el de Semíramis fuera.

LISARDO
Pues, ¡vive Dios!, que sospecho
425
que si fueras lince en vista,
o león de Albania fiero,
de quien dicen que en su cueva
duerme los ojos abiertos,
y en tus rejas y ventanas,
430
con mil lágrimas de fuego,
no dieses lugar al sol,
para entrar en tu aposento,
que te había de engañar
la mujer que sabe menos.

ROBERTO
435
¿A mí, Lisardo?

LISARDO
A ti, pues.

ROBERTO
¡Calla, que ofendes en eso
todo el valor de los hombres!

LISARDO
Yo sé que no los ofendo,
porque todos ellos saben
440
que de la mano del cielo
viene la buena mujer;
y ansí mismo, todos ellos
saben que la que es divina,
no es ruin.

ROBERTO
Yo me resuelvo
445
en que se puede guardar.

LISARDO
Yo lo contrario sustento.

REINA
Lisardo.

LISARDO
Señora.

REINA
Escucha:
Cansada estoy de este necio;
tú has de conquistar su hermana,
450
si me cuesta los dos reinos
de Nápoles y Aragón.

LISARDO
Sin saber el pensamiento
de Vuestra Alteza, tenía
ese decreto resuelto.

REINA
455
Pues comienza, y veme dando
parte de cualquier suceso,
que en aquesta enfermedad,
mejor entretenimiento
es imposible aplicarme.

LISARDO
460
Déjame el cargo.

REINA
Esto quiero
que hagas por darme gusto.
¡Hola!, esa silla, que siento
enfado de tanto mar.

ROBERTO
Su calma, o su movimiento,
465
da más tristeza a los tristes.

REINA
Cantad.

MÚSICOS
¿Qué canción?

REINA
De celos.

(Vanse todos con la REINA y queda LISARDO solo.)

LISARDO
Soneto
Conquiste el ancho mundo el macedonio,
alabe Cipïón su resistencia,
Mario, en fortuna vil halle paciencia,
470
de su valor insigne testimonio.
Preste el confuso reino babilonio
a femeniles armas obediencia,
y viva largos años sin pendencia
en pacífica paz el matrimonio;
475
y no supuesto que el varón adquiere
imperio en la mujer, honor te asombre,
de que a sus manos tu defensa muere,
rinde a su industria tus valientes nombres;
porque es guardar una mujer, si qui[ere],
480
el mayor imposible de los hombres.

(Sale RAMÓN, lacayo, con un papel.)

RAMÓN
Redondilla
Hasta que a solas te vi,
no quise llegar a hablarte.

LISARDO
¿Qué hay, Ramón?

RAMÓN
Que vengo a darte
un papel.

LISARDO
¿De Estela?

RAMÓN
Sí,
Redondilla
485
mas dame albricias primero
de él, y de quererte hablar.

LISARDO
Ni albricias te quiero dar,
ni tomar el papel quiero.

RAMÓN
Redondilla
¿Cómo ansí?

LISARDO
Porque he mudado
490
de amor y de pensamiento.

RAMÓN
¿Qué veleta, al fácil viento,
causa más risa al tejado,
Redondilla
de verla en tantas mudanzas,
como me causas a mí?
495
¿Ayer no la amabas?

LISARDO
Sí,
y con justas esperanzas.

RAMÓN
Redondilla
¿Pues qué vendaval te dio?
¿Son celos o son enojos?

LISARDO
Son unos nuevos antojos,
500
a que desde hoy me obligó
Redondilla
la que me puede mandar
que mude de pensamiento,
si puede ser fundamento
de amor el mandarme amar.

RAMÓN
Redondilla
505
Todos los amantes son
cifras o engaños.

LISARDO
No ha sido
accidente mi sentido,
sino en mi dueño elección.

RAMÓN
Redondilla
Cierto poeta decía
510
que eran todos los amantes
unos vestidos danzantes,
a quien son el tiempo hacía;
Redondilla
que como no es la razón
la que ha de guiar la danza,
515
no hay más duda en la mudanza,
que en hacer el tiempo el son.
Redondilla
¿Qué haré de aqueste papel?

LISARDO
Lo que a ti te diere gusto.

RAMÓN
¿Billete da disgusto?

LISARDO
520
Ya sé lo que viene en él.

RAMÓN
Redondilla
Los que juegan, si lo apruebas,
que consejos me acobardan,
las barajas viejas guardan
para remendar las nuevas;
Redondilla
525
tengámosla para un día
que de esa nueva cruel
te dé acaso algún papel
enfado o melancolía.
Redondilla
Es pensamiento que sube,
530
y de las tejas abajo...

LISARDO
Tanto el sujeto aventajo,
como hay del sol a la nube.
Redondilla
¿No conoces tú la hermana
de Roberto?

RAMÓN
Sí, señor,
535
en quien estaba mejor
que en la Reina la cuartana,
Redondilla
porque tiene del león
la soberbia y fortaleza,
si bien con rara belleza,
540
peregrina discreción.

LISARDO
Redondilla
Temo a su hermano.

RAMÓN
Bien puedes,
que es temerario su hermano,
pero no hay muro tebano,
puestas torres, ni paredes,
Redondilla
545
para amor, que es para entrar
sol, y para el alma fuego,
y como ha tanto que es ciego,
sabe cómo ha de cegar,
Redondilla
mas si tú la quieres bien,
550
por mujer te la dará,
pues a ti tan bien te está,
y a Roberto está tan bien.

LISARDO
Redondilla
No me quiero yo casar
sin que conquiste su amor.

RAMÓN
555
Pues dícenme que es mejor
después de casado amar,
Redondilla
que muchos que se han casado
forzados de un amor loco,
suelen después hallar poco
560
de lo mucho que han pensado.
Redondilla
Quien se quisiere casar,
ha de mirar en la dama
buena cara, honesta fama,
¡y adiós!, que me echo a nadar.
Redondilla
565
Casarse es azar, o encuentro,
como quien bebe con jarro,
donde bebe el más bizarro
aquello que viene dentro.
Redondilla
Cuentan que dos se casaron,
570
y la noche de la boda,
en quietud la casa toda...
Ya entiendes: se desnudaron.
Redondilla
Él dijo: «Ya no hay que hacer
secretos impertinentes,
575
postizos traigo los dientes;
paciencia, sois mi mujer».
Redondilla
Ella, quitando el tocado,
el cabello se quitó
y en calavera quedó,
580
como un guijarro pelado,
Redondilla
diciendo: «Perdón os pido,
postizo traigo el cabello,
no hay que reparar en ello;
paciencia, sois mi marido».

LISARDO
Redondilla
585
Dejando tus disparates,
y los de tu vano humor,
quiero, Ramón, que mi amor,
por algunos medios, trates.
Redondilla
Nunca la ha dicho a Diana
590
que la quiero, solo han sido
mis ojos los que han tenido,
entre su luz soberana,
Redondilla
algún corto acogimiento.
De suerte que aquesta historia
595
reserva para tu gloria
su primero fundamento.
Redondilla
Mira, pues, como ha de ser,
siendo tan lince su hermano.

RAMÓN
Todo pensamiento es vano
600
contra ingenio de mujer;
Redondilla
dame tú que se te incline,
que aunque más hermanos tenga
que hay en la capacha, y venga
por donde amor la encamine,
Redondilla
605
no ha de impedir que te quiera,
con todos los requisitos
de amor, si ejemplos escritos
tu presunción considera.
Redondilla
Naturaleza, a la rosa,
610
cinco hermanos puso en torno,
que a sus hojas y a su adorno
sirven de basa lustrosa.
Redondilla
Y con estar cinco hermanos
de la rosa, alrededor,
615
llega la abeja menor
y come sus rubios granos.
Redondilla
Vuela tú, que no podrá
todo el mundo defendella.

LISARDO
Esta noche he de ir a verla.
620
Tú, Ramón, alerta está,
Redondilla
que mi Mercurio has de ser.

RAMÓN
Camina, y nada te asombre,
que no hay valor en el hombre
contra industrias de mujer.

(Salen ROBERTO y FULGENCIO, viejo.)

ROBERTO
Terceto
625
Esto ha pasado, y yo, Fulgencio, digo:
¿para qué más se guarda el confiado?,
que el que tiene mujer tiene enemigo.

FULGENCIO
Terceto
No quisiera que hubieras porfiado,
que fuera de ser necia la porfía,
630
no te tocaba, por no ser casado.

ROBERTO
Terceto
¿Pues en qué te parece culpa mía
decir que una mujer puede guardarse?
Es esta, de Faetonte, la osadía,
Terceto
que carroza del sol ha de llevarse
635
por los mismos dorados paralelos,
a peligro forzoso de abrasarse.
Terceto
Pedí flores a Citia, a Etiopía yelos,
y dije que imposible no sería
guardar una mujer honrados celos.

FULGENCIO
Terceto
640
La Antigüedad tres cosas proponía
por imposibles, siendo la primera
el rayo, con que Júpiter solía
Terceto
estremecer los rayos de la esfera;
la clava del tebano, la segunda,
645
y los versos de Homero, la tercera.
Terceto
No tengo yo por cosa tan profunda
guardar una mujer. Pero, en efeto,
¿qué daño de lo dicho te redunda?

ROBERTO
Terceto
Lisardo, muy preciado de discreto,
650
que si puede ser necio y secretario,
por no callar, no lo tendrá secreto,
Terceto
en mi proposición me fue contrario
de tal manera, que quedé corrido
y me fue sustentarlo necesario;
Terceto
655
mas de Fulgencio, porque no ha corrido
tan larga edad, es imposible cosa,
que un amante, que un padre, que un marido,
Terceto
pueda guardar una mujer hermosa.

FULGENCIO
Para guardar su virginal decoro,
660
supuesto que es historia fabulosa,
Terceto
en una torre, como al fin tesoro,
Acrisio puso aquella hermosa dama,
que Júpiter venció con lluvia de oro,
Terceto
para dar a entender que honor y fama
665
corrompe el oro, y entra donde quiere,
que por eso del Sol hijo se llama.
Terceto
Guardándose del oro, que prefiere
todo imposible, no hay contrario humano
que al marido, al galán, al padre altere.

ROBERTO
Terceto
670
¿El oro es poderoso?

FULGENCIO
Es un tirano.

ROBERTO
¿Mas cómo veré yo venir el oro?

FULGENCIO
Si él quiere entrar, será defensa en vano,
Terceto
mas agora, no toca a tu decoro
este imposible, que en tu casta hermana
675
reverencio el valor, la sangre adoro;
Terceto
es de la honestidad napolitana
el ejemplo mayor.

ROBERTO
Sí, mas no quiero
que entretenga a la Reina su cuartana
Terceto
con hacer que algún vano caballero,
680
para desengañarme, la enamore,
porque mil vidas perderé primero.
Terceto
Mi casa, aunque está bien, de hoy más mejore
tu cuidado, Fulgencio, que contigo
no temo que su lustre se desdore.
Terceto
685
Aquí no ha de entrar hombre, ni aun conmigo
a hablar una palabra, ni criado
pasar de aqueste umbral, sin gran castigo.
Terceto
¿Hasme entendido ya?

FULGENCIO
De tu criado
quedo advertido.

ROBERTO
Sea, sin que entienda
690
mi hermano, que estas cosas me le han dado.

FULGENCIO
Terceto
¿Casalla no es mejor?

ROBERTO
Que lo pretenda
aguardo, solamente, quien la iguale;
entre tanto, no quiero que me ofenda
el mismo sol que por los cielos sale.

(Vase.)

FULGENCIO
Soneto
695
Empresa grande fue romper, con Argos,
las vírgenes espumas del mar fiero,
aquel piloto de Jasón primero,
porque embrama por tan pesados cargos,
y no menor de trances tan amargos,
700
salir el griego, que celebra Homero,
o encadenar el infernal Cerbero,
Hércules, fin de sus discursos largos.
Pero guardar del oro, y del rendido
pecho de un nombre, amando loco y ciego;
705
y a todos los peligros atrevido,
una mujer, entre ocasión y ruego,
mayor empresa fue, que haber vencido
del mar el agua, y del infierno el fuego.

(Sale DIANA.)

DIANA
Décima
¿Fuese mi hermano, Fulgencio?

FULGENCIO
710
Fuese.

DIANA
¿Qué tiene estos días
que añade a sospechas mías
más duda con su silencio?
Si yo no le diferencio
en sangre y amor, no es justo
715
que me encubra su disgusto.
Pues donde hay amor igual,
ni se ha de encubrir el mal,
ni a solas pasar el gusto.
Décima
Deme parte del dolor
720
como estamos obligados,
que dividir los cuidados
es obligación de amor.
Si nace de su rigor,
comuníquelo conmigo,
725
que mejor que de un amigo
puede fïarse de mí.

FULGENCIO
Nunca yo, señora, fui
de sus tristezas, testigo.
Décima
Si son de amor, a mi edad
730
parecerale indecente
decir lo que amando siente
la rendida mocedad;
pues si son de enemistad,
¿qué puede ayudarle un viejo?

DIANA
735
Mucho más, con el consejo,
que el más valiente escuadrón;
que para los mozos son
las canas divino espejo.

FULGENCIO
Décima
Disgustos deben de ser
740
del servir y desprivar,
si a Lisardo ve medrar
por la pluma, desde ayer.
La Reina ha dado en querer,
aqueste medio español,
745
es el servir un crisol
que descubre los defetos,
y se prueban los discretos
como el águila en el sol.
Décima
Las casas de los señores
750
son un cuerpo bien compuesto,
mas no les faltan por esto
algunos varios humores.
Los instrumentos mejores,
con alguna falsa cuerda,
755
hacen que el acento pierda
aquella dulce armonía.

DIANA
Mal, con la sospecha mía,
tu pensamiento concuerda,
Décima
que si está triste Roberto
760
de no ser más estimado,
y es Lisardo el envidiado,
que tiene valor es cierto.

FULGENCIO
Fuera injusto desconcierto
decirte mal de Lisardo.
765
Él es discreto y gallardo,
pero no a tu hermano igual.

DIANA
Por parte más principal,
de alabarle me acobardo.
Décima
Mas no, Fulgencio; no son
770
tus palabras verdaderas.
Bien se ve que con quimeras
me engaña tu sinrazón.
No merece mi afición,
ni el haberme tu criado
775
encubrirme su cuidado.
Poco te fías de mí.

FULGENCIO
Bien puedo fïar de ti,
como él de mí se ha fiado;
Décima
y aun es el medio mejor
780
para sosegar sus celos
decirte que sus desvelos
nacen de su mismo honor.

DIANA
¿Pues quién me ha tenido amor
que ese cuidado le dé?
785
Si es Lisardo, yo no sé
qué talle tiene Lisardo,
si no es que, por ser gallardo,
celoso mi hermano esté.
Redondilla
¡Pues qué culpa tendré yo
790
de que sea tan discreto!

FULGENCIO
Bien te dijera el secreto
en que aquesto se fundó.
Redondilla
Mas, ¿qué mujer le guardó?

DIANA
¿A cuál hombre ves fingir
795
lo que no le ha de decir,
a decirle comenzó?

FULGENCIO
Romance (tirada)
¡Oh, tu raro entendimiento,
Diana, mi amor agravia!
Si este secreto te encubre,
800
no a ser mujer, que la causa
de no guardarle es del hombre
que hace de ella confianza,
queriendo que mujer calle
lo que él, siendo hombre, no guarda.
805
No es esto decirte yo
secretos, aunque sobraba
tu virtud, para fïarte
cosas mas graves y raras;
sino darte cierto aviso,
810
para que pongas en guarda
tu honor, porque andan ladrones
alrededor de tu fama.
Estos entretenimientos
con que pasa sus cuartanas
815
la reina Antonia, han traído,
entre tantas cosas varias,
una quistión, en que afirma
Lisardo, y la Reina alaba,
que el imposible mayor
820
para las cosas humanas,
es guardar una mujer,
si ella misma no se guar[da].
Con esto me mandó a mí
que desde la noche al alba,
825
y desde el alba a la noche,
vele su honor y su casa.
De esto nacen sus tristezas.
Tú, bellísima Dïana,
podrás guardarte mejor,
830
prevenida y avisada.
Huye de Lisardo siempre,
no piensen su talle y galas
vencer su honor de Roberto,
de quien eres noble hermana.
835
Por mejor medio he tenido,
aunque el secreto me encarga
avisarte claramente
de lo que en palacio pasa.
Disimula, y sepa Antonia,
840
con experiencia tan clara
que el imposible mayor
es vencer tu honor y fama.

(Vase.)

DIANA
Redondilla
Entre ignorancias del mundo,
ninguna he visto mayor:
845
después del primero error,
hizo este necio el segundo.
Redondilla
¿Con qué ingenio, con qué llave,
guardar quiere una mujer?
Roberto quiere saber
850
ciencia que ninguno sabe.
Redondilla
Que es el mayor imposible,
verá muy presto, por sí,
porque ya me toca a mí
que no parezca posible.
Redondilla
855
Este otro necio, también
me alaba el valor de un hombre,
de tanta opinión y nombre,
y que todos quieren bien,
Redondilla
y avísame que me guarde
860
de lo mismo que me alaba,
cuando yo de amor estaba
más segura y más cobarde.
Redondilla
D[e lo]s viejos, los consejos
son de grande estimación;
865
mas, ¿si mozos necios son,
han de ser discretos viejos?
Redondilla
No, que no muda la edad
el ingenio; al fin, mi hermano,
a mi costa, quiere en vano
870
seguir su temeridad.
Redondilla
De suerte que, por guardarme
para salir con su intento,
querrá de mi casamiento
la ventura dilatarme.
Redondilla
875
Yo he mirado atentamente
a Lisardo, y me pesaba
de ver que no me pagaba
este amoroso accidente.
Redondilla
Pero ya que mi fortuna
880
me ha traído la ocasión,
aunque fue por ilusión,
no pienso perder ninguna.

(Sale CELIA, criada.)

CELIA
Romance (tirada)
Cierto mercader flamenco,
con muchas curiosidades
885
de vidrio, y de oro también,
pasaba por nuestra calle,
y por la reja me dijo
que hiciese que le comprases
algunas cosas, señora,
890
de las que en la caja trae;
y que me daría a mí,
por el dicho corretaje,
dos papeles de alfileres
y un poco de lo que sabes
895
que nos aliña los rostros.
¿Qué dices, podré llamarle?

DIANA
¿Mi hermano está en casa?

CELIA
No.

DIANA
Llámale.

CELIA
Merced me haces.
Entrad monsiur, o quien sois.

(RAMÓN, de buhonero.)

RAMÓN
900
El cielo, señora, os guarde
los años de esa hermosura,
por infinitas edades.
La fama de que tenéis
buen gusto, pudo obligarme
905
a enseñaros varias cosas,
recién venidas de Flandes.
Abro, con vuestra licencia,
y escoged lo que os agrade,
aunque no tengáis dineros,
910
que no aprieto que me paguen
las damas que no los tienen,
porque bien puedo fiarles
un año, y dos, aunque veis
que traigo este humilde traje.

DIANA
915
¿De dónde sois?

RAMÓN
Del país
de Henao.

DIANA
Famosos lugares,
dicen que tiene.

RAMÓN
Es, demás
la fortaleza notable;
pero Valencina tiene,
920
para ciudad, bellas partes,
y el celebrado reloj,
que muestra el curso admirable
de la Luna y los planetas.

DIANA
Algunas cosas, mostradme.

RAMÓN
925
Si queréis joyas de precio,
tiene cuarenta diamantes
este Cupido.

DIANA
A Cupido
materno suelen pintarle.

RAMÓN
Antes de diamantes es,
930
por los que dan los amantes.

DIANA
Ellas son piedras famosas,
más de calidades tales,
que vendidas en la joya
del platero que las hace,
935
tienen el valor que él quiere,
y, si después de comprarse,
se quieren vender al mismo,
la metad a penas valen.

RAMÓN
A las mujeres parecen
940
que si llegáis a rogalles,
se venden por grande precio;
y si ellas ruegan, de balde.
Pero yo no he de querer
precio tan exorbitante
945
por los diamantes que veis.

DIANA
¿Mas, qué queréis, engañarme
con algunas piedras falsas?

RAMÓN
No puede ser que os engañe,
pues no he de llevar dineros.

DIANA
950
¿Que sin ellos quieres darme
las joyas?

RAMÓN
Sí, porque sé
que puede de vós fïarse
hasta el alma de un secreto,
que es más que diez mil diamantes.
955
Este es un bello delfín,
con diez zafiros que hacen
las escamas.

CELIA
Linda joya.

RAMÓN
Este es un famoso Marte,
armado como le pintan
960
los poetas celestiales.

DIANA
¿Celestiales?

RAMÓN
Sí que son
de los cielos, los que saben,
a diferencia de aquellos
que al monte Parnaso nacen.
965
Tomad, no os acobardéis.

DIANA
Ánimo tenéis.

RAMÓN
Tan grande,
que un diamante os puedo dar,
tan grande como un diamante.

DIANA
Aguardad, no le encubráis.
970
¿Qué es esto, es por dicha imagen?

(Hace RAMÓN como que esconde un retrato.)

RAMÓN
No señora.

DIANA
¿Pues quién es?

RAMÓN
Cierto retrato de un naipe
que tengo de guarnecer,
porque quieren presentarle
975
a cierta dama.

DIANA
Mostrad
buena cara,

RAMÓN
El mejor talle
tiene aqueste caballero,
fuera de otras muchas partes,
entendimiento, valor,
980
gracia, bizarría, donaire,
gentileza, condición,
nobleza, e ilustre sangre,
que en Nápoles se conoce.

DIANA
Bien es que a un rostro tan grave,
985
las virtudes que decís,
honestamente acompañen.

RAMÓN
Eslo tanto, que en su vida
miró a mujer, aunque hablase
con ella, que para una
990
quiere el amor que se guarde;
en esta, días y noches
piensa, y no quiere que hablen
de cuantas Nápoles tiene.
Sus amigos y sus pajes,
995
con ser querido en estremo
de muchas, que aun ayer tarde,
una lloraba conmigo,
que aun a penas la mirase,
después de un año de amor.

DIANA
1000
¿Sabes quién es?

RAMÓN
Si guardarme
queréis secreto, os diré
lo que perdido le trae.

DIANA
Callar prometo.

RAMÓN
No es poco.

DIANA
Ni mucho, aunque tú te espantes
1005
que haya mujeres tan cuerdas
que cosas que importen callen.

RAMÓN
¿Conocéis cierta Dïana,
bellísima (y perdonadme,
que la alabo en vuestros ojos,
1010
sin que su belleza agravie),
de cierto Roberto hermana,
parienta del Condestable
de Aragón, que es gentilhombre
de la Reina?

DIANA
Ya sé las partes
1015
de esa dama que decís,
porque en Nápoles a nadie
hace la merced que a mí.
Siempre andamos juntas.

RAMÓN
Dadme,
dadme el retrato, y estas joyas
1020
en casa pueden quedarse,
que despacio las veréis.

DIANA
De las joyas no se trate,
que no he de tomar ninguna.
Solo el retrato dejadme,
1025
que bien le podéis fïar,
porque quiero yo enseñarle
a la dama a quien decís.
Que no habrá quien mejor trate
de obligarla a que le quiera.

RAMÓN
1030
Bien sé que puedo fïalle,
pero no puedo atreverme
a que un momento me falte,
porque pedirme le puede,
sin alguna prenda grande.

DIANA
1035
Esta cadena.

RAMÓN
No es cosa
que precio apreciado vale,
que en fin es un naipe solo,
aunque a tal vez vale un naipe
si llega con buena suerte,
1040
que el dueño un tesoro gane.

DIANA
¿Y si yo otro naipe os doy?

RAMÓN
Como ese rostro retrate,
será prenda igual del mío.

DIANA
Pues tomad este, y guardalde.

RAMÓN
1045
¿Cuándo me mandáis volver?

DIANA
Volved en diverso traje
mañana.

RAMÓN
Quedaos con Dios,
que bien puedo asegurarme,
pues por el rostro de un hombre
1050
llevo el retrato de un ángel.

(Vase.)

CELIA
¿Qué has hecho?

DIANA
Dar un principio
a un pensamiento notable.
Este flamenco es fingido.

CELIA
Bien puede ser que te engañes;
1055
pero estas preciosas joyas
no es posible, que no salen
de alguna aljaba de amor,
porque de tomar dejaste
dos o tres de las mejores,
1060
que yo, como muchas hacen,
le pesqué famosamente
dos bellas randas de Flandes
y un abanillo de plata.

DIANA
La joya más importante
1065
para mí es aqueste rostro,
no diamantes, no balajes,
no rubíes, ni amatistas,
que adornan oro y esmaltes.

CELIA
¿Conoces al dueño?

DIANA
Sí.

CELIA
1070
¿Quién es?

DIANA
Lisardo.

CELIA
No te espantes
que me admire.

DIANA
Ven conmigo,
donde despacio te hable;
que el imposible mayor
de cuantos el mundo sabe,
1075
es guardar una mujer,
si ella no quiere guardarse.


Jornada II

Salen la REINA y LISARDO.

REINA
Redondilla
Ya de tu parte no ofenden,
Lisardo, tu voluntad,
si el principio es la amistad
1080
de los hechos que se emprenden.
Redondilla
Lo más tienes hecho en fin,
bien te puedes prometer
del principio, que ha de ser
alegre y dichoso fin;
Redondilla
1085
muéstrame el retrato.

LISARDO
Aquí
viene, señora, el retrato.

REINA
No ha sido el pincel ingrato.

LISARDO
Ni yo al dueño.

REINA
¿Cómo ansí?

LISARDO
Redondilla
De burlas pensé querer,
1090
de veras la quiero ya.

REINA
¿Búrlaste?

LISARDO
Presente está
quien lo debe de saber;
Redondilla
pregunta aqueste retrato
si merece esta belleza.

REINA
1095
[amorN
X
Nota del editor

originalmente «si merece esta belleza amor. / la mayor tibieza». Cambio por metro y rima. (Nota del editor digital)

] la mayor tibieza
enciende, Lisardo, el trato.

LISARDO
Redondilla
No hay cosa más de temer.

REINA
Si solo de ser tratada
una hermosura pintada,
1100
tal efecto puede hacer,
Redondilla
tema, Lisardo, la viva,
el que comienza burlando,
que el amor más dulce y blando
tiene el alma vengativa.
Redondilla
1105
Pero a ti te está muy bien,
pues agradecen tu amor,
y a mí, Lisardo, mejor.
Para entretener, también,
Redondilla
tan cansada enfermedad,
1110
rindamos [aq]ueste necio,
que ha puesto en tanto desprecio
nuestro ingenio y libertad.
Redondilla
Conozca que la mujer
es un vaso de cristal,
1115
para el bien y para el mal.

LISARDO
Sí, porque puede tener
Redondilla
licor precioso y veneno.

RAMÓN
(A REINA.)
Mire qué mal la guardó.
No, Lisardo, porque yo
1120
darte el retrato condeno;
Redondilla
mas, porque sepa Roberto
que es guardar, si tiene amor
una mujer, el mayor
imposible.

LISARDO
Este concierto
Redondilla
1125
que habemos hecho, adivina,
y aunque he comenzado bien
[... -én]N
X
Nota del editor

Falta un verso. (Nota del editor digital).

a pagar mi amor, se inclina.
Redondilla
Temo que adelante sea
1130
más cuidadoso que agora,
que en el aviso, señora,
mal el engaño se emplea.
Redondilla
Si bien de aqueste criado,
gran confianza he tenido,
1135
pues sobre ser atrevido,
tiene un ingenio estremado.
Redondilla
Con este norte navego.

REINA
¿Tanto sabe?

LISARDO
Es de manera
que, en Troya, otra vez pudiera
1140
meter el caballo griego.

REINA
Redondilla
¿Podrele ver?

LISARDO
No es persona
digna de tus ojos.

REINA
Quiero
verle, y hablarle.

LISARDO
¡Rugero!

(Sale un PAJE.)

PAJE
¿Señor?

LISARDO
Advierte, y perdona,
Redondilla
1145
que es hombre vil.

REINA
Ya lo entiendo.

LISARDO
Llama a Ramón.

PAJE
Voy por él.

REINA
Tratemos los dos con él
el engaño que pretendo,
Redondilla
que no puede resultar
1150
daño de mi información.
Y mientras viene Ramón,
Lisardo, te quiero dar
Redondilla
esta carta de mi esposo,
si es que mi esposo ha de ser
1155
Alfonso.

LISARDO
No hay que temer
en concierto tan dichoso
Redondilla
más de aquella dilación
que causa tu enfermedad,
mas mira la brevedad
1160
con que ha venido Ramón.

REINA
Redondilla
Pues allá podrás, despacio,
leer la carta mejor.

(RAMÓN y el PAJE.)

RAMÓN
¡A mí la Reina!

PAJE
Tu humor
corre hasta el mar de palacio,
Redondilla
1165
mas ya con su Alteza estás.

LISARDO
Aguarda, Rugero, afuera.

REINA
¿Sois vós Ramón?

RAMÓN
¿Quién pudiera
ser, sino yo?

REINA
Llegaos más,
Redondilla
mucho me huelgo de veros.

RAMÓN
1170
¿Qué jardín, o qué edificio
soy yo?

REINA
El mayor artificio,
desde los siglos primeros
Redondilla
de la gran naturaleza,
fue el ingenio, y el más digno
1175
de estimación.

RAMÓN
Soy indigno
del favor de Vuestra Alteza,
Redondilla
mas tal vez Isopo fue,
al filósofo su dueño,
de provecho; y un pequeño
1180
ramo levantar se ve,
Redondilla
sobre un muro, si él le ayuda.

REINA
Grande artificio tuviste.
Notable principio diste
a empresa de tanta duda.
Redondilla
1185
Lisardo me lo ha contado;
el retrato tengo aquí.

RAMÓN
Principio a esta empresa di,
con pecho determinado;
Redondilla
lo demás haga, señora,
1190
la fortuna.

REINA
Tú has de ser
la fortuna.

RAMÓN
Si he de hacer
algo en tu servicio agora,
Redondilla
adviérteme, que aquí estoy.

REINA
Rendir aquesta mujer,
1195
hasta que lo venga a ser
de Lisardo.

RAMÓN
Yo te doy
Redondilla
palabra, que si estuviera
en su casa...

REINA
Y no podrías
entrar por algunos días
1200
en ella.

RAMÓN
Yo bien pudiera,
Redondilla
con una cierta invención,
donde no solo la hablara;
mas para Lisardo hallara
puerta, lugar y ocasión,
Romance (tirada)
1205
mas es muy dificultoso.

REINA
Dila, a ver.

RAMÓN
Este Roberto
está tan desvanecido
de que tiene parentesco
con el famoso Almirante
1210
de Aragón, el casamiento
que tratas con don Alonso,
ya de Castilla heredero,
ha hecho comunicarse
con mas amor estos reinos,
1215
Si me diesen seis caballos
de España, a fingir me atrevo,
con otros tantos crïados
que los llevasen del diestro,
que de España los envía
1220
el Almirante a Roberto.
Haré que digan las cartas
que, porque noticia tengo
del modo de su crianza,
me manda quedar con ellos.
1225
Si quedo en casa, señora,
como lo tengo por cierto,
yo daré puerta a Lisardo.

REINA
¡Qué notable fingimiento!
Haz prevenir seis caballos.

RAMÓN
1230
Manda que vengan cubiertos
de ricas mantas.

LISARDO
La firma
del Almirante, que tengo
en cartas suyas,
será fácil, a lo que yo creo
1235
de contrahacer.

RAMÓN
¿Eso dudas?
Con lo poco que yo entiendo,
te la pintaré de molde.

REINA
Si sales con este enredo,
seis mil escudos te mando.

RAMÓN
1240
Seis mil años el gobierno
de Nápoles y Aragón
tengas, y de Alfonso el bueno,
tantos hijos de los hijos,
tantos nietos de los nietos,
1245
tantos biznietos, que lleguen
tus choznos al Sacro Imperio
de Roma y Constantinopla.

REINA
De médico, darte quiero
salario, que mis cuartanas
1250
no tienen remedio en ellos,
y de ti esperan salud,
pues contigo me entretengo.

RAMÓN
Si yo soy médico tuyo,
dos higas para Galeno,
1255
seis para Avicena y diez
para Hipócrates.

(Vase la REINA.)

LISARDO
Yo pienso,
Ramón, que también mi amor
tendrá remedio en tu ingenio.

RAMÓN
Dame el pulso.

LISARDO
Estoy perdido.

RAMÓN
1260
Sangrarte mañana quiero,
de aquestas desconfianzas;
que en purgándote de celos,
quedarás como un halcón.

LISARDO
Muero de amor.

RAMÓN
Y yo, muero
1265
de amor, de seis mil ducados.

LISARDO
¡Ay!, que burlando y riendo,
suele amor salir llorando.

RAMÓN
Yo quemaré mis enredos,
si se escapare mujer
1270
de los tiros del dinero.

(Vanse.)
(Sale[n] CELIA y DIANA.)

CELIA
Redondilla
¿Que te halló el retrato?

DIANA
Sí,
de que estoy perdiendo el seso.

CELIA
Que ha destruido, confieso,
tus intentos.

DIANA
¡Ay de mí!
Redondilla
1275
Pero no piense mi hermano,
tan fácilmente, vencer
un ingenio de mujer,
porque es pensamiento vano.
Redondilla
Que antes el número incierto
1280
dirá de su arena el mar,
y al cielo podrá contar
todas sus luces Roberto,
Redondilla
a los árboles, las ramas,
y a las ramas, verdes hojas,
1285
a quien ama, las congojas,
y al fuego sus vivas llamas,
Redondilla
que impida el aventurarme
a ser mujer de Lisardo,
porque si yo no me guardo,
1290
¿quién puede, Celia, guardarme?

CELIA
Redondilla
¿Pues qué remedio ha de haber,
si su retrato te halló?

DIANA
¿Y para qué quiero yo
el ingenio de mujer?

CELIA
Redondilla
1295
Si le halló en la almohada
de tu cama, ¿le podrás
negar, señora, que estás
de Lisardo enamorada?

DIANA
Redondilla
Sí, que al instante escribí
1300
a un criado de Lisardo,
el remedio que ya aguardo.

CELIA
¿Remedio?

DIANA
Digo que sí,
Redondilla
y que ha de quedar mi hermano,
desengañado y contento.

CELIA
1305
Sin duda, tu entendimiento
excede al límite humano.
Redondilla
Él viene.

DIANA
Y con él, Fulgencio.

(Vanse.)
(Sale[n] ROBERTO y FULGENCIO.)

ROBERTO
Mi daño se declaró.

FULGENCIO
Nunca el honor se perdió
1310
a la sombra del silencio.

ROBERTO
Redondilla
En la cama de mi hermana,
un retrato de Lisardo;
¡cómo en matar me acobardo,
mujer tan loca y liviana!

FULGENCIO
Redondilla
1315
¿Qué más pudieras decir,
si al mismo Lisardo hallaras?

ROBERTO
Pues Fulgencio, ¡en qué reparas,
siendo tan justo inferir
Redondilla
el deshonor que recibo!,
1320
pues si en su cama he hallado
hoy a Lisardo pintado,
mañana le hallaré vivo.

FULGENCIO
Redondilla
No fue la dificultad,
donde el honor se asegura,
1325
guardarle de una pintura.

ROBERTO
¿Pues de quién?

FULGENCIO
De la verdad.

ROBERTO
Redondilla
Todo es justo que me asombre,
y advierte en su falso trato
que por donde entró un retrato,
1330
podrá entrar después un hombre.
Redondilla
¡Qué bien mi casa guardaste,
qué bien la fié de ti!

FULGENCIO
Échame la culpa a mí
de lo que no me mandaste.
Redondilla
1335
Tu casa es cosa muy llana,
que cuidadoso guardé,
pero no te aseguréN
X
Nota del editor

originalmente «asegures». Cambio por rima. (Nota del editor digital)

la voluntad de tu hermana.
Redondilla
¿Cómo puedo yo guardar
1340
una tan libre potencia,
ni a un alma hacer resistencia,
para que no pueda amar?
Redondilla
¿Qué hombre has hallado aquí?

ROBERTO
Si mi casa se guardara,
1345
ni aun este retrato entrara,
y más a donde hoy le vi.
¿Por dónde entro?

FULGENCIO
Redondilla
Yo que sé.
En las ciudades cercadas
de almenas, lanzas y espadas,
1350
entrar un pliego se ve,
Redondilla
tirado con una flecha.
Con flecha le tirarían
ese retrato.

ROBERTO
Sí harían,
pues fue a la cama derecha.
Redondilla
1355
Pues vive Dios, que a tener
sangre.

FULGENCIO
Di alguna quimera.

ROBERTO
Que el retrato, la vertiera.

FULGENCIO
¿Es tu hermana tu mujer?

ROBERTO
Redondilla
Vilísimos hombres son
1360
hermanos, padres, parientes
que sufren.

FULGENCIO
No los afrentes
con tu mala condición.

ROBERTO
Redondilla
Que sufren tales agravios
porque en llegando a marido...
1365
Me taparé los oídos
y me tapare los labios.

(Sale DIANA a escuchar.)

DIANA
Redondilla
¿Has dicho ya cuanto sabes?

ROBERTO
¿Tú estás aquí?

DIANA
Y estoy aquí.

ROBERTO
Desdichado soy.
[... -í]N
X
Nota del editor

Falta la segunda parte del truncado. (Nota del editor digital).

DIANA
1370
No suelen los hombres graves
Redondilla
hablar de su honor ansí.

ROBERTO
¿Pues cómo?

DIANA
Con más cordura,
porque es vidrio y se aventura,
ya entiendes.

ROBERTO
Si es vidrio en ti,
Redondilla
1375
yo le doy por ya quebrado.

DIANA
Yo no, que Celia me dio
este retrato que halló,
y que en mi cama es hallado,
Redondilla
que si sospechoso fuera,
1380
claro está que le guardara
después que me levantara.

ROBERTO
¿Pues cómo, o de qué manera
Redondilla
Celia, se le pudo hallar?

CELIA
Viniendo de misa ayer,
1385
mirando al suelo, por ser
más recatada en mirar.

FULGENCIO
Redondilla
Espera, que por la calle
suena un pregón.

DIANA
El retrato
pregonan.

CELIA
Y no es ingrato
1390
su dueño, que quien le halle
Redondilla
promete cuarenta escudos.

FULGENCIO
Roberto, cosas de honor,
por señas es lo mejor
tratallas, como los mudos;
Redondilla
1395
dame el retrato, que quiero
certificarme de todo.

(Vase y lleva el retrato.)

ROBERTO
Ve, Fulgencio, y haz de modo
que te asegures primero.

CELIA
Redondilla
Manda que me den a mí
1400
los cuarenta escudos.

ROBERTO
Fuera
bajeza.

CELIA
Yo la tuviera
por grandeza para mí.

ROBERTO
Redondilla
En hallazgo de mi honor
quiero darte esta cadena.

CELIA
1405
Ya me has quitado la pena
con darme hallazgo mejor.

ROBERTO
Redondilla
Hoy a mi hermana traeré
una joya de diamantes
y de celos semejantes.
1410
El perdón le pidiré;
Redondilla
que si supieses, Dïana,
lo que me importa guardarte,
disculparías en parte
mis celos.

DIANA
Yo soy tu hermana,
Redondilla
1415
¿para qué guardas me pones?,
porque si has de ser casado,
quedarás mal enseñado
en mayores ocasiones.
Redondilla
Nunca enseñes a querer,
1420
con despertar los dormidos,
que es en celos mal pedidos
la mejor mujer, mujer.
Redondilla
Que si al paso les allana
el aviso y la tercera,
1425
la más diamante es de cera,
y la mas cuerda, de lana.
Redondilla
Los femeniles antojos,
nos destruyen advertidos,
que vemos por los oídos
1430
mas veces que por los ojos.
Redondilla
Que algún necio que profana
la virtud de nuestro pecho,
a puros celos ha hecho
la más honesta liviana.
Redondilla
1435
¿Qué pueden celos hacer,
no siendo ocasión forzosa,
loca la más virtuosa,
y la de más ser, sin ser.

ROBERTO
Redondilla
Dïana, perdón te pido,
1440
y de tu honor satisfecho,
del agravio que te hecho,
mil veces perdón te pido.
Redondilla
Tomaré enmienda bastante
en la vergüenza que tengo.

(Sale FULGENCIO.)

FULGENCIO
1445
Satisfecho, señor, vengo,
cuanto me ha sido importante,
Redondilla
las señas todas me dio
de la pintura un hidalgo,
sin que discrepase en algo,
1450
y el hallazgo me ofreció,
Redondilla
mas dije que en esta casa
no se toma por hallar
retratos.

ROBERTO
Puédole dar,
Fulgencio, de lo que pasa.

FULGENCIO
Romance (tirada)
1455
Y tú a mí mucho mejor.

ROBERTO
¿Cómo?

FULGENCIO
A la puerta te aguarda,
del gallardo aragonés,
un presente y una carta.

ROBERTO
¿Del Almirante?

FULGENCIO
Del mismo.

ROBERTO
1460
¿Presente?

FULGENCIO
El mejor de España.

ROBERTO
¿De qué suerte?

FULGENCIO
Seis caballos,
que cualquiera dellos basta
a dar a Córdoba honor.
Bien puedes mandar mañana
1465
que te empiedren el azaguán,
que al son de los frenos tascan,
llevan el compás los pies.
Con tanto concierto danzan
las armas del Almirante.
1470
Las aragonesas barras
traen bordadas de tela,
sobre cubiertas de grana.
Trae un bayo cabos negros,
la clin en cintas de nácar,
1475
que aunque es encarecimiento,
puede invidialle una dama.
Corto de cuello, un rosillo,
fuego por los ojos lanza,
y un castaño con bufidos,
1480
parece que al toro llama.
Dos rucios; son tan iguales
que no harán en una entrada
en España diferencia.
Digo en sus juegos de cañas.
1485
Bizarro, muerde un overo
el bocado con tal gala,
que me obligó a descubrille
por las cubiertas las ancas.
Todos, en fin, son de suerte
1490
que en el carro de la fama,
perdieron de ir solamente
por ser de colores varias.
Da licencia al que los trae
para que te dé las cartas.

ROBERTO
1495
Entre mil veces, Fulgencio.

(Entra RAMÓN, galán.)

RAMÓN
Dadme esos pies.

ROBERTO
Mucho errara
a quien los brazos merece,
que son las puertas del alma.
¿Venís bueno?

RAMÓN
Y muy honrado
1500
de serviros.

ROBERTO
¿Cómo os llaman?

RAMÓN
Don Pedro.

ROBERTO
Señor don Pedro,
esta es vuestra propia casa.

RAMÓN
Esta es del Almirante,
mi señor.

ROBERTO
Quiero besarla.

RAMÓN
1505
Leed mientras voy a dar
un recado a vuestra hermana,
dadme señora los pies.

DIANA
Seáis bien venido.

RAMÓN
Madama,
yo no sé las cortesías,
1510
ni desta tierra la usanza.
El Almirante me dio
en esta pequeña caja
cierta joya.

DIANA
Celia, escucha;
escucha, Celia.

CELIA
¿Qué mandas?

DIANA
1515
¿No es este el francés que trujo
los retratos?

CELIA
Calla,
que te engañan los deseos.

ROBERTO
Oí desta carta, Diana:
(Lee la carta.)
Mientras nos vemos en Nápoles, primo y señor mío (que ya se queda aprestando el Príncipe, mi señor), envío a V[uestra] Señoría esos caballos, suplicándole no tenga a servicio el enviárselos, sino el llevárselos don Pedro, mi caballerizo, para que se los gobierne, a quien suplico honre en su casa; que es hidalgo, que lo merece. Dios guarde a V[uestra] Señoría.
El almirante de Nápoles
Redondilla
mucha razón ha tenido
1520
mi primo, de encarecer
al que los viene a traer.

DIANA
La mayor merced ha sido.

RAMÓN
Redondilla
Soy muy vuestro servidor.

ROBERTO
Con tu licencia los quiero

DIANA
1525
ver yo, aunque mujer, espero
el verlos después mejor.

ROBERTO
Redondilla
¿Cómo?

DIANA
Porque irás en ellos.

ROBERTO
Favor como tuyo voy
delante a fe de quien soy,
1530
que he de estar loco con ellos.

(Vanse RAMÓN y ROBERTO.)

DIANA
Redondilla
Mientras los caballos mira
Roberto, al fin caballero,
mirar mis diamantes quiero.
¡Ay!, ¿qué es esto?

CELIA
¿Qué te admira?

DIANA
Redondilla
1535
Solo aquí viene un papel.

CELIA
¿Papel solo?

DIANA
Abrirle quiero,
que si no me engaño, espero
mayores joyas en él.
(Lee el papel.)
Diana hermosa, las asperezas de tu celoso hermano (más dirigidas a sustentar su opinión, que procurar tu remedio), me obligan a solicitar con industria lo que fuera imposible de otra suerte; a tu retrato di lugar en el alma, y para hablarte hice que ese astuto criado mío, fingiese venir de España con ese presente; dale la orden que te parezca más a proposito, que yo para ser tuyo pondré mi vida a tantos peligros como la fortuna quisiere, hasta que seas mía.
Lisardo.
Redondilla
¡Ay, Celia!, bien sospeché
1540
cuando el hombre conocí.

CELIA
Mucho aventura por ti.

DIANA
Amor el primero fue
Redondilla
que dio principio al engaño.
Turbada estoy.

CELIA
Con razón.

DIANA
1545
No nace mi confusión,
Celia, de tener mi daño.

CELIA
Redondilla
¿Pues de qué?

DIANA
De no saber
si es cierta la voluntad
de Lisardo.

CELIA
El ser verdad,
1550
lo da el peligro a entender.

DIANA
Redondilla
Si nace de una porfía,
este amor, no será amor.

CELIA
Mucho ofende tu valor
tal desconfianza.

DIANA
Es mía.

CELIA
Redondilla
1555
¿Tú quiéresle bien?

DIANA
Le adoro.

CELIA
Pues cual tan necia mujer,
no sabe hacerse querer,
sin perder de su decoro,
Redondilla
¿no has visto un esgrimidor,
1560
que una herida imaginada
tienta la contraria espada
para acertarla mejor?
Redondilla
¿Y no has visto al que torea,
o acometer sin mirar
1565
por dónde podrá sacar
el caballo que desea
Redondilla
que salga libre del toro?
Pues tal, señora, ha de ser
con el hombre la mujer,
1570
para guardar su decoro.
Redondilla
Tiéntale la voluntad,
antes de entregarle el alma,
que más llana que la palma,
conocerás la verdad.

DIANA
Redondilla
1575
Luego los hombres, ¿no saben
fingir?

CELIA
La mujer discreta
no da lugar a esa treta,
para que después se alaben
Redondilla
quien no sabe enamorar.
1580
Tuviera yo tu hermosura,
que yo hiciera a la más dura
piedra en cera transformar.
Redondilla
Que muchos hombres llegaron
con ánimo de fingir
1585
que no aciertan a salir
de donde burlando entraron.

(Sale RAMÓN.)

RAMÓN
Redondilla
¿Puédote seguro hablar?

DIANA
La carta, Ramón, lei.
Lisardo me pide aquí,
1590
por esta invención, lugar
Redondilla
para verme con secreto;
pero yo confusa estoy.

RAMÓN
Si yo el remedio te doy,
¿tendrá su esperanza efeto?

DIANA
Redondilla
1595
¿Qué remedio puedes darme?

RAMÓN
¿Ya no estoy en casa?

DIANA
Sí.

RAMÓN
Yo hallaré puerta.

DIANA
Es ansí,
mas será para matarme,
Redondilla
que está mi hermano advertido,
1600
y apenas entra criado
sin ser mil veces mirado
y otras mil reconocido.

RAMÓN
Redondilla
Pues esa ha de ser la gala,
y esta noche te ha de ver.

DIANA
1605
Como si al anochecer,
desde la cuadra a la sala,
Redondilla
está hecho centinela,
hasta que me acueste yo.

RAMÓN
¿Es tu hermano lince?

DIANA
No,
1610
pero está avisado, y vela.

RAMÓN
Romance (tirada)
¿No hay jardín en esta casa?

DIANA
Y con una hermosa fuente.

RAMÓN
Pues haz que en ese jardín,
contigo esta noche cene,
1615
que yo después de cenar,
haré que conmigo juegue,
o se entretenga algún rato;
mientras, levantarte puedes
a hablar con Lisardo.

DIANA
¿Estás
1620
loco?

RAMÓN
Lo que digo entiende,
que yo te pondré a Lisardo
entre yedras o laureles.

DIANA
La fuente tiene unos arcos
de arrayán en las paredes,
1625
pero es imposible entrar.
Lisardo, que él mismo tiene
las llaves, o aquel Fulgencio,
que es su alcaide, o su tiniente.

RAMÓN
Vestido de ganapán,
1630
haré que Lisardo entre,
con licencia de Fulgencio,
si la noche lo concede,
con un arca de mi ropa.

DIANA
Sí, ¿pero no ves que tiene
1635
de salir luego?

RAMÓN
Es verdad,
pero el mismo engaño es ese;
porque dentro de un vestido
han de venir dos, de suerte
que un cuerpo solo parezca,
1640
que el arca forzosamente
los cubrirá desde alto,
y luego que me la dejen
en mi aposento, saldrá
el nombre que con él fuere,
1645
y quedarase Lisardo
para que después le lleve
al jardín donde te hable,
antes que Roberto llegue.

DIANA
¿Dos hombres en uno?

RAMÓN
Sí.

DIANA
1650
¿Y si sacan luz cuando entren?

RAMÓN
Haré yo que con el paje,
quien trae el arca tropiece
porque le mate la luz.

DIANA
Qué temor.

RAMÓN
No ama quien teme.

DIANA
1655
Ahora bien, esto es amor,
el de noche se entretiene
con dos crïados que cantan.

RAMÓN
Pues haz que al jardín los lleve,
que será linda ocasión.

DIANA
1660
Habla a mi Lisardo.

RAMÓN
Tenme
por hombre, que has de ser suya,
y él tu esclavo eternamente,
o no ha de haber en el mundo
noche encubridora siempre,
1665
transformaciones de Ovidio,
jardines, yedras y fuentes,
arcas, ganapanes, llaves,
celos, necios y alcahuetes.

DIANA
Llévale esta banda.

RAMÓN
Muestra.

DIANA
1670
Di que del color se acuerde.

RAMÓN
Plega a Dios que a posesión
tales esperanzas lleguen.

(Vanse.)
(Salen LISARDO y ALBANO.)

LISARDO
Octava real
Agravio hiciera a la amistad, Albano,
que los dos profesamos tan estrecha,
1675
si no os dijera la verdad.

ALBANO
En vano
vuestro silencio me causó sospecha,
bien sé que amor, dulcísimo tirano,
pasó vuestra alma con dorada flecha,
que siempre esta pasión es conocida
1680
en la nueva mudanza de la vida.
Octava real
De los amigos, y aun de sí, pretende
quien ama retirarse y, apartado,
de quien más se fiaba se defiende;
consejo solo trata su cuidado,
1685
la compañía y la amistad le ofende,
hasta el punto que sabe que es amado,
que entonces el placer mismo le obliga
a que le aumente, comunique y diga.

LISARDO
Octava real
Albano, yo no amé por accidente,
1690
a Diana amé por elección, Albano;
la Reina, melancólica y doliente,
autora fue de lo que pierdo o gano.
Por dalla gusto amé, mas nadie intente
amar, que tiene la ocasión en vano;
1695
la puerta abierta, amor para la entrada,
y los sucesos al salir cerrada.
Octava real
Tal vez, al parecer la blanca aurora,
sale serena, y llueve al medio día.
Tal vez que parda y descontenta llora,
1700
con más rayos el sol después envía;
y así, tal vez, de burlas se enamora
quien de su engaño y libertad confía,
y así mi engaño, Albano, me parece
sale con sol, con agua, me anochece.

ALBANO
Octava real
1705
De la correspondencia, el amor nace.

LISARDO
Ansí lo dijo a Venus cierta diosa.

ALBANO
Luego si os ama a quien amáis, no os hace
agravio amor.

LISARDO
La condición celosa
de Roberto me mata.

ALBANO
Aunque me trace
1710
guardar su hermana, es imposible cosa,
que del principio que me habéis contado,
ya he visto su locura en su cuidado;
Redondilla
mirad si con la vida y con la hacienda
os puedo yo servir.

LISARDO
Beso os las manos.
1715
La Reina, que me manda que esto emprenda,
hará los pasos al camino llanos,
por lo demás, cuando el peligro entienda
amenazar mis pensamientos vanos,
mi vida fiaré de vuestra espada.

ALBANO
1720
No os doy la mía, que os la tengo dada.

(Sale RAMÓN.)

RAMÓN
Octava real
¿Habíate de hallar?

LISARDO
¿Dónde vas necio?

RAMÓN
¿Podrete hablar?

LISARDO
El alma misma fío
de Albano.

RAMÓN
Y con razón.

LISARDO
No tiene precio
un leal amigo.

RAMÓN
Y un señor tan mío.
1725
Los caballos llevé, que harán desprecio
a los del sol, por el invierno frío,
que es cuando sacan para el tiempo iguales
paramentos de granas orientales.
Octava real
La carta recibió, diome aposento,
1730
di la tuya a Diana, y quiere hablarte.

LISARDO
¿Habla[r]me?

RAMÓN
Aquesta noche.

LISARDO
Tal contento
a peso de oro intentaré pagarte,
mas paréceme loco atrevimiento
a tan grande peligro aventurarme.

RAMÓN
1735
Más te parecerá después de visto.

LISARDO
¿Qué manzanas hespéridas conquisto?,
Octava real
¿qué reservado Vellocino de oro?,
¿qué nuevo mar, que nunca sufrió nave?,
¿qué dragón fiero?, ¿qué encantado toro?

RAMÓN
1740
Artes de Medea; vencellos sabe.
Mientras guarda el avaro su tesoro,
forja el ladrón la cautelosa llave.
Los dos habéis de entrar.

LISARDO
¿Los dos?

RAMÓN
De todo
sabréis, despacio, en nuestra casa el modo.
Octava real
1745
Lisardo ha de quedar, y saldrá Albano,
pero no os detengáis, que ya la frente
inclina el Sol al húmedo occeano,
y oro y púrpura baña el occidente.

LISARDO
Albano amigo, no hay peligro humano
1750
que si me ayudas tú, mi amor no intente.

ALBANO
Mil vidas perderé.

RAMÓN
Seguidme.

LISARDO
¿Dónde?

RAMÓN
La noche calla, y el callar responde.

(Vase.)
(Salen ROBERTO, DIANA, FENISO y músicos.)

ROBERTO
Décima
Pues mi hermana me convida,
bien os puedo convidar,
1755
y porque os pueda obligar,
quiero que lo mismo os pida.

FENISO
Si de honrar me sois servida,
la cena, señora, aceto.

DIANA
Convidado tan discreto
1760
reciba la voluntad,
que siempre la brevedad
fue causa de algún defeto.

FENISO
Décima
Hallaréis tantos en mí,
que solos se echan de ver
1765
que no tengáis que temer.

DIANA
No me respondáis ansí,
sino entretened aquí
la conversación un rato,
mientras de serviros trato.

FENISO
1770
Hacerme merced diréis,
a que nunca me hallaréis
desobligado, ni ingrato.

DIANA
Décima
Yo voy con vuestra licencia.

(Vase.)

FENISO
Volved, hermosa Dïana,
1775
que luna tan soberana
suplirá del sol la ausencia,
y mirad que es la presencia
daba tal vida a las flores
que esforzaban sus colores,
1780
y esta fuente natural,
sobre jaspes de cristal,
cantaba versos de amores.
Décima
No será, amigo Roberto,
lisonja aquesta alabanza,
1785
si a los méritos alcanza
de su valor claro y cierto,
y del que os tiene hoy, advierto
que os ha de hacer muy dichoso.

ROBERTO
Antes estoy temeroso
1790
de mi fortuna en tenella;
que cuanto es dichosa y bella,
estoy yo necio y dichoso.
Décima
Y pues que llega ocasión,
y sois mi mayor amigo,
1795
sabed que son mi castigo
su hermosura y discreción.
Aquella proposición
que hice en la junta pasada,
me tiene el alma turbada,
1800
pues dije que puede ser
el guardar una mujer,
aunque esté determinada.
Décima
Y no sé si es mi temor,
que cuidado semejante
1805
no hay sombra que no me espante,
que es muy medroso el honor.
Pienso que la tiene amor
Lisardo, pero no puedo
hacer más que tener miedo
1810
y guardarla neciamente,
pues hasta la vulgar gente
sabe que obligado quedo.

FENISO
Décima
Tenéis razón de tener
pena de lo prometido,
1815
que ya la fama ha corrido,
y os han de intentar vencer.
El guardar una mujer
tiene mil peligros claros,
pero quiero aconsejaros
1820
que la caséis; con que cesa
toda la propuesta empresa,
y nadie podrá culparos.

ROBERTO
Décima
¿Con quién os parece a vós
de los que en la corte están?

FENISO
1825
Si no muy rico y galán,
yo soy muy noble, por Dios,
y siendo amigos los dos,
me daréis vuestro cuidado.

ROBERTO
Yo lo doy por concertado,
1830
y vós os la guardaréis.

FENISO
La mano.

ROBERTO
Aquí la tenéis,
que es más que quedar firmado.

(Sale FULGENCIO.)

FULGENCIO
Redondilla
Don Pedro llama a la puerta
con un hombre, que cargado
1835
viene de un cofre.

ROBERTO
¿No ha estado
la puerta hasta agora abierta?

FULGENCIO
Redondilla
No, señor, ni se abrirá
sin tu licencia.

ROBERTO
Abrir puedes,
con que asegurado quedes,
1840
y salga el hombre,

FULGENCIO
Sí hará,
Redondilla
que hasta que vuelva a salir,
me pienso a la puerta estar.

ROBERTO
Pues acabad de cerrar,
que no ha de volverse a abrir.

FULGENCIO
Redondilla
1845
Yo voy.

ROBERTO
Cuidado, Fulgencio.

FULGENCIO
Ya está todo prevenido.

ROBERTO
Aun es temprano.

(Sale DIANA.)

DIANA
He querido
que en este mudo silencio,
Redondilla
las voces de dos crïados
1850
ayuden a los cristales
desta fuente.

FENISO
Y serán tales,
que puedan ser envidiados
Redondilla
de las aves que estarán
entre esas ramas oyendo
1855
lo que mañana diciendo
por esas selvas irán.
Redondilla
¿Hay algo nuevo?

MÚSICO
Una historia
famosa.

FENISO
¿Es de buena mano?

MÚSICO
Cierto poeta temprano
1860
que escribe por vanagloria
Redondilla
nos la dio por fruta nueva.

DIANA
Celia.

CELIA
Señora.

DIANA
Ni un punto
te muevas de aquí.

FENISO
Pregunto:
¿Hay amante que se eleva
Redondilla
1865
en alta contemplación?,
¿hay ojos negros o verdes?

MÚSICO
Tiempo en preguntarlo pierdes;
cena y oirás la canción,

ROBERTO
Redondilla
Dïana.

DIANA
Señor.

ROBERTO
Escucha.

DIANA
1870
¿Qué quieres?

ROBERTO
Que estés con gusto;
que darle a Feniso es justo.

DIANA
¿Por qué razón?

ROBERTO
Porque es mucha,
Redondilla
habiendo de ser...

DIANA
¿Qué más?

ROBERTO
¿Diré tu marido?

DIANA
No.

ROBERTO
1875
Pues palabra he dado yo
de que su mujer serás.

DIANA
Redondilla
¿Tan apriesa?

ROBERTO
Esto ha de ser.

DIANA
Entra, Roberto, a cenar,
que te debes de cansar
1880
de guardar una mujer.

(Vanse los dos.)

CELIA
Redondilla
Lisardo tarda, no creo
que ha de ser posible entrar,
que suele amor mal lograr
de un alma el justo deseo,
Redondilla
1885
mas Fulgencio viene aquí.

(Sale[n] FULGENCIO y ALBANO, en hábito de ganapán.)

FULGENCIO
¿Dejastes el arca ya?

ALBANO
Ya a donde ha de estar está,
que no fue poco.

FULGENCIO
Es ansí.

ALBANO
Redondilla
¿Cómo andáis con tal cuidado?

FULGENCIO
1890
Tiene Roberto enemigos.

ALBANO
¿Hombre de tantos amigos,
se encierra tan recatado?
Redondilla
A la fe debe de ser
la hermosura de su hermana,
1895
y teme, como es Diana,
que salga al anochecer.
Redondilla
Pues advertidle por mí
de que os dijo un ganapán,
de los que en la plaza están,
1900
y que un arca trujo aquí,
Redondilla
que no se canse en tener
un cuidado tan terrible,
porque el mayor imposible
es guardar una mujer.

FULGENCIO
Redondilla
1905
Salid nora mala allá.
Ved cuál anda nuestro honor.

(Vanse los dos, y salen LISARDO y RAMÓN.)

LISARDO
¿Fuese?

RAMÓN
Ya se fue, señor.

LISARDO
¿Está aquí Celia?

RAMÓN
Aquí está.

CELIA
Romance (tirada)
Cansada estoy de esperarte.

LISARDO
1910
De milagro, entrado habemos
Albano y yo.

CELIA
Ya le lleva
con gran cuidado Fulgencio.

LISARDO
¿Cenan ya?

CELIA
Cenando están.
y para entretenimiento,
1915
o para mayor rüido,
Dïana venir ha hecho
dos músicos.

LISARDO
¿Dónde dice
que he de estar?

CELIA
En este hueco
de los arcos de esta fuente.

LISARDO
1920
Celia, desnudarme quiero,
que no me ha de ver Diana
en el hábito que vengo.
Toma, Ramón, este sayo.

CELIA
¿Qué traes debajo?

LISARDO
Un peto
1925
de armas, y en un tahalí
dos pistolas.

CELIA
Como cuerdo.

LISARDO
Dame, Ramón, esa espada,
que pues prevenido vengo
y enamorado, en tus manos
1930
dejo, fortuna, el suceso.
Aquí me escondo.

RAMÓN
Y yo me entretengo
contigo.

CELIA
Temo quererte.

RAMÓN
Y yo que me quieras temo.

CELIA
1935
¿Por qué?

RAMÓN
Porque soy amando
favorecido tan tierno,
que no hay nieve al sol, que forme
tantos puros arroyuelos;
persona soy que una noche
1940
dije a un gato mil requiebros,
porque en un balcón movía
la cola sobre unos tiestos.
Para mí, cualquier mujer,
como me diga: «yo os quiero»,
1945
acabose, muerto soy.

CELIA
Pues no es bueno amar tan presto.

RAMÓN
Yo no puedo más.

CELIA
Pues yo,
loco hombre quiero, y los puercos,
gruñidores y bellacos.

RAMÓN
1950
Pues a una artesa por ellos.

(Sale[n] ROBERTO, DIANA, FENISO y músicos.)

ROBERTO
Sacadnos sillas aquí.

FENISO
Corre aquí más fresco el viento,
porque estas fuentes le dan
las perlas que va esparciendo.

DIANA
1955
Cantad algo.

MÚSICO
Una letrilla,
aunque no es nueva, diremos.

ROBERTO
¿Quién está aquí?

RAMÓN
Yo, señor.

ROBERTO
¿Don Pedro?

RAMÓN
El mismo.

ROBERTO
¡Oh, don Pedro!,
¿trujistes vuestros vestidos?

RAMÓN
1960
En mi aposento los tengo;
que me ha costado, señor,
trabajo, y mucho, el traellos.

ROBERTO
¿Habéis cenado?

RAMÓN
A eso voy.

ROBERTO
¿Los caballos están buenos?

RAMÓN
1965
Todos están boca abajo.

ROBERTO
Créolo.

RAMÓN
Es caso muy cierto.

ROBERTO
¿Tiene humor?

RAMÓN
Y hartos humores.

ROBERTO
Va de letra.

MÚSICO
Estad atento:
Seguidilla
«Madre, la mi madre,
1970
guardas me ponéis,
que si yo no me guardo
mal me guardaréis».

ROBERTO
Redondilla
Necia letra.

DIANA
Antes discreta.

ROBERTO
¿Por qué?

DIANA
Porque la mujer
1975
no puede guarda tener
más conforme y más discreta.

ROBERTO
Redondilla
¿Pues no la puede guardar
un hombre?

DIANA
Roberto, sí;
mas si ella se guarda así,
1980
¿quién la puede conquistar?

ROBERTO
Redondilla
Yo sé que a cierta mujer
pretenden, y que aunque quiera,
no podrá hacer de manera
que llegue a más de querer.

DIANA
Redondilla
1985
Pues yo sé de otra guardada
que está gozando su amante,
y está el celoso delante.

ROBERTO
Toda esta cifra me agrada,
Redondilla
Feniso, porque es por ti.

FENISO
1990
¿Por mí?

ROBERTO
Sí.

FENISO
Dichoso yo.

DIANA
Fuentes, decildes que no,
ya vuestra sombra que sí.

FENISO
Redondilla
¿Que merezco tanto bien?

DIANA
Tanto, que no hay bien mayor.

FENISO
1995
Fuentes, cantadme favor
en vuestras aguas también.

DIANA
Redondilla
Fuentes que bañáis la cara
con vuestro blando rocío,
de aquel amado bien mío,
2000
mi fe corre a vós más clara.
Redondilla
Estas nuevas le llevad.

FENISO
Árboles deste jardín,
decid que aquí puso fin
la mayor felicidad,
Redondilla
2005
porque aquí como Medoro,
podré escribir mi ventura,
si en esta corteza dura
es digna de tal tesoro.
Romance (tirada)
Con esto y vuestra licencia
2010
me voy, que parece tarde.

ROBERTO
Yo os acompaño a la puerta,
que es fuerza tomar las llaves.

FENISO
Por eso os daré lugar.
El cielo, señor, os guarde.

(Vanse, y queda[n] CELIA y DIANA.)

DIANA
2015
Y a vós os haga dichoso.
¡Hola!, dejadme un instante.
Cierra la puerta al jardín,
Celia, que quiero bañarme.

CELIA
Ya, señora, está cerrada.

DIANA
2020
Mármoles, pórfidos, jaspes,
que al cristal de aquesta fuente
le servís de eterno engaste,
dadme el bien que me tenéis.

(Sale LISARDO.)

LISARDO
No pidas, señora, que hablen
2025
las piedras, sino las almas,
que escuchan palabras tales.
Quien te ha dicho que es porfía
el venir a enamorarte,
miente, que no es sino amor,
2030
que de tu hermosura nace.
No eres tú para elecciones,
ni para burlas diamantes,
sino la cosa más bella,
más regalada y suave
2035
que dio la naturaleza
con milagro semejante,
dando a un cuerpo cristalino
por alma dichosa un ángel.
Verdad es, Diana hermosa,
2040
como la Reina lo sabe,
que tu hermano dio en decir
que tiene por cosa fácil
el guardar una mujer;
mas que no pudo obligarme
2045
aquesto solo a quererte,
porque muchos años antes
eras tú dueño del alma
que agora ha venido a darte.
La Reina quiere, Dïana,
2050
que te sirva, y esto baste
para saber que no puedo,
cuando quisiera burlarme.
De veras te adoro y quiero,
no dudes de que te cases
2055
conmigo y de que la Reina
ha de abonar mis verdades,
haciéndonos mil mercedes.
¿Qué respondes?

DIANA
Que me pagues
tan grande amor, señor mío,
2060
pues siendo el alma tan grande
como sujeto infinito,
apenas en ella cabe.
Que de burlas o de veras
hables en mi amor,
2065
en que yo tenga otro dueño,
aunque mil vidas me falten.
A grande peligro estás,
puesto que he visto que traes
armas, en defensa tuya.

LISARDO
2070
Por ser tú Venus, soy Marte.
¿Qué hará tu hermano?

DIANA
No sé,
pienso que querrá encerrarme
luego que cierre las puertas,
y que aguarda que me lave.

LISARDO
2075
Pues ¿dónde podré yo estar
para que esta noche pase
larga y pesada sin ti?

DIANA
Si tú quisieses jurarme
que estarás donde yo puedo
2080
ponerte, y donde descanses,
sin dar por dicha ocasión
a que mi hermano nos mate,
bien sé yo dónde estarás.

LISARDO
¿Dónde?

DIANA
Un oratorio cae
2085
junto a mi cama, y en él
serás esta noche imagen.

LISARDO
A lo menos, bien podré
decir que de amor soy mártir.

DIANA
Pero no te has de mover,
2090
que sus celos desiguales
han hecho que, junto a mí,
tenga su cama.

LISARDO
Si hablarte
puedo, cuando esté durmiendo,
pues como en efeto baje
2095
la voz, no hay de qué temer
que podamos despertalle.
Mi bien, el partido acepto.

DIANA
Podrás y podré fïarme,
pues te ha de obligar el miedo
2100
a que hables quedo, o que calles.

LISARDO
Tú, en efeto, ya eres mía.

DIANA
No será la muerte parte
para apartarme de ti.
¿Tú, mi bien, podrás dejarme?

LISARDO
2105
Primero, el mayor amigo
con una traición me mate,
o del enojado cielo,
rayos el pecho me pasen,
cuando de sus altos polos,
2110
en confusas tempestades,
del lazo eterno parece
que procuran desatarse.

DIANA
Celia.

CELIA
Señora.

DIANA
Detrás
de esos verdes arrayanes
2115
te desnuda, que Lisardo
quiero que seguro pase,
porque es el mejor remedio,
con tus vestidos, delante
de Roberto.

LISARDO
Hablas de veras.

DIANA
2120
Como esos enredos hace
una mujer a un celoso.

LISARDO
Al fin no podrá guardarse
si ella no quiere guardarse.

DIANA
Si ella no quiere guardarse,
2125
no hay imposible mayor;
y al que de guardalla trate,
sobre la puerta le escribe:
«Necedad de necedades».


Jornada III

Sale[n] CELIA y RAMÓN.

RAMÓN
Redondilla
Siete días ha que está
2130
Lisardo escondido aquí.

CELIA
Mil pudiera estar ansí,
mas no si le han visto ya.

RAMÓN
¿Quién le ha visto?

CELIA
Redondilla
Una criada.

RAMÓN
Gran peligro.

CELIA
Ya es forzoso
2135
salir, haciendo animoso
llave de la misma espada.

RAMÓN
Redondilla
Fulgencio, con dos crïados
guarda la puerta de día.

CELIA
Dile que mejor sería
2140
echar a parte cuidados,
Redondilla
pues de noche no hay remedio,
ni invención para salir.

RAMÓN
Yo le voy Celia a decir
que el más poderoso medio
Redondilla
2145
es salir con un rebozo,
y una pistola en la mano.

CELIA
Dile que es necio su hermano,
celoso y valiente mozo.

(Sale[n] FULGENCIO y dos criados.)

FULGENCIO
Redondilla
Pues Celia, ¿tan de mañana ?,
2150
aunque fueras centinela.

CELIA
La noche he pasado en vela,
que no está buena Diana.
Redondilla
¿Mandáis otra cosa?

FULGENCIO
No.

CELIA
Pues adiós.

FULGENCIO
No sé qué os diga.

CRIADO 1.º
2155
Temor a callar me obliga,
mas sombras he visto yo.

CRIADO 2.º
Redondilla
Sombras y aun cuerpos, dirás.

FULGENCIO
¿Cuerpos cómo, si yo he sido
el que no se ha dividido
2160
de aquesta puerta jamas?
Redondilla
Un átomo, vive el cielo,
es imposible que entrase.

CRIADO 1.º
¿Pues hay sol que puertas pase
como amor?

FULGENCIO
Tengo recelo,
Redondilla
2165
que este don Pedro es fingido,
mucho priva con Dïana.

CRIADO 2.º
¿Cuál imposible no allana
este amor, siempre atrevido?

CRIADO 1.º
Redondilla
Es treta bien empleada
2170
en un celoso cuidado.

FULGENCIO
¿Qué es esto?

CRIADO 1.º
¡Un hombre embozado,
con una pistola armada!

(LISARDO sale rebozado.)

LISARDO
Redondilla
Dejen libre la puerta,
pues busco la puerta sola.

FULGENCIO
2175
A llave de una pistola,
cualquiera hallarás abierta.

LISARDO
Redondilla
Pónganse a un lado los tres.

(Vase.)

FULGENCIO
Salió libre.

CRIADO 1.º
¿Hay tal maldad?

CRIADO 2.º
¡A un noble tal libertad!

FULGENCIO
2180
Industria fue, no interés,
Redondilla
vive Dios que en este punto
quisiera que disparara
la pistola, y me matara.

(Sale ROBERTO.)

ROBERTO
¿Qué es esto?

FULGENCIO
Yo estoy difunto.

ROBERTO
Redondilla
2185
¿Qué es esto?, ¿cómo no habláis?
¿De qué tembláis?, ¿qué tenéis?,
¿cómo no me respondéis
y turbados me miráis?
Redondilla
¿En mi casa puede haber
2190
sucesos de tales modos,
que os enmudezcan a todos?
Acabad de enmudecer
Redondilla
y habladme, que estoy en medio
de dudas y confusiones.
2195
Mirad que las dilaciones
quitan la fuerza al remedio.
Redondilla
Hablad.

FULGENCIO
Es tan desigual
que la dilación no es grave;
que el mal que presto se sabe,
2200
más presto llega a ser mal;
Redondilla
pero él es tan grande en mí,
que hará que los labios abra,
mas dicho en una palabra:
Un hombre salió de aquí.

ROBERTO
Redondilla
2205
¿Un hombre, cómo?

FULGENCIO
Embozado.

ROBERTO
¿Pues dónde estaba?

FULGENCIO
No sé;
de adentro salió y se fue,
de dos pistolas armado.
Redondilla
«Déjenme sola la puerta,
2210
pues busco la puerta sola»,
dijo, alzando una pistola
con que pudo abrir la puerta,
Redondilla
que no hay tan fuerte petardo
como de la vida el miedo.

ROBERTO
2215
Muerto de escucharte quedo.
¿Hombre aquí?

FULGENCIO
Fuerte y gallardo,
Redondilla
bien armado y bien vestido.

ROBERTO
¿pues por dónde o cuándo entró?

FULGENCIO
Solo he visto que salió.

ROBERTO
2220
¡Qué gentil defensa ha sido
Redondilla
desta puerta, y de mi honor!

FULGENCIO
Un dragón y un bravo toro
tuvo el Vellocino de Oro,
y le robaron, señor.
Redondilla
2225
Acrisio tuvo encerrada
su hija, y el oro entró
donde a Perseo engendró.
Ni habrá mujer tan guardada
Redondilla
de paredes de diamante,
2230
que si tiene voluntad
no llegue con libertad
a los brazos de su amante.

ROBERTO
Lira
Perdí toda la empresa,
perdí la estimación, perdí la vida.
2235
Mi porfía confiesa
que fue de ingenio de mujer vencida.
Cesad, locos desvelos,
que harán su gusto a sombra de los celos.
Lira
Desengaño terrible
2240
de los que tanto por guardallas mueren.
El mayor imposible
confieso que es guardallas, si ellas quieren,
que como ellas lo sientan,
las privaciones su apetito aumentan.
Lira
2245
Podrá guardar el oro
el avaro entre láminas de hierro,
y el noble su decoro
si Penélope sufre su destierro,
pero si no es tan buena,
2250
crea que es apretar puño de arena.
Lira
Honra, quien te introdujo
del mundo en la república primera,
porque a mujer redujo
tu santa libertad, que bien pudiera
2255
fiarla más del hombre,
con que pudiera eternizar su nombre.
Lira
¿Que guarde yo su celo
tan loco, y una casa con mil llaves,
y que tenga recelos
2260
del sol, del viento y de las mismas aves,
y que en esta porfía
un hombre salga en la mitad del día?
Lira
Miente, ¡viven los cielos!,
quien dice que mujer puede guardarse.
2265
Los ojos y los celos,
mientras que entramos, pueden desvelarse.
Miente la honra, y miente
quien las aprieta y guarda neciamente.

(Sale DIANA.)

DIANA
Lira
¿Qué es aquesto, hermano mío,
2270
qué voces son aquestas?

ROBERTO
¿No las sabes?
¡Gracioso desvarío!
Han entrado a mi honor con falsas llaves,
que en ti, Diana, hallaron
la cera en que las guardas estamparon.
Lira
2275
Si no fueras de cera,
segura estaba del honor la llave,
porque no se pudiera
en mármol imprimir.

DIANA
¿Cosa tan grave
tratas, Roberto, a voces?

ROBERTO
2280
¡Qué mal la infamia en el honor conoces!
Lira
¿Qué hombre es este embozado
que acaba de salir de tu aposento,
de una pistola armado?

DIANA
¿Estás loco, por dicha?

ROBERTO
El sentimiento
2285
podrá volverme loco.

DIANA
Pues no lo estés para tenerme en poco,
Lira
que estoy ya muy cansada
de sufrir tus locuras y recelos;
y una mujer honrada,
2290
si aprietan su virtud injustos celos,
es mina que revienta
por el honor, con pólvora de afrenta.
Lira
Quejareme, Roberto,
a la Reina y al cielo de tu agravio.

ROBERTO
2295
El caso descubierto,
nunca le llega a averiguar el sabio.
Yo he sido en todo necio,
y así merezco, infame, tu desprecio.
Lira
Estoy porque esta daga
2300
lave mi afrenta.

FULGENCIO
Tente, señor, tente,
que no es justo que haga
tu honor oficio de marido.

DIANA
Intente
mi muerte, que bien hace;
que Nápoles sabrá de lo que nace.
Lira
2305
Querrá usurpar mi dote,
querrá gozar mi hacienda, ya lo entiendo.

FULGENCIO
Vete, no se alborote
la casa y la ciudad.

ROBERTO
Ya más me ofendo
de que diga y entienda
2310
que quiero aprovecharme de su hacienda.
Lira
¡Qué propio en las mujeres
halladas en delito, un testimonio!
Pues di, negarme quieres,
o sea libertad, o matrimonio,
2315
que el hombre que ha salido,
tenías donde sabes escondido.

DIANA
Lira
Mira loco, Roberto,
que tienes enemigos, y que alguno
entraría encubierto,
2320
y no hallando después tiempo oportuno,
salir pretendería,
como quien ya no respetaba el día;
Lira
que si mi amante fuera,
aguardara a la noche.

FULGENCIO
Y está llano
2325
que de su sombra hiciera
más segura la capa de su engaño.

ROBERTO
Hay hombres engañados;
pues sin honra quedamos, y culpados;
Lira
en fin, que por matarme
2330
entró aquel hombre, bien así lo creo.
Mal puedo yo engañarme,
Fulgencio, cuando dije, pues lo veo,
que por donde cabía
pintado un hombre, un vivo entrar podía.
Lira
2335
¿Ya olvidas el retrato
que hallé sobre su cama? ¿Ves cumplido
mi temor?

DIANA
Yo no trato
de dar disculpa a un hombre que ha tenido
como por burla y juego
2340
hacer apuestas de guardar el fuego.
Lira
Pues monasterios tiene
Nápoles, uno elige, en él me guarda.

ROBERTO
Eso solo detiene
mi brazo, y de matarte me acobarda.
2345
Dadme capa, y salgamos.

DIANA
Hasta la noche, no es razón que vamos.

ROBERTO
Lira
Pues voy a concertalle.

DIANA
Parte en buen hora.

ROBERTO
Ya la noche aguardo.

CELIA
¿Qué intentas?

DIANA
Avisalle
2350
de todas estas cosas a Lisardo.

CELIA
Dársela a Dios procura,
que solo Dios la guardará segura.

(Salen la REINA y ALBANO.)

REINA
Redondilla
Por esta carta he sabido
que el Príncipe se embarcó.

ALBANO
2355
De Marsella supe yo
que estuvo el Rey detenido.
Redondilla
con las fiestas, que el Francés
le ha hecho, como era justo.

REINA
¿Que hay de las nuestras?

ALBANO
Que es justo
2360
general, pues tuyo es.
Redondilla
Los arcos se han acabado,
en que el de Trajano ha sido
con mucho exceso vencido,
como se ve retratado.
Redondilla
2365
Lo que toca a las libreas,
todas están acabadas.

REINA
Sí, pero no mis cansadas
cuartanas.

ALBANO
Cuando tú veas
Redondilla
al Rey, mi señor, aquí,
2370
no ha de haber más accidente.

REINA
Ya siento notablemente
recebirle, Albano, ansí,
Redondilla
y tengo ya presupuesto,
de dar veinte mil ducados
2375
a quien de aquestos cuidados
saque mi salud más presto.

ALBANO
Redondilla
¿Quieres que se dé un pregón?

REINA
Harasme un grande placer,
que el dinero suele hacer
2380
milagros, si estos lo son.

ALBANO
Redondilla
Yo voy a hacer pregonar,
que a quien te diere salud
se los darás.

REINA
En virtud
del oro, pienso sanar.

(Salen FENISO y ROBERTO.)

FENISO
Redondilla
2385
Aquí está su Alteza.

ROBERTO
El cielo
te guarde.

REINA
¡Oh, Roberto amigo!,
deseaba hablar contigo:
¿Cómo te va de desvelo?
Redondilla
Triste estás, ¿qué es lo que tienes?

ROBERTO
2390
¿Yo, señora?

REINA
Y el negar
quiere también confesar
cuán melancólico vienes.
Redondilla
Los gustos y los enojos
que los corazones toman,
2395
como a ventana, se asoman,
Roberto amigo, a los ojos.
Redondilla
¿No te va bien de salud?

ROBERTO
Bien de la salud me va.

REINA
Suele faltar, cuando está
2400
el alma con inquietud.

ROBERTO
Redondilla
Parece, pues te sonríes,
y que te burlas de mí.

REINA
No quiero yo que de ti
y de mi amor desconfíes,
Redondilla
2405
con tan injusta sospecha.

ROBERTO
No debe de ser muy vana,
si a las cosas de Diana
encaminas esa flecha.
Redondilla
Licencia a pedirte vengo
2410
para casalla.

REINA
¿Con quién?

ROBERTO
Con Feniso.

REINA
Está muy bien.

FENISO
Si de tu mano la tengo,
Redondilla
no quiero mayor ventura.

REINA
Feniso, dilo de veras,
2415
que en el mundo no pudieras
hallar otra más segura.
Redondilla
Yo, como quiera Dïana,
licencia os doy.

ROBERTO
Sí querrá.

REINA
¿Está prevenida?

ROBERTO
Está
2420
un poco esquiva mi hermana.

REINA
Redondilla
Pues que la quieres casar,
no quieras casar mujer.

ROBERTO
No es muy difícil de hacer,
mas no la quiero guardar.

REINA
Redondilla
2425
Mira aparte.

ROBERTO
¿Qué me mandas?

REINA
Por vida mía, ¿no sientes
algunos inconvinientes
de estos pasos en que andas?

ROBERTO
Redondilla
No es tan fácil de guardar
2430
como pensé, y así quiero
darla a aqueste majadero;
sustituya en mi lugar,
Redondilla
y entretanto esté mi hermana
en un monasterio.

REINA
Bien.

ROBERTO
2435
Beso tus pies.

FENISO
Yo también.

(Vanse.)

REINA
No hay dificultad humana
Redondilla
como la que este intentó.

FENISO
¿Qué os dijo la Reina allí?

ROBERTO
Que érades discreto.

FENISO
A mí,
2440
(Sale LISARDO.)
siempre su Alteza me honró.

LISARDO
Romance (tirada)
Que se fuesen esperaba.
Dame los pies.

REINA
¡Oh, Lisardo!,
¿qué te has hecho tantos días?
Me has tenido en cuidado,
2445
fuera de hacerme gran falta,
en mil forzosos despachos,
de la importancia que sabes.

LISARDO
Señora, pues he faltado,
esté cierta Vuestra Alteza
2450
que no fue más en mi mano.
Entré en casa de Roberto,
como sabes.

REINA
¿Que has entrado
donde tantos ojos velan?

LISARDO
Supo más Mercurio que Argos.
2455
Metidos en un vestido
Albano y yo, al fin entramos.
Era un saco, y parecimos
honra y provecho en un saco.
El arca nos encubrió,
2460
mató Ramón, en llegando,
la luz que sacaba un paje;
al fin el arca dejamos.
Desnudámonos, y yo
me quedé, saliendo Albano.
2465
Cenaron en un jardín,
fue Feniso convidado.
Salí de una clara fuente,
que fue alcahuete de mármol.
A las palabras de cera,
2470
con que los dos la ablandamos.
Metiome en un oratorio...

REINA
El que andaba en tales pasos
justo fue rezar por sí.

LISARDO
No me acuerdo si rezamos.
2475
A la cama de Dïana
daba la puerta; su hermano
tenía al lado la suya,
mas no hay que fiar de lados.
Hincábame de rodillas,
2480
y toda la noche hablando
estábamos con requiebros
dulces, con secretos brazos.
No porque cosa que sea
contra su honor reservado,
2485
en nuestras bodas sospeches,
que es nuestro amor limpio y casto.
Salía el alba envidiosa,
y ponía en paz sus rayos
en nuestras dulces porfías,
2490
con maldiciones de entrambos.
Yo al oratorio, ella al sueño,
íbamos con tristes pasos,
dábanme allí de comer,
mil nunca vistos regalos.
2495
Al cabo de siete días
viome una esclava, y dudando
de su lengua, al fin mujer,
temiendo a su loco hermano,
me determiné a salir,
2500
y a un viejo y a dos crïados
puse una pistola al pecho,
y con un rebozo salgo.
Lo que ha sucedido ignoro,
pero menor daño aguardo,
2505
que si me quedara allí.

REINA
Discretamente has andado,
porque con eso ese necio
conozca que es fuerte caso
el guardar una mujer.

LISARDO
2510
¿Qué te ha dicho? ¿Estaba airado?

REINA
Disimulaba su pena,
mas ten cuidado, Lisardo,
que me ha pedido licencia,
y en efeto se la he dado
2515
para casar a Dïana
como ella quiera.

LISARDO
Tu claro
ingenio, en esa respuesta
conozco.

REINA
El suceso estraño
de hallar en su casa un hombre,
2520
debe de haberle incitado
para dársela a Feniso,
puesto que quiere, entre tanto,
meterla en un monasterio.

LISARDO
En efeto, ha confesado
2525
que guardar una mujer
es imposible.

REINA
El engaño
que le habéis hecho lo dice,
pues habéis juntos estado
siete días a sus ojos.

LISARDO
2530
Feniso vive engañado
en pretender imposibles,
como el de su loco hermano.

(Sale RAMÓN, muy alborotado.)

RAMÓN
Deme albricias Vuestra Alteza.

REINA
¿De qué, Ramón?

RAMÓN
Ha llegado
2535
el Rey, mi señor, tu esposo,
que de una posta en palacio,
él y el Almirante, agora,
se apean solos, dejando
diez leguas de aquí la gente.

REINA
2540
Sin prevención me han hallado.
Muerta soy, ¿hay tal traición?

LISARDO
Cubriola un mortal desmayo.
Siéntese aquí Vuestra Alteza.

REINA
A mi cama voy, Lisardo.
2545
Que estoy indispuesta, di
cuando entre el Rey.

(Vase.)

LISARDO
Caso estraño.
No tuvo razón el Rey.
Voy a recebirle.

RAMÓN
Paso,
que no ha venido, ni agora
2550
se sabe en Nápoles cuándo.

LISARDO
¿No ha venido?

RAMÓN
No ha venido,
que el ver que van pregonando
que a quien la diere salud
darán veinte mil ducados,
2555
me obligó a dalle este susto,
porque con él es muy llano,
que se quitan las cuartanas.

LISARDO
¿Estás sin seso?

RAMÓN
¿No es claro
que con un susto se quitan,
2560
y que habiéndosele dado,
ganaré aqueste dinero?

LISARDO
¿Piensas que bufonizando
se alcanza tanta grandeza?

RAMÓN
Mal conoces cortesanos.
2565
Si no hay bufa, no hay pecunia.

LISARDO
¿Qué hay de Roberto?

RAMÓN
Que ha estado
para perder el jüicio.

LISARDO
En efeto, ¿supo el caso?

RAMÓN
Fulgencio se lo contó.

LISARDO
2570
¿Cómo a su hermana ha tratado?

RAMÓN
Sacó la daga, y ha habido,
pasito de alzar la mano,
con algo de «tate, tate,
que ya Dios te ha perdonado»,
2575
y acabose en un concierto.

LISARDO
¿Cómo?

RAMÓN
Que quede, entre tanto,
Diana en un monasterio,
la cual me dijo llorando
que a sacalla te anticipes.

LISARDO
2580
Voy.

RAMÓN
Escucha, temerario.

LISARDO
Voy, aunque mate a Fulgencio.

RAMÓN
No harás, que tengo trazado
remedio para sacalla.

LISARDO
Pues yo me pongo en tus manos.

RAMÓN
2585
Y yo en las de la fortuna.
Si con este susto sano
las cuartanas de la Reina,
que son veinte mil ducados,
seré luego don Ramón,
2590
don Caballero, don Gazmio;
que con dineros yo he visto
ser don Ángel a don Macho.

(Vase.)
(Salen FULGENCIO y dos criados.)

FULGENCIO
Redondilla
Perdiendo estoy el juicio.

CRIADO 1.º
Todos sin juicio estamos.

CRIADO 2.º
2595
De ninguna suerte hallamos
señal, Fulgencio, de indicio.

FULGENCIO
Redondilla
¿pues por dónde pudo entrar?

CRIADO 1.º
Que era invisible sospecho.

FULGENCIO
Si estas paredes le han hecho,
2600
como a espíritu lugar,
Redondilla
bien pudo entrar; mas si no,
perderé el seso, Florelo.

CRIADO 2.º
Roberto está sin consuelo.

FULGENCIO
Me admiro que no mató
Redondilla
2605
hoy alguno de nosotros.

CRIADO 1.º
¿Dónde hallaremos disculpa?

FULGENCIO
A mí me ha de dar la culpa
con razón, que no a vosotros;
Redondilla
pero mientras que la lleva
2610
al monasterio, he de ser
pilar desta puerta, y ver
si hay sol que a entrarla se atreva.

CRIADO 1.º
Redondilla
Todos te acompañaremos.

FULGENCIO
Dïana es esta. Ojo alerta.

(Sale[n] CELIA y DIANA.)

CELIA
2615
Los tres están a la puerta.

DIANA
Poco remedio tenemos.
¿Qué hay, Fulgencio?

FULGENCIO
Redondilla
Defender
la entrada a tu deshonor.

(Sale RAMÓN.)

RAMÓN
¿Está en casa mi señor?

FULGENCIO
2620
¿Es don Pedro?

RAMÓN
¿Quién ha de ser?

FULGENCIO
Redondilla
No está en casa.

RAMÓN
Lo que quiero,
a mi señora diré.
Oye aparte.

DIANA
Ya no sé,
Ramón, si vivo o si muero.

RAMÓN
Redondilla
2625
Lisardo queda en la calle;
que le han dado libertad
la noche y la escuridad.

DIANA
Dile que se vaya y calle,
Redondilla
que no es posible salir.

RAMÓN
2630
¿Cómo no? Vete a poner
tu manto, que has de poder,
o aquí tengo de morir.

DIANA
Redondilla
Por armas será imposible.
Di que locuras no intente.

RAMÓN
2635
Si yo entretengo esta gente,
¿no saldrás?

DIANA
¿Cómo es posible,
Redondilla
sin que ellos me puedan ver?

RAMÓN
Cúbrete, haz como digo.

DIANA
Voy, que por él y contigo
2640
hoy me tengo de perder.

(Va[n]se DIANA y CELIA.)

FULGENCIO
Redondilla
¿Qué recado de Roberto
es aqueste que le has dado?

RAMÓN
Que el monasterio ha buscado,
y hecho también el concierto.
Redondilla
2645
Pero dejando esto ansí:
¿Habéis visto una sortija?,
que no hay cosa que me aflija
tanto agora.

FULGENCIO
¿Es de uña?

RAMÓN
Sí,
Redondilla
es de una de la gran bestia,
2650
porque el mal de corazón,
en la mejor ocasión
me da terrible molestia.

FULGENCIO
Redondilla
¿Que en fin es esto verdad
y que hay gran bestia?

RAMÓN
Pues no,
2655
como esas he visto yo.

FULGENCIO
¿Pues cómo son?

RAMÓN
Escuchad:
Redondilla
Compónese aquesta uña
de un casado socarrón,
que es en casa tomajón,
2660
cuando es su mujer garduña.
Redondilla
Hácese también de necios,
que sin mirar sus agravios,
de los más doctos y sabios
hacen notables desprecios.
Redondilla
2665
Hácese de mal nacidos,
que se suben a grandezas,
donde sus mismas bajezas
descalabran sus oídos.
Redondilla
Hácese de pretendientes,
2670
que son de la corte estraños,
y están gastando sus años
en cosas impertinentes.
Redondilla
Hácese de mil probetos,
que de contar se sustentan,
2675
las vanaglorias que cuentan
a los señores discretos.
Redondilla
Hácese del que muy grave
su lengua ignora, y la niega,
hablando la lengua griega,
2680
donde ninguno la sabe.
Redondilla
Hácese de los poetas,
que a hurtos y rempujones
dan a luz cuatro traiciones
adúlteras e imperfetas.
Redondilla
2685
Hácese de algunas viejas,
que con mil años pretenden
muchachos, a quien les venden
mayorazgos por lantejas;
Redondilla
mas, ¡ay!, que me ha dado el mal;
2690
¡tenedme, asidme que muero!

FULGENCIO
¡Qué espetáculo tan fiero!

CRIADO 1.º
Cayó a tierra.

CRIADO 2.º
Está mortal.

CRIADO 1.º
Verso suelto
¿Sabes las palabras?

FULGENCIO
Sí.

CRIADO 1.º
Redondilla
Llega y dilas al oído.

(Bájanse a decille las palabras.)
(Sale[n] CELIA y DIANA, con mantos.)

CELIA
2695
Agora, que agora salgas

DIANA
te avisa, amor, que me valgas,
te tengo bien merecido.

(Salen por detrás dellos.)

CRIADO 2.º
Redondilla
Vuélveselas a decir,
¿no ves que brama y patea?

RAMÓN
2700
¡Ay!

CRIADO 1.º
Hablo.

FULGENCIO
No hay mal que sea
tan semejante al morir,
Redondilla
que santas palabras son
estas, y de gran virtud.

RAMÓN
Si queréis darme salud,
2705
alegradme el corazón.

FULGENCIO
Redondilla
¿Queréis algunas tabletas?

RAMÓN
No, sino cuarenta tragos
de vino.

FULGENCIO
Cuatro cuartagos,
o postas con estafetas,
Redondilla
2710
no beben más a un pilón.
Pues es de noche, cerremos
la puerta, y con vino haremos
que se alegre el corazón.

(Vanse todos y dice solo LISARDO.)

LISARDO
Soneto
Noche siempre serena, cuyo velo
2715
y silencio tomó el amor por capa.
Nema del cielo, de sus ojos tapa,
madre del sueño, el hurto y el recelo;
si alguna vez amaste, pues del suelo
al cielo, nadie del amor se escapa,
2720
con esa escuridad los ojos tapa
a las estrellas, que lo son del cielo.
Aunque celos te den sus resplandores,
deja, luna, salir mi luz querida,
que bien sabe de amor quien tuvo amores.
2725
La noche se verá del sol vestida,
tendrá la sombra luz, perlas las flores,
mi pena gloria y mi esperanza vida.

(Salen DIANA y CELIA.)

DIANA
Redondilla
¿Si es aquel que se pasea?

CELIA
Mucho lo parece el talle.

LISARDO
2730
Gente parece en la calle.
Quiera amor que mi luz sea.

DIANA
Redondilla
¡Ah, gentil hombre!

LISARDO
¿Quién va?,
que a mi perdida esperanza,
mi loca desconfianza,
2735
dándole veneno está.
Redondilla
Aunque esa voz y ese talle
aseguran mi deseo,
que el sol de mis ojos veo
en el cielo desta calle.
2740
¿Sois vós, mi bien?

DIANA
Redondilla
¿Quién pudiera,
sino yo, ser tan dichosa?

LISARDO
Agora sí, luz hermosa,
que estoy en mi propria esfera,
Redondilla
pero volved a correr
2745
la cortina de ese manto,
que resplandeciendo tanto,
causaréis que os puedan ver.
Redondilla
¿Cómo habéis, mi bien, hallado
camino al poder salir?

DIANA
2750
Andando os quiero decir
mi fortuna, y mi cuidado,
Redondilla
y la invención de Ramón.

LISARDO
¿Templó su ingenio mi dicha?

CELIA
No ha sido escrita, ni dicha,
2755
tan ingeniosa invención.

LISARDO
Redondilla
A Celia todo se acierta,
cuando lo quieren los hados.

CELIA
Tres linces dejó burlados,
casi al umbral de la puerta.

DIANA
Redondilla
2760
Ni en los hados hay poder,
ni en el ingenio mejor,
sino en tenerte yo amor,
y en querer una mujer.

LISARDO
Redondilla
A tantos favores, calle
2765
mi amor.

(Salen FENISO y ROBERTO.)

FENISO
Que lleves, te aviso,
silencio.

ROBERTO
Gente, Feniso,
sale de mi misma calle.

FENISO
Redondilla
Un hombre con dos mujeres
me parece.

ROBERTO
¿Quién va?

LISARDO
Un hombre
2770
con su mujer.

ROBERTO
Diga el nombre.

DIANA
¡Ay, Dios!

CELIA
Desdichada eres.

LISARDO
Redondilla
¿Sois justicia?

ROBERTO
Ni aun piedad.

LISARDO
¿Sois Roberto?

ROBERTO
¿Sois Lisardo?

LISARDO
El mismo.

DIANA
Mi muerte aguardo.

ROBERTO
2775
Pues Lisardo, perdonad,
Redondilla
que el no haberos conocido,
me dio aqueste atrevimiento.

FENISO
Con el mismo pensamiento
fui yo, Lisardo, atrevido.
Redondilla
2780
[...éis]

LISARDO
Disculpado estáis, Feniso.

ROBERTO
Ya que tenemos aviso,
y nuestra amistad sabéis,
Redondilla
dad licencia, que los dos
2785
os vamos acompañandoN
X
Nota del editor

rima defectuosa (¿quizá «acompañar»?). (Nota del editor digital)

,
porque no vuelva a topar
otro atrevido con vós.

LISARDO
Redondilla
Estas damas son casadas
y voy con algún temor,
2790
que un celoso, aunque es error,
las quiere tener guardadas,
Redondilla
y por si a caso me sigue,
gran merced recibiré
que me acompañéis, que sé
2795
que me busca y me persigue,
Redondilla
y aun que viene acompañado.

FENISO
Los dos iremos con vós,
y venga para los dos
todo un escuadrón armado.

ROBERTO
Redondilla
2800
Señoras, no os receléis
de Lisardo, soy amigo.

LISARDO
Venid, Roberto, conmigo.
Dejaldas, no las habléis,
Redondilla
que temo que este celoso
2805
me busque en esta ocasión,
y en casa sabréis quién son,
pues vengo a ser tan dichoso
Redondilla
que vós nos acompañéis.

ROBERTO
Serviros, Lisardo, es justo.

LISARDO
2810
No puedo decir el gusto
que en esta ocasión me hacéis.

ROBERTO
Redondilla
Qué diferentes que son
las cosas, Feniso amigo,
de lo que piensa consigo
2815
la propria imaginación.
Redondilla
¿Veis aquí como Lisardo
quiere en otra parte bien?

FENISO
Pues así se hará más bien
el casamiento que aguardo.

ROBERTO
Redondilla
2820
Vamos.

FENISO
Adelante pasa.

LISARDO
Brava amistad.

ROBERTO
Justa prueba.

LISARDO
Vive Dios, que me la lleva
el hermanito a mi casa.

(Vanse.)
(Salen la REINA y ALBANO.)

REINA
Endecasílabos sueltos (tirada)
Sin duda me curó con aquel susto,
2825
pues era hoy de mi accidente el día;
y como todos veis, no me ha venido.

ALBANO
El médico, sin duda, el susto ha sido.
Ganó Ramón los veinte mil ducados.

REINA
No puedo encarecer lo que le debo,
2830
pues por él, con salud, espero al Príncipe.
¡Hola!, buscalde luego.

ALBANO
Vaya presto
por Ramón, un soldado de la guarda.

REINA
Advierte, Albano, que pagarle quiero
burla con burla, aunque después es justo
2835
pagalle el bien, pero primero el susto.

SOLDADO
Aquí está Ramón, en la antecámara.

RAMÓN
¿Qué me manda, señora, Vuestra Alteza?

REINA
Dame los brazos, álzate del suelo.

RAMÓN
Será, señora, levantarme al cielo.

REINA
2840
No he sentido, Ramón, más accidente.

RAMÓN
Gracias a Dios, que tu Avicena he sido,
y que como se ha visto, yo he sabido
más que todos tus médicos.

REINA
Yo creo
que el médico mejor es el deseo,
2845
y pues del tuyo quedo satisfecha,
¡hola!, dalde la cédula, que es justo
cobre Ramón los veinte mil ducados.

RAMÓN
Veinte mil años viva Vuestra Alteza,
sirviendo de laureola su cabeza,
2850
las águilas doradas de su imperio.

REINA
Toda está de mi letra, ¿qué la miras?
Bien la puedes leer.

RAMÓN
Con tu licencia,
leeré tanta merced en tu presencia:
(Lee la cédula.)
«Por las obligaciones en que Ramón me ha puesto, quitándome las cuartanas, aunque con un susto tan grande que me pudiera costar la vida, mando que se le den y paguen veinte mil ducados, librados en los bancos de Flandes, de lo que hubiere procedido de las naves que allí se pierden. La Reina.»
A los bancos de Flandes me remites.

REINA
2855
¿No te parece buena la libranza?

RAMÓN
¿Pues quién la ha de pagar allí, los peces?

REINA
¿Pues quebraron jamás aquellos bancos?

RAMÓN
A lindo tesorero me despachas,
pero pues prometer son viejas tachas,
2860
ya que rompes señora tu palabra,
manda darme salario, por lo menos,
de médico de cámara en tu casa,
que un oficio real es de tal crédito,
que ganaré en un año dos millones,
2865
curando mal de madre, y sabañones.

(Sale LISARDO.)

LISARDO
Agora sí que me darás albricias.
Parece que Ramón fue su pronóstico,
porque de una galera que venía,
cortando el mar como nevado cisne,
2870
vestida de mil flámulas bordadas,
con las armas de Nápoles, y suyas,
con el gran Almirante salió el Príncipe,
y en dos caballos a palacio vienen,
tanto deseo de tus brazos tienen.

REINA
2875
Ya no tengo accidente que me quites.

RAMÓN
Mas, que Dios te le dé, pues me remites
a los bancos de Flandes mi libranza,
donde será, por dicha, tesorero
algún lobo marino, o ballenato.

REINA
2880
Ya, Lisardo, no puedo recibille,
que así viniese el Rey con escribille,
que me hiciese merced de entrar despacio.

LISARDO
Yo pienso que su Alteza está en palacio.

(Salen el PRÍNCIPE DE ARAGÓN, el ALMIRANTE, y todo el acompañamiento.)

PRÍNCIPE
Quintilla
Deme los pies Vuestra Alteza.

REINA
2885
¿Señor?

PRÍNCIPE
Con razón, estoy
humillado a vuestra grandeza,
porque seáis desde hoy
corona de mi cabeza.

REINA
Quintilla
Si el agravio lugar diera,
2890
de aquestos brazos hiciera
a vuestros hombros corona.

PRÍNCIPE
El amor mi prisa abona,
que despacio amor no fuera.

ALMIRANTE
Quintilla
Bien dice el Rey mi señor,
2895
y pues Vuestra Alteza sabe,
que despacio no hay amor,
aquí el enojo se acabe,
y hacelde aqueste favor.

REINA
Quintilla
A vós, Almirante, sí;
2900
mis brazos están aquí.

ALMIRANTE
Eso no, ni vós querréis,
que mientras no se los deis,
no se han de emplear en mí.

REINA
Quintilla
Ahora bien, Rey y señor,
2905
yo me rindo.

PRÍNCIPE
Y yo de suerte,
a vuestro heroico valor,
que a penas podrá la muerte
desatar mi justo amor.

REINA
Redondilla
Siéntese aquí Vuestra Alteza;
2910
sabré como viene.

PRÍNCIPE
Ha sido
un infierno de aspereza
el camino que he traído
hasta ver a Vuestra Alteza.
Quintilla
No sé qué os diga del mar.
2915
Que no pudieran llegar
las galeras, sé deciros,
a no ayudar mis suspiros,
las velas al navegar.
Quintilla
Y todo aquesto crecía.
2920
Escribirme que tenía
poca salud Vuestra Alteza.

REINA
Desconfianza y tristeza
de su falta me afligía,
Quintilla
pero quiere amor que os deba
2925
mi salud, pues con el susto
de venir vós, fue la nueva
mi médico, y el más justo.

RAMÓN
Muy bien la paga lo prueba,
Quintilla
pues los veinte mil ducados
2930
presto serán aceptados.

ALBANO
¿Dónde?

RAMÓN
En los bancos de Flandes,
que aunque tienen los pies grandes,
ha días que están quebrados.

LISARDO
Romance (tirada)
Este es mucho atrevimento
2935
para estar aquí su Alteza.

ROBERTO
Pues sino estuviera aquí,
villano vil, ¿no os hubiera
sacado el alma?

LISARDO
Mentís.

REINA
¿Qué es eso?

LISARDO
Locas soberbias
2940
de Roberto.

PRÍNCIPE
Pues aquí
descomponéis la obediencia
y el respeto que debéis
a mi señora la Reina,
ya que no me le tengáis.

ROBERTO
2945
A los pies de Vuestra Alteza
pido justicia.

LISARDO
Y yo pido
que jüez de los dos seas,
en el caso de que agora
Roberto de mí se queja.

PRÍNCIPE
2950
Digo que yo lo seré,
como vós me deis licencia.

REINA
Si habéis vós de ser juez
para que esta audiencia tenga
todas las partes que es justo
2955
y el pleito mejor se entienda,
yo quiero ser relator.

PRÍNCIPE
Pues comience Vuestra Alteza.

REINA
Los días que el accidente
de que he estado tan enferma,
2960
señor, me dejaban libre,
di en hacer una academia,
escogiendo en mis criados
los de más nobleza y ciencia.
Referíanse epigramas,
2965
que hay excelentes poetas;
cantábanse mil canciones,
y en diferentes materias,
argüían los más doctos.
Ofreciose un día, entre ellas,
2970
tratar de los imposibles;
dijeron cosas diversas,
y resolviose Lisardo,
que el mayor de todos era
el guardar una mujer,
2975
no señor mala ni buena,
sino mujer con amor,
y que guardar no se quiera.
Roberto lo contradijo,
diciendo que humanas fuerzas,
2980
ni todo el poder del oro
de ningún efeto fueran
para mujer que él guardara.
No sé si en aquesto acierta.
Tiene Roberto una hermana,
2985
hermosa, como discreta,
y por todo estremo hermosa.
Quiso, para hacer la prueba,
enamoralla Lisardo,
lo que ha resultado queda
2990
agora en sus confesiones.

ROBERTO
Señora, no fue ofendellas
decir que pueden guardarse;
y si fue mi empresa necia,
¿por qué Lisardo tenía
2995
de hacer con tanta insolencia
la prueba en mi propia hermana?

LISARDO
Porque enamorarme della
me podía estar muy bien,
conociendo tu nobleza,
3000
cuando tú más la guardabas.
Ramón entró a hablar con ella,
que ese es criado mío,
y no el don Pedro que piensas,
y en hábito de francés,
3005
le dio mi retrato en muestra
de mi amor, y trujo el suyo;
después, fingiéndose que era
crïado del Almirante,
de cuyo deudo te precias,
3010
te llevó los seis caballos,
con su firma contrahecha.
Con esto quedó en tu casa,
y supo meterme en ella,
cuando a Fulgencio tenías
3015
por alcaide de la puerta.
Todo lo demás es cosa
que mi señora la Reina
sabe, y que no es para aquí.

ROBERTO
Lisardo, de tus quimeras
3020
fundadas en que yo dije
sola una palabra necia,
ninguna cosa he sentido,
sino que tanto supieras,
que sacaras a Dïana
3025
de mi casa con afrenta,
y teniéndola casada
con Feniso, nos hicieras
hasta tu casa una noche,
acompañarte con ella.
3030
Y aunque es verdad, que conozco
que como una mujer quiera,
hará que el proprio celoso,
como el ejemplo lo enseña,
la acompañe a su galán.
3035
Mi sangre y clara nobleza
me pide justa venganza,
y ansí suplico a su Alteza
me otorgue campo contigo,
y que el Almirante sea
3040
como deudo mi padrino.

ALMIRANTE
Y es justo que se conceda
a caballero tan noble,
y que si hay quien lo defienda,
seamos dos para dos.

ALBANO
3045
Cuando esto lícito sea,
bien puede V[uestra] Señoría
constando de mi nobleza,
midir mi espada en el campo.

FENISO
Por mucho, Albano, que seas
3050
no igualas al Almirante,
a mí me toca esta afrenta.
Salga Lisardo a Roberto,
y yo a ti.

ALBANO
Pues ansí queda.

REINA
No queda muy bien ansí,
3055
ni con tan sangrientas veras
se han de acabar los principios
de una burla tan discreta.

ROBERTO
No tratéis, señora, paces,
que haréis que el reino se pierda,
3060
pues me ha robado a mi hermana
Lisardo, en común afrenta
del Almirante, y mis deudos.

LISARDO
No es hurto el que se confiesa,
y deposita al juez.

ROBERTO
3065
¿Cómo si a tu casa misma
me la hiciste acompañar?

LISARDO
En apartándote della,
la truje a palacio, y tiene
el hurto de que te quejas,
3070
su Alteza, con mucho honor,
a quien pido que la vuelva,
pero casada, conmigo,
porque tu amistad merezca,
que por la cruz de mi espada
3075
que palabra descompuesta,
cuanto más obra, no ha sido
de su honor, ni el tuyo ofensa.

ROBERTO
Con esto estoy satisfecho,
manda que vayan por ella.

REINA
3080
Vayan luego por Dïana.

(Va ALBANO.)

RAMÓN
Entretanto, es bien que adviertas,
¡oh, generoso español!,
[...éa]
con el susto que he contado,
3085
y para que yo le tenga,
me da en los bancos de Flandes
esta libranza.

PRÍNCIPE
¿Es su letra?

RAMÓN
Sí, señor.

PRÍNCIPE
Pues yo la acepto,
que quiero pagar sus deudas.

RAMÓN
3090
Vivas mil años.

ALBANO
Aquí
viene Diana.

LISARDO
Y tan bella
como el sol.

DIANA
Dame tus pies,
para que de hoy más me tengas,
Rey mi señor, por tu esclava.

PRÍNCIPE
3095
Parece que en tu belleza
traes el ramo de paz,
que tantos pleitos concierta.
Ya es tu marido Lisardo,
y yo, con la Reina bella,
3100
tus padrinos.

DIANA
Tantas honras,
¿quién, sino vós, las hiciera?

PRÍNCIPE
Abrácense luego todos,
y en dulce correspondencia,
se aumente amor.

RAMÓN
Yo, señores,
3105
tengo de abrazar a Celia,
que estoy con ella casado,
porque en el mundo se entienda
que si no quieren guardarse
dueñas, doncellas y viejas,
3110
es imposible guardarse.

LISARDO
Y aquí acaba la comedia
del imposible mayor,
nadie a probarle se atreva.