Félix Lope de Vega y Carpio

LA BELLA AURORA




Texto utilizado para esta edición digital:
La bella Aurora. Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 1999. Edición digital a partir de: Menéndez Pelayo, Marcelino (ed.), Obras de Lope de Vega: XIV: comedias mitológicas y comedias históricas de asunto extranjero. Madrid, Atlas (BAE, CXC), 1966, pp. 186-238.
Marcación digital para Artelope:
  • López Jover, Ester (Artelope)

Personajes

CÉFALO
FABIO
PERSEO
ANTEO VILLANOS
JULIO
AURORA
UN GIGANTE
BELISA
FLORIS
ELISA
EL PRÍNCIPE DORISTEO
FELICIO

Acto I

Salen CÉFALO, de camino, y FLORIS.

CÉFALO
Redondilla
  Señora, fálteme Dios
si hallo cosa en esta ausencia
que pueda hacer resistencia
al mal de faltarme vos.
Redondilla
5
  Y es para el alma tan fuerte,
que su consideración
no tiene comparación
con el rigor de la muerte.
Redondilla
  Crece la tristeza mía
10
con tanta violencia, amor,
que en el temor y el dolor
mil veces muero en un día.
Redondilla
  Yo llevo, en fin, de los dos
mayor soledad agora,
15
que no estáis sola, señora,
acompañada de vos;
Redondilla
  que para comparación
de que en dolor me igualáis,
pues que vos con vos estáis,
20
mayores mis males son.
Redondilla
  Dad ventaja a mi memoria
de las penas que sentís,
porque donde vos vivís,
¿qué puede haber sino, gloria?
Redondilla
25
  Cesar la eterna armonía
de las esferas del cielo,
alma del sol, que en el suelo
cuanto vive engendra y cría:
Redondilla
  Hacer eterna amistad
30
los elementos, parece
decir que haceros merece
mi presencia soledad.
Redondilla
  No lo creáis, pensamiento;
máteme cuerdo el pesar,
35
y no sin seso el pensar
tan altos merecimientos.

FLORIS
Redondilla
  Si es cumplir la obligación
que a los discretos les dan
el ser marido y galán,
40
Céfalo, en esta ocasión,
Redondilla
  como ya propia mujer,
viéndoos burlar y partir,
pondré el cuidado, en sentir,
no le pondré en responder:
Redondilla
45
  y no diré el sentimiento,
si no es que celos me den
para responder también
vuestro mismo entendimiento.
Redondilla
  Que dicen que suelen ser,
50
con la fuerza del sentir,
tan discretos en decir
como necios en hacer.
Redondilla
  Sé que os vais, y que no es justo
que me obligue lo que os culpa,
55
porque no tiene disculpa
quien se parte por su gusto.
Redondilla
  Y así, no quiero admitir
lo que vos me podéis dar;
que quien lo pudo excusar,
60
¿cómo lo puede sentir?
Redondilla
  Y aunque galán presumáis
quererme satisfacer,
basta ser propia mujer
para que no lo sintáis.

CÉFALO
Redondilla
65
  Vos habéis, mi bien, caído
en yerro en que muchas dan,
que no puede amar galán
el que posee marido;
Redondilla
  porque la seguridad
70
no quita fuerza al amor,
que antes, en todo rigor,
aumenta la voluntad;
Redondilla
  ni sé qué pueda tener
de discreto ni de grave
75
el marido que no sabe
ser galán de su mujer.
Redondilla
  Que adonde hay entendimiento
y discurso de razón,
una justa posesión
80
no quita el merecimiento.
Redondilla
  Que me parto por mi gusto
niego, pues voy tan forzado
cuanto sé que causa he dado,
mi bien, a vuestro disgusto.
Redondilla
85
  No presumáis tan cruel
que mi amor en celos anda,
pues el Príncipe me manda
ir a esta caza con él.
Redondilla
  ¿Qué excusa pudiera dar
90
que me pudiera valer?
Que de la propia mujer
nunca se admite el pesar.
Redondilla
  Porque, fuera de perdelle,
quedáramos mal los dos
95
si dijera que por vos
dejaba de obedecelle.

FLORIS
Redondilla
  La disculpa no os faltara
si el gusto y la novedad
para dejar la ciudad,
100
a mis brazos no os forzara:
Redondilla
  mas no quiero daros pena,
que me voy pasando a dama,
cosa que la buena fama
en mujer propia condena.
Redondilla
105
  Y aunque al honor fuera impropia,
¡ay Dios, quién supiera hacer
que se pudiera perder
esto de ser mujer propia!

CÉFALO
Redondilla
  ¡Oh, qué donaire tan grande!
110
¡Oh, qué imposible tan nuevo!

(Salen FABIO y ELISA, criados.)

FABIO
Yo cumplo con lo que debo,
si no es que quedar me mande.

ELISA
Redondilla
  Bien te supieras quedar
si me tuvieras amor.

FABIO
115
No hay amor donde hay señor,
ni quedar donde hay mandar.

ELISA
Redondilla
  ¿Otros criados no había?

FABIO
No seas, Elisa, loca;
que hay criados de la boca,
120
que la sirven todo el día,
Redondilla
  que en dando todo señor
en llamar siempre un criado,
aquél es de su cuidado
inmortal ejecutor.

CÉFALO
Redondilla
125
  ¿Es Fabio?

FABIO
¿Qué es lo que quieres?

CÉFALO
¿Qué hay de partida?

FABIO
Que ya
todo apercibido está.

FLORIS
Fabio, cuidadoso eres.

FABIO
Redondilla
  Lo primero los rocines,
130
aunque boca abajo están,
relinchos por gracias dan
que al campo los encamines;
Redondilla
  el tuyo el bocado muerde
bañando el oro en espuma,
135
ya papagayo sin pluma
todo vestido de verde;
Redondilla
  porque sin las guarniciones,
verdes por partes distintas,
en crin y cola, mil cintas
140
sirven de plumas y alones;
Redondilla
  yo llevo aquel bayo a quien
cubre el enmaderamiento,
un pellejo macilento
por quien las tripas se ven.
Redondilla
145
  Si ves el rocín, señor,
pensarás que han puesto allí
un viejo guadamací
a un banco de un herrador.
Redondilla
  ¡Por Dios, que pienso que voy
150
sobre la envidia a esta caza!

CÉFALO
¿No vas con gusto?

FABIO
Mi plaza
a quien la quisiere doy.

CÉFALO
Redondilla
  El correrá.

FABIO
Poco o nada;
presto tus ojos lo vean,
155
sino es que los ciervos sean
hechos de paja y cebada.
Redondilla
  De perros nos va mejor,
galgos, sabuesos y bracos,
grandes, chicos, gordos, flacos,
160
que atados forman, señor,
Redondilla
  una capilla perruna
en esa puerta, que es cosa
insufrible.

CÉFALO
Dulce esposa,
yo voy corriendo fortuna
Redondilla
165
  en el mar de vuestros ojos;
no me aneguéis de esa suerte,
ni el sol que de ellos se vierte
eclipse nubes de enojos.
Redondilla
  Venid a verme partir
170
pues tan presto he de volver.

FLORIS
Temo que os he de perder,
porque me suele decir
Redondilla
  el alma muchas verdades.

CÉFALO
¿Perder por ir a cazar
175
a un monte? ¡Qué incierto mar
para apartar voluntades!
Redondilla
  Venid, que el Príncipe espera.

FLORIS
No me puedo consolar.

FABIO
Y ella no puede llorar.

ELISA
180
Llorar ¡oh Fabio! quisiera;
Redondilla
  pero tengo el corazón
encontrado con los ojos.

FABIO
Pues pescados sin remojos
secos, incomibles son;
Redondilla
185
  no llores si hay fe tan poca;
que llorar y no sentir,
es por los ojos mentir,
que suele ser por la boca.

(Salen el Príncipe de Tebas, DORISTEO, de caza, y PERSEO, privado suyo.)

DORISTEO
Lira
  Si sabes qué es amor, sabrás, Perseo,
190
que es siempre industrias todo.

PERSEO
No sé de amor el modo,
mas sé que amor es hijo del deseo,
y que para gozar lo que desea,
no hay imposible que difícil sea.

DORISTEO
Lira
195
  Adoro la divina prenda hermosa
de Céfalo dichoso,
imposible forzoso,
por ser, como lo es ya, su casta esposa:
hoy al campo le llevo
200
sin estimar lo que a mí mismo debo.
Lira
  No a quitarle la vida, porque fuera
quitársela a su esposa:
una industria amorosa
me enseña a que le deje en la ribera
205
del mar, o entre las selvas divertido,
para que vuelva a pretender su olvido;
Lira
  favor pido al amor, Céfalo ausente,
que ausencias suelen darle:
no con dejar de amarle,
210
con menos quiero yo que me contente:
hábleme sólo a mí, sólo merezca
mi amor, que sin amarme le agradezca.
Lira
  Dos ojos tiene el cielo: el verdadero
se llama el sol dorado;
215
con resplandor prestado
sale la luna; pues lo mismo quiero.
Quiera a Céfalo bien, ¡qué desvarío!
Y resplandor prestado será el mío.

PERSEO
Lira
  Si no supiera yo lo que es amarte,
220
divina Floris mía,
fuera vana porfía
sus experiencias presumir el arte;
el Príncipe te adora, y yo en secreto,
pero con esperanza a un mismo efeto.
Lira
225
  Mas ¿quién tan atrevida y locamente
al poder amoroso
querrá oponer celoso
su loco amor, si el Príncipe le siente?
Porque no sólo la lealtad debida,
230
que igual peligro correrá la vida.

DORISTEO
Lira
  ¿Murmuras de mi loco pensamiento,
o por ventura piensas
que igualará defensas
Floris a su amoroso atrevimiento?
235
Pues ten por cierto (aunque parezca loco)
que, a ser posible, le tuviera en poco.
Lira
  Armese Floris de desdén conmigo,
cubra el hermoso cielo
de cristalino hielo,
240
y los dioses me dan mayor castigo
que a quien hurtó su llama, que no puedo,
tener menos amor ni mayor miedo.

PERSEO
Lira
  Conmigo estás, señor, tan disculpado,
que de este pensamiento
245
a tu merecimiento,
si no te conociera, hubiera dado
aquel lugar que la naturaleza
puso en tu sangre por mayor grandeza.
Lira
  Ama a Floris divina, al campo lleva
250
a su engañado esposo;
que amor es poderoso,
y no es la industria en sus intentos nueva:
de los dioses que adoras en su templo,
los engaños de amor toman ejemplo.
Lira
255
  Coronados de flores, blanco Toro,
pasó la mar a Europa,
sin vela, o viento en popa,
Júpiter, que otra vez en lluvia de oro
transformado, gozó de Danae bella.

DORISTEO
260
Valed, engaños, mi amorosa estrella.

(Salen CÉFALO y FABIO.)

CÉFALO
Redondilla
  Déme, señor, Vuestra Alteza
los pies.

DORISTEO
¡Oh, Céfalo amigo!
¡Ay celos, de amor castigo!
¡Ay, soberana belleza!
Redondilla
265
  ¡Oh, qué gran favor me has hecho
en quererme acompañar!

CÉFALO
Esto es servirte, y mostrar
que amor me debe tu pecho.

DORISTEO
Redondilla
  El ser tan recién casado,
270
bien claro muestra que ha sido
haberme favorecido
y para siempre obligado.
Redondilla
  Quedará Floris muy triste.

CÉFALO
Es discreta, y vió que es justo
275
servirte, porque en tu gusto
todo el de los dos consiste;
Redondilla
  pero al fin, como mujer,
pagó el censo del amor
en lágrimas...

DORISTEO
¡Qué rigor!
280
¡Quién las mereciera ver!
Redondilla
  Pero lágrimas lloradas
por otro amor fuego fueran,
por más hermosas que hicieran
tus estrellas enojadas.
Redondilla
285
  Ahora bien, Céfalo, vamos;
que ya nos llaman ausentes,
las sombras entre las fuentes,
y la caza entre los ramos:
Redondilla
  que yo también dejo a quien
290
no siente mi ausencia menos;
volveremos de amor llenos,
y de despojos también.
Redondilla
  Tú para dar a tu esposa,
y yo a cierto desdén mío;
295
que mucha venganza fío
para la vuelta amorosa
Redondilla
  de esta ausencia, aunque ha de ser
más breve de lo que piensas.

CÉFALO
No hay para mi amor ofensas
300
como no darte a entender
Redondilla
  que aventurara por ti
mayor bien, si mayor fuera,
aunque mi esposa perdiera,
que es el mayor que hay en mí.
Redondilla
305
  A los montes que me llevas
y adonde Alcides bajó,
iré por servirte yo;
sólo quiero que me debas
Redondilla
  este amor, este deseo.

DORISTEO
310
¿Quién viene contigo?

CÉFALO
Fabio;
que en dejarle hiciera agravio
a su amor.

DORISTEO
Así lo creo.

FABIO
Redondilla
  Déme tu Alteza los pies.

DORISTEO
¿Traes, Fabio, aquestos días
315
aquel humor que solías?
que ha mucho que no me ves.

FABIO
Redondilla
  Señor, las cosas están
de forma, o fueron mejores,
que gastarán los humores,
320
y aun la vida gastarán.
Redondilla
  Perece el mundo, y no espero
que ha de haber otro segundo.

DORISTEO
¿Cómo ansí?

FABIO
Falta del mundo,
el alma, que es el dinero.
Redondilla
325
  No sé cómo pueda darte
de esta sentencia el sentido;
lo que estaba repartido,
está todo en una parte.
Redondilla
  No tiene la mocedad
330
las costumbres que solía;
la vejez niega y porfía
las señales, y la edad:
Redondilla
  esto no entra bien aquí;
de damas, el interés
335
se ha vuelto amor.

DORISTEO
Si ansí es,
bien andará para mí
Redondilla
  el mundo con sus mudanzas,
pues podré, Floris, con oro,
atrevido a tu decoro,
340
esforzar mis esperanzas.
Redondilla
  En fin es el interés
muy poderoso.

FABIO
Es de modo,
que es dueño y señor de todo.

DORISTEO
Muy justamente lo es;
Redondilla
345
  y a su ejemplo, esta cadena
te has de poner.

FABIO
Ya tenía
otra mayor, que es la mía,
de tus beneficios llena.

DORISTEO
Redondilla
  Fabio, Fabio, los criados
350
todos sois murmuración,
si por cualquiera ocasión
nos veis de dar descuidados.
Redondilla
  ¡Ay de los señores, Fabio!
Porque, en dejando de dar.
355
cosa no sabéis hablar
sin nuestra ofensa y agravio.

FABIO
Redondilla
  Si con aquesta pensión
esta cadena me dabas,
más intereses cobrabas
360
que sus principales son:
Redondilla
  lo que yo decir quería
no lo interpretaste bien,
porque el interés también
más altamente porfía:
Redondilla
365
  bien sé que dais, y que honráis,
y sé, pero no te enojes
que dais como los relojes,
que no sabéis lo que dais;
Redondilla
  dad a un cuerdo, a un noble, a un sabio
370
y daréis bien.

DORISTEO
Ahora bien,
yo quiero darte también
por esas tres cosas, Fabio.)
Redondilla
  Venme a hablar sin que te vea
Céfalo.

FABIO
Tu esclavo soy.
375
¿Qué es esto? Confuso estoy.
Algo el Príncipe desea.

(Vanse.)
(Salen la ninfa AURORA, y BELISA, con arcos, velos y baqueros.)

BELISA
Lira
  Amor menospreciado,
venganzas apercibe.

AURORA
De quien segura vive,
380
no se verá vengado;
que él deseos tira,
que no con arco y flechas, que es mentira
Lira
  pues esos reportados
con cuidados que velan,
385
cuando más se revelan,
¿cómo serán cuidados?
si el amor es deseo,
haced que el alma ignore lo que veo.

BELISA
Lira
  Pues cuando ven los ojos
390
lo que es digno de amarse,
¿Puede el alma ocultarse
para no darle enojos?
Mas ignoras con arte
que el alma está del todo en toda parte.
Lira
395
  Desengáñate, Aurora,
que el alma es la primera,
que lo que considera,
por los ojos adora;
sin consultarla, o casta, o amorosa.

AURORA
Lira
400
  Belisa, yo te digo
que, si ella se resiste,
que nunca la conquiste
pensamiento enemigo:
donde ella no consiente,
405
ni el gusto obliga, ni el sentido siente.
Lira
  La dulce compañía
de la casta Diana,
desde que la mañana
abre, la puerta al día,
410
hasta que se la cierra
la oscura hija de la helada tierra,
Lira
  es gloria, es alegría
de un casto y libre pecho,
que no ha pagado pecho
415
a humana compañía;
allá, por las ciudades
hay mujeres que entienden voluntades.
Lira
  Aquí, seguir las fieras
por selvas enramadas,
420
a veces avisadas
de las aves parleras,
es el mayor contento
que puede presumir el pensamiento.
Lira
  Ver bañar una siesta
425
a la bella Diana,
adonde planta humana
ni llega, ni molesta;
tan blanca y transparente,
que parece figura de la fuente;
Lira
430
  y de ninfas cercada,
como luna de estrellas,
celebra las más bellas,
después de ser de todas envidiada.
¡Qué diversa escultura
435
descubre sin el velo la hermosura!
Lira
  Es vida más contenta
por estas soledades,
que cuantas las ciudades
que el loco vulgo aumenta
440
dan al entendimiento;
que amor, ¿cuándo no fue pena y tormento?

(Salen dos villanos: JULIO y ANTEO.)

JULIO
Redondilla
  Todo queda apercibido;
no falta sino que venga.

ANTEO
Feliz monte cuando tenga
445
rey tan amado y querido,
Redondilla
  que le quiere de manera,
sin haber visto su cara,
que para que me matara,
quisiera volverme fiera.
Redondilla
450
  Dos veces esta mañana
salí a ver si viene ya.

JULIO
Quedo, que están por acá
dos Nínfolas de Diana.

ANTEO
Redondilla
  ¿Mirarélas?

JULIO
No sé, a fe;
455
dicen que vuelven cochinos
los hombres.

ANTEO
¡Qué desatinos!
No hacen mal, Julio.

JULIO
Pues ¿qué?

ANTEO
Redondilla
  Si las van a ver desnudas,
vuelven los hombres venados,
460
que por eso en nuestros prados
hay tantas seguras mudas;
Redondilla
  mas si los hombres no son
bachilleres y atrevidos,
los dejan con sus sentidos,
465
sin hacer transformación.

AURORA
Redondilla
  ¡Labradores!

ANTEO
¡Santo cielo!

AURORA
¿De qué andáis alborotados?

ANTEO
Nínfolas que en estos prados
habitáis en mortal velo,
Redondilla
470
  sabed que viene a cazar
hoy el Príncipe de Tebas.

AURORA
Pues, ¡tomad por esas nuevas!

JULIO
¡Ay, que nos quieren tirar!

ANTEO
Redondilla
  ¡Huye, Julio!

JULIO
¡Corre, Anteo!

ANTEO
475
¡Ah, borrachas!

BELISA
¡Cuáles van!

AURORA
¡Qué poco de verme dan
estos tebanos deseo!

BELISA
Redondilla
  El Príncipe es alabado
de hermoso.

AURORA
No hay igualdad
480
con la hermosa libertad
de un corazón descuidado.

BELISA
Redondilla
  Luego ¿no, le piensas ver?

AURORA
¿Yo ver hombres en mi vida?

BELISA
Desde aquí, Aurora, escondida,
485
¿en qué se puede ofender
Redondilla
  nuestra señora. Diana?
Mira que en este rüido
se conoce que han venido.

AURORA
A lo que tengo de humana
Redondilla
490
  piden los ojos su parte.
(Dentro.)
¡To, to! Por acá, Melampo.

BELISA
De gritos se vuelve el campo
sabrosa imagen de Marte.

(Salen CÉFALO y FABIO con venablos.)

CÉFALO
Redondilla
  ¡Qué notables espesuras!

FABIO
495
Nunca mayores las vi.

BELISA
Escondámonos aquí
para mirarlos seguras.

CÉFALO
Redondilla
  No ha tocado el sol más claro
sus arenas plateadas.

AURORA
500
Estas zarzas intrincadas
nos servirán de reparo.

(Escóndense.)

CÉFALO
Romance (tirada)
  ¿Dónde el Príncipe quedó?

FABIO
Siguiendo va por la selva
un jabalí que al de Adonis
505
imitaba en la fiereza.
Yo, en viéndole los colmillos,
hice broquel de una peña;
que todo animal que muerde,
es como veneno en flecha.
510
También hay en la ciudad
jabalíes que penetran
honras con dientes de envidia,
de los cuales no aprovecha
guardarse el más recatado;
515
mas como de aquéstas pueda,
es necedad arrogante.

CÉFALO
Son las domésticas fieras
las que dan más ocasión
a que los hombres las teman.
520
Las de esta selva son muchas:
temo que el Príncipe quiera
salir tan presto de aquí.

FABIO
Ten, señor, por cosa cierta
que saldrá presto si ama.

CÉFALO
525
Si él amara, no viniera
a los montes, en que olvidan
los que aborrecer desean.

FABIO
¿Qué sabes tú si hay agravio
que obligarle a olvidar pueda?
530
Pero no se aplican bien
a la caza estas materias.
Mira dónde has de pasar
el sol de esta ardiente siesta:
¿qué ladra el perro del cielo
535
a las vecinas estrellas?

CÉFALO
Esta fuente, Fabio amigo,
donde encajara un poeta
esto de planta sonora,
cristal vivo, voz de perlas,
540
a quien hacen verde toldo
los alisos que la cercan:
como laurel de su margen
y sombra de sus arenas,
con dulcísima harmonía
545
es cítara de estas selvas,
adonde a versos las aves
historias de amor alternan;
ello nos llama; no es bien,
cansados, buscar por ellas
550
más frescura que sus aguas,
más alfombra que su hierba:
ríndete aquí.

FABIO
¡Por Apolo,
que presumo que durmiera,
no digo al son desta fuente,
555
que parece que se queja,
pero en un trillo por cama,
y por algodón sus piedras.
Aquí mi venablo arrimo.

CÉFALO
Aura, mis ojos refresca.

FABIO
560
¿Quién es Aura?

CÉFALO
El viento manso
que por estas hojas suena.

(En echándose, salgan AURORA y BELISA.)

BELISA
¿Qué te parece?

AURORA
No he visto,
Belisa, mayor belleza:
¿es posible que son tales
565
todos los hombres de Tebas?

BELISA
Si del primero que has visto
te agradas desta manera,
¿para qué, de amor burlando,
mostrabas tanta aspereza?

AURORA
570
¿No has visto hablar de la mar
los que no han entrado en ella?
¿No has visto la valentía
de quien nunca vio la guerra?
Pues así yo blasonaba
575
de las hondas y armas fieras,
hasta que vi sus peligros
y conocí sus tormentas:
por cierto, el hombre es gallardo;
presumo que si le viera
580
la misma casta Diana...

BELISA
Tente, Aurora, no lo sepa.

AURORA
Ahora bien, voyme de aquí
antes que el hombre nos sienta;
pero no, vuelve; ¿qué importa
585
cuando nos hable y nos vea?
Pero ¿soy yo la que digo,
Belisa, cosas como éstas?

BELISA
Déjame mirar a mí
el que, con menos nobleza,
590
acompaña al que tú miras.

AURORA
Mírale presto, y no seas
causa que despierte acaso.

BELISA
¡Buena traza!

AURORA
Pues si es buena,
para él será lo mejor.
595
¡Huye!

BELISA
Vamos.

AURORA
Pero espera;
que, aunque es gran diosa Diana,
dicen que es más fuerte que ella
Venus, y que le ha mandado
que sus secretos no entienda
600
Júpiter, porque el amor
todas las cosas aumenta,
y no quiere que los dioses
puedan impedir que crezcan.
Volvamos a ver el hombre.

BELISA
605
Como pájaro, te enreda.
mientras más piensas que huyes,
la liga de su belleza.

AURORA
¿Cómo le podré yo hablar?

BELISA
No podrás si no despierta.

AURORA
610
Pues ¿cómo haremos rüido?

BELISA
Finjamos algunas quejas.

AURORA
¡Ay, qué terrible león!
¡Valedme Venus, Minerva,
Palas!

BELISA
¡No hay quién nos socorra!

CÉFALO
615
Fabio, ¿qué voces son éstas?

FABIO
Toma, señor, tu venablo.

AURORA
¡Por Marte que nos defiendas,
mancebo, en tus fuertes brazos
de la furia de esta fiera!

CÉFALO
620
¿Por dónde va?

AURORA
¿Qué virtud
tienes, señor, contra ellas,
que en viéndote huyó?

FABIO
Las ramas
por aquella parte suenan.

AURORA
¡Yo me desmayo!

CÉFALO
¡Hola, Fabio!
625
¡Agua!

FABIO
De allí se despeña
una ninfa de cristal.

CÉFALO
Señora, ¿tanta flaqueza,
siendo de estas selvas ninfa,
siendo cielo de esta tierra?

AURORA
630
Ya estoy en mí.

FABIO
Pues el agua
algún ninfo se la beba;
que en las selvas es el vino
elemento de más fuerza.

CÉFALO
Vos os desmayáis de ver
635
las fieras; mayor flaqueza
es el desmayarse un hombre
mirando las rosas bellas.

AURORA
¿Quién sois, señor?

CÉFALO
He venido
con el Príncipe de Tebas
640
a estos bosques a cazar;
perdíme esta ardiente siesta
de los demás caballeros.

AURORA
Vuestro disgusto me pesa;
pero porque este favor
645
(aunque para tanta deuda,
si bien con gran voluntad,
será la paga pequeña)
agradecer pueda en algo,
venid donde daros pueda
650
en que podáis descansar.

CÉFALO
Transformándome en estrella,
fuera a gozar de ese cielo;
mas, ¿cómo tanta bajeza
ocupará tal lugar?

AURORA
655
Esa humildad fuera buena
en otros merecimientos,
mas no en la nobleza vuestra,
que bien se ve en vuestro rostro.
Detrás de aquesta arboleda,
660
adonde están más casados
los álamos y las yedras,
yace un palacio en que vive,
a cuya vistosa puerta
forman linteles y jambas
665
las enramadas cabezas
de ciervos de aquestos montes,
y las forcejudas testas
de jabalíes y osos;
porque sirve su fiereza
670
de rústica arquitectura.
Vamos; estaréis en ella
hasta que decline el sol
y el Occidente se vea
vestido de azules nubes.

CÉFALO
675
Ya es fuerza que os obedezca,
porque, como a las deidades
que estas montañas respetan,
os tengo en veneración.

AURORA
Yo agradezco la obediencia.
680
¿El nombre?

CÉFALO
Céfalo es;
¿y el vuestro?

AURORA
No tengan
más bella aurora mis ojos
siempre que el cielo amanezca.

FABIO
¿Y yo tengo de ir allá?

BELISA
685
Pues ¿no ve que si se queda
le harán aquí mil pedazos
de aqueste monte las fieras,
y que hay en estos sagrados
bosques figuras diversas
690
de sátiros y de faunos?

FABIO
¡Por Dios, mala gente es esa!

BELISA
¿Cómo es su nombre?

FABIO
Mi nombre
por una parte comienza
de la música.

BELISA
¿Es el ut?

FABIO
695
No es el ut.

BELISA
¿El re?

FABIO
No acierta.

BELISA
Apostaré que es el mi.

FABIO
Pase adelante dos letras.

BELISA
¿Es el fa?

FABIO
Fabio me llamo.

BELISA
Humor gastas.

FABIO
Bien quisiera:
700
¿cómo se llama?

BELISA
Belisa
porque no se desvanezca.

FABIO
¿Belisa de golpe?

BELISA
Sí.
Y sígame, por que tenga
menos calor, hasta tanto
705
que el sol antípoda sea.

FABIO
Pienso que vamos vendidos;
que nunca los hombres llevan
más peligro que tratando
con mujeres bachilleras.

(Salen el PRÍNCIPE DORISTEO y PERSEO, de noche.)

DORISTEO
Octava real
710
  Noche de amor, amparo, norte y guía,
secretaria de todos sus secretos,
muda enemiga del parlero día,
madre de pensamientos y concetos;
de celos y de honor secreta espía,
715
indiferente a necios y a discretos;
en fin, noche que callas cuando mira
el cielo con más ojos tu mentira.
Octava real
  Mientras que la verdad de la mañana
descubre engaños, y en el campo flores,
720
y en estrados de raso azul y grana
sale a juzgar el sol causas mayores,
permite que en otra alba soberana
sin celos amanezcan mis amores;
pues no le faltará blando rocío,
725
quinta esencia de amor, al fuego mío.
Octava real
  Dejo los montes, y dejando en ellos
también mis celos, vengo a ver tus puertas,
hermosa Floris, que a tus ojos bellos
traigo una vida entre esperanzas muertas
730
recoge, si salieres, tus cabellos,
si tanto amor los mereciere abiertos;
que si piensa la noche que es el día,
en Tebas se sabrá la pasión mía.

PERSEO
Octava real
  Si tuviera tu amor, y si tuviera,
735
Príncipe, tu poder, yo me arrojara
donde la fuerza más lugar mediera,
y de penas injustas me excusara;
Júpiter por ejemplo me sirviera,
y en lluvia de oro por la torre entrara;
740
que por su gusto un Príncipe mancebo,
¿por qué no puede ser Júpiter nuevo?
Octava real
  Ven con armas aquí, rompe, derriba,
pues ya en el campo su marido ausente,
ninguna cosa de gozar te priva
745
la hermosura de Floris.

DORISTEO
Necio, tente,
y nunca amor permita que se escriba
de un hombre como yo que fui insolente;
porque los altos poderosos dueños,
el espejo han de ser de los pequeños:
Octava real
750
  pues ¿cuál entendimiento enamorado
brazos buscó sin ser correspondido?
¿A quién pudo mover un rostro airado,
de forzadas colores encendido?
Quieren gustos de amor un mismo agrado,
755
un mismo sentimiento consentido;
porque en disgustos pretender contentos,
es tañer, sin templar, dos instrumentos:
Octava real
  llama, Perseo, y déjame que intente
el olvido primero de su esposo.

PERSEO
760
Ya he llamado, y responden tibiamente.

DORISTEO
Llama con voces de mi amor celoso.

(ELISA en alto.)

ELISA
¿Quién llama a tales horas?

DORISTEO
Ya el Oriente
abrió la puerta a Febo luminoso;
di, Elisa, que es el Príncipe de Tebas,
765
bien triste de traer tan tristes nuevas.

(FLORIS en alto.)

FLORIS
Octava real
  ¿Qué es esto, gran señor?

DORISTEO
Mandad, señora,
que abran la puerta.

FLORIS
No será posible
Céfalo ausente.

DORISTEO
Bien podéis agora;
yo soy quien soy.

FLORIS
Yo soy un imposible.

DORISTEO
770
La cortesía que valor desdora,
¿dónde vive el honor tan invencible?

FLORIS
¿Qué me podéis querer mi dueño ausente?

DORISTEO
¿Téngolo de decir públicamente?

FLORIS
Octava real
  Pues cosa que no puede ser tan clara
775
yo no la escucharé.

DORISTEO
¡Brava aspereza!
¿Pensáis que os tengo amor?

FLORIS
¿Quién tal pensara?

DORISTEO
Bien pudiera por vos tanta belleza.

FLORIS
Los criados no es gente que repara
en la seguridad ni en la nobleza;
780
los que saben que son siempre testigos,
los llaman los primeros enemigos;
Octava real
  pero ¿que puede ser que no se pueda
decir menos que abriendo a tales horas?

DORISTEO
Quisiera yo, pues a mi cuenta queda,
785
darte consuelos de dolor que ignoras:
tu gran lealtad mañana me conceda,
si aquesta noche tu marido lloras,
que te venga a decir de qué manera
murió en el monte a manos de una fiera.

FLORIS
Octava real
790
  ¡Ay! mísera de mí, no me engañaba
el alma en tanto mal!

PERSEO
Quitóse, o creo
que cayó de la reja donde estaba;
pero ¿qué es lo que intenta tu deseo?

DORISTEO
Que le olvide no más.

PERSEO
¿Y si no acaba
795
de olvidarle jamás?

DORISTEO
Mira, Perseo:
si un vivo ausente lo que ves padece,
el que no ha de volver, ¿qué se merece?

PERSEO
Octava real
  Pues, ¿él no volverá?

DORISTEO
No, que yo tengo
ordenado a Tancredo y a Lidoro
800
que le detenga, sin decir que vengo
a la ciudad y a ver el sol que adoro.
iré y vendré, si a Céfalo entretengo,
guardando a su nobleza igual decoro.

PERSEO
Terribles voces dan.

DORISTEO
Ven, no me espanto;
805
la nueva es falsa y verdadero el llanto.

(Salen FABIO y BELISA.)

FABIO
Quintilla
  Si algún amor me has debido,
que más es que algún amor,
di, ¿qué laberinto ha sido
este de tanto rigor,
810
Belisa, en que estoy metido?
Quintilla
  ¿En qué palacio encantado.
si bien es tan regalado,
mi señor y yo vivimos,
si por una hora venimos
815
y un siglo habemos estado?

BELISA
Quintilla
  ¿Un siglo te ha parecido?

FABIO
Con las cosas que aquí veo
estoy tan desvanecido,
que he pensado, y aun lo creo,
820
que há mil que habemos venido.
Quintilla
  Todo es salas y aposentos,
dorados los pavimentos,
y los techos de cristal,
con pintura celestial
825
en paredes y cimientos;
Quintilla
  todo es camas de labores
extrañas, ricos estrados,
donde parecen, con flores
varias, pedazos de prados
830
las alfombras de colores:
Quintilla
  todo es jardines y fuentes,
cuyas sonoras corrientes
caminan sendas de arena,
con larga espaciosa vena,
835
por mil cuadros diferentes.
Quintilla
  Y componen sus labores
flores de tales colores
y con tanta actividad,
que parece que es verdad
840
que hay elemento de flores,
Quintilla
  tanta flor, tanta violeta,
cristales y oro verás,
plata y perla tan perfeta,
que no es posible haber más
845
en la frente de un poeta.
Quintilla
  ¿Qué es esto, Belisa?

BELISA
Fabio,
el tebano, tu señor,
es gallardo, es fuerte, es sabio;
los que merecen amor,
850
también merecen agravio.
Quintilla
  Nunca verás hombre feo,
necio e indigno, querido;
el ser tal movió el deseo
de Aurora; la Aurora ha sido
855
digna de su hermoso empleo.
Quintilla
  El palacio es del Aurora,
ninfa que el sol enamora
y que, amándola, porfía
a seguirla cada día,
860
y con sus rayos la dora
Quintilla
  Ella, aunque cada mañana
lo espera en camas de grana,
de diamantes y zafiros,
da por Céfalo suspiros,
865
aunque es hermosura humana.
Quintilla
  ¿Ves las perlas y el cristal
que llueve el cielo al Aurora?
Pues es, con ser desigual,
que por su Céfalo llora
870
y que a su sol quiere mal.
Quintilla
  Ella le tiene encantado
y de la caza olvidado,
dándole favor Diana.

FABIO
Si Diana fue liviana,
875
el mundo vive engañado;
Quintilla
  casta por nombre tenía,
aunque cierto tropezón
me dicen que tuvo un día
con aquel Endimión
880
que en sus menguantes dormía.
Quintilla
  ¡Oh, cuántas, con ser tan diosas,
tienen flaquezas humanas!

BELISA
Fabio, en todas estas cosas
calla; que las lenguas vanas
885
nunca fueron provechosas.
Quintilla
  Mira que es santo el callar
y que, en llegando a contar
a tu dueño lo que digo.
te ha de venir el castigo
890
en este mismo lugar.

FABIO
Quintilla
  Temblando estoy; no he topado,
Belisa mía, en los días
que en este palacio he estado,
sino sátiras y arpías
895
que en su lengua me han hablado.
Quintilla
  No sé por dónde me trujo
a este monte mi fortuna;
que si a tratar me redujo,
Belisa, gente cabruna,
900
yo he de salir mono o brujo.

BELISA
Quintilla
  Calla; mira que el hablar
llaman veneno los sabios,
que a muchos suele matar.

FABIO
Yo me coseré los labios;
905
pero déjame quejar.

(Salen CÉFALO y AURORA.)

AURORA
Romance (tirada)
  No me puedo detener,
Diana a llamar me envía.

CÉFALO
No es posible que me quieras,
pues ausentarte porfías.
910
Ya que de mi propio ser,
hermosa Aurora, me olvidas,
no me dejes; que de celos,
la vida, el gusto me quitas.
¿Antes que el cielo amanezca
915
de mi lado te desvías?
¿Dónde, Aurora, te levantas?
¿Cómo, señora, no miras
que el mayor gusto de un hombre
que adora mujer o amiga,
920
es, en abriendo los ojos,
decirle: «Amor, buenos días»;
mirar cómo abre los suyos,
y le mira, vuelta en risa
la bella boca, y le dice:
925
«Buenos los tengas, mi vida»
Tú, con irte de mis brazos,
de tan alto bien me privas;
¿dónde vas tantas mañanas
destocada y mal vestida?
930
Vuelvo a verte, y no te hallo;
lloro de amor y de envidia
del dichoso que te lleva.

AURORA
¡Que engañada celosía!
¿No ves que, si me estuviese
935
entre tus brazos dormida,
siendo el Aurora, que el sol
a la tierra no saldría?
Yo voy por él, y a correr
de su cama las cortinas,
940
para que el mundo amanezca,
que ¡por tu vida y la mía!
que las perlas, que las flores,
beben cuando ya se libran
de la prisión de la noche,
945
en que estuvieron marchitas;
son lágrimas que me debes.

FABIO
¡Qué mal hace quien camina!
pobre sol, que con ser sol,
sólo porque cada día
950
anda en estas ocasiones,
cervales rayos le crían.

AURORA
Déjame, mi bien, pues sabes
la verdad; que con más prisa
que voy volveré a tus brazos.

CÉFALO
955
Parte, y déjame sin vida.

AURORA
Ven, Belisa, que ha media hora
que la noche fugitiva
se atreve al sol por mi causa.

BELISA
Siguiéndote voy.

AURORA
Camina.

CÉFALO
960
¿Qué es esto, Fabio?

FABIO
Ay, señor!
Desdichas tuyas y mías;
aquí estamos encantados.

CÉFALO
¿Qué dices?

FABIO
Pues ¿no imaginas
que te han quitado el amor
965
de tu esposa y tu familia?

CÉFALO
¿De qué lo sabes?

FABIO
Aquí
me lo ha contado Belisa.

CÉFALO
Encantado estoy.

FABIO
Señor,
advierte que Aurora es ninfa
970
de Diana, y le ha pedido
favor.

CÉFALO
Todo eso es mentira,
porque la casta Diana
no trae en su compañía
ninfas que con hombres duerman.

FABIO
975
Si a Diana llaman trina,
será casta cuando es luna;
la luna es húmeda y cría,
mas en la tierra es Diana,
y en el centro Proserpina:
980
tales vemos las mujeres,
que por la nobleza altivas,
en la condición son flacas.

CÉFALO
Pues déjame que la siga,
pues he de ver si el sol sale
985
como ella dice.

(Vase CÉFALO.)

FABIO
No pidas
desengaños a los celos,
que ejecutan más que fían;
él va mirando las nubes,
que es natural fantasía
990
de hombre que ama. ¿Qué es aquesto?
Abrió la tierra una mina;
parece que pare un hombre.
(Toquen una caja.)
Con los dolores suspira:
¡muerto soy! ¡Qué gran gigante!

(Salga un GIGANTE por un hueco del teatro.)

GIGANTE
995
Hombre que en Tebas habitas,
¿sabes dónde estás?

FABIO
Señor,
no ha mucho que lo, sabía;
ya he perdido la memoria.

GIGANTE
Cuando a un parlero le avisan
1000
de que no diga un secreto
y la palabra le obliga,
¿qué espera el tal hablador,
y más cuando es la ofendida
persona tan principal?

FABIO
1005
Señor, si en toda mi vida
dijere cosa que vea,
aun de personas indignas,
que me entierren donde estás;
súbase la tiranía
1010
adonde le diere gusto;
ande el poder homicida
quitando vidas sin causa;
las letras desnudas vivan;
pida por Dios el ingenio,
1015
y la necedad se vista
telas de Persia, y esconda
el oro de las dos Indias;
haya estrellas en la arena,
y cardos en donde habitan
1020
los dioses; el más cobarde
se asiente en la esfera quinta,
y el más valiente a sus pies;
hable la lisonja y sirva;
den palos a la verdad
1025
y premios a la mentira;
pueda el que tiene dineros,
y el que no, pueda desdichas;
que no hablaré más palabra.

GIGANTE
Jura en el cetro que miras
1030
del gran dios Demogorgón.

FABIO
Señor Gorgón, si en mi vida
dijere cosa que vea,
hagan los dioses salchichas
de este cuerpo desdichado.

GIGANTE
1035
Tú verás si te castigan.

(Métase por donde salió.)

FABIO
¡Lo que ha menester saber
un hombre para que viva!
Finalmente, no hay que hablar
si se cae el cielo encima:
1040
el que es discreto, silencio,
y ande lo de abajo arriba;
que si muere en pie el conejo,
es no más de porque chilla.


Acto II

Salen el PRÍNCIPE DORISTEO y PERSEO.

DORISTEO
Octava real
  Notables cosas hace la fortuna,
1045
si a la fortuna se ha de dar la causa.

PERSEO
La nueva fue fingida, y vez alguna
pronostica verdad.

DORISTEO
¿De qué se causa?

PERSEO
Si el alma con avisos importuna,
y no le ponen accidentes pausa,
1050
por lo que participa de divina,
a pretender remedio el dueño inclina.

DORISTEO
Octava real
  Dije a la bella Floris que quedaba
su esposo muerto a manos de una fiera
cuando con más salud solicitaba
1055
la caza por el monte y la ribera;
y aunque mi amor (fingiendo) la engañaba,
la mentira salió tan verdadera
que ha un año y más que Céfalo, perdido,
pasó las aguas del eterno olvido.
Octava real
1060
  Mas otro tanto tiempo mi esperanza
padece su crueldad, sin ser posible
entrar en su firmeza la mudanza.
¡Oh, gran lealtad, mas condición terrible!
¡Qué falsa fue, Perseo, mi esperanza!
1065
Porque dura montaña inaccesible,
del peñasco de Sísifo cargado,
llevo en los hombros mi mortal cuidado.
Octava real
  Sale la noche y cubre los mortales
de sueño y de temor, y yo despierto
1070
a idolatrar de Floris los umbrales,
y parezco dormido en estar muerto.
Sale de los palacios orientales
la fresca Aurora, envuelta en velo incierto,
y hallándome a su puerta, al sol avisa
1075
que para ver mi amor se dé más prisa.
Octava real
  Sale el dorado sol; no sale a verme,
sino para que venga a retirarme
de acción tan loca; en tanto Floris duerme
descuidada de verme y remediarme.
1080
¿De qué esperanzas puedo yo valerme,
o qué mayor crueldad desengañarme?
Yo, en tanta confusión, morir me veo
si no muere primero mi deseo.

PERSEO
Octava real
  Tratemos, si a tu Alteza le parece,
1085
casar a Floris.

DORISTEO
Si a un marido muerto
guarda la fe que a su memoria ofrece,
con el vivo su amor será más cierto.

PERSEO
Si el marido, señor, su fe merece,
será sin duda pensamiento incierto;
1090
pero siendo el marido de tu mano,
no podrá ser tu pensamiento vano.

DORISTEO
Octava real
  Luego ¿ha de ser fingido el casamiento?

PERSEO
Y de manera que la noche propia
ocupes su lugar.

DORISTEO
Sabrá mi intento,
1095
y para mi opinión es cosa impropia.

PERSEO
Yo quiero, pues te he dado el pensamiento
de alguna historia verdadera copia,
ser su fingido esposo.

DORISTEO
Agora veo
tu fe, tu amor y tu lealtad, Perseo.
Octava real
1100
  Ejecuta la industria más discreta
que ha visto el ciego amor, y reina luego;
que no hay otra esperanza que prometa
fin a mis penas y a mi amor sosiego.

PERSEO
¿Llamo?

DORISTEO
Bien puedes.

PERSEO
Si la boda aceta
1105
la bella Floris, en amor tan ciego
no espere Doristeo de este engaño
hallar provecho, porque soy su daño.

(Salen FLORIS y ELISA.)

ELISA
Redondilla
  A mucho, Floris, te atreves.

FLORIS
No puedo ser descortés.

DORISTEO
1110
Ya mueve en los blancos pies
dos cristales y dos nieves.

PERSEO
Redondilla
  Siempre los que amáis pensáis
desatinos semejantes.

DORISTEO
En estrellas de diamantes
1115
de a cinco rayos andáis.

PERSEO
Redondilla
  ¡Que esto no entienda mi amor,
enfermo del mismo mal!

DORISTEO
Hermosura celestial,
de hablaros tengo temor.

FLORIS
Redondilla
1120
  No le tenga Vuestra Alteza
de quien a sus pies está.

DORISTEO
Quedo, que se correrá
la misma naturaleza;
Redondilla
  no os hizo a vos, para ser
1125
humilde a ninguna cosa,
mortal; antes como a diosa
os tengo de obedecer.
Redondilla
  Días ha que no salís,
días ha que nadie os ve;
1130
ya, Floris, pasó, ya fue
lo que lloráis y sentís.
Redondilla
  Tiempo es ya de descansar
de penas que no agradecen
los muertos, ni las merecen,
1135
pues no las han de pagar.
Redondilla
  Diréis que aboga por mí
mi amoroso pensamiento;
ya, Floris, es otro intento
con el que he venido aquí.
Redondilla
1140
  Que, viendo vuestra firmeza,
mudé amor por no querer
contra violencia vencer
tan desdeñosa belleza;
Redondilla
  y ya sólo vive en mí
1145
la opinión de vuestro honor;
que si la ofendió mi amor,
no se ha de quedar ansí.
Redondilla
  ¡Vive Júpiter sagrado
que os he de restituir
1150
cuanto se puede mentir
de un poderoso cuidado!
Redondilla
  Yo os he casado; mirad
si deseo vuestro honor;
Perseo os tenía amor
1155
por gusto de mi amistad:
Redondilla
  bien os empleáis en él;
yo quiero ser el padrino.

FLORIS
Por cierto que os imagino
cruel conmigo y con él:
Redondilla
1160
  conmigo, pues intentáis
quitarme tan justa pena;
y con él, pues de amor llena
el alma, a otro amor me dais.
Redondilla
  Porque si habéis intentado
1165
quitarme a un amigo esposo,
¿qué habéis de hacer, poderoso,
sino quitarme a un criado?
Redondilla
  ¿Es éste acaso el intento
con que habéis venido aquí?
1170
¿Concertáis los dos ansí
este injusto casamiento?
Redondilla
  Pues cuando fuérades vos,
que no digo yo Perseo,
os igualara el deseo,
1175
y el mismo amor de los dos.
Redondilla
  Yo fui de Céfalo; yo
soy de Céfalo, y seré
de Céfalo, que esta fe
no murió cuando él murió.
Redondilla
1180
  Ella vive, y vive en mí
Céfalo, ni ha de tener
otro dueño a quien querer
alma que una vez rendí.
Redondilla
  No soy yo de las mujeres
1185
que piensan más de una vez,
y vos mismo sois jüez
en amorosos placeres.
Redondilla
  Aquella que allí pasó,
pasa en la memoria en mí;
1190
si a Céfalo dije sí,
diré a todo el mundo no.

DORISTEO
Redondilla
  Floris, no es esto lealtad,
mas causa engendra este efeto;
¡por mi vida, que hay secreto
1195
que engaña con la verdad!
Redondilla
  Y perdonad que, cansado
de tan necia resistencia,
no remito a vuestra ausencia
lo que de vos he pensado.
Redondilla
1200
  Aquí hay oculta persona
que en secreto os entretiene;
yo sabré por dónde viene,
quién le ayuda y quién le abona,
Redondilla
  aunque, si acaso es criado,
1205
tendrá más dificultad.

FLORIS
Respetar la majestad
a escucharos me ha obligado;
Redondilla
  pero ¡quién pensar pudiera
que, contra mi honestidad,
1210
tan injusta libertad
en vuestro valor cupiera!
Redondilla
  En viendo que una mujer
se conserva sola y casta,
y que el interés no basta
1215
para poderla vencer,
Redondilla
  luego decís que hay secreto
de criado o de galán,
o que por ventura están
con miedo de algún defeto.
Redondilla
1220
  Decís que por encubrir
faltas secretas son buenas,
por ver si con estas penas
se quisiesen descubrir.
Redondilla
  Cansadas tretas, ¡por Dios!,
1225
para probar la firmeza,
e indignas de la nobleza
de un Príncipe como vos.
Redondilla
  Y para no proceder
adelante en enojaros,
1230
porque quiero perdonaros
y no me quiero ofender,
Redondilla
  dadme licencia...

DORISTEO
Esperad.

FLORIS
No puedo escuchar agravios;
demás que los reyes sabios
1235
siempre honraron la verdad.

(Vase.)

DORISTEO
Redondilla
  Oye, Elisa.

ELISA
Yo, ¿qué puedo?

DORISTEO
Dile a esa cruel que soy
el Príncipe, y di que estoy
tal que a mí me tengo miedo.

ELISA
Redondilla
1240
  Vos haréis como señor,
estimando la lealtad
de esta mujer.

(Vase.)

DORISTEO
Perdonad,
obligaciones de honor,
Redondilla
  que voy a hacer desatinos.

PERSEO
1245
¡Terrible crueldad!

DORISTEO
De suerte
que solicita mi muerte
su honor con rayos divinos;
Redondilla
  mas yo he de hacer, o perderme,
que antes que ella pueda hacer
1250
que me canse de querer,
se canse de aborrecerme.

(Salen CÉFALO y FABIO.)

CÉFALO
Redondilla
  ¿Qué dices, Fabio? ¿Es posible
que ha un año que estoy aquí?

FABIO
Digo mil veces que sí.

CÉFALO
1255
Fabio, parece imposible.

FABIO
Redondilla
  Dos veces en el Carnero
que pinta la astrología
he visto el sol desde el día
que aquí llegamos.

CÉFALO
¿Qué espero,
Redondilla
1260
  sino que eterna prisión
sepulte, Fabio, mis años?

FABIO
La causa de estos engaños
amores y hechizos son.

CÉFALO
Redondilla
  ¿Aurora hechicera?

FABIO
Sí.

CÉFALO
1265
Pues tan hermosa, ¿se vale
de otras cosas?

FABIO
No te sale
del alma el amor a ti.
Redondilla
  Y cuando alguna mujer
que pagan su amor no alcanza,
1270
o por gusto, o por venganza,
de esto se suele valer;
Redondilla
  si suspiras, si estás triste,
¿qué te espanta?

CÉFALO
¿Cómo puedo
dejar de sentir, si quedo
1275
sin el cielo en que me viste?

FABIO
Redondilla
  No me atrevo muchas veces,
Céfalo, a desengañarte;
que tengo para avisarte
muchos ojos por jüeces.
Redondilla
1280
  La noche que te advertí
de cosas que no sabías,
y falté más de seis días,
¿adónde piensas que fui?

CÉFALO
Redondilla
  ¿Dónde estuviste?

FABIO
No sé
1285
si era monte o si era prado;
que en jumento transformado,
de hierbas me sustenté.
Redondilla
  No sabía la ocasión,
y un día una fuente clara
1290
me mostró la indigna cara
de un animal de razón.
Redondilla
  Y aunque me vi, ni por sueños
del agua me enamoré,
puesto, Céfalo, que sé
1295
que hay Narcisos borriqueños.
Redondilla
  Acordéme de que había
algunos hombres ansí,
que enamorados de sí,
se miraban cada día.
Redondilla
1300
  Cuando vi las dos orejas
y aquella nariz bestial,
el hocico desigual,
hundidos ojos y cejas,
Redondilla
  saqué del alma dos graves
1305
suspiros; mas tales fueron,
que como de un trueno huyeron
de todo el bosque las aves.
Redondilla
  En fin, con el negro hocico
la clara fuente enturbié,
1310
pues causa de verme fue
en figura de borrico.
Redondilla
  Y fui diciendo entre mí:
«Quien se ve de esta manera,
¿cómo es posible que quiera
1315
enamorarse de sí?»

(Entran BELISA y AURORA.)

AURORA
Redondilla
  Con este disgusto vivo.

BELISA
¿Tan triste Céfalo está?

AURORA
Tanto, Belisa, que ya
de mi propio amor me privo.

BELISA
Redondilla
1320
  ¿De qué nace su tristeza?

AURORA
De algún amor que ha dejado.

BELISA
¿En un año no ha borrado
cualquier amor tu belleza?
Redondilla
  ¡Hombre firme!

AURORA
En esta fuente
1325
dos rayas quisiera hacer:
una, de que haya mujer
que quiera tan neciamente.
Redondilla
  Y otra, de que al fin de un año,
con una mujer hermosa,
1330
se le acuerde de otra cosa
a un hombre firme en su engaño.

CÉFALO
Redondilla
  ¿Cómo nos podremos ir
sin que lo supiese Aurora?

FABIO
Es tan gran madrugadora,
1335
que nos ha de ver huir.
Redondilla
  Temo estas selvas, que están
llenas de sombras y miedos,
de laberintos y enredos,
y de respuestas que dan.
Redondilla
1340
  Allí asoma un elefante,
allí una mona, allí un oso.
salta un sátiro peloso,
y un fauno medio gigante.
Romance (tirada)
  No sé qué habemos de hacer.

AURORA
1345
Céfalo mío, ¿qué es esto?

CÉFALO
¡Oh bella Aurora! ¡Oh mi bien!
Cortina hermosa del cielo,
primero estrado del sol,
arco de su luz primero,
1350
peine de marfil, con quien
compone el rubio cabello.
No en vano los verdes prados
de improviso florecieron,
perlas bordaron las aguas
1355
de estos limpios arroyuelos.
No en vano las libres aves
iban alternando versos
de sauce en sauce, de flor
en flor, con tan dulces ecos.
1360
¿Cómo te has tardado tanto
con el sol? ¡Muero de celos!
¿Qué te ha dicho de los hombres
a nuestras plantas opuestos?
Ya me mataba de verte
1365
aquel ardiente deseo
con que te adoró mi vida.

AURORA
Pon a tu lengua silencio,
tebano infame, y advierte
que las deidades sabemos,
1370
no sólo vuestros engaños,
vuestros mismos pensamientos.
¿Qué mujer en hombre fía
si sé que te vas huyendo,
si ese día que lo intentas
1375
me dices falsos requiebros?
Dime toda la verdad;
que por fuerza no te quiero
si fueras el mismo Apolo.

CÉFALO
Aurora, tu ofensa temo;
1380
no te espantes que los hombres
aquellas prendas amemos
que nos dieron igualmente
en matrimonio los cielos.
Señora, yo soy casado
1385
en Tebas, y te prometo
que es digna Floris, mi esposa,
del grande amor que la tengo;
junto los dos nos criamos,
y amor de suerte en dos pechos,
1390
que vino a ser una el alma
y uno mismo el pensamiento.
Era yo recién casado,
y de los brazos el tiempo
tan poco, que aún no llegamos
1395
a perdernos el respeto.
Dábale a Júpiter gracias
de ver, en amaneciendo,
a mi lado abrir los ojos
ángel tan hermoso y bello,
1400
una imagen de marfil,
una tan perfecta Venus,
que me mataba la envidia,
si supiera mis secretos,
cuando el Príncipe de Tebas,
1405
cuando el galán Doristeo,
me manda que le acompañe
a esta caza, en que durmiendo
me viste, divina Aurora,
y donde ha un año que duermo;
1410
que no puede tanto olvido
ser menos que eterno sueño.
Dióme de mi loco engaño
aviso Fabio.

FABIO
¿Qué has hecho,
qué has dicho?

CÉFALO
Y fui poco a poco
1415
mi desdicha conociendo.

FABIO
Hoy me matan, hoy me chupan
brujos, jimios y camellos;
ya no saldremos de aquí.

CÉFALO
Con esto, Aurora, muriendo
1420
de celos de la hermosura
de Floris, no estoy contento
con tus regalos y gustos;
que si hay honor de por medio,
no creas que hay hombre alegre
1425
con cuanto bien tiene el suelo.
Es sola, es moza, es hermosa:
tiene gallardos mancebos
Tebas, y tan atrevidos,
que a nadie guardan respeto.
1430
Pero aunque me mate aquí
mi celoso pensamiento,
la obligación de mi honor,
y el ansia de mis deseos,
no saldré de aquesta selva
1435
ni de tu obediencia, haciendo,
de servirte y adorarte,
de nuevo mil juramentos;
porque viendo...

AURORA
No prosigas.

CÉFALO
Señora...

AURORA
Basta, no quiero
1440
tus palabras ni tus obras.
Ya, Céfalo, te aborrezco;
porque no hay mujer tan vil,
ni de tan bajo sujeto,
que quiera un hombre forzado.
1445
Vete de mis ojos luego;
que a fe que te ha de pesar.

CÉFALO
Aurora, si te merezco
por un año de tus brazos
que me escuches, oye.

AURORA
Necio,
1450
vete, pues vas por tu mal.

(Váyase AURORA.)

FABIO
Belisa, ¿qué culpa tengo
del desamor de mi amo?

BELISA
¡Cómo no, si tus consejos
han sido causa de todo!

FABIO
1455
¡Plega a Júpiter inmenso,
que si yo...

BELISA
¡Ya es tarde, infame!
Presto verás...

FABIO
¿Qué tan presto?

BELISA
Que te han de sacar los ojos
mil mochuelos.

FABIO
¡Mil mochuelos!

(Váyase BELISA.)

CÉFALO
Octava real
1460
  ¿Que haré ¡triste de mí! que dice Aurora
que por mi mal veré mi esposa amada
si fue a mi honor y a su valor traidora?

FABIO
No digas tal, que Aurora habló enojada.

CÉFALO
Ya parte a verla el alma que la adora,
1465
mas con vergüenza y con razón turbada
de ver que la ofendí.

FABIO
No la ofendiste,
pues que forzado y engañado fuiste.

CÉFALO
Octava real
  Un año habrá que falto, y de manera
estoy trocado que fingirme quiero
1470
un hombre extraño.

FABIO
¡Bárbara quimera!

CÉFALO
Probaré con amor y con dinero
a conquistar su fe.

FABIO
Cuando te quiera,
¿que discreción será?

CÉFALO
Saber espero,
por lo que hará conmigo, lo que ha hecho
1475
conociendo su falso o firme pecho.

FABIO
Octava real
  No lo aconsejo.

CÉFALO
Celos, dicen, Fabio,
y la ocasión que dió mi larga ausencia,
con lo que Aurora dice que a mi agravio
ni amor ni honor han hecho resistencia:
1480
a ver mi muerte voy.

FABIO
No hay hombre sabio
como ha probado en tantos la experiencia,
que haya probado ni mujer ni espada,
que a bien librar ha de quedar probada.

(Salen.)
(Salen FLORIS, ELISA y FINEO.)

FINEO
Redondilla
  Tu padre tiene este gusto,
1485
y estas memorias me dió.

FLORIS
Si al Príncipe respondió
mi lealtad con tal disgusto,
Redondilla
  y queriendo que Perseo,
su más privado, y amigo,
1490
se desposase conmigo,
¿qué me persigues, Fineo?

FINEO
Redondilla
  ¿Piensas en tan verde edad
conservarte de esta suerte?
¿No has de salir, no han de verte?
1495
¿Todo ha de ser soledad?
Redondilla
  ¿No estará mejor guardado
tu honor de un mancebo hermoso,
que no sujeto al ocioso
vulgo, siempre desbocado?
Redondilla
1500
  ¿Qué podrá decir de ti,
si hermosura y soledad
nunca hicieron amistad?

FLORIS
Soledad, sola, ¡ay de mí!
Redondilla
  Mas no digas que te envía
1505
mi padre, porque sospecho
que el Príncipe...

FINEO
Mal has hecho
en dudar de la fe mía;
Redondilla
  si hablé al Príncipe jamás,
Júpiter permita...

FLORIS
Tente;
1510
muestra los papeles.

FINEO
Tente
vida los cielos.

FLORIS
¿Hay más?
(Lea.)
«Alexandro, natural de Corinto, caballero ilustre, es de diez y ocho años, hermoso y rico.»

FINEO
Romance (tirada)
  ¿Son buenas partes?

FLORIS
Famosas;
pero son diez y ocho años,
para marido, muy pocos;
1515
porque, como no han gozado,
del mundo, quieren saber
qué otros gustos, qué otros brazos
tienen diversas mujeres;
y así, tengo por gran daño
1520
que el marido sea tan mozo.
Con tu licencia, le rasgo.

FINEO
Lee aquéste, que sospecho
que te agrade.

FLORIS
Si me agrado,
te doy palabra de ser
1525
suya.

FINEO
A los méritos salgo.

FLORIS
(Lea.) «Lisardo, mancebo noble, de talle y costumbres, rizado de cabello, y cuidadoso de sus galas, de lindas manos y...»
Aquí me quedo, en la y,
¿éste me alababas tanto?

FINEO
Pues ¿fue más bello Narciso?

FLORIS
Talle y costumbres alabo;
1530
lo rizado del cabello
no me agrada, que es mal caso
que nos estemos los dos
por la mañana rizando;
porque, si entran a saber
1535
qué mandamos los criados,
no sabrán quién de los dos...
Mas basta, no lo digamos.

FINEO
¿Cómo ha de ser un mancebo?

FLORIS
Un mancebo sin cuidado.

FINEO
1540
¿Sucio acaso y mal vestido?

FLORIS
No, sino muy bien; y ¿acaso
la limpieza y el aseo
no está en un hombre afectado,
que está más tiempo al espejo
1545
que pide un cuello? Veamos
el que se sigue.

FINEO
Será
Darte más novios cansancio.

FLORIS
(Lea.)
«Cesarino, alto y barbinegro, de edad de cuarenta años.»

FINEO
Reparas; luego ¿te agrada?

FLORIS
1550
En los cuarenta reparo;
que como mujeres y hombres
siempre los años negamos,
añado diez a cuarenta,
y así tendrá cincuenta años.

FINEO
1555
Pues ¿cómo, si es barbinegro?

FLORIS
¿Y eso juzgas por milagro?
Y de ochenta puede serlo
con un poco de cuidado.
¿Llamaron?

FINEO
Si.

FLORIS
Vete y vuelve.

FINEO
1560
Voyme, el volver excusando;
que quien se quiere casar,
no mira en tantos ni en cuántos.

(Váyase FINEO.)

FLORIS
Redondilla
  Vé, Elisa, y mira quién llama;
que yo no pienso querer
1565
hombre en mi vida, ni ser
contraria a mi honesta fama.

ELISA
Redondilla
  Voy, señora.

FLORIS
La que nace
como nací, se obligó
a la fe que guardo yo;
1570
que puesto que muerto yace
Redondilla
  mi esposo, está vivo en mí.

ELISA
A la puerta un mercader,
dice que te quiere ver.

FLORIS
¿Mercader, Elisa, a mí?
Redondilla
1575
  Despídele; que no quiero
ver sedas, oro, ni galas;
que es dar más ojos, más alas
al pensamiento ligero.

ELISA
Redondilla
  Parece que estás más triste
1580
que el día que aquesta nueva
que a tantas penas te lleva
del trágico nuncio oíste.
Redondilla
  Déjale entrar; que no sé
lo que te quiere.

FLORIS
No quiero.

ELISA
1585
Advierte que es extranjero,
como en el traje se ve,
Redondilla
  y que no aventuras nada;
por ventura, es en provecho
tuyo.

FLORIS
Necia estás; sospecho
1590
que darme pena te agrada.
Redondilla
  Di que entre.

ELISA
Entrad, caballero.

(Salen, en hábito de mercaderes, CÉFALO y FABIO con una caja.)

CÉFALO
Júpiter, señora, os guarde.

FLORIS
¡Buena persona!

CÉFALO
Cobarde,
Fabio, estoy; pero ¿qué espero?

FLORIS
Redondilla
1595
  Vos seáis muy bien venido.
¿De dónde sois?

CÉFALO
Soy de Atenas.
Helada tengo en las venas
la sangre.

FABIO
Y yo estoy perdido.

FLORIS
Redondilla
  ¿Para qué me habéis buscado?
1600
¿Qué es lo que os dicen de mí?

CÉFALO
Hoy en el palacio oí
que os casáis o habéis casado;
Redondilla
  tengo joyas extremadas
de todas piedras; querría
1605
que os agradasen.

FLORIS
Tendría
de nuevas tan excusadas
Redondilla
  la culpa algún cortesano
ocioso.

CÉFALO
Pues ¿no es verdad?

FLORIS
Aquí vive la lealtad
1610
de un muerto.

CÉFALO
Es lealtad en vano;
Redondilla
  que también decir oí
que era vuestro esposo muerto
de una fiera en un desierto.

FLORIS
Es verdad.

CÉFALO
Pues siendo ansí,
Redondilla
1615
  ¿por qué no os queréis casar?

FLORIS
Porque muerta adoro en él.

CÉFALO
No sois discreta, pues ¿dél
ya qué podéis esperar?
Redondilla
  Yo entré a venderos el oro
1620
y piedras que traigo aquí,
y después, Floris, que os vi,
con toda el alma os adoro.
Redondilla
  Soy, como veis extranjero,
con quien no podéis perder;
1625
y aunque me veis mercader,
disfrazado caballero.
Redondilla
  Porque me dejéis serviros
os quiero esta noche dar
una cintura y collar
1630
de diamantes y zafiros
Redondilla
  
Aparte.
(que vale diez mil ducados.)

FLORIS
¿A quién no hicieron pensar,
y pensando dar lugar
a efectos menos honrados?
Redondilla
1635
  Yo, Elisa, no he respondido
por dudar el interés,
mas por ver lo mucho que es
a Céfalo parecido.
Redondilla
  ¿Has visto error, si este nombre
1640
se debe a naturaleza,
como en la igual gentileza
de Céfalo y de este hombre?
Redondilla
  Confieso que ha despertado
la memoria algún deseo.

ELISA
1645
Con inclinación te veo.

FABIO
Dudosa está.

CÉFALO
Si ha dudado
Redondilla
  Floris, me ha sido traidora.

FABIO
Habla bajo, no te entienda.

FLORIS
No porque interés pretenda
1650
de cuanto el indio atesora,
Redondilla
  os respondo, caballero,
con alguna voluntad:
cuando os vais de la ciudad,
hablaros despacio quiero.

(Quítese la capa CÉFALO, y diga sacando la espada:)

CÉFALO
Redondilla
1655
  ¡Ah, infame! ¡Viven los cielos,
que has de morir a mis manos!
¡No eran mis recelos vanos,
verdades eran mis celos!
Redondilla
  ¡Yo soy Céfalo, tu esposo:
1660
vivo estoy!

FLORIS
¡Cielos, valedme!
¡Montes, selvas, socorredme!

(Váyanse los dos.)

FABIO
¡Tente, señor!

CÉFALO
¡Soy celoso!

FABIO
Redondilla
  ¿Y tú, Elisa, hasme ofendido?

ELISA
¿Yo, Fabio? Pues ¿qué me has dado,
1665
o cuando me has obligado
con el nombre de marido?

FABIO
Redondilla
  Tienes, Elisa, razón;
y aunque tu marido fuera.
y de tu amor no tuviera
1670
ni mi honor satisfacción,
Redondilla
  no te probará jamás,
porque a la mujer más casta
sólo un antojo le basta,
que es golpe en vidrio, y no hay más.

(DIANA y AURORA. DIANA en hábito de diosa, con arco.)

DIANA
Décima
1675
  Esto me dicen de ti.

AURORA
Si verdad, señora, fuera,
o el hombre visto se hubiera,
o se conociera en mí;
si satisfacción te di
1680
de mi castidad, Diana;
si es de Apolo la mañana,
y las tardes tuyas son,
con siniestra información
te quiere engañar Silvana.

DIANA
Redondilla
1685
  No Silvana solamente;
Dórida, Filis, Dantea,
dicen lo mismo.

AURORA
Aunque sea
su envidia tan vil que intente
que tu gran deidad me afrente,
1690
no debes luego creer
cosas dichas por tener
de mi privanza recelos;
porque es con envidia y celos,
áspid la mejor mujer.

DIANA
Décima
1695
  Bien sé yo que las mañanas,
Aurora, estás con el sol,
y que al primer arrebol
de sus luces soberanas,
en blancas telas y granas
1700
le envuelves, y das al suelo;
de las tardes no recelo:
vas conmigo a las florestas;
pero ¿no hay noches, no hay siestas?

AURORA
¿Qué cosa se encubre al cielo?
Décima
1705
  Haz mejor información,
y de tus baños me arroja
si mi término te enoja.

DIANA
En fin, ¿testimonio son?

AURORA
Como a ti de Endimión,
1710
pues, en fin, te han levantado,
Diana, que le has amado.

DIANA
¿Qué cosa en el sentenciar
la ira puede templar
como hallarse el jugo culpado?

(FLORIS huyendo.)

FLORIS
Décima
1715
  A tu soberano amparo
una tebana mujer
su vida quiere ofrecer,
falta de humano reparo.
No es, señora, el sol más claro
1720
que mi inocencia.

DIANA
¿Quién viene
siguiendo?

FLORIS
Quien no tiene
piedad.

DIANA
Sosiega segura.

FLORIS
Matarme un traidor procura
que mi deshonra previene.

DIANA
Décima
1725
  No osará llegar aquí,
o en mármol le volveré;
mil vidas le quitaré
si él sólo un cabello a ti.
Todo el suceso me di
1730
porque la verdad me obligue
que te guarde y le castigue.

FLORIS
Oye, señora, mi historia,
si me basta la memoria
para tanto mal.

DIANA
Prosigue.

FLORIS
Romancillo o endecha
1735
  Divina Diana,
gloria de las selvas,
luna en las celestes
regiones etéreas:
de las ninfas castas
1740
ilustre defensa,
a quien los lascivos
sátiros respetan:
hija soy, señora,
de Ericteo y Celia;
1745
mi primera patria,
la famosa Tebas.
En mis años tiernos,
porque apenas eran
convenientes años
1750
para tener penas,
amé, siendo amada
de quien bien pudiera
ser amor, por niño,
de mejores flechas.
1755
Aumentóle el tiempo;
que el amor se aumenta
con las privaciones
cuando dos desean.
Céfalo era el nombre
1760
de mi dulce prenda,
pintura admirable
de naturaleza.
Ibamos al campo,
dándonos licencia,
1765
a coger las flores
de la primavera.
El me coronaba
la frente con ellas;
yo, con mis collares,
1770
la suya de perlas.
Daba el tiempo a amor
atrevidas fuerzas;
vieron nuestros padres
peligrosas muestras.
1775
Encerrada estuve,
pero no se encierran
las almas que salen
en escritas letras.
Al fin nos casaron,
1780
porque no vinieran
a mayores daños
privaciones necias.
Apenas un mes,
locamente ciega,
1785
gocé de mi esposo
las caricias tiernas,
cuando Doristeo,
príncipe de Tebas,
necio amante mío,
1790
causa de mis penas,
por aquestos montes
a caza le lleva,
y para engañarme
perdido le deja.
1795
Díceme que es muerto;
mentirosas nuevas,
por ver si podía
vencerme con ellas;
pero a él y a muchos
1800
hizo resistencia
limpia castidad
y casta limpieza.
No quise casarme,
puesto que pudiera
1805
con grandes señores.
¡Qué injusta firmeza!
Pues después de un año,
con la voz diversa,
el rostro y el traje,
1810
y diciendo que era
mercader corintio,
Céfalo me prueba
con diversas joyas
de preciosas piedras.
1815
Yo, no porque fuese
codiciosa de ellas,
mas porque el retrato,
el rostro y presencia
de mi esposo vía,
1820
alguna flaqueza
repartí a los ojos,
permití a la lengua;
él, sacando entonces
la espada sangrienta
1825
de fieras del campo.
quiso hacerme fiera,
diciendo: «¡Ah, traidora!
¿Esta fe profesas?
¿Este amor me guardas?
1830
¿Este honor respetas?»
Yo, triste, turbada,
sin hallar respuesta,
sin tener disculpa,
sin saber enmienda,
1835
porque nunca aguardan
en desdichas ciertas
espadas desnudas,
razones compuestas,
salí de mi casa,
1840
dándome una huerta
paso para el campo
entre unas acequias.
Viéneme siguiendo,
y entre aquellas peñas
1845
oigo decir: «¡Floris!
«¡Adúltera, espera!»
Nunca yo he sido;
él sí que me deja
por otra mujer
1850
en tan larga ausencia;
mas para los hombres
no se hicieron quejas;
suyas son las culpas,
nuestras son las penas.

DIANA
Redondilla
1855
  Lástima me ha dado oírte;
pero ya has llegado a parte
que no podrá molestarte
aunque se canse en seguirte;
Redondilla
  que no será poderoso
1860
si mil engaños apresta.

AURORA
¡Ay, triste! Floris, es ésta
por quien me deja su esposo,
Redondilla
  pero ya con más consuelo
de su desdén y aspereza,
1865
pues nunca mayor belleza
salió del pincel del cielo.

FLORIS
Redondilla
  Estoy, señora, segura
de tu grandeza y piedad.

DIANA
Tu inocencia y mi deidad
1870
de su traición te asegura;
Redondilla
  ven, y estarás en mis baños.

AURORA
Por mi mal quieren los cielos
que tengan tan fieros celos
tan hermosos desengaños.

(Salen el PRÍNCIPE, PERSEO y CAZADORES.)

DORISTEO
Octava real
1875
  Dos veces el dorado vellocino,
que a Colcos dió jardín y nombre eterno,
dorado Febo, infatigable vino,
enjugando los ojos al invierno,
desde que en este monte peregrino,
1880
amor sin esperanza y sin gobierno,
con Céfalo a seguir las fieras y aves
me trujo sólo entre cuidados graves.
Octava real
  Aquí, si tienes bien en la memoria,
Perseo, este lugar, quedó engañado,
1885
y yo volví solícito a mí gloria,
que tanta pena y confusión me ha dado.
¡Dichoso ausente, cuya nueva historia
a la fama dará mayor cuidado
que pudo de Penélope la tela!
1890
Siendo verdad aquí, y allá cautela,
Octava real
  ¿de cuál mujer se cuenta tal hazaña?
¿Qué difunto gozó de tal firmeza?

PERSEO
O fue sepulcro suyo esta montaña,
o peña se volvió de su aspereza;
1895
ninguna cosa a Floris desengaña
para que dé lugar a su belleza:
¡notable amor!

DORISTEO
Merece bronce eterno
tan duro corazón, pecho tan tierno.

(Entrense y salga FABIO.)

CÉFALO
Redondilla
  Inmensos montes, que a mis tristes quejas
1900
de peñas me prestáis duros oídos;
hiedras del claro Apolo, verdes rejas
que dais a tantos álamos vestidos;
mar que en escollos bárbaros te quejas,
triste de ver tus campos oprimidos
1905
de un monte vuelto en pájaro ligero,
decidle a Floris que sin ella muero.
Redondilla
  Arboles que escaláis las intrincadas
nubes, con verdes almas arrogantes,
por quien segunda vez miran turbadas
1910
la guerra que intentaron los gigantes;
sonoras fuentes que corréis templadas,
salpicando las hierbas de diamantes,
formando ese arroyuelo lisonjero,
decid a Floris que sin ella muero.

DORISTEO
Redondilla
1915
  ¿Céfalo no es aquéste? ¡Caso extraño!

PERSEO
Parécelo, ¡por Júpiter!

DORISTEO
¡Ay, cielos!
Aunque en los ojos puede haber engaño,
éstas verdades son, no son recelos:
Céfalo, ¿dónde vas? ¿Quién a tal daño
1920
redujo tu valor?

CÉFALO
Celos.

DORISTEO
¿Qué celos?

CÉFALO
Celos de Floris, Floris fugitiva,
que no quiere que ya con ella viva.

DORISTEO
Octava real
  ¿El seso le han quitado?

PERSEO
Así parece.

DORISTEO
Pues ¿dónde está tu Floris?

CÉFALO
Este monte
1925
la esconde en su aspereza, y me enloquece
por todo aqueste bárbaro horizonte.
Si piadosa por dicha se os ofrece
antes que como sol se me transmonte,
pasando el mar, a mis suspiros fiero,
1930
decid a Floris que sin ella muero.
Octava real
  Después de un año que viví escondido
en este monte con extrañas pruebas
de mi fortuna, y de un amor fingido,
fui disfrazado a ver mi esposa a Tebas.
1935
Engañáronme celos, y atrevido
propuse a su virtud infamias nuevas:
saqué la espada. ¡Qué rigor, ¡ay, cielos!
de lo que puede un desengaño en celos!
Octava real
  Huyó, seguíla, y en aquesta selva
1940
la voy buscando, sin saber por dónde;
mas no es posible que a escucharme vuelva,
que por mas que la llamo no responde.

DORISTEO
Pues, Céfalo, por más que se revuelva,
si no es que el centro de este mar la esconde,
1945
penetraré las selvas con mi gente
antes que vuelva el sol al Occidente.
Octava real
  Ea, Perseo, no ha de quedar rama.
Que no vamos contando una por una.

PERSEO
Hoy a nueva esperanza amor te llama.

DORISTEO
1950
Favorecerme quiere la fortuna.

(Entre CÉFALO.)

FABIO
Por este arroyo que el cristal derrama
de aquella fuente en quejas importuna,
unos pastores dicen que le vieron:
aquél parece; él es, no me mintieron.
Octava real
1955
  ¿Dónde vas, señor mío, de esta suerte?

CÉFALO
¡Eh, Floris de mi vida!

FABIO
¿Yo tu vida?

CÉFALO
¡Oh, dulce causa de mi amarga muerte!
Vuelve a mis brazos, ¿dónde vas perdida?

FABIO
Que no soy Floris, sino Fabio; advierte
1960
que estás sin seso.

CÉFALO
El alma, divertida,
a la imaginación la representa.

FABIO
Pues dile al alma tú que no te mienta.

CÉFALO
Octava real
  Fabio, busquemos a mi amada esposa,
pidámosle perdón de aquel agravio.

FABIO
1965
Busquémosla, señor, que es justa cosa.

CÉFALO
Rompe la voz en esos montes, Fabio.

FABIO
¡Floris! ¡Ah, Floris!

CÉFALO
Dile, Fabio, ¡hermosa!
Quizá responderá

FABIO
Concepto sabio,
que a hermosa no hay mujer, puesto que fea
1970
que no responda y que es su nombre crea.
Octava real
  ¡Floris hermosa, Floris más hermosa
que al prevenir el sol la blanca aurora!

(AURORA entre.)

AURORA
¿Quién llama a Aurora?

CÉFALO
¡Oh, Floris amorosa!
Céfalo, aquel que tu hermosura adora.

AURORA
1975
Vengada estoy de ti; no soy tu esposa,
tu enemiga, villano, soy agora.

CÉFALO
¿Sabes, Aurora, de mi Floris nuevas?

AURORA
Sé que la goza el Príncipe de Tebas.

CÉFALO
Romance (tirada)
  Espera, aguarda. ¡Ay de mí!

FABIO
1980
¿No ves que es venganza?

CÉFALO
Espera.

FABIO
Por entre las ramas corre.

CÉFALO
Daréle voces que vuelva.
(Dentro.)
¡Aurora, Aurora!

(Diga desde adentro, y siempre más lejos:)

AURORA
¿Qué quieres?

CÉFALO
Dime, Aurora, así amanezcas
1985
clara, cristalina y limpia,
¿hablas de veras?

AURORA
De veras.

CÉFALO
¿El príncipe Doristeo
a mi Floris lleva?

AURORA
Lleva.

FABIO
Mira, señor, que es el eco
1990
que en aquellos valles suena.

CÉFALO
Déjame, Fabio, que ya
fueron ciertas mis sospechas.
¿No es verdad, hermosa Aurora,
y que ya son ciertas?

AURORA
Ciertas.

CÉFALO
1995
¿No se va con Doristeo
Floris a Tebas?

AURORA
A Tebas.

FABIO
No porfíes, no la llames;
y porque mejor lo creas,
déjame que la pregunte:
2000
Aurora, ¿eres necia?

AURORA
Necia.

FABIO
¿Eres traidora?

AURORA
Traidora.

FABIO
¿Eres vieja y fea?

AURORA
Fea.

FABIO
Que era fea confesó,
pero calló que era vieja,
2005
que hasta el eco en las mujeres
la edad y los años niega.

CÉFALO
¿Qué haré, Fabio?

FABIO
No creer
esta celosa hechicera,
sino buscar a tu esposa.

CÉFALO
2010
Prados, montes, fuentes selvas,
¿dónde está mi bella Floris?

(FLORIS entre con ELISA.)

FLORIS
Que la lleve al baño, ordena
Diana, estas blancas tocas.

ELISA
Y a mí estas flores y hierbas.

FLORIS
2015
¿No es buena esta vida, Elisa?
¿No te hallas bien con ella?

ELISA
No volviera a la ciudad
por los tesoros de Grecia.

FLORIS
¿Qué hará mi enemigo esposo?

ELISA
2020
Querrá dar a tu inocencia
la muerte, y por galardón
de tu lealtad y firmeza,
la infamia de que le has hecho
la no imaginada ofensa.

CÉFALO
2025
Fabio, Fabio, vuelve el rostro,
¿no es Floris, mi esposa, aquélla?

FABIO
Sí, señor, y aquélla, Elisa.

CÉFALO
Floris, mi vida, no temas;
yo soy Céfalo, tu esposo,
2030
quien te adora y te desea.

FLORIS
¡Socorro, hermosa Diana!

CÉFALO
No huyas, aguarda, espera.

FABIO
Aguarda, detente, Elisa.

(Las dos, huyendo, se pongan en dos tramoyas que estarán en dos partes del lienzo del vestuario, y, dando la vuelta, al abrazarlas se hallarán con dos sátiros muy feos en los brazos.)

CÉFALO
¡Ay, soberana belleza!

FABIO
2035
¡Ay, cielos! ¿Qué es lo que veo?

CÉFALO
¡Ay, cielos! ¿Qué bestia es ésta?

FABIO
Suéltame, por Dios, los brazos,
Belisa en demonio enjerta.

(Vuelvan a dar la vuelta y queden solos.)

CÉFALO
¿Piensas que tendré temor
2040
aunque en mil formas te vuelvas?
Seguirte tengo.

FABIO
¡Ay de Mí!
Pero esto no es cosa nueva,
que mil vestidas mujeres,
a los que a gozarlas llegan,
2045
si la cáscara les quitan,
se vuelven cosas más feas.


Acto III

Salen FLORIS y CÉFALO.

CÉFALO
Décima
  Escúchame desde aquí.

FLORIS
¿Qué tengo ya de escucharte?

CÉFALO
Los dioses, dura Anaxarte,
2050
te vuelvan piedra por mí.

FLORIS
Ya te espero.

CÉFALO
Escucha.

FLORIS
Di.

CÉFALO
Sin armas, señora, estoy;
palabra a tus ojos doy,
esposa, de no ofenderte:
2055
no voy a buscar tu muerte,
a buscar mi vida voy.

FLORIS
Décima
  ¿Tengo yo tu vida?

CÉFALO
Sí;
que está sólo en escucharme.

FLORIS
Pues ¿cómo quieres matarme
2060
estando tu vida en mí?

CÉFALO
Si celoso te ofendí,
te adoro desengañado;
pero aunque sé que has estado
como en la mar firme roca,
2065
quiero oírlo de tu boca
para quedar descansado.
Décima
  Nunca más el alma enciende
amor porque nunca olvide,
que cuando un celoso pide
2070
disculpas a quien le ofende.
Bien tu hermosura me entiende;
mira qué amor pudo hallar
en el alma más lugar,
ni en el honor más disculpa
2075
que, siendo yo quien te culpa,
enseñarte a disculpar.
Décima
  Discúlpate con mi amor,
jüez, abogado y parte,
porque sólo en disculparte
2080
consiste, Floris, mi honor.
Ama el jüez tu valor;
el deseo que en mí ves
abogado tuyo es;
parte, amor, tras tanta ausencia;
2085
mira, Floris, qué sentencia
darán contra ti los tres.

FLORIS
Décima
  Engañada, esposo mío,
por tu muerte, aunque fingida,
llegué hasta perder la vida
2090
con piadoso desvarío
los dioses, de quien confío
que te han de decir quién fui
y en qué soledad viví,
no quisieron que muriese,
2095
para que mi honor pudiese
volver agora por mí.
Décima
  Pregúntale a Doristeo
mi resistencia y valor,
y las fuerzas de mi honor
2100
contra su loco deseo;
también pregunta a Perseo
si sus bodas desprecié;
qué casamientos dejé
pregunta a Tebas, y luego
2105
el elemento del fuego
verás ardiendo en mi fe.
Décima
  Pues entre mil despreciados,
¿porqué había de querer
un extraño mercader
2110
y unos celos disfrazados?
Despertaste mis cuidados,
que casi fueron antojos,
viendo a Céfalo en tus ojos.
Si tú te ofendiste a ti,
2115
no digas que te ofendí,
ni me des sin causa enojos.
Décima
  Que cuando te hubiera amado
no quedaras ofendido,
porque siendo tú el querido,
2120
no fueras el agraviado.
Fuera de eso, disculpado
pudiera quedar mi error,
pues eras muerto, señor,
y con testigos tan ciertos,
2125
pues se entierra con los muertos
el respeto del honor.
Décima
  Los maridos, pues lo eres
de aquella fiera homicida,
no vuelven de la otra vida
2130
a castigar sus mujeres.
Memorias castigar quieres
de tu mismo amor celoso,
ni fue error, pues fue amoroso;
que si quererte quería,
2135
era que el alma decía
que eras tú mi dulce esposo.
Décima
  Fue error de la fantasía
adonde te estaba viendo,
como quien dice durmiendo
2140
las cosas que hace de día.
Por esta causa sería,
que como en lo que te quiero
he pensado un año entero,
de costumbre que he tenido
2145
en abrazarte fingido,
te abrazaba verdadero.

CÉFALO
Décima
  Ya, ¿de qué puedo agraviarme?
que, aunque ofendido me hubieras,
disculpa, Floris, tuvieras
2150
en la gracia de culparme.
Llega, permite abrazarme;
bien dices: ya estaba muerto.
Ya estoy de mi engaño cierto.

FLORIS
¿Querrás hacerme pedazos?
2155
Pero si muero en tus brazos,
yo sé que en morir acierto.

(Abrácense.)

CÉFALO
Redondilla
  ¡Ay, mi bien! ¡Qué gran consuelo!
¡Ay, no te apartes de mí!
¡Ay, quién se quedará ansí,
2160
como el Géminis del cielo!

FLORIS
Redondilla
  ¿Ya no me matas?

CÉFALO
Estoy
muerto en tus brazos.

FLORIS
Espera:
Diana es ésta.

CÉFALO
Quisiera
hablarla, ¡qué necio soy!
Redondilla
2165
  que dicen que ningún hombre
la puede hablar.

FLORIS
Es verdad;
no quieras que su deidad,
o te castigue, o te asombre:
Redondilla
  escóndete, esposo, allí.

CÉFALO
2170
¿Iráste con ella?

FLORIS
No,
que no te he abrazado yo
para apartarme de ti.

(DIANA y AURORA, y DIANA con un dardo dorado.)

AURORA
Redondilla
  Un hombre me parecía.

DIANA
Será pastor de esta selva.

AURORA
2175
Huyó en viéndote.

DIANA
No vuelva
Floris a mi compañía.
Redondilla
  ¿Qué es esto, enemiga? ¿ansí
has despreciado mi amparo?

FLORIS
Si el engaño te declaro,
2180
tú misma hablarás por mí:
Redondilla
  Céfalo, mi dulce esposo,
con tal llanto ha satisfecho
mi temor, que habemos hecho
paces; ya no está celoso,
Redondilla
2185
  ya conoce mi lealtad,
ya mi firmeza agradece;
y así, razón me parece,
Diana, que tu deidad
Redondilla
  me dé licencia, que quiero
2190
volverme a Tebas con él.

DIANA
Mira, no te fíes de él,
prueba su verdad primero,
Redondilla
  que puede ser que por mí
te respete en esta selva,
2195
y que cuando a Tebas vuelva
se quiera vengar de ti.

AURORA
Redondilla
  Es muy justo advertimiento:
viva algún tiempo contigo
donde, temiendo el castigo,
2200
excuse el atrevimiento;
Redondilla
  que después que algunos días
vuelva en tus brazos amor
a ser el mismo, o mayor,
del que entonces conocías,
Redondilla
2205
  volverás a la ciudad.

FLORIS
Paréceme buen consejo.

AURORA
Aquí tiene un pastor viejo
una famosa heredad,
Redondilla
  con una casa extremada,
2210
y yo haré que os tenga en ella.

FLORIS
Tú serás, Aurora bella,
mi amparo.

DIANA
Floris amada,
Redondilla
  quisiera tener qué darte,
ya que de mi compañía
2215
te partes.

FLORIS
Señora mía,
no el alma, el cuerpo se parte.

DIANA
Redondilla
  Sólo este dardo te doy,
prenda que en mucho estimé
desde que a Tebas bajé,
2220
en cuyas selvas estoy.
Redondilla
  No le tirará persona
sin matar a quien tirare;
no hay fiera que en monte pare,
por cuantos el sol corona;
Redondilla
2225
  no hay un ligero animal
que no alcance.

FLORIS
Por mi esposo,
de tu brazo generoso
aceto el don celestial;
Redondilla
  que es notable cazador
2230
y lo estimará en extremo.

DIANA
Que dilato, Floris, temo
las paces de vuestro amor.
Redondilla
  Tú, Aurora, busca esa casa,
y quedaos los dos con Dios.

(Váyase.)

AURORA
2235
Bien podéis hablar los dos,
pues ya de las selvas pasa.

FLORIS
Redondilla
  Yo voy, con licencia tuya,
a hablar mi Céfalo amado.

(Váyase.)

AURORA
Amor, el daño pasado
2240
en más bien te restituya.
Redondilla
  ¡Ay de mis pensamientos mal logrados!
¡Ay de mis esperanzas mal nacidas,
un año vanamente entretenidas
en contentos de amor siempre engañados!
Soneto
2245
  Arrojé de mis brazos despreciados
un hombre que me cuesta tantas vidas,
y vuelven a dar sangre las heridas
viendo mi amor los celos declarados.
Mientras quien llora agravios no procura
2250
ver la ocasión, en duda se defiende
y del bien que merece se asegura;
pero si el alma ve que quien la ofende
goza de mayor gracia y hermosura,
hiélase el gusto y el amor se enciende.

(Salen FELICIO y ANTEO, villanos.)

FELICIO
Redondilla
2255
  Un año habrá por agora
que vino el Príncipe aquí.

ANTEO
Junto a la fuente le vi.

AURORA
Pues ¡Felicio!

FELICIO
¡Hermosa Aurora!

AURORA
Redondilla
  ¿No sabes como te quiero
2260
dar dos huéspedes famosos?

FELICIO
Cortesanos enojosos,
si son de Tebas, espero.

AURORA
Redondilla
  No son sino dos casados
que han dejado la ciudad,
2265
para hacer de su amistad
testigos montes y prados.

FELICIO
Redondilla
  Pensé que era de la gente
que paga en lisonjas vanas,
que habla tardes y mañanas,
2270
y sabe más quien más miente.
Redondilla
  Pensé que era quien no da
y de todo se aprovecha,
gente que nada sospecha
en lo que interés le va;
Redondilla
2275
  pero pues casados son
y de allá vienen huyendo,
sólo servidos pretendo,
no quiero más galardón.

AURORA
Redondilla
  Voy por ellos.

FELICIO
Mi Belisa
2280
sabe ya lo que ha de hacer.

AURORA
De que me habéis de perder,
celos, el amor me avisa.

(Váyase.)
(Entra FABIO.)

FABIO
Redondilla
  ¿En qué tengo de parar
al fin de tanto camino?
2285
¿Yo por selvas peregrino,
sin hallar villa o lugar?
Redondilla
  ¿Yo sin comer y dormir
por seguir a una mujer?
Conviértete en alcacer,
2290
Dafne, y déjame vivir.
Redondilla
  Aquí en la hierba se envuelve,
allí se torna gazapo,
aquí de un tigre me escapo,
allí en sátiro se vuelve.
Redondilla
2295
  Yo ¡triste!, de rama en rama,
como tras pájaro nuevo,
sus ojos llevo por cebo,
y voy donde amor me llama.
Redondilla
  Aquí están dos labradores.

FELICIO
2300
Este es algún cazador.

FABIO
¿Si sabrán de mi señor?
¿Han visto un loco de amores
Redondilla
  que va por aquí perdido?

FELICIO
En esta selva no posa
2305
sino la más casta diosa,
no la madre de Cupido.
Redondilla
  Mirad, señor cortesano,
que la piséis con respeto.

(Váyanse.)

FABIO
Oye.

ANTEO
¿Qué manda?

FABIO
En efeto,
2310
¿no hay poblado hasta lo llano,
Redondilla
  ni qué comer ni beber?

ANTEO
Fuentes hay y fruta alguna.

FABIO
Fruta y agua en panza ayuna,
¿quién la podrá detener?

FELICIO
Redondilla
2315
  Pues advertid, caballero,
que no de todas se bebe,
donde más limpio se mueve
claro cristal lisonjero;
Redondilla
  porque hay fuente que en bebiendo
2320
quita el seso.

FABIO
¡Santo Dios!

FELICIO
Que hacen necios más de dos.

FABIO
¿Necios? Ya lo estoy temiendo.

FELICIO
Redondilla
  Muchos hay en mi lugar
que de esta fuente han bebido;
2325
bien haya el vino, que ha sido
discreto en callar y hablar.
Redondilla
  Hay fuente que hace los hombres
miserables, gruñidores,
falsos, ingratos, traidores.

FABIO
2330
No digas más, no las nombres.

ANTEO
Redondilla
  Árbol de fruta hay aquí,
que, en tirando de una pera,
sale del árbol afuera,
ligero como un neblí,
Redondilla
2335
  un sátiro por detrás,
y sacude un pescozón.

FABIO
Montes de los diablos son;
no los vuelvo a ver jamás.

FELICIO
Redondilla
  Aquí hay manzano que quita
2340
la generación a quien
come su fruta.

FABIO
Está bien:
no en balde en montes habita;
Redondilla
  pero espántome que, luego
que se supo en este valle,
2345
las pastoras de buen talle
no los hayan dado al fuego.

ANTEO
Redondilla
  Hay unos árboles bellos
que hacen luego encanecer.

FABIO
Ganaría de comer
2350
hombre que tratase en ellos.

ANTEO
Redondilla
  Si con su fruta topáis,
vos saldréis viejo.

FABIO
No quiero
comer en mi vida.

FELICIO
Espero
que luego los conozcáis.

ANTEO
Redondilla
2355
  Si alguna ninfa saliere
de estas ramas en que andáis,
guardaos que no comáis
ninguna cosa que os diere;
Redondilla
  y quedaos con Dios.

(Váyanse.)

FABIO
El cielo
2360
os guarde; yo estoy sin mí:
¿adónde voy por aquí?
que el temor me ha vuelto en hielo.

(Entre AURORA con BELISA, y traigan dos fuentes de plata con flores, y debajo, en la una de ellas, harina, y en la otra humo.)

BELISA
Redondilla
  Ya quedan aposentados
por darte gusto, señora.

AURORA
2365
No les amanezca aurora
con rayos del sol dorados.
Redondilla
  Celos me matan, Belisa;
pero, vamos, que Diana,
toda esta alegre mañana,
2370
fatigada el monte pisa,
Redondilla
  y ya querrá descansar.

FABIO
Allí dos pastoras veo:
comer y beber deseo;
mas no me atrevo a llegar.
Redondilla
2375
  Pero ¿qué dudo? Que Aurora
y Belisa son.

AURORA
¿Qué es esto?
¿Hombre en tan secreto puesto?

FABIO
¿No me conoces, señora?

AURORA
Redondilla
  ¿Es Fabio?

FABIO
El mismo.

AURORA
Pues ¿dónde
2380
vas de esta suerte perdido?

FABIO
A mí señor, ofendido,
tu selva sagrada esconde.
Redondilla
  Que en busca de su mujer
va loco de valle en valle.
2385
¿Tenéis, mientras no le halle,
algo que pueda comer?
Redondilla
  ¿Qué es lo que lleváis ahí?

BELISA
Llega el rostro y comerás.

FABIO
¿Dentro?

BELISA
Sí.

AURORA
Llégate más.

FABIO
2390
No he topado nada aquí.

(Levante el rostro del plato de la harina todo blanco.)

BELISA
Redondilla
  ¡Oh, qué hermoso que has quedado!

FABIO
Sí, pero nada topé.

AURORA
Prueba de éste.

FABIO
Probaré.
Las flores solas me has dado.

(Alce la cara llena de humo.)

BELISA
Redondilla
2395
  Agora que estás hermoso,
cuanto quisieres tendrás.

(Váyanse las dos.)

FABIO
Qué comer quisiera más.

BELISA
¡Adiós, mi Fabio amoroso!

FABIO
Romance (tirada)
  Tras ellas irme quisiera,
2400
pero temo un mal suceso.

(DORISTEO y PERSEO y su gente.)

DORISTEO
Gran trabajo me ha costado
hallar a Floris, Perseo.

PERSEO
En fin, sabe Vuestra Alteza
que aquí tienen aposento.

DORISTEO
2405
Y que están los dos en paz
para matarme de celos.

PERSEO
Acaba ya con su esposo,
pues que no hay otro remedio;
que esta tierra da ocasión,
2410
con mil animales fieros,
para ponerles la culpa,
y será cierto el suceso.

DORISTEO
Toda esta selva sagrada
llena está de semideos,
2415
silvanos, sátiros, faunos,
centauros y anfesibenos;
hanle de ver porque están
todos los árboles llenos,
y publicarlo de suerte
2420
que pierda el honor que tengo.

FABIO
Cazadores son, y aquél
debe de ser Doristeo.
¿Qué temo de hacerte señas?
¡A la ho, ah caballeros!

DORISTEO
2425
¡Júpiter santo me valga,
y qué sátiro tan feo!

PERSEO
Fauno es, sin duda.

FABIO
¿Yo fauno?

DORISTEO
Tírale y mátale, Ardenio

FABIO
¡Tírale y mátale! Pies,
2430
en vos está mi remedio.

(Húyese.)

CAZADORES
¡Guarda el fauno! ¡Hola, pastores!

PERSEO
¡Guarda el fauno!

FABIO
¡Yo soy muerto!

(FELICIO y villanos con chuzos.)

FELICIO
¿Qué es de él, por dónde va?

DORISTEO
Ya sube el monte, midiendo
2435
con las plantas los peñascos,
y con los brazos el viento.

JULIO
¡Que no llegáramos antes!

DORISTEO
Mal los queréis.

JULIO
Hannos hecho
grandes males.

DORISTEO
¿Cómo ansí?

ANTEO
2440
¿Qué cabrito, fruta y queso,
no nos comen cada día?

JULIO
La comida es lo de menos.
¡Ay de la moza que agarran!

DORISTEO
Pues ¿llevanla?

JULIO
Sin remedio.

DORISTEO
2445
¿Dónde?

JULIO
Allá se la zambullen
por esos bosques espesos.
No ha un mes que la pobre Silvia,
de nuestro zagal Riselo,
parió dos medios cabritos,
2450
uno blanco y otro negro.

DORISTEO
Id, pastores, a seguirle;
y vos aguardad, buen viejo,
que el Príncipe os quiere hablar.

FELICIO
Los pies mil veces os beso:
2455
seguid el fauno, pastores.

ANTEO
¡Voto al sol, que le derriengo
si con la tranca le alcanzo!

FELICIO
Si soy del servicio vuestro,
mandadme, Príncipe ilustre.

DORISTEO
2460
Fiarte, Felicio, quiero,
conociendo tu valor,
un pensamiento secreto.

FELICIO
¿Es acaso amor de Floris?

DORISTEO
¡Ay, padre, por Floris muero!
2465
Tu Rey soy, mas si me ayudas,
hacerte mi Rey prometo.

FELICIO
Si es para daros entrada,
no puedo decir que puedo,
porque es la mujer más casta
2470
que ha visto en su edad el tiempo;
si para sacarla adonde
la podáis hablar, sospecho
que lo que el ingenio falte,
me diga el amor que os tengo.

DORISTEO
2475
Eso te pido no más;
y a no estar, como lo vemos,
tan cerca mis cazadores,
hiciera un notable exceso:
besara tus pies, Felicio.

FELICIO
2480
¡Señor, yo soy el que debo
ser la tierra de esos pies!

DORISTEO
¿Cómo podrás?

FELICIO
Oye atento:
lo que más a las mujeres
las saca de sí, son celos;
2485
ella lo está de su esposo;
decirle que quiere quiero
una ninfa de este valle;
con esto le irá siguiendo,
y tú, escondido, podrás
2490
hallar a tu mal remedio.

DORISTEO
¿Haráslo así?

FELICIO
Luego al punto.

DORISTEO
Ellos vienen, yo te dejo.
¡Hola, seguidme!

PERSEO
Mi amor
se cansó de dar al viento
2495
esperanzas lisonjeras;
y es el del Príncipe eterno.

(Salen FLORIS y CÉFALO.)

CÉFALO
Lira
  ¿Estás asegurada
del amor que te tengo, Floris mía?

FLORIS
Estoy bien empleada,
2500
pues te gozo, mi bien, como solía;
que en lo demás, la muerte
ya no lo puede ser después de verte.

CÉFALO
Lira
  Después que me has contado
que el Príncipe te amaba, estoy celoso,
2505
no porque te he culpado,
pero porque un amante poderoso,
si quiere con violencia,
ni basta honestidad, ni resistencia.

FLORIS
Lira
  Pésame de tu pena:
2510
amando, somos necias las mujeres;
mas de esta selva amena
en mi vida saldré si tú no quieres.
El viva las ciudades,
y yo contigo aquí las soledades.
Lira
2515
  Asegura mis celos
del tiempo que has faltado de mis brazos.
Así te den los cielos,
después de larga vida, largos plazos
para que a vivir vuelvas.

CÉFALO
2520
De mi amor son testigos estas selvas:
Soneto
  si Júpiter formara de su idea
una belleza tal, una hermosura,
que la del sol, tan celestial criatura,
con sus divinos ojos fuera fea;
2525
si cuanto abril en flores hermosea
tuviera su color, su nieve pura,
y para su riqueza la ventura
le entregara la copia de Amaltea;
si fuera amor de su valor despojos,
2530
y de su perfección jamás oída,
la misma castidad tuviera antojos;
si como el fénix única nacida,
no te olvidara, Floris de mis ojos,
porque eres alma de mi propia vida.

FLORIS
Soneto
2535
  Pues si, de su poder por muestra rara,
hermoso un hombre Júpiter hiciera,
de suerte que la envidia no pudiera
poner falta en su cuerpo ni en su cara;
si de Apolo la cítara igualara,
2540
y en la voz a las Musas excediera,
y si al planeta de la quinta esfera
la fama de las armas le quitara;
si de sabio, discreto y entendido
todos los sabios le rindieran palma,
2545
y el más antiguo rey de bien nacido;
si su valor tuviera el mundo en calma,
no te olvidara, Céfalo querido,
porque eres cielo en que descansa el alma.

CÉFALO
Lira
  Siendo verdades ciertas
2550
las que me dices, Floris de mis ojos,
¿qué importan las inciertas
sospechas de mis celos?

FLORIS
Darme enojos
con celos ya no es justo.

CÉFALO
Amor sólo con celos da disgusto,
Lira
2555
  mas no sabe excusarlos;
huélgome de vivir en esta selva
para poder dejarlos.

FLORIS
Si tú no quieres que en mi vida vuelva
a la ciudad, mi vida,
2560
de cuando no eres tú mi amor se olvida.

CÉFALO
Lira
  La caza es mi ejercicio;
aquí viviré yo con más contento:
mi regalado oficio
es seguir por el campo, o por el viento,
2565
las aves o las fieras,
o pescar de Anfitrite en las riberas.
Lira
  Aquí, cuando la aurora
hurte cabello al sol para el tocado
de la frente de Flora,
2570
saldré con tu licencia al verde prado,
a la caza que pare,
y a néctar te sabrá lo que matare;
Lira
  no saldré por la tarde
por que no falte noche a tu deseo,
2575
ni cuando Febo arde
en las guedejas del León nemeo,
pondré a la luna redes,
porque no quiero yo que sola quedes.

(Dentro.)

JULIO
Romance (tirada)
  ¡Guarda el fauno, guarda el fauno!

FLORIS
2580
¿Qué es esto?

FELICIO
No os cause pena;
que no se atreven de día
los faunos a las aldeas;
éste es un sátiro necio
que habrá topado en las eras
2585
la bota de algún pastor,
y busca dónde la duerma.

(Entre huyendo FABIO, tiznado.)

FABIO
¡Socorro, amparo, señores!

CÉFALO
Pues ¿aquí te atreves, bestia?

FABIO
Céfalo, detén la espada.
2590
Fabio soy.

CÉFALO
¿Tú Fabio? Espera.

FABIO
Sí, señor; ¿no me conoces?

CÉFALO
Pues ¿cómo desta manera
andas por aqueste monte?

FABIO
¿Qué tengo?

CÉFALO
¿Qué? La más fea
2595
figura y rostro que han visto
los pastores de esta selva.

FABIO
Sin duda me han trastornado.

CÉFALO
Vente conmigo.

FABIO
No creas
que mientras aquí vivieres
2600
serás lo que de antes eras.

CÉFALO
En esta fuente te quiero
lavar.

FABIO
Vamos, y si llega
algún pastor a matarme,
te ruego que me defiendas.

(Váyanse.)

FLORIS
Redondilla
2605
  Dime, huésped, ¿desta suerte
tratan los hombres aquí?

FELICIO
Los que no se guardan, sí.

FLORIS
De sus engaños me advierte.

FELICIO
Redondilla
  ¿Qué mayor que el de tu esposo?

FLORIS
2610
¿A mi esposo han engañado?

FELICIO
Ninfas se han enamorado
de su talle y rostro hermoso,
Redondilla
  y aun él lo ha estado de alguna.

FLORIS
¡Ay de mí!

FELICIO
No lo sé bien,
2615
ni a ti es razón que te den
celos de la misma Luna:
Redondilla
  disimula, que podrás
callando saber quién es.

FLORIS
Tú, si alguna cosa ves,
2620
huésped, ¿no me avisarás?

FELICIO
Redondilla
  Como viere tu prudencia.

FLORIS
Palabra te doy de ser
para los celos mujer,
mas no para la paciencia.

FELICIO
Redondilla
2625
  Pues yo me voy a informar
de pastores deste valle;
que como tu lengua calle,
bien lo podrás remediar;
Redondilla
  pero si hablas aquí,
2630
transformarán a tu esposo.

FLORIS
Vete.

FELICIO
Júpiter piadoso
se duela de él y de ti.

(Váyase.)

FLORIS
Soneto
  ¡Oh mal que el cielo dió para castigo
de quien vivir con libertad pretende!
2635
No digo amor, que amor a nadie ofende;
celos iba a decir, agravios digo.
Pero si celos son con un testigo,
¿qué amor de la sospecha se defiende?
pues una sola vida y alma enciende
2640
a quejarme de ti, dulce enemigo.
Dice mi amor que deje los desvelos,
con que a engañarme la sospecha viene
entre seguridades y recelos.
Y como en esta duda se entretiene,
2645
voy a quererte, y tiénenme los celos;
voy a olvidarte, y el amor me tiene.

(Entren CÉFALO y FABIO.)

CÉFALO
Lira
  Aun agora pareces
hombre como los otros, Fabio amigo.

FABIO
Dame tus pies mil veces,
2650
si puedo ya, señora, hablar contigo.

FLORIS
Fabio, de aquestas selvas
será milagro que a la patria vuelvas.

FABIO
Lira
  Dios nos defienda a todos.

CÉFALO
Mi bien, antes que el sol su rostro encienda,
2655
por los más tiernos modos
de amor, te pido, dulce hermosa prenda,
licencia para darte
despojos de una fiera en cierta parte:
Lira
  dióme un pastor aviso;
2660
déjamela matar por vida tuya;
que al Príncipe no quiso
darle este lance en una selva suya,
y por eso querría
que fuese empresa solamente mía;
Lira
2665
  no te enojes, mis ojos;
que por sus luces amorosas juro
de no te dar enojos,
pues con jurar por ellos te aseguro
de volver esta siesta,
2670
y aguardarásme tú la mesa puesta.
Lira
  Ea, ¿qué dices?, ¿puedo?
Di que sí por tu vida.

FLORIS
Ya lo digo.

CÉFALO
Con pena quedas.

FLORIS
Quedo
triste de no saber que voy contigo.

CÉFALO
2675
Y dentro de mi pecho,
de amores tuyos y regalos hecho.

FLORIS
Lira
  No me digas amores;
que quien los dice al tiempo que se parte,
gustos tiene traidores.

CÉFALO
2680
Pues ¿hay causa mayor?

FLORIS
Quiero avisarte,
mi bien, que han de decirse
para quedarse, y no para partirse.
Lira
  Este dardo Diana
me dió para las fieras, tan dichoso
2685
que no hace suerte vana
en tigre, en pardo, en sierpe, en león, en oso
que cobardes venados
de verle se le rindan por los prados.
Lira
  Este te doy, mis ojos,
2690
porque te acuestes en aquesta ausencia.

CÉFALO
¿Ausencia? Dasme enojos.
Siempre, mi vida, estás en mi presencia:
aceto y beso el dardo
que basta a hacerme cazador gallardo.
Lira
2695
  De hoy más tembladme, fieras,
que de vosotras soy fatal estrago
por montes y riberas;
adiós, mi bien.

FLORIS
Aún no me satisfago
de mi temor celoso,
2700
que es cobarde el temor si está dudoso.

CÉFALO
Lira
  Vente, Fabio, conmigo.

FABIO
¿Allá tengo de ir?

CÉFALO
No tengas miedo.

FABIO
¿Qué es miedo? Voy contigo,
ya Marte en el valor.

FLORIS
Muriendo quedo:
2705
los cielos te acompañen;
ni las fieras, mi bien, ni el sol, te dañen.

FABIO
Lira
  No voy con mucho gusto,
que desde que por fauno me tuvieron,
traigo mortal disgusto.

FLORIS
2710
¡Ay, cielos! Mis deseos se cumplieron,
si este nombre merecen
celos que a ver si son verdad se ofrecen:
Lira
  seguir quiero a mi esposo;
sin duda alguna ninfa que le tuvo
2715
con encanto amoroso,
y un año en este bosque le detuvo,
le ha dicho que le aguarda:
¡celos, volad, que amor es ave y tarda!

(BELISA entre.)

BELISA
Décima
  ¿Dónde vas, Floris hermosa?

FLORIS
2720
No me detengas, Belisa,
pues que mi inquietud te avisa
que debo de estar celosa.

BELISA
Ya que has vuelto a ser esposa
de Céfalo, sin temor
2725
vive, que el pasado amor
de quien aquí le quería,
se templó desde aquel día
que conoció tu valor.

FLORIS
Décima
  ¿Quiéresme decir quién es?

BELISA
2730
No, pues que ya no te ofende.

FLORIS
Belisa, el amor se enciende
con las dudas, ya lo ves.

BELISA
Si te ha de pesar después,
mejor encubierto está.

FLORIS
2735
¿Ni una letra me dirá
tu rigor de esta mujer?

BELISA
Una, ¿qué te puede hacer?

FLORIS
¡Di, por Dios!

BELISA
Comienza en A.

FLORIS
Décima
  Di la segunda siquiera:
2740
que bien me lo debes tú.

BELISA
¡Extraña estás!

FLORIS
Dila.

BELISA
Es U.

FLORIS
¿Burlas, Belisa?

BELISA
Quisiera.

FLORIS
Dime la letra tercera.

BELISA
La tercera letra es R.

FLORIS
2745
Haz que esa letra se cierre.

BELISA
Perdona; que estás cansada.

FLORIS
Soy celosa desdichada,
o habrá cosa en que no yerre.

(Váyase FLORIS.)

BELISA
Décima
  ¡Necia estás!

(Entre AURORA.)

AURORA
¿Qué es lo que agora
2750
dijiste a Floris de mí?

BELISA
Tres letras le dije aquí
de tu nombre, hermosa Aurora;
que como su esposo adora,
el dueño saber procura
2755
de sus celos.

AURORA
No es cordura,
porque se aumenta el amor
con la envidia y el temor
que da la ajena hermosura.
Décima
  Cuando yo a Floris no vía,
2760
menos sentía el desdén,
Belisa amiga, de quien
por ella me aborrecía;
mas desde aquel triste día,
por Céfalo estoy muriendo;
2765
de Floris lo mismo entiendo
si supiese que soy yo
por quien un año olvidó
lo que envidiosa pretendo.

BELISA
Décima
  Hablando hemos bajado
2770
a la fuente de Diana.

AURORA
Lo fresco de la mañana
ilustró su verde prado.

BELISA
Las verdes ramas han dado
señal de que gente viene.

AURORA
2775
Ya ni guardarme conviene,
ni ser más que una mujer
que mira en otro poder
toda la vida que tiene.

(Salen CÉFALO, con el dardo, y FABIO.)

FABIO
Décima
  Aquí puedes descansar.

CÉFALO
2780
Y más, que las linfas puras
se adornan de dos figuras.

FABIO
Y es mármol que sabe andar.

CÉFALO
Cansado vengo de dar
pasos sin provecho al viento.

AURORA
2785
¿Eres tú, monstruo sediento?
¿Vienes a dar a la fuente
veneno, con que la gente
muera de cristal violento?
Décima
  ¿Eres tú quien me dejó
2790
cuando más alma le di,
y quien luego trujo aquí
la causa que me mató?
¡Ingrato! ¿En qué te ofendió
mi amor? Fuéraste con ella,
2795
gozárasla; mas traella
donde la viesen mis ojos,
¿fue para aumentarme enojos,
o para darlos a ella?
Décima
  ¿Qué puede Floris hacer
2800
si sabe que yo te quiero?
Y yo, ¿qué he de hacer, si muero
de que la has de querer?
Las dos habemos de ser
desdichadas pues te agrada,
2805
por bizarría excusada,
que perdamos alma y vida;
ella, celosa querida,
y yo, celosa olvidada.

(Váyase.)

CÉFALO
Décima
  ¡Aurora, Aurora!

BELISA
No es bien
2810
que vuelva a satisfacciones
mujer que a morir la pones
con tan ingrato desdén.

FABIO
Y tú, ¿quéjaste también
de que soy ingrato yo?

BELISA
2815
¿Tú no eres hombre?

FABIO
Yo, no,

BELISA
¿Eres fauno? ¿Bestia eres?

(Váyase BELISA.)

FABIO
¿Tales dejáis las mujeres
a quien vida y alma os dió?
Décima
  Tú me debes de engañar;
2820
que yo debo de tener
otra cara desde ayer.

CÉFALO
Allí te puedes mirar,
mas déjame descansar
al rüido de esta fuente;
2825
que amor, cuando ya no siente,
es mármol a toda queja,
y si vuelve a lo que deja,
todo cuanto dice miente.

(Siéntase CÉFALO.)

FABIO
Décima
  En amores acabados,
2830
siempre fui de parecer
que ni el hombre, o la mujer,
vuelven bien reconciliados.
Aquellos gustos pasados
todos parecen fealdades;
2835
las finezas, necedades;
las locuras, fantasías;
los papeles, boberías;
y los amores frialdades;
Décima
  descansa, y goza tu esposa.

(Sale FLORIS.)

FLORIS
2840
Por aquí pienso que van:
pero ¿qué digo? Allí están;
selva, esconde una celosa.

CÉFALO
¡Ven, Aurora mía amorosa!
¡Ven, Aura mía suave!

FLORIS
2845
¡Ay cielos, todo se sabe!
¿A Aura llama? ¡Sí, Aura espera!
¡Viva mi honor, mi amor muera
como mi vida se acabe!

CÉFALO
Romance (tirada)
  ¡Aura, venme a refrescar:
2850
que tengo de aquesta siesta
gran deseo de tus brazos!

FLORIS
¡Ay Dios, sus brazos desea!
Aura llama; ya, ¿qué dudo?
Las letras dicen que es ella;
2855
verdad me dijo Belisa.
ellas son las mismas letras:
la primera letra es A;
U, la segunda; tercera,
es R.

CÉFALO
¡Ven, Aura hermosa!

FABIO
2860
Ya por estas hojas suena.

FLORIS
No querría que de mí
le advirtiesen estas quejas;
aquí me quiero esconder
para aguardar a que venga.
2865
Traidores hombres, ¿de quién
puede fiarse una ausencia?
Loca está mujer que os ama.

(Entrese.)

CÉFALO
Ya el viento, Fabio, refresca.

FABIO
No tengo por buena vida
2870
la del cazador.

CÉFALO
No seas
enemigo de la caza,
que es imagen de la guerra.

FABIO
Es notable su trabajo;
ya por montes, ya por sierras,
2875
ya le derriban los troncos,
ya el caballo le despeña;
oféndele el sol, el aire;
come mal, duerme en la hierba,
y aún se envejece más presto:
2880
dichoso un hombre que juega;
lindo vicio estar sentado
en una silla a una mesa,
hecho tejedor de naipes.
Unos salen, otros entran;
2885
si gana, dice donaires;
toda la chusma celebra
las necedades que dice
por los baratos que espera.
Nunca le faltan dineros,
2890
todos le dan y le prestan,
no le despeña el caballo
estáse la silla queda,
y nunca es tan desdichado,
por más que jugando pierda,
2895
que no le falten amigos
y dineros.

CÉFALO
Bien te quejas,
y conforman a tu honor
tus deseos.

FABIO
Yo quisiera
ejercicios descansados.

CÉFALO
2900
¿Qué es lo que en las ramas suena?

FABIO
No sé, por Dios.

CÉFALO
¿Si es acaso,
Fabio amigo, aquella fiera
que nos dijo aquel pastor?

FABIO
No creas, señor, que es ella.

CÉFALO
2905
¿Cómo no? Tirarla quiero.

FABIO
No la tires.

CÉFALO
¡Fuera!

FABIO
Espera.

CÉFALO
Haz esta famosa suerte,
dardo de Diana bella.

(Dentro.)

FLORIS
¡Ay, esposo, que me has muerto!

CÉFALO
2910
¿Es voz?

FABIO
El alma me tiembla:
que me has muerto, esposo, dijo.

CÉFALO
¿Esposo? Apártate.

FABIO
Llega.

(Salga FLORIS con otro dardo atravesado, que le habrán puesto entretanto que estaba escondida, de la misma manera, terciado de azul y oro.)

FLORIS
¡Ay, Céfalo de mi vida,
aunque ya la tengo apenas!

CÉFALO
2915
¿Eres tú, señora mía?

FLORIS
¿Quién quieres, mi bien, que sea?

CÉFALO
¿Yo te he muerto?

FLORIS
Tú me has muerto.

CÉFALO
¡Desdichada fue mi estrella!
¿Qué haré, Fabio?

FABIO
Estoy sin alma.

CÉFALO
2920
Mataréme antes que muera.

FLORIS
¡Esposo, esposo!

CÉFALO
¡Mi vida!

FLORIS
¡Ay Dios, qué mal te aconsejas
en matarte, pues me matas
dos veces de esa manera!
2925
Llégate a mí, señor mío;
oye, ansí más dichas tengas
que tu desdichada esposa,
pues ha de ser la postrera,
una palabra no más;
2930
mira que ya por la puerta
de la herida sale el alma.

CÉFALO
Aquí estoy, para que creas
que no sé cuál es mayor,
o la vergüenza, o la pena.

FLORIS
2935
Sólo un bien quiero pedirte
que en la muerte me concedas,
y hasme de dar la palabra
de cumplir lo que prometas;
que lo que pide el que muere,
2940
obliga con mucha fuerza.

CÉFALO
¿Qué me puedes tú pedir
que dificultoso sea,
no pidiéndome que viva
después que te viere muerta?

FLORIS
2945
Que no te cases con Aura,
Aura que tanto deseas,
Aura que tanto llamabas,
pues que me has muerto por ella:
por ella vine celosa;
2950
mi amor, mi bien, te merezca
que no le des este gusto.

CÉFALO
¿Hay desdicha como aquésta?
¿Celos de Aura te han traído
siguiéndome por la selva?
2955
Aura, amores, no es mujer,
ni yo la llamé por verla;
Aura es un viento, mis ojos,
que blandamente refresca.
¿Hay tal engaño?

FABIO
¡Por Dios,
2960
que con razón te lamentas
de tu estrella desdichada!

CÉFALO
Y ¡qué desdichada estrella!
¡Pastores de aquestos montes,
ninfas, aves, flores, fieras,
2965
venid a matarme todos;
yo os maté la primavera
yo he muerto al sol!

(El PRÍNCIPE DORISTEO, PERSEO, AURORA, BELISA, FELICIO y todos.)

DORISTEO
¿Qué es aquesto?
Céfalo, ¿de qué te quejas?

CÉFALO
¡Ay, príncipe Doristeo!
2970
¿Qué mal puede haber que sea
como el mío? ¡He muerto a Floris!

DORISTEO
¿Tú mismo?

CÉFALO
Entre estas adelfas,
celosa estaba escuchando
las palabras lisonjeras
2975
que al Aura dije, abrasado
del sol en su ardiente siesta.
Pensé que era fiera, ¡ay triste!
Tiréle este dardo, que era
prenda de la infame diosa
2980
que estas riberas afrenta.
¡Dejadme quitar la vida!

DORISTEO
Deja la espada: no quieras
más espada que el dolor.

AURORA
¡Floris! ¡Ah, Floris!

BELISA
¡Ah, bella
2985
Floris!

FABIO
Ya el alma partió.

CÉFALO
¡Ah, señora! ¿Al fin me dejas?
¿Por qué me estorbáis matarme?
¡Vive Dios, Luna sangrienta,
que de envidia diste el dardo
2990
a mi esposa, que a tu esfera
suban mis brazos gigantes,
con más olimpos y Flegras!
Echaréte de los cielos,
porque los cielos no tengan
2995
envidiosas del valor
de la virtud de la tierra;
ya saben que no eres casta,
aunque de casta te precias;
pregúntale a Endimión
3000
qué dice de tus flaquezas.

FABIO
¡Ah, señor, vuelve en tu acuerdo!

DORISTEO
El alma tengo suspensa.

AURORA
Y yo, en lugar de venganza,
le ofrezco lágrimas tiernas.

DORISTEO
3005
Floris, yo fui desdichado
en amarte; si mi pena
es tan grande aborrecido,
¿cuál será la que le queda
a quien fue de ti adorado?
3010
Dadle, ninfas de estas selvas,
sepultura en oro y jaspe,
y acabe aquí la tragedia
de la mujer que ha tenido
3015
más desdicha y más firmeza.