Félix Lope de Vega y Carpio

AMOR CON VISTA




Texto utilizado para esta edición digital:
Cotarelo, Emilio (ed.), Amor con vista, en Obras de Lope de Vega, X. Obras dramáticas, Madrid, RAE, 1930, pp. 598-634.
Adaptación digital para ARTELOPE:
  • Márquez Molins, Carles (Artelope)

PERSONAS DEL PRIMER ACTO

EL CONDE OCTAVIO, conde, galán protagonista
LEONARDO
CELIA, dama
LISENA, dama
EL CONDE FABRICIO, padre de Fénis
CÉSAR, galán antagonista
TOMÉ, criado suyo
FÉNIS, dama, protagonista
FLORA, criada
ALBANO, criado suyo
EL VIRREY DE NÁPOLES, duque
JULIO, galán, amigo de César
CAPITÁN

Acto I

CELIA y LISENA, damas.

Celia
Redondilla
Escribióme que partía;
ya no es posible tardar.

Lisena
¿Lo que tanto ha de durar
sientes esperar un día?

Celia
Redondilla
5
No es la pena que resisto
Amor en todo rigor,
porque nadie tiene amor
a las cosas que no ha visto.
Redondilla
Engéndrase amor del ver.

Lisena
10
También del imaginar,
y quien se piensa casar
ya sabe que ha de querer.

Celia
Redondilla
Deseos de ver me dan
si a la verdad corresponde
15
cómo me han pintado al Conde
tan gentilhombre y galán.

Lisena
Redondilla
¿Quién duda que será ansí,
y que no te han engañado?

Celia
Sin los ojos me he casado;
20
quejosos están de mí,
Redondilla
que por no tener enojos
con lo que se ha de querer,
les da el alma su poder
en causa propia a los ojos;
Redondilla
25
que ellos los primeros son,
en tanto que el bien se alcanza,
los que van con la esperanza
a tomar la posesión;
Redondilla
mas cuando no me contente,
30
yo te aseguro de ser
solo en mudarme mujer,
y no suya eternamente.

Lisena
Redondilla
La dicha, Celia, no estriba
de una mujer en que sea
35
lindo el hombre en quien se emplea
para que contenta viva;
Redondilla
un discreto entendimiento
y una dulce condición
partes principales son
40
de un dichoso casamiento;
Redondilla
ruega que las tenga el dueño
que esperas, para que seas
dichosa si en él te empleas.

Celia
En esta jornada empeño
Redondilla
45
no más que haberlo tratado;
aquí el Conde ha de venir
y en este cuarto vivir
que le tengo aderezado;
Redondilla
supliquele que viniese
50
solo y secreto.

Lisena
Y es justo,
porque no siendo a tu gusto,
como se vino se fuese;
Redondilla
que a los que te han deseado
en Nápoles, no has de dar
55
ocasión de murmurar,
Celia, el no haberte casado.
Redondilla
Y aun tuviera por mejor
que no viviera en tu casa,
que si después no se casa,
60
no queda tan bien tu honor.

Celia
Redondilla
Si él viene aquí disfrazado,
¿quién ha de saber quién es?

Lisena
La pretensión del Marqués,
que dos años te ha mirado.

FLORA.

Flora
Redondilla
65
No pido albricias, pues ya
sabrás que el Conde ha venido,
con decir que albricias pido.

Celia
¿Venido?

Flora
A la puerta está.

Celia
Redondilla
Confieso que me he turbado.
70
¿Mucha gente?

Flora
Solo un hombre.

Celia
Y él, ¿qué traza?

Flora
Gentilhombre
y a lo virote emplumado.
Redondilla
¿Ha de subir luego aquí,
o en su cuarto se ha de entrar?

Celia
75
Eso le has de preguntar,
Flora, al Conde, que no a mí.

El Conde OCTAVIO, TOMÉ, criado.

Octavio
Redondilla
Aunque atrevimiento sea,
que claro está lo que es,
turbado pido los pies
80
que toda un alma desea.
Redondilla
Mal dije en haber pensado
que turbado y necio estoy,
si en entrambas cosas doy
indicios de desposado;
Redondilla
85
porque en el concierto nuestro
es atrevimiento injusto,
no sabiendo vuestro gusto,
presumir de ser tan vuestro;
Redondilla
mas, como breve ocasión
90
no da lugar al consejo,
cuanto callo y siento dejo,
Celia, a vuestra discreción;
Redondilla
que el estar necio y turbado
justa disculpa ha tenido:
95
de mí, por recién venido,
y de vos, por desposado.
Redondilla
Con esto quiero rendirme,
que no es razón perdonarme,
ni a mí, por necio, alargarme,
100
ni a vos, por turbado, oírme.

Celia
Redondilla
Entrambas cosas creyera
trasladábades de mí,
si lo que habéis dicho aquí
esas dos faltas tuviera.
Redondilla
105
Vos seáis muy bien venido,
que con este desengaño
no podrá llamarse a engaño
ni la vista ni el oído.
Redondilla
Hable vuestra señoría
110
a mi prima.

Octavio
Deslumbrado
del sol podré, disculpado,
deciros que no la vía.
Redondilla
No tengo qué os ofrecer:
pedid de mi voluntad
115
a mi dueño la mitad
que la di en llegando a ver.

Lisena
Redondilla
Quitársela no es razón
a quien tan bien la merece;
lo que la mía os ofrece
120
es deuda y obligación;
Redondilla
que, en fin, ya sabéis mi nombre,
y, como menos turbada,
pues no soy la desposada,
digo que sois gentilhombre.

Octavio
Redondilla
125
Bésoos las manos, que ya
con ese crédito puedo
perder a mi dueño el miedo,
que atenta mirando está
Redondilla
las faltas que vos no veis,
130
como no soy para vos.

Celia
Si os habláis ansí los dos,
que me turbe excusaréis;
Redondilla
pero, si no estáis cansado,
entrad donde estéis mejor.

Octavio
135
En viendo vuestro valor,
descansé de mi cuidado.

Con reverencia se entran los tres.

Tomé
Redondilla
Detenga vuesa merced
el chapín, por cortesía,
si merece mi osadía
140
locutorio por la red;
Redondilla
y aunque no me ha preguntado
quién soy, ni a lo que he venido,
puesto que habrá presumido
que soy del Conde criado,
Redondilla
145
si el Conde se ha de llamar
viniendo aquí de secreto,
sepa que es el mismo efeto
esto en la que le quiero hablar.

Flora
Redondilla
Atenta a la cara estoy,
150
más que al libre razonado.

Tomé
¿Si la tengo de criado?
Pensó bien, el mismo soy.

Flora
Redondilla
¿Qué me quiere, finalmente?

Tomé
Esta ropa que he traído,
155
¿tiene lugar conocido
donde estar seguramente,
Redondilla
o de alojarse en posada?

Flora
Si sabe que esta ha de ser
la que el Conde ha de tener,
160
¿no es la pregunta excusada?
Redondilla
Aposento se le ha hecho
que el rey le puede ocupar.

Tomé
¿Y al alma qué le han de dar?

Flora
Daranle de Celia el pecho.

Tomé
Redondilla
165
¿Hallaré yo quien me dé
algún aposento a mí?

Flora
Para que le sirva, sí,
y cerca del Conde esté.

Tomé
Redondilla
¿Y para la voluntad?

Flora
170
¿Tan presto quiere aposento?

Tomé
Soy frágil, y luego intento
no padecer soledad.

Flora
Redondilla
¿El nombre?

Tomé
Tomé.

Flora
¡Buen nombre!

Tomé
¿El suyo?

Flora
Flora.

Tomé
Convienes,
175
Flor, con el nombre que tienes.

Flora
¿Es burla?

Tomé
¡Dichoso el hombre
Redondilla
que tuviera en su jardín…!

Flora
No lo digas; estas llaves
son del cuarto.

Tomé
¡Qué suaves
180
ojos! ¡Hoy serás mi fin!

Flora
Redondilla
Pon la ropa en él, y adiós;
y mira que desde aquí
corre esa hacienda por ti.

Tomé
¿Cuándo hablaremos los dos?

Flora
Redondilla
185
Advierte lo que te digo
y deja burlas.

Tomé
Sí haré.

FLORA se entre y OCTAVIO sale.

Octavio
¡Contento vengo, Tomé!

Tomé
Del que tienes soy testigo,
Redondilla
después que vi la Condesa.

Octavio
190
¿No te ha parecido hermosa?

Tomé
Cual suele salir la rosa
de su verde cárcel presa,
Redondilla
o la azucena esmaltada
de rayos de oro en marfil.

Octavio
195
¡Por mi vida que es gentil
y digna de ser amada!

Tomé
Redondilla
¿Cómo te va de deseo?

Octavio
Aunque he visto su valor,
en la cartilla de Amor
200
las primeras letras leo;
Redondilla
quiérola, no hay que tratar,
es buena para mujer;
y aunque es acabar de ver
comenzar a desear,
Redondilla
205
no me ha sucedido ansí.

Tomé
Tanto habrás imaginado,
que es menos lo que has hallado.
Las llaves me han dado aquí
Redondilla
del aposento en que estés.

Octavio
210
Pienso que será excusado,
que Celia a entender me ha dado
que su pensamiento es
Redondilla
que nos desposemos luego.

Tomé
¿Tan bien le pareces?

Octavio
Tanto,
215
que de permitirme espanto
que una hora tenga sosiego.
Redondilla
En obedecerla estoy;
que, aunque no estoy muy perdido,
para amores de marido
220
bastantes indicios doy;
Redondilla
pero, al fin, el yugo es grave.

Tomé
Ahora debes de estar
como quien mira a la mar
cuando ha de entrar en la nave.
Redondilla
225
Yo imagino el casamiento,
como si ella se secase
y en las arenas dejase
los hijos de su elemento;
Redondilla
que como allí se verían
230
tantas formas de pescados,
se verían los cuidados
que los casamientos crían:
Redondilla
enojos, impertinencias,
gastos, hijos, condiciones,
235
celos, iras y aun traiciones,
si se descuidan ausencias;
Redondilla
pero, como se verían
también perlas y corales
y otros diversos metales
240
que o se pierden o se crían,
Redondilla
así se miran también,
acertado un casamiento,
la honra, el gusto, el contento,
y el fin para el sumo bien.

FÉNIS, dama, huyendo

Fénis
Redondilla
245
Si le corre obligación
a un hombre, por hombre, el ser
amparo de una mujer,
aquí tenéis la ocasión;
Redondilla
caballero parecéis:
250
confirmaldo en ampararme.

Octavio
No acierto a determinarme,
tal confusión me ponéis.

Fénis
Redondilla
¡Mirad que me han de matar,
si no me escondéis!

Octavio
Tomé,
255
¿qué haré?

Tomé
¡Qué lindo. “Qué haré”!
Conmigo podéis entrar,
Redondilla
que aquí hay aposento y llave
donde segura estaréis.

Fénis
¡Alma y vida me daréis!

Éntrense.

Octavio
260
¡La mujer es bella y grave!
Redondilla
Algún suceso habrá sido
entre honor y amor causado;
ejemplos de desdichado
en vísperas de marido,
Redondilla
265
¡mal principio, triste agüero,
desdichas son prevenidas!

El Conde Fabricio, viejo, con la espada desnuda.

Fabricio
¡Quitarele dos mil vidas!
¿Habéis visto, caballero,
Redondilla
una mujer por aquí?

Octavio
270
En este punto llegó
una silla en que se entró
si es la mujer que yo vi;
Redondilla
y no la sigáis, que lleva
cuatro valientes soldados.

Fabricio
275
¿Que se cansan mis cuidados?
Aquí la traición se prueba:
Redondilla
todo estaba prevenido,
silla y soldados de guarda.
¿Qué es lo que mi honor aguarda?
280
Traición de Leonardo ha sido
Redondilla
¡A su casa voy, ah, cielos!

[Váyase].

Octavio
¡Qué bien despachado va,
si es marido! Sí será,
que hablaba en trai[ción y] celos.

Entre César y Albano, criado.

César
Redondilla
285
¡Qué tarde me has avisado!

Albano
Por detener a Fabricio.

César
Fue de poco seso indicio
el haberla amenazado.

Albano
Redondilla
¿Qué llamas amenazar?
290
¡Y aun ejecutar su muerte!

César
¡Que pudo salir de suerte
que no la viese pasar,
Redondilla
estando esperando enfrente!

Albano
Ya te he dicho cuanto pasa.

César
295
¿Si se entró en alguna casa?

Octavio
Este es galán o pariente.

Albano
Redondilla
De Celia a la puerta está
un gallardo forastero.

César
¿Habéis visto, caballero,
300
un hombre mayor que va
Redondilla
desnuda la espada?

Octavio
Aquí
sin color, me preguntó
por una mujer, y yo
que la vi le respondí
Redondilla
305
entrar en una bordada
silla que dos turcos llevan;
pero es error que se atrevan
bríos de la edad pasada
Redondilla
a un caballero que allí
310
ella Leonardo llamó,
por cuyos brazos entró
adonde os digo.

César
¡Ay de mí!

Octavio
Redondilla
Porque lleva seis soldados,
y aun españoles parecen.

César
315
¡Aquí, con mi honor, fenecen
mis amorosos cuidados!
Redondilla
De los dos concierto ha sido;
no tuve celos en vano.

Octavio
Aquel caballero anciano
320
¿es su padre, o su marido?

César
Redondilla
Su padre, que locamente,
por amenazarla, dio
la causa que la obligó
a que su deshonra intente.

Octavio
Redondilla
325
¿Quién es?

César
El conde Fabricio.

Octavio
¿Que es mujer tan principal?
Y este Leonardo, ¿es su igual?

César
Llevársela, ¿no es indicio?
Redondilla
Vos, ¿quién sois?

Octavio
Un caballero
330
milanés, que en este punto
llegó a Nápoles.

César
Pregunto,
haciendo salva primero
Redondilla
al secreto y cortesía:
¿sois el conde Octavio?

Octavio
Soy
335
quien comienza desde hoy
esta empresa, ajena o mía.

César
Redondilla
El daros satisfacción
me toca de aquesta dama,
por mi honor y por su fama;
340
pero no en esta ocasión.
Redondilla
Dadme licencia que luego
os vuelva a ver.

Octavio
Id con Dios.

Váyanse y entre [Tomé].

Tomé
Aguardaba que estos dos
se fuesen; muriendo llego
Redondilla
345
de risa, por una parte,
y por otra de pesar.

Octavio
No te acabaste de entrar,
tanto que aun pudo toparte,
Redondilla
cuando el padre de esa dama
350
que nos ha pedido ayuda
vino, la espada desnuda,
para defender su fama.
Redondilla
Díjele que la llevó
en silla un galán,
355
y que seis soldados van
en su escolta, y lo creyó,
Redondilla
diciendo: “Traición ha sido
de Leonardo”, y fuése airado
tras esto; el más agraviado,
360
si pensó ser su marido,
Redondilla
y, como viste, gallardo,
vino, y de la misma suerte
fuego por los ojos vierte
en busca del tal Leonardo,
Redondilla
365
que, seguro de su ofensa,
no sabrá qué responder.
¿Qué has hecho de esta mujer?
Y ella, ¿qué dice, o qué piensa?
Redondilla
Porque, ¡vive Dios!, que ha sido
370
defenderla necio error,
porque son cosas de honor
donde hay padre y hay marido.

Tomé
Romance (tirada)
Señor, si tan cierto sabes
que es aquesta noble dama
375
hija del conde Fabricio,
¿por qué te pesa de darla
favor en esta ocasión?
Que un padre injusto la casa
contra su gusto. ¿Es delito
380
huir la desnuda espada
de un hombre que con la ira
cerca estuvo de matarla?
Y a ti, porque la defiendas
¿puede resultarte infamia?

Octavio
385
Nunca te he visto tan necio.
¿Parécete que es ganancia
dar a Celia pesadumbre
por esconderla en su casa,
y a su padre y su galán
390
para que se ofendan causa?
¡Que bien dicen que ninguno
sabe, cuando se levanta,
en qué ha de acabar el día!
Porque, ¿quién imaginara
395
lo que nos ha sucedido?

Tomé
Señor, tú puedes dejarla
por los respetos que dices,
puesto que es cosa inhumana;
pero yo, si dos mil vidas
400
me cuesta, no he de entregarla
al tirano que la fuerza.

Octavio
¡Necio!, ¿qué furor te engaña?
¿No es locura que a su padre
escondas, sin irte nada,
405
una mujer principal?

Tomé
Yo sé que me disculparas
si la hablaras o la vieras.

Octavio
Si la viera o si la hablara,
le aconsejaría su honor.

Tomé
410
¡Ah, señor!, que en nuestras almas
tiene gran jurisdicción
la hermosura en la desgracia;
aquel mero mixto imperio
que tiene una hermosa cara
415
bañado en líquido aljófar
sobre dos rosas de nácar,
¿a qué bárbaro no rinde
de la más desierta Arabia?
¿A qué fiera donde el Nilo
420
las siete bocas desagua?
Parece que a las mujeres
dio Naturaleza sabia
horca y cuchillo en los ojos,
y más si lloran con gracia.
425
Si vieras tú, como yo,
dos estrellas animadas
llover perlas en claveles,
por dos caminos de plata;
si vieras, entre suspiros,
430
que con una mano blanca
limpiaba soles un lienzo
que el dolor bañaba en agua;
si vieras unos cabellos
que descompuestos bajaban
435
a servir de celosías,
porque dos niñas se bañan
y que entre estos efectos
formaba tiernas palabras
el instrumento más dulce
440
de las acciones humanas,
diciendo: “¡Ay, padre cruel!,
¿por qué me fuerzas y casas
con un hombre que aborrezco?”,
¿qué dijeras, qué intentaras?
445
No es hombre quien esto sufre,
áspid de la Escitia helada
anima su ingrato pecho,
pues que la deuda no paga
a las mujeres debida
450
desde las primeras fajas,
desde la primera cuna,
y aun antes que el hombre salga
a la luz del sol, que allí
como víbora las mata
455
con achaques, con antojos
y aun con la vida.

Octavio
No hagas
en su defensa, Tomé,
conmigo oración tan larga;
no tienen hombre en el mundo
460
que como yo satisfaga
la deuda a los nueve meses;
pero, en la presente causa,
¿qué puedo hacer yo por ella?

Tomé
Solo hablarle y consolarle,
465
ya que se valió de ti;
que ella te dará la traza,
como tú la favorezcas.

Octavio
¿Adónde está?

Tomé
En esta sala.

Octavio
¿Viéronla entrar?

Tomé
Fue ventura,
470
que en corredor ni ventana
no estaba persona entonces.

Octavio
Abre, y pon luego la aldaba.

Salga Fénis.

Fénis
Lira
Si donde la belleza
del exterior ornato y compostura
475
confirma la nobleza
y las obligaciones asegura
de un noble caballero,
de vuestros pies favorecerme quiero.

Octavio
Lira
Tened, tened, señora.

Fénis
480
No juzguéis mi desgracia a culpa mía,
pues oyéndome ahora
culparéis de un tirano la porfía,
cuyo acero desnudo,
si no fuera por vos, matarme pudo.
Lira
485
Pensaréis que ha nacido
de ser liviana yo la inobediencia
de que estará ofendido;
pues sabed que es valor mi resistencia
y una virtud causada
490
del mismo honor a que nací obligada.
Lira
Es el conde Fabricio
mi padre, de alta sangre y de alto nombre;
mas como el buen juicio
y la virtud hagan perfecto al hombre,
495
entre gente que sabe
no hay alto nacimiento que se alabe.
Lira
Dos nobles caballeros
me han pretendido, en sangre y renta iguales,
pero satisfaceros
500
puedo segura yo que, con ser tales,
ninguno me ha inclinado
a ser oído, cuanto más amado;
Lira
César llaman al uno,
Leonardo al otro; el César, con el nombre,
505
no sufre igual ninguno
en el valor, en rico y gentilhombre;
pero no le ha valido
para ser a Leonardo preferido:
Lira
pidiéndome arrogante
510
mi padre concertó mi casamiento;
Leonardo, al mismo instante,
le declaró también su pensamiento,
con que, dudoso el viejo,
si no la voluntad, mudó consejo;
Lira
515
César, en esto airado,
por quitar a Leonardo la esperanza,
libre y desatinado,
dijo, mintiendo, ¡extraña confianza!,
entre algunos señores
520
que tenía de mí falsos favores,
Lira
y Leonardo presente
a la conversación de cierto día,
se alabó libremente
de que por prendas de mi amor tenía
525
lo que puede la boca
permitir de licencia al que la toca.
Lira
La honestidad consiste
en resistir los labios una dama,
que si no los resiste,
530
para su infamia abrió los de la fama;
porque quien los entrega
confiesa, mas con la lengua niega,
Lira
melindre no os parezca
que mis labios sintiesen sus agravios,
535
que no es bien que merezca
la puerta del amor, que son los labios,
quien, antes de tenellos,
tan necio se alabó de merecellos.
Lira
Esta loca mentira
540
me dijo, visitándome, Leonardo
para moverme a ira,
y desde entonces esta afrenta guardo
de suerte en mi sentido
que le aborrezco cuando no le olvido.
Lira
545
Mi padre, que debiera,
por la misma razón, tenerle en poco,
en darme persevera
a un hombre para mí tan necio y loco;
que hoy quiere, hoy dice, hoy jura
550
que tengo de firmalle la escritura.
Lira
Nuestros deudos se juntan,
aunque él estaba ausente y recatado;
luego por mí preguntan,
yo salgo y miro con el rostro airado
555
a mi padre, al notario,
cual bravo con la espada a su contrario;
Lira
tomo la pluma, escribo,
al tiempo de otorgalla, que no quiero
ni admito ni recibo
560
a César por marido, y con severo
rostro en la escrita suma,
a espaldas vueltas arrojé la pluma.
Lira
No suele así cometa
pasar resplandeciendo por el viento,
565
y por senda imperfeta
correr para morir luego violento,
que yo partí encendida
de los agravios de que estoy corrida;
Lira
en leyendo lo escrito
570
saca mi padre contra mí la espada,
la puerta solicito,
todos le tienen, y salí turbada,
donde me hubiera muerto,
si no fuérades vos mi dulce puerto,
Lira
575
a cuyos pies os ruego
que mientras pasa del rigor la furia
no permitáis que, ciego,
intente hacerme tan notable injuria;
que, como el alma os muestra,
580
mientras tuviere vida, seré vuestra.

Tomé
Romance (tirada)
¡Vive Dios, que me ha cogido!
Gusto de señora tienes
que yo esperaba un romance,
y en verso grave procedes.

Octavio
585
Vuestra pena y la ocasión
me la ha [da]do de tal suerte,
aunque otro intento tenía
antes, señora, que os viese,
que determino, y es justo,
590
ser desde ahora obediente
a cuanto vos me mandéis,
puesto que la causa es fuerte;
que no sé qué he visto en vos,
de aquello que no se entiende,
595
que me ha mandado serviros,
aunque la vida me cueste.
Yo soy en aquesta casa
desde esta mañana, huésped,
que a tratar un casamiento
600
y que en su nombre concierte
por embajador me envía
cierto amigo que pretende
a Celia desde Milán;
así porque no tuviese
605
más segura voluntad,
en cuantos amigos tiene,
como porque yo venía
a negocios diferentes
a Nápoles con el Duque,
610
aquel Girón excelente,
que de Sicilia ha venido
habrá, señora, diez meses,
donde sucedió al marqués
de Villena, su pariente,
615
aquel Pacheco famoso,
que de tan nobles maestres
de Calatrava y Santiago,
honor de España, desciende.
Esto quiso que tratase
620
con esta dama, de suerte
que hoy la he visto, y es señora
que el conde Octavio merece,
que aqueste es el apellido
de este caballero ausente
625
soldado de buena fama
en Asti como en Verceli,
entre el Alpe y Apenino
caudaloso el Po desciende,
donde tiene algunas villas
630
que le adoran y obedecen.
No perderá Celia nada
cuando efectuado quede,
aunque no me lo ha parecido,
por algunos accidentes;
635
en este cuarto que veis
y que con vos se ennoblece,
aunque no lo imaginaba,
me mandó que me aposente;
porfié, no aprovechó;
640
obedecí y acatele;
mi nombre es Carlos; si acaso
en mi persona os parece
que hay algo noble, eso soy,
y para ser vuestro siempre.
645
Mirad ahora qué traza
dais en el rigor presente,
que estoy tal de haberos visto,
que me obliga a que os confiese
que me pesará en el alma,
650
con envidia de que llegue
otro alguno a mereceros.
Si a Celia queréis que os lleve,
ella hará las amistades
con vuestro padre y parientes;
655
si queréis estar aquí
el tiempo que os pareciere,
aposentos hay y llaves
que os aseguren y cierren.
Esto será con secreto,
660
porque Tomé solamente
ha de acudir a serviros.

Tomé
Y Tomé dice que puede
entregarle esta alcaidía,
porque desde Adán desciende
665
por línea recta de alcaides,
y la guardará fielmente
porque fue un agüelo suyo
alcaide de Los Donceles;
que llevarla a Celia ahora
670
es notable inconveniente,
que no vive sin envidia
la hermosura en las mujeres.
¡Ea!, pues, vusiñoría
escoja aposento y entre;
675
que un huésped en casa honrada
convidar pudo otro huésped,
y sálgase fuera Carlos,
que solo se le concede
que pueda ver esta dama
680
los miércoles y los viernes.

Octavio
Señora, Tomé es un loco;
aquí no hay cosa que os fuerce
si no es vuestra voluntad.

Fénis
Esa basta.

Octavio
Si lo fuese.

Fénis
685
No sé lo que puede ser.

Octavio
¿Cómo es vuestro nombre?

Fénis
Fénis.

Éntrese.

Octavio
¡Qué bien parecen las cosas
que con los nombres convienen!

Tomé
¿Qué quieres conceptear
690
de este pájaro celeste,
si lo es de hermosura y gracia,
y traer en cultos fuelles
los céfiros orientales,
con que sus llamas enciende
695
y que en canelas y aromas
la purpúrea pluma envuelve
para volver a nacer?

Octavio
¡Ay, Tomé!

Tomé
Pues bien, ¿qué tienes?
No hay borrico que suspire,
700
en viendo los alcaceres,
como tú por cualquier hembra.

Octavio
Mucho esta Fénis ofende.
No he visto cosa…

Tomé
¡No más!

Octavio
Loco me deja.

Tomé
¡Detente!

Octavio
705
¿Qué haré de Celia?

Tomé
Casarte.

Octavio
¿Cómo casarme?

Tomé
O volverte.

Octavio
¡Hay tal mudanza!

Tomé
¿Qué dices?

Octavio
¡Qué confusión!

Tomé
Ya no puedes
hacer otra cosa.

Octavio
Calla,
710
que el hombre que más entiende,
adonde amanece sabe,
pero no donde anochece.

[Váyanse]. Entren Leonardo, Fabricio y César.

Leonardo
Terceto
Yo no soy hombre a quien hablar se puede
con esa libertad.

Fabricio
No es la mía
715
cuando el agravio a la prudencia excede.

Leonardo
Terceto
Para mí lo será vuestra porfía,
si en ese loco engaño persevera.

César
Aquí la fe no estriba en cortesía,
Terceto
y, hablando cuerdamente, no quisiera
720
que el Conde en esto hubiera anticipado
lo que deciros yo mejor pudiera.

Fabricio
Terceto
De vos también me llamaré agraviado,
César, aunque conozco que es respeto
a las muestras del tiempo que ha pasado;
Terceto
725
que llegando a poner en justo efeto
lo que debo a quien soy, no ciño espada
para que [a] ajena mano esté sujeto.

César
Terceto
Yo no respeto vuestra edad pasada,
mas digo que me toca por la mía,
730
como parte en su honor más agraviada.

Leonardo
Terceto
De alguno de los dos saber querría
en qué se funda engaño tan notable
para satisfacer vuestra porfía.

César
Terceto
Deme licencia el Conde que yo hable.

Fabricio
735
Decid, pues todo tiene un mismo intento
y un mismo sentimiento irreparable.

César
Terceto
Yo le pedí, Leonardo, en casamiento
al Conde a Fénis, y con más ventura
que vos, sin oponer merecimiento,
Terceto
740
el gusto de su parte me asegura,
y para que quedase concluido,
hoy habemos firmado la escritura;
Terceto
no vino en esto Fénis y, sentido,
el Conde amenazola con la espada,
745
del desprecio de entrambos ofendido;
Terceto
la casa, en detenerle alborotada,
no vio salir a Fénis, que a sentilla,
no hubiera sido Troya desdichada,
Terceto
pues fue caballo griego cierta silla,
750
incendio injusto que su casa espera,
si no puede el peligro reducilla;
Terceto
no vino sola, puesto que pudiera,
que con soldados españoles vino,
que fuera mayor mal si se supiera;
Terceto
755
la causa de intentar un desatino
Fénis, como este, inobediente al Conde,
aunque no es en el mundo peregrino,
Terceto
dicen que sois, y que por vos se esconde,
conociendo los turcos y criados,
760
y que la voz común señala adónde;
Terceto
ahora no os admire que, agraviados,
vengamos a pediros, como es justo,
si obliga a caballeros tan honrados,
Cuarteto
excuséis la ocasión de este disgusto
765
restituyendo a Fénis, que, en efeto,
no os está bien un caso tan injusto,
y basta para un hombre tan discreto.

Leonardo
Redondilla
Aunque reportado y sabio
fundastes vuestra razón,
770
de la injusta presunción
debo formar justo agravio.
Redondilla
Es verdad que yo he servido
a Fénis, tan desdichado,
que para ser despreciado
775
apenas dicha he tenido;
Redondilla
también lo es que la pedí,
y que el Conde se excusó,
si de Fénis entendió
cuán desestimado fui;
Redondilla
780
pues si César es testigo
de aqueste aborrecimiento,
¿cómo tanto atrevimiento
pudiera intentar conmigo?
Redondilla
¿Yo silla, yo turcos, yo
785
españoles, yo soldados?
¿De un hombre estáis agraviados
a quien siempre aborreció?
Redondilla
¿De tanto desprecio mío
tanta ventura se infiere?
790
Digo que si un hombre hubiere
que afirme tal desvarío,
Redondilla
quiero quedar por infame.

Fabricio
¿Y si hay un hombre que os vio?

Leonardo
¿A mí?

Fabricio
Sí.

Leonardo
Si fuere yo,
795
que lo que he dicho me llame.

Fabricio
Redondilla
Venid conmigo

Leonardo
Yo iré;
pero no ha de haber traición,
que con esa condición
solo y sin armas saldré.

Fabricio
Redondilla
800
¿Será de Celia segura
la casa?

Leonardo
Ninguna habrá
como ella.

Fabricio
Pues allí está.

Leonardo
Mi inocencia me asegura.

Fabricio
Redondilla
Necia disculpa.

César
Fingida;
805
pero no le ha de valer,
que a Fénis ha de volver,
o le ha de costar la vida.

[Váyanse]. Fénis y el Conde Octavio.

Fénis
Quintilla
¿Qué crédito os puedo dar,
Carlos, en tiempo tan breve?

Octavio
810
El que a sí misma se debe
la que me pudo matar.

Fénis
¿En dos horas puede amar
Quintilla
un hombre con tal rigor?

Octavio
En años diréis mejor,
815
y esta verdad asegura
que al hacer vuestra hermosura
el cielo, nació mi amor;
Quintilla
y antes es muy cierta cosa,
porque si el cielo sabía,
820
como es cierto, que os había
de hacer, Fénis, tan hermosa,
mi voluntad amorosa
Quintilla
que es tan antigua recelo,
y de este breve desvelo
825
puedo decir con verdad
que es amor y voluntad
desde que lo supo el cielo.
Quintilla
Luego viene a ser mi amor,
cuando pensó fabricaros
830
el cielo, para obligaros
a la antigüedad mayor;
mirad si debéis favor
Quintilla
a quien ha tanto que os ama
y su dulce dueño os llama,
835
pues desde el tiempo que fuistes,
vos para Fénis nacistes
y yo para vuestra llama.
Quintilla
Cuantos siglos han pasado
desde que pensaba haceros
840
tiene mi amor en quereros
y me debéis de cuidado;
y así, cuantos han amado,
Quintilla
lo han aprendido de mí,
que el primer amante fui;
845
pues cuando el cielo pensó
haceros, amaba yo,
pues antes que fuese os vi;
Quintilla
de suerte que me han debido
su principio los amores,
850
y vos los mismos favores
que si os hubiera servido,
porque si yo hubiera sido,
Quintilla
esto que os digo os dijera
en cualquier tiempo que os viera,
855
pues es cierto que los dos,
que o no naciérades vos,
o que yo luego os quisiera.

Fénis
Quintilla
Si como en burlas habláis
con esas vanas quimeras
860
hablara el alma de veras,
que vos decís que me dais,
no dudéis, si lo dudáis,
Quintilla
que estuviera agradecida;
pero siéntome ofendida
865
de que finjáis voluntad,
que el amar con libertad
no es de voluntad rendida.
Quintilla
Buscar sutiles caminos
de decir altos concetos
870
bien puede ser de discretos,
pero no de amantes finos;
obligar con desatinos,
Quintilla
en las obras suele estar,
no en el estilo de hablar;
875
que el más bajo entendimiento
sabe hallar un pensamiento
sutil, si quiere engañar.
Quintilla
Carlos, yo estoy en estado
que podré hablaros y veros,
880
pero no podré quereros,
aunque me habéis obligado;
no por ajeno cuidado,
Quintilla
sino por desdicha mía;
solo deciros querría
885
que ya con llana amistad
obliga mi voluntad
Quintilla
vuestra mucha cortesía.
Discreto sois, bien me veis
en las desdichas que estoy;
890
soy quien vos sabéis que soy,
pues ya mis padres sabéis,
y no porque me amparéis
Quintilla
os digo, testigo es Dios,
ni por saber de los dos,
895
lo que hacer el tiempo quiere:
que si algún hombre quisiere
en el mundo, seréis vos.

Entre Tomé.

Tomé
Romance (tirada)
¡Que no le basta al Amor
ser ciego, sino que quiera
900
hacerse sordo también!

Fénis
¡Ay, triste, si viene Celia!

Tomé
¿No habéis oído los golpes
con que nos quiebran la puerta
padre y marido de Fénis?

Octavio
905
Retírate como puedas,
y abre tú.

Tomé
Voy.

Fénis
¡Cielo santo!,
no os parezca inobediencia.

Éntrese. Entren Leonardo, Fabricio y César.

Tomé
Entrad, que aquí está don Carlos.

Fabricio
¡Por Dios, señor, que me pesa
910
de inquietaros!

Octavio
Escribía
ciertas cartas.

Fabricio
Hablad, César.

César
Mejor es que vos digáis
lo que a la puerta de Celia
os dijo el señor don Carlos.

Fabricio
915
Señor don Carlos, quisiera
excusaros este enojo,
pero por mi honor es fuerza:
¿hoy no os pregunté si vistes
una mujer a esta puerta?

Octavio
920
Es verdad, y respondí
que dos turcos de librea,
con seis soldados de escolta,
en una silla la llevan;
y vos dijistes entonces:
925
“¡Traición de Leonardo es esta!”

César
Lo mismo a mí me dijistes.

Leonardo
¡Buena manera de prueba
para saber que soy yo
dueño de tan loca empresa!
930
Decid, caballero noble:
¿Iba yo entonces con ella?

Octavio
Yo no os he visto en mi vida.

Leonardo
Pues ¿es razón que se infiera
que, aborreciéndome Fénis,
935
autor de este insulto sea
y que digáis que la tengo?
¿No era cosa más discreta
buscarla entre religiosas,
donde estará con decencia,
940
como se ha de presumir
de una señora que deja,
por altiva o por su gusto,
el casamiento de César?

César
Dice bien; mucho se ha errado;
945
que si luego se siguiera
fuera el reducirla fácil.

Fabricio
Hija indiscreta, ¿qué intentas?
¿Por qué me quitas la vida?

Vase.

César
Y a mí el alma, que me llevas
950
en el desdén con que huyes
y en el dolor que me dejas.
Tengo yo de ser Apolo,
para pedir que te vuelvan,
Fénis, por los dioses laurel,
955
o, como Anaxarte, piedra.
Arrepentido de amarte,
buscar quisiera las yerbas
de los montes de Tesalia
para olvidar tu belleza.

Vase.

Leonardo
960
Yo, caballero, no soy
quien de Fénis se lamenta;
mas soy quien en tal fortuna
de mi enemigo se venga.
Mirad el estado mío
965
por aquella ingrata bella;
que me alegro de que falte,
para que César la pierda.

Vase.

Octavio
Extraño suceso.

Tomé
Extraño.
si las fábulas le cuentan.

Octavio
970
¿Dónde está escondida Fénis?

Tomé
Ese pabellón de tela
que está en el cuarto aposento
es del sol de su belleza
el ocaso en que se ha puesto
975
y la nube que le cerca.

Octavio
La noche baja, Tomé,
y a Fénis no se le acuerda
cómo ha de pasar la noche.

Tomé
Si aquí nos bajan la cena,
980
de criados y criadas
será imposible esconderla,
y si por ventura subes,
señor, a cenar con Celia,
¿qué le daremos a Fénis?

Octavio
985
¿De la cena se te acuerda,
y no de toda una noche?

Tomé
Eso no cause pena;
conmigo podrá dormir.

Octavio
¡Qué burlas, Tomé, tan necias
990
para tantas confusiones
como esta noche me esperan!
Nunca la vieran mis ojos,
nunca, Tomé, te dijera
que la metieras aquí.

Tomé
995
¿Quiéresla bien, bien de veras?

Octavio
¿Verá nadie su hermosura
sin que por ella se pierda?
Yo aseguro que en el mundo
sucedió cosa como esta
1000
en término de dos horas,
pues, casándome con Celia,
en su misma casa tengo
por quien el dejarla es fuerza.

Tomé
Ten ánimo, que a la parte
1005
del corredor que a esa huerta
mira, he visto un camarín,
cifra sutil de Venecia;
de la mitad de tu cama
haré a Fénis en que pueda
1010
pasar esta noche y cuantas
no sepan sus padres de ella:
cerrárase por de dentro
que aldaba tiene la puerta,
para que, de ti segura,
1015
si no de sí misma, duerma;
puesto que, siendo quien es,
aunque sin llave estuviera,
yo sé que la respetaras,
por no infamar tu nobleza;
1020
pero en duda, porque Amor,
cuando todos duermen, vela,
quitémosle la ocasión.

Octavio
Entro a despedirme de ella
para ver a Celia. ¡Ay, cielos!
1025
¿Quién pensara que estuviera
la dulce gloria de Fénis
en el infierno de Celia?


Acto II

(CELIA y LISENA.)

Lisena
Redondilla
Con razón tu dicha alabas,
pues a la fama responde.

Celia
1030
¿No es galán, Lisena, el Conde?

Lisena
Como tú le imaginabas;
Redondilla
que a tus melindres no hubiera
con menos gracia y valor
satisfacción.

Celia
Fue temor
1035
que menos gallardo fuera;
Redondilla
así suelen engañar
los casamientos ausentes.

Lisena
No es poco que te contentes.

Celia
No pudiera imaginar
Redondilla
1040
mayor dicha que he tenido,
puesto que el temor no cesa.

Lisena
Cortés estuvo en la mesa,
gracioso y entretenido.

Celia
Redondilla
Sí, pero no me miró
1045
como quien tiene deseo;
que no le enamoro creo,
y que vengo a estarlo yo.
Redondilla
Si tuviera bien impresa
mi voluntad, con mirar
1050
más había de cenar
en mis ojos que en la mesa.
Redondilla
No le veo con cuidado
de enamorado, Lisena,
que más estuvo en la cena
1055
inquieto que enamorado.
Redondilla
¿Y cuál hombre con amor
se despidiera tan presto?

Lisena
El que le tienes te ha puesto
ese excusado temor,
Redondilla
1060
que el irse fue cortesía
por no parecer cansado;
ni ha de estar enamorado
y tan perdido en un día.
Redondilla
Ayer te vio, ¿qué le quieres?

Celia
1065
Que esa disculpa le des,
Lisena, es justo, después
que somos propias mujeres,
Redondilla
pero no cuando nos miran;
que es bien que atentos estén
1070
mientras, esperando el bien
con la esperanza suspiran.
Redondilla
No es tan cortés el amor.

Lisena
El irse presto lo es.

Celia
No le quiero tan cortés,
1075
más necio fuera mejor.
Redondilla
Luego que el Conde llegó
más atento me miraba,
para volverse cenaba,
según la prisa se dio.
Redondilla
1080
¿Y cuál hombre no me hubiera
esta mañana enviado,
por cumplimiento, un recado,
cuando por amor no fuera?

Lisena
Redondilla
¿A un hombre cansado quieres
1085
poner culpa?

Celia
Si lo está,
de mí disculpa tendrá.

Lisena
¡Brava en los principios eres!
Redondilla
No comiences por celosa,
que desenamoran celos.

(FLORA salga.)

Flora
1090
No han hecho dama los cielos
en casarse más dichosa.

Celia
Redondilla
¿Qué hay, Flora? ¿Está levantado
el Conde?

Flora
Cuando llamé,
agua le daba Tomé.
1095
Entré y dile tu recado.
Redondilla
Recibió los buenos días
con mucho gusto y placer,
que sabe muy bien hacer
amorosas cortesías.
Redondilla
1100
Dije que le suplicabas
de tu gente se sirviese,
que de que solo estuviese
con notable pena estabas.
Redondilla
Respondiome que no había
1105
de servirle, hasta casarse,
ninguno, por no obligarse
después a descortesía.
Redondilla
Tomó el almuerzo Tomé;
con tanto me despedí.

Celia
1110
¿No te preguntó por mí?

Flora
Eso muy despacio fue,
Redondilla
y con un grande recado
del deseo que tenía
de verte.

Celia
¡Y dormido había
1115
hasta las diez descuidado!

Flora
Redondilla
¿Pues, cansado, qué ha de hacer?

Celia
¿Cómo no ha subido aquí?

Flora
Por darte lugar ansí
que te puedas componer;
Redondilla
1120
y fuera estilo grosero
usar de esa libertad;
merece tu voluntad,
que es un galán caballero
Redondilla
bien hablado y entendido.

Celia
1125
¿Júzgasle tú enamorado?

Flora
Si al espejo te has mirado,
ociosa pregunta ha sido.
Redondilla
Las joyas que te ha de dar
dijo que estaba esperando.

Celia
1130
Amor le pido, que cuando
se ama es la mayor amar.

Flora
Redondilla
Eso yo te lo aseguro,
y que se muere por ti.

Celia
¡Que yo trate de esto ansí!
1135
Que me desconozco os juro.

Lisena
Redondilla
En lo justo no hay recato;
Licencia tiene quien ama.

Flora
Como enfrente de su cama
está puesto tu retrato,
Redondilla
1140
díjele yo si quisiera
tener el original,
y dijo que dicha igual
pedir al cielo pudiera.

Celia
Redondilla
Toma, Flora, aquel vestido
1145
que hice para la entrada
del Virrey, que ser amada
deseo.

Flora
Los pies te pido,
Redondilla
y cree que lo serás.

Lisena
Perdida, Celia, te veo.

Celia
1150
Como es honesto el deseo,
se atreven los ojos más.

([Váyanse.] CONDE OCTAVIO y TOMÉ.)

Octavio
Lira
Mala noche he pasado.
Conté las horas, no conté las penas.

Tomé
¿De una hora enamorado?

Octavio
1155
¿Qué importa, si la sangre de las venas
me abrasa aquel veneno?

Tomé
Nunca duermo mejor que cuando ceno.
Lira
Cenó Fénis muy poco,
o fuese por melindre o por cuidado;
1160
pero yo, como un loco,
dejé un capón muy tierno y bien asado
en pura notomía
que así lloraba, aunque cantar quería.
Lira
Cerró la puerta luego,
1165
y trató de acostarse.

Octavio
¡Caso extraño
y laberinto ciego,
que Fénis, sin temer humano engaño,
en su casa amanezca
y entre dos extranjeros anochezca!
Lira
1170
¡Y yo, que no pensaba
verla en mi vida, esté como me veo!

Tomé
Cuando ya se acostaba,
hacia la puerta me llevó el deseo,
permitiendo la llave
1175
entrar la vista a su persona grave.
Lira
Iban los alfileres
quitando los marfiles de las manos,
que son en las mujeres
fácil prisión de sus adornos vanos,
1180
porque en los rostros bellos
no hay hermosura como estar sin ellos.
Lira
Quitó luego las joyas,
ropa y jubón; al fin, quedó en manteo
que abrasara mil Troyas,
1185
a no enfrentar respetos el deseo;
que luego manifiesta
honra y valor una mujer honesta.
Lira
Bajó de los chapines
Fénis al suelo dos pequeñas basas
1190
de ramos de jazmines,
aun con estar a solas, tan escasas,
que apenas pude verlas;
mas vi la honestidad vertiendo perlas,
Lira
porque, con el manteo,
1195
hizo una rueda al desatar las cintas,
y un muro a mi deseo.

Octavio
Agrádame el recato con que pintas
esta hermosura honesta.

Tomé
En fin, no sé cuál de las dos se acuesta,
Lira
1200
o Fénis en la holanda,
o la holanda en su nieve. Pero apenas
que se sosiegue manda
aquella blanca imagen de azucenas
el fugitivo sueño,
1205
cuando su pena se rebela al dueño.
Lira
“¡Ay!, dijo Fénis triste,
¿adónde estás, sin padres y sin honra?
¿Por dónde me trujiste,
Fortuna, a padecer tanta deshonra?
1210
Quitárasme la vida
con darme muerte adonde fui nacida.
Lira
Que aqueste caballero,
en sabiendo mis padres este engaño,
ha de ser lo primero
1215
matarle a él, y tengo de su daño
más pena que del mío.”
Aquí dos tiernas lágrimas le envío
Lira
que, por la misma llave,
presumieron los ojos que saldrían,
1220
y que a su pecho grave
entre las alas de un suspiro irían.
Calló, quizá pensando
que la estabas entonces escuchando.

Octavio
Lira
Ella se ha levantado.
1225
¿Cerraste bien la puerta?

Tomé
No imagines
descuido en mi cuidado.

Octavio
Hacia esta cuadra suenan los chapines.
¡Por Dios que sale hermosa!
Tal suele el nácar descubrir la rosa.

(FÉNIS.)

Fénis
Redondilla
1230
Buenos días, si es que yo
buenos os lo[s] puedo dar.

Octavio
Vos lo podéis comenzar,
pues con vos el sol salió,
Redondilla
y a quien escuras vivía,
1235
mirad si darlos podéis,
pues hasta ahora no habéis
traído a la Tierra el día.
Redondilla
Ya que os habéis levantado,
parece que habéis traído
1240
flores en los pies, que ha sido
volver esta sala en prado.
Redondilla
Daba en aquestos cristales
el Sol, y, en viéndoos salir,
fuese, porque a competir
1245
no tiene rayos iguales.
Redondilla
Preguntaros cómo habéis
dormido, no será justo,
que si el sueño sig[u]e al gusto,
muchos disgustos tenéis,
Redondilla
1250
y tal el sueño habrá sido;
pues yo os prometo que yo
no he dormido.

Fénis
¿Por qué no?

Octavio
Porque vos no habéis querido.

Fénis
Redondilla
¿Yo os quito el sueño?

Octavio
Pues, ¿quién?

Fénis
1255
Pues ya me dais ocasión,
hablaros claro es razón.
Escuchad.

Octavio
Decís muy bien.

Fénis
Redondilla
¿Podré yo fiarme ahora
de un hombre que me ha engañado?

Octavio
1260
¿Yo a vos?

Fénis
Sí, que os he escuchado
cuanto habéis hablado a Flora.
Redondilla
Que érades Carlos fingistes
siendo vos el Conde Octavio.

Octavio
¿Eso tenéis por agravio?

Fénis
1265
Mintiendo, agravio me hicistes;
Redondilla
pero esto no importa nada.
Mas de venir a casaros
con Celia, no hay disculparos
de haberme dado posada,
Redondilla
1270
que soy mujer principal
y tan buena como vos,
y posar juntos los dos,
si os está bien, me está mal,
Redondilla
porque cuando hubiera sido
1275
mi desdicha hallarme aquí,
era gran disculpa en mí
que estaba con mi marido;
Redondilla
pero pues no puede ser,
y a tanto peligro estoy,
1280
que vuestra mujer no soy
y que vos tenéis mujer,
Redondilla
mire Tomé si parece
gente en casa, y yo me iré.

Octavio
¿Queréisme escuchar?

Fénis
Sí haré,
1285
que el ser quien sois lo merece.

Octavio
Redondilla
Que soy el Conde es verdad,
y que a Celia vine a ver;
pero no que es mi mujer,
que hay mucha dificultad;
Redondilla
1290
porque, en duda, si contenta
del ver, al ejecutar
es jornada por la mar
que suele correr tormenta.
Redondilla
Porque vine disfrazado
1295
os dije que Carlos fui,
y si ayer a Celia vi,
¿cómo puedo estar casado?
Redondilla
Cuando de verla bajé,
os vi a vos, y aunque traía
1300
la imagen que visto había,
vuestra mano entonces fue
Redondilla
como pincel de pintor
que lo otro pintó mal
borra con destreza igual
1305
para pintarlo mejor.
Redondilla
Vos, sobre aquello borrado,
pintastes una figura
que de la misma hermosura
fue peregrino traslado.
Redondilla
1310
Mirad lo que me debéis,
pues de lo que entonces vi,
no ha quedado más en mí
del lienzo en que vos pintéis.
Redondilla
Luego mudé pensamiento,
1315
y aquella imaginación
no mudó la ejecución,
sino solo el casamiento.
Redondilla
En la misma casa ha sido
donde me vengo a casar,
1320
ni vos podéis excusar
el ser yo vuestro marido,
Redondilla
si esto se viene a saber.
De suerte que no hay engaño
si al llegar el desengaño
1325
digo que sois mi mujer.

Fénis
Redondilla
El remedio está dudoso,
Conde, y el peligro cierto;
que después de descubierto
es mi deshonor forzoso,
Redondilla
1330
si vos, por la obligación
de Celia, habéis de dejarme,
y así es mejor no engañarme,
que será baja traición.
Redondilla
Yo me puedo ahora ir.
1335
Mira si hay gente, Tomé.

Octavio
Fénis, Fénis, si esta fe,
si este amor llamáis fingir,
Redondilla
¿cuál ha sido verdadero?

Fénis
Dejadme.

Octavio
Señora, oíd:
1340
que os han de ver advertid.
Mirad que soy caballero
Redondilla
que sabe su obligación.

Fénis
Y yo las que tengo sé.

Octavio
¡Tenla, detenla, Tomé!

Tomé
1345
Temo que dais ocasión
Redondilla
para que os sientan en casa.
¿Dónde te vas a perder?

Fénis
Tomé, ¿qué tengo de hacer
si el Conde Octavio se casa?

Tomé
Redondilla
1350
No casará, ¡vive el cielo!

Octavio
¡Júralo, Tomé, por mí!

Fénis
Ayer a entrambos os vi,
¿qué os debo?

Tomé
Un honesto celo,
Redondilla
una piedad, un amor,
1355
una estimación nacida
de un alma, Fénis, rendida
a la fe de tu valor.
Redondilla
No pag[u]es mal la posada
del alma y del camarín,
1360
la cena y cama, que, en fin,
estás por noble obligada.
Redondilla
¿Qué huésped, por vil que sea,
Fénis, se va sin pagar?

Fénis
Tomé, ¿quiéresme dejar?

Tomé
1365
¿Quieres que Celia te vea?
Redondilla
¡Mira aquel hombre, por Dios,
que está en los güesos por ti!

Fénis
No pienso quedarme aquí
si no me matáis los dos.

Tomé
Redondilla
1370
¡Plega a Dios, si se casare
mi amo, si no es contigo,
que me mate el más amigo
de quien el alma fiare!
Redondilla
¡Mira que de veras lo juro!

(Llaman.)

Octavio
1375
Que llaman, Tomé.

Tomé
Señora,
éntrate siquiera ahora,
que por tu honor lo procuro.

Fénis
Redondilla
Más peligro es hoy tu engaño
que mis desdichas ayer.

(Éntrese.)

Tomé
1380
Voy a abrir.

Octavio
¿Quién puede ser
que no pretenda mi daño?

(CÉSAR, entre.)

César
Redondilla
Desde ayer me prometí
serviros, aficionado
a vuestro ingenio y agrado
1385
y a lo que hicisteis por mí;
Redondilla
y hoy, que de cierto he sabido
que sois persona tan grave
que ya en Nápoles se sabe,
Conde, a lo que habéis venido,
Redondilla
1390
de que os doy el parabién,
vengo a ofreceros persona,
casa y vida.

Octavio
Si me abona
lo que vos decís tan bien
Redondilla
y que ya sabéis de mí
1395
el no me haber descubierto
me perdonad, que al concierto
vine disfrazado ansí.
Redondilla
Ya me dicen que tenéis
a Fénis.

César
Engañado ha sido,
1400
que Fénis no ha parecido.

Octavio
¿Qué decís?

César
Que no penséis
Redondilla
que soy tan dichoso yo;
y pues que me habéis hablado
en cosa que me ha costado
1405
la vida que me llevó,
Redondilla
quiero descansar un poco
con un hombre tan discreto;
que quien ama está sujeto
a hablar siempre como loco
Redondilla
1410
en la tema que porfía.

Octavio
Desde ayer, que un ángel vi,
os juro que estoy ansí,
y que solo hablar querría
Redondilla
en materias amorosas.

César
1415
Tenéis razón de querer
tan bien nacida mujer
y de partes tan hermosas.

Octavio
Redondilla
Perdido estoy, como vos.

César
Sí; pero más bien pagado.
1420
Oíd, Conde, mi cuidado,
pues queremos bien los dos:
Romance (tirada)
Hija del Conde Fabricio,
Octavio, es la bella Fénis,
que, sin conceptos del nombre,
1425
serlo de hermosura puede.
Si vos la hubiérades visto,
fuera alabanza más breve,
porque ninguno la vio
que el alma no le rindiese.
1430
De lo que conozco en vos,
era mujer propiamente
para vuestro entendimiento,
porque divino le tiene.
Si le hubiérades tratado,
1435
dijérades claramente
por qué los siglos pasados
las sibilas encarecen;
que es menester que a Lucano
versos Argentaria enmiende,
1440
ni que las letras latinas
a Carmenta se debiesen;
que es menester que coronen
filosóficos laureles
a Telesila, y que Aspasia
1445
dulce retórica enseñe.
Quien oye a Fénis, escucha
el libro más elocuente;
quien la ve, mira un jardín
de azucenas y claveles.
1450
Que estoy loco por su amor,
dirá, Conde, quien me oyere;
pero cuerdo en su alabanza,
que a toda alabanza excede.
Si soy dichoso en casarme,
1455
y pasan estos desdenes,
vos veréis que no os engaño,
que aún de vos pienso valerme
para que me honréis con Celia
si el cielo quiere que lleg[u]e
1460
el día de nuestras bodas
y que los enojos cesen,
de lo que os diré, nacidos,
que no porque me aborrece.
Hijo del príncipe Arnaldo,
1465
que hoy en Nápoles mantiene
la mayor casa, es Leonardo,
aquel mozuelo insolente
que ayer conmigo venía,
y los dos, con poca suerte
1470
de agradar sus bellos ojos,
habemos servidos a Fénis.
No es mejor que yo Leonardo,
que pienso que cuando herede
al almirante, mi tío,
1475
puesto que no lo desee,
no habrá en Nápoles señor
que me iguale; finalmente,
las diligencias de entrambos,
como entre amantes sucede,
1480
hicieron que, con la envidia,
locos nuestros gastos fuesen.
Las justas y los torneos,
cuyo espectáculo vence
romanos anfiteatros,
1485
naves y fieras silvestres,
con aplausos generales
y con versos excelentes
ocuparon muchos días
las plumas y los pinceles.
1490
Solo quiero referiros
una entrada que merece
por pensamiento y grandeza,
que Nápoles la celebre:
Movíase por sí misma,
1495
sin que instrumento se viese,
una máquina, retrato
de toda la Arabia Félix;
iba esmaltada de flores
y de árboles diferentes,
1500
de los que aromas producen,
y, para que olor tuviesen,
en fuego secreto el ámbar
espiraba al aire ambiente
olor divino, formando
1505
una primavera alegre.
De aquesta máquina en medio
se miraba un monte fértil,
más que los huertos de Adonis,
más que de Tesalia el Tempe.
1510
En la cumbre, un fénis de oro,
en vez de llamas, en nieve,
y un Sol, que luciente en alto,
solicitaba encenderle.
La letra de aquesta empresa
1515
solo decía: “No puede”,
con siete letras tan grandes,
que eran a todos patentes.
Leonardo, con justa envidia,
quiso también disponerse
1520
a vencer esta invención
para la fiesta siguiente.
Sacó la misma provincia,
y las mirras y laureles,
canales e inciensos hizo,
1525
de plata las hojas verdes;
puso el fénis en el monte
entre mil llamas ardiente,
y haciendo un Sol de cristal
que el fuego en secreto ardiese,
1530
la letra de esta arrogancia
era “Yo haré que se queme”,
fiando en los árboles de oro
que la nieve deshiciesen.
A este tiempo la pedimos
1535
juntos, y yo, por valerme
de la industria y la venganza,
de que arrogante dijese
que su sol abrasaría
lo que yo pintaba en nieve,
1540
en una conversación,
porque Leonardo me oyese,
dije que el Conde Fabricio,
Octavio, me daba a Fénis;
y para desconfiarle
1545
y que no la pretendiese,
me alabé de dos favores
que a los marfiles se atreven
de sus manos, y a las rosas
de sus labios, neciamente.
1550
Súpolo Fénis, y es dama
tan belicosa y tan fuerte
de condición, y en su honor
una deidad tan celeste,
que, al firmar las escrituras,
1555
deudos y amigos presentes,
puso la pluma, ¡ay de mí!,
en la tinta de mi muerte.
Para firmar la sentencia
en que dice que no quiere,
1560
al tomar Fénis la pluma
tres dedos fueron jüeces
que tres varas de marfil
quiere Amor que me sentencien.
Lo demás, ya lo sabéis.
1565
Dichoso vos muchas veces,
pues os casáis donde os aman;
no yo, donde me aborrecen.

Octavio
Pésame de vuestro mal.

César
Voyme, y gozalda los años
1570
que vuestro valor merece.

(Vase. Entren CELIA, LISENA y FLORA.)

Celia
Pareados endecasílabos
Pues ya vusiñoría no desea
verme, justo será que yo le vea.

Octavio
Pareados endecasílabos
Señora, ¿tal exceso?

Celia
No es exceso,
siendo mi dueño vos.

Octavio
Aquí confieso
Pareados endecasílabos
1575
que erraron mi ignorante cortesía
y mi encogida y necia cobardía.
Pareados endecasílabos
Fuera deseo, he tenido una cansada
visita, aunque la doy por disculpada,
Pareados endecasílabos
por ser quejas, señoras, de un amante;
1580
sobrino pienso que es del almirante.

Celia
Pareados endecasílabos
El marido de Fénis, una neciaN
X
Nota del editor

Pese a la catalogación como pareado endecasílabo, el segundo verso es octosílabo.

que cuanto ve desprecia.

Octavio
Pareados endecasílabos
¿Una que dicen que se fue temiendo
la espada de su padre?

Celia
Estando haciendo
Pareados endecasílabos
1585
las escrituras, dijo, en vez de firma,
con que su loca presunción confirma,
Pareados endecasílabos
que a César no quería, y es un hombre
rico, noble, galán y gentilhombre.

Octavio
Pareados endecasílabos
Tal me lo ha parecido.

Celia
Es una loca,
1590
que entiende que a sus méritos es poca
Pareados endecasílabos
la majestad de un rey.

Octavio
Vusiñoría
se siente, aunque es su casa, que no es mía.

Celia
Pareados endecasílabos
Quien eso dice cuando el alma enseño,
señal es que no quiere ser su dueño.

(Siéntense.)

Octavio
Quintilla
1595
La casa, señora mía,
es donde yo vi mi bien,
aunque temiendo el desdén
del bien que no conocía.
Ayer fue el dichoso día
Quintilla
1600
que en aquesta casa hallé
el bien que nunca pensé;
que no pude imaginar
que tal grandeza de amar
cupiera en tan breve fe.
Quintilla
1605
Y tanta gloria me da
ver que rendí su desdén,
que no tengo yo más bien
que el que en esta casa está;
aquí dentro vive ya
Quintilla
1610
mi dueño, mi amada esposa,
tan entendida y hermosa,
que me pesa de tener
sola un alma que ofrecer
a su deidad amorosa.
Quintilla
1615
Mucho el veros me suspende;
pero si me atrevo a hablar
de esta suerte, es por pensar
que hablo con quien me entiende;
temo que de esto se ofende,
Quintilla
1620
pero tanta discreción
disculpará la ocasión,
que a no estar nadie presente,
trasladara tiernamente
a la lengua el corazón.

Celia
Quintilla
1625
Bésoos las manos, Octavio,
por la merced que me hacéis;
a quien sois correspondéis,
y con ser noble, a ser sabio.
No tengo yo por agravio
Quintilla
1630
que no habléis más tiernamente,
que si os detiene esta gente,
tiempo queda a los casados
para decir sus cuidados
con afecto diferente.
Quintilla
1635
Gustosa estoy de que aquí
hallásedes vuestro bien,
pues hallé yo en vos también
el mayor bien para mí.
Yo sola dichosa fui
Quintilla
1640
en que en mi casa tengáis,
Conde, el bien que deseáis,
que siendo vos mi marido,
el mayor que al cielo pido
con daros a vos me dais.
Quintilla
1645
Mas mirad que no os mudéis
dese firme pensamiento.

Octavio
Quien sabe mi sentimiento,
siente lo que no sabéis.
Como el alma no me veis,
Quintilla
1650
lo que no entendéis juzgáis.

Celia
¿De que tema os enojáis?

Octavio
Vos no tenéis que temer;
que quien es ya mi mujer
no duda lo que dudáis.

Tomé
Romance (tirada)
1655
Señor, el Duque.

Octavio
¿Qué Duque?

Tomé
El Virrey.

Celia
Pues no me vea.
Abre, Flora, el camarín;
abre, que esconderme es fuerza.

Flora
Dame la llave, Tomé.

Tomé
1660
Espera.

Flora
¡Qué linda flema!

Tomé
Ya la busco, no me turbes.

Flora
De la carroza se apea.

Tomé
¡Vive Dios, que la tenía
en la faltriquera izquierda!
1665
Pienso que se me ha caído.

Flora
¿Hay tan gran descuido? Muestra.

Tomé
¿Qué quieres? ¡Que no la hallo!

Flora
No la busques, que ya entra.

(El VIRREY y CRIADOS.)

Tomé
¡Qué bien he librado a Fénis
1670
de que no la viese Celia!
Todo se pierde si doy
la llave.

Octavio
Vuestra excelencia
nos dé sus pies a los dos.

Virrey
A daros la norabuena,
1675
señora Celia, he venido;
y para que el Conde sepa
que, aunque viene disfrazado
no se esconde la grandeza.

Octavio
Aquí tenéis un esclavo.

Celia
1680
Sillas. ¡Hola!

(Siéntense el VIRREY, el CONDE, y CELIA en m[edi]o.)

Celia
Si supiera
que tal merced merecía,
me amaneciera en la puerta.

Octavio
Yo estaba bien descuidado
de esta merced que, a saberla,
1685
fuera a hacer mi obligación.

Virrey
De quien a Milán gobierna
tuve carta esta mañana,
en que me avisa por ella
cómo a Nápoles venís
1690
para casaros con Celia.
Tanta amistad el Marqués
con vuestro padre profesa,
y por lo que vos con él
habéis andado en la guerra
1695
de España contra Saboya,
que me ha mandado que os tenga
prevenida la posada
y así, os suplico que sea
la mía, para serviros.

Celia
1700
Puesto que el Conde merezca
esa merced, no es razón
que vos permitáis su ausencia,
que, aunque es pobre aquesta casa,
es suya, y ya vive en ella,
1705
ni es bien que vuestro favor
a mí me desfavorezca.

Virrey
Si ha sido descortesía,
perdonad, que si supiera
que ya estaba en ese estado
1710
lo que tanto amor concierta,
no le ofreciera mi casa;
mas no sirviéndose de ella
algo tengo de hacer yo
que al Conde obligarle pueda,
1715
y que, volviendo a Milán,
el Marqués me lo agradezca.

Octavio
Girón gallardo, por quien
el turco de Italia tiembla,
y dos canales de Europa
1720
de Filipe las banderas;
con honrar a sus vasallos
fue siempre condición vuestra
a mí por la misma causa,
que no porque lo merezca;
1725
Celia y yo reconocemos
esta merced, que con ella
dará blasón a sus armas
la antigüedad que profesa.

Virrey
Por lo menos, yo he de ser
1730
padrino, y es bien que sepa
cuándo será el desposorio.

Celia
Esta noche.

Virrey
¿Tan aprisa?

Octavio
Esta noche no, señor,
hasta que mi ropa venga
1735
y las joyas que he traído.

Celia
Galas y joyas no sean
estorbo; yo tengo joyas.

Tomé
¡Qué bravamente le aprieta!

(Salga por delante de ellos FÉNIS cubierta con el manto, y éntrese por la otra puerta.)

Virrey
¿Qué es esto?

Celia
¿Mujer aquí?
1740
¡Hola! ¿Qué mujer es esta?

Lisena
De aquella cuadra salió.

Virrey
Ahora creo que es cierta
la boda, que hay rebozadas.

Tomé
¡Qué locura! Voy tras ella.

(Levántese.)

Virrey
1745
Y yo, señores, me voy,
suplicando[o]s se me advierta
la noche que esto ha de ser.

Octavio
Dios guarde a vuestra excelencia.

(Cumplimientos al salir, y váyase el VIRREY.)

Celia
¡No sé por dónde comience,
1750
Octavio, tan justa queja!
¿Vos mujeres en mi casa?
Quien viene a casarse en ella,
¿de tal calidad las trae
que con tanta desvergüenza
1755
salen delante del Duque,
solo por hacerme afrenta?

Octavio
Sosegad, señora, el pecho,
que esta es una amiga vuestra;
mejor dijera enemiga,
1760
pues infamaros desea.
Entróse aquí libremente,
sin que le diesen licencia
porque avisarme quería
de algunas cosas secretas;
1765
como llamastes, no quise
que os diese el hallarla pena,
y escondiéndola Tomé,
fue tan libre y tan resuelta,
que salió como la vistes.

Celia
1770
Pues ¿qué os dijo que pudiera
ser en mi ofensa?

Octavio
No importa.

Celia
Decildo, si es en mi ofensa.

Octavio
¡Qué diré, que estoy sin alma!

Celia
No lo calléis.

Octavio
¡Bien quisiera!
1775
Díjome que era galán
vuestro el Duque, y si suspensa
tuve la imaginación
de esta su visita incierta,
fue por haber confirmado
1780
lo que me dijo con ella.

Celia
¿Hay tal maldad? ¿Tú conoces
aquesta mujer, Lisena?

Lisena
Una doña Ángela suele
verte en misa algunas fiestas
1785
y murmurar de tus galas.

Flora
Y ten por cierto que es ella,
que yo la he visto envidiosa
burlar de que vas compuesta,
con otras amigas suyas.

Celia
1790
Octavio, si por la puerta
de mi casa entró el Virrey,
¡fuego del cielo me encienda!
¿Hay tal traición, por quitarme,
de envidia y de celos muerta,
1795
que no me case? Pues no,
no ha de ser de esa manera.
Pluma y papel, Flora, ¡presto!
Yo la diré en pocas letras
quién es ella y quién soy yo.

Octavio
1800
No es razón; escucha.

Celia
¡Suelta!

(Vanse todas. OCTAVIO, solo.)

Octavio
Redondilla
No hay cosa que no alcance
con la industria remedio;
pero aunque, estando en medio
de tan perdido lance,
Pareados octosílabos
1805
salga Celia sin celosN
X
Nota del editor

Pese a la catalogación como pareado octosílabo, el segundo verso es endecasílabo.

,
si pierdo a Fénis, ¿qué me importa?, ¡ay cielos!
Redondilla
El Virrey, que en su vida
vio a Celia, ha remediado,
con haberle culpado,
1810
que Fénis atrevida
Pareados octosílabos
resolución tomaseN
X
Nota del editor

Pese a la catalogación como pareado octosílabo, el segundo verso es endecasílabo.

:
que delante de todos me dejase.
Redondilla
¿De qué mujer se cuenta
mayor atrevimiento?
1815
Tratar mi casamiento
causa le dio violenta:
Pareados octosílabos
creyó que me casabaN
X
Nota del editor

Pese a la catalogación como pareado octosílabo, el segundo verso es endecasílabo.

y que a peligro de su honor quedaba;
Redondilla
porque, si no se fuera
1820
cuando yo no podía
resistirla, temía
que después no pudiera.
Pareados octosílabos
¡Ay, Fénis, cómo has hecho
de nieve el nido en mi abrasado pecho!
Redondilla
1825
¿Adónde vas? No creas
que con Celia me case,
por más que me obligase;
que quiero yo que veas,
Pareados octosílabos
aunque era amor de un díaN
X
Nota del editor

Pese a la catalogación como pareado octosílabo, el segundo verso es endecasílabo.

,
1830
que fue verdad del alma, Fénis mía.

(TOMÉ, entre.)

Tomé
Redondilla
¿Con ese descuido estás?

Octavio
¿Descuido te ha parecido
estar muerto, estar perdido,
y estar ausente? ¿Que es más?
Redondilla
1835
¡Cuéntame, Tomé, sin vida!
¿Por dónde Fénis se fue?

Tomé
Yo la seguí y la rog[u]é,
señor, que fuese servida
Redondilla
de oír la satisfacción
1840
de la boda que ha creído,
y a todo me ha respondido
que palabras de hombres son,
Redondilla
y que haber salido ansí
fue temor que no pudiera
1845
después.

Octavio
Si ella a mí me oyera,
como te escuchaba a ti,
Redondilla
yo la volviera, Tomé.

Tomé
Pues no va lejos de aquí.

Octavio
Pues ¿puedo alcanzarla?

Tomé
Sí;
1850
pero volverla no sé,
Redondilla
aunque a forzarla te atrevas.

Octavio
Cierra, y donde fue me guía.

Tomé
Ven por aquí.

Octavio
¡Fénis mía,
mira que el alma me llevas!

(FÉNIS, con manto.)

Fénis
Verso suelto
1855
Ya no tiene mi fortuna
Pareados octosílabos
más desdichas que me dar,
ni más tormentos el mar,
Pareados octosílabos
que levantaron los vientos
de mis locos pensamientos
Pareados octosílabos
1860
cuando mi casa dejé,
y tan necia me olvidé
Pareados octosílabos
de tantas obligaciones,
por escuchar las razones
Pareados octosílabos
de un hombre que me ha burlado;
1865
pero quédese casado,
Pareados octosílabos
y no en peligro mi honor;
principios tuve de amor,
Pareados octosílabos
amor que yo no sabía.
Tanta novedad me hacía
Pareados octosílabos
1870
el verme rendir a un hombre
que apenas supe su nombre;
Pareados octosílabos
mas mudó mi pensamiento
su talle, su entendimiento,
Pareados octosílabos
pero no para aguardar,
1875
Fénis, a verle casar,
Pareados octosílabos
y que el Virrey le apadrine;
que no hay amor que me incline
Pareados octosílabos
para que pierda mi honor.
Deteniéndome va Amor,
Pareados octosílabos
1880
¡qué pasos tan perezosos!,
pero hay hombres cautelosos,
Pareados octosílabos
aunque si el Conde lo fuera
la puerta anoche rompiera,
Pareados octosílabos
o por lo menos llamara.
1885
¡Ay, Dios, quién imaginara
Quintilla
la desdicha en que me veo!
Irme y volverme deseo.
Pero un hombre viene aquí;
Leonardo es este, ¡ay de mí!
1890
¡Que me ha conocido creo!

(LEONARDO y JULIO.)

Leonardo
Redondilla
No hay sacarlos a los dos,
Julio, de que a Fénis tengo.

Julio
De hablar con Fabricio vengo,
y está quejoso de vos;
Redondilla
1895
creo que quiere quejarse
al Virrey.

Leonardo
¿Por qué razón,
donde sola mi afición
puede, Julio, averiguarse?
Redondilla
Fénis no me quiso a mí,
1900
siempre de mí se burló;
pues ¿cómo la tengo yo?

Julio
Ellos lo dicen ansí.

Leonardo
Redondilla
¡Qué buen talle de mujer!

Julio
A lo español va tapada.

Leonardo
1905
El aire español me agrada.
Dama, ¿no podremos ver
Redondilla
el cielo donde esa estrella
tuvo dichoso lugar,
que me holgaré de embarcar
1910
más pensamientos con ella?
Redondilla
¿No habláis, no me respondéis?
¡Qué aspereza, qué rigor!

(CÉSAR y ALBANO.)

Albano
Matarle será mejor,
si esa sospecha tenéis.

César
Redondilla
1915
Verme y burlarse de mí
es señal que a Fénis tiene.

Julio
Leonardo.

Leonardo
¿Qué?

Julio
César viene.

César
¿No es este Leonardo?

Albano
Sí.

César
Redondilla
¡Vive Dios que esa mujer
1920
es Fénis!

Albano
¡Dichoso has sido
en hallarla!

César
Él ha querido,
como debe de saber
Redondilla
que al Virrey se han de quejar,
ponerla en parte segura;
1925
pues en vano lo procura,
que hoy se la pienso quitar.
Romance (tirada)
¡Ah, caballero!

Leonardo
¿Quién es?

César
César soy, que cobrar quiere
esa dama que traéis,
1930
antes que el Virrey lo intente;
que en los pleitos del honor,
las armas son los jüeces.

Leonardo
Yo no conozco esta dama;
si ella descubrirse quiere,
1935
os podrá satisfacer
de lo que a Fénis parece;
tapada la hallé, y sin darme
lugar a que la requiebre,
porque no he visto en mi vida
1940
por señas tantos desdenes.
Esto no es satisfacción,
que en lo demás, cuando fuere
necesario, estoy aquí.

César
Como la dama que viene
1945
con vos se descubra el rostro,
yo me iré, no siendo Fénis.

Leonardo
Eso es dar satisfacción,
porque yo sé claramente
que no es Fénis, y no quiero,
1950
cuando esta dama quisiese,
que porque vos lo queréis
se descubra, que no puede
ser con mi honor descubrirse.

(Salgan el CONDE OCTAVIO y TOMÉ.)

Tomé
Aquella es Fénis.

Octavio
¡Detente!
1955
César y Leonardo son
los que en su poder la tienen.

Tomé
Espera, que dos a dos
parece que reñir quieren.

César
Para mí fuera bastante
1960
que un hombre noble dijese
que no es Fénis, si lo es;
pero mi amor no consiente
que deje en dudas los ojos,
que desengañarse pueden.

Leonardo
1965
Ya he dicho que es honra mía,
que nadie por fuerza piense
que le doy satisfacción.

Tomé
Estos riñen, no te alteres;
estate escondido aquí.

César
1970
Pues, cuando a mí se me diese
satisfacción, ¿no soy hombre,
Leonardo, que la merece?

Leonardo
De mí no, que soy mejor
que vos.

César
Quien lo dice, ¡miente!

Leonardo
1975
Con la espada no hay agravio;
decid que los dos nos dejen.

(Acuchillándose dos a dos se entren.)

Tomé
Llega, que es buena ocasión.

Octavio
El Amor me favorece.
¡Fénis mía!

Fénis
¡Traidor Conde!

Octavio
1980
Oye, escucha.

Fénis
¿Qué me quieres?

Octavio
Que vuelvas a darme vida,
que si conmigo no vuelves
serás de mi muerte causa;
mira que si aquestos vienen
1985
te has de ver en más peligro,
¡pues primero que te lleven
me han de quitar dos mil vidas!

Fénis
Pues cuando volver pudiese
acabar con mi afición
1990
tan loca y tan neciamente,
¿para qué quieres que vea
tus bodas, y tan alegres
que hay novios enamorados
y que hay padrinos virreyes?
1995
Yo fuera por convidada,
a ser hábito decente
el que me dan mis desdichas.

Octavio
¡Si Celia mi mujer fuere,
que Dios me quite la vida!

Fénis
2000
Pues, ya ¿qué has de hacer?

Octavio
Quererte.

Tomé
Fénis, el Conde te adora;
advierte que si no vuelves,
le han de hacer aquí pedazos,
y que ya se junta gente.
2005
Fénis, vuelve al camarín
a ser cristal tra[n]sparente,
a ser búcaro dorado,
a ser de barro celeste;
mira que todos los vidrios,
2010
de llorar por verte ausente,
Fénis, están llenos de agua.
¿Qué hará el Conde si te pierde?
No seas mujer ingrata,
tu buena dicha agradece,
2015
pues casarás con un hombre
a quien visitan virreyes,
a quien adora su patria
por el hijo más valiente
que ha honrado a Italia en mil siglos,
2020
aunque los Césares entren.
¡Ea!, Fénis celestial,
Fénis de coral y nieve,
Fénis linda, Fénis joya,
y si diamante no siempre,
2025
mira un pobre caballero
que tu rigor enmudece,
y como cielo nublado,
está entre llueve y no llueve.

Fénis
¿Qué, en fin, he de ser tan necia?
2030
No hay cosa, Tomé, más débil
que, rogada, la mujer.

Tomé
Antes no hay cosa más fuerte
como una vez diga nones.

Octavio
Ven conmigo, hermosa Fénis
2035
que tú serás mi mujer,
y yo tuyo eternamente.


Acto III

(Entren ALBANO y CÉSAR.)

César
Redondilla
Dichas de las armas son.

Albano
Por imposible he tenido
no salir ninguno herido
2040
entre tanta confusión.
Redondilla
Mas no saldremos de presos.

César
Todo fue desdicha mía.

Albano
En las cuestiones de día
son menores los sucesos.

César
Redondilla
2045
Volví neciamente a ver
la dama.

Albano
¿En aquel lugar
os había de esperar?

César
Amor no sabe tener
Redondilla
la rienda a ningún deseo,
2050
porque la imaginación
es la misma ejecución.

Albano
En vos el ejemplo veo.

César
Redondilla
Del bien que espera y no alcanza,
por engañar al temor,
2055
va siempre siguiendo Amor
los pasos de la esperanza.
Redondilla
Loco estoy. Yo pienso, Albano,
que me ha de acabar la vida
Fénis, si bien ofendida
2060
tanto, de su ingrata mano.
Redondilla
¡Con qué crueldad escribió,
cuando la escritura hacía
Fénis, que me aborrecía
cuando la adoraba yo!
Redondilla
2065
No corre cometa ardiente
como la mano cruel
discurrió por el papel
atrevida y diligente.
Redondilla
No sé qué rigor tan ciego
2070
a tanta furia la mueve,
que de una mano de nieve
saliesen letras de fuego.

Albano
Redondilla
Vuestra locura mayor
es pensar que una mujer
2075
que a vos no os supo querer
que a Leonardo tenga amor.
Redondilla
Cuanto a mí, sé claramente
que algún deudo la escondió.

César
Octavio nos engañó
2080
atrevido e imprudente.
Redondilla
¿Pero quién se ha entrado aquí?

(JULIO.)

Julio
Yo soy, no os alborotéis,
puesto que causa tenéis
para que lo estéis de mí.
Redondilla
2085
Este papel os ha escrito,
Leonardo.

César
Mostrad.

Julio
Tomad,
que por antigua amistad,
César, su honor solicito.

(Vase.)

César
Redondilla
Vos hacéis lo que decís.
2090
¿Papel a mí? ¿Qué será?

Albano
Desafío, claro está.
¿Ya os olvidáis del mentís?

(Lee CÉSAR.)

[César]
“Porque la gente no impida mi satisfacción, os aguardo en la playa, donde está una barca, en que los dos pasaremos a Pausilipo, y con espada y daga, solos, acabaremos en el campo lo que se comenzó en la calle. – Leonardo.”

César
Redondilla
Notable satisfacción
de sí mismo.

Albano
Dame pena
2095
pensar que aqueste os ordena,
César, alguna traición.

César
Redondilla
No hará, que es buen caballero;
pero aunque serlo promete,
tengo a prueba de mosquete
2100
un peto fuerte de acero;
Redondilla
el pecho me ha de guardar,
que el pecho basta cubrir,
porque quien no piensa huir
no ha menester espaldar.
Redondilla
2105
En mi recámara entremos.

Albano
¿Iré con vos a la mar?

César
No me habéis de acompañar;
mirad que ocasión daremos
Redondilla
a que se pierda el honor.

Albano
2110
Yo os dejaré.

César
Fénis mía,
¿si ha de llegar algún día
en que agradezcas mi amor?

(Vanse. Entren TOMÉ y FLORA.)

Tomé
Redondilla
Los cofres llegaron ya.

Flora
2115
Ya lo vi todo, Tomé,
y aun más de lo que pensé.

Tomé
No te entiendo.

Flora
Claro está.

Tomé
Redondilla
Declárate más conmigo.

Flora
No me puedo declarar.
2120
Pero di, ¿qué me has de dar?

Tomé
Seré liberal contigo.
Redondilla
No te daré yo diamantes,
pero algunas niñerías
de vidrio, al fin, como mías,
2125
pero son muy semejantes.
Redondilla
¿No has visto retrato?

Flora
Sí.

Tomé
¿No tienen estimación,
aunque los vivos no son?,
pues los vidrios son ansí,
Redondilla
2130
porque, en la luz semejantes,
ya que no en naturaleza,
imitando su belleza
son retratos de diamantes.
Redondilla
¿Pero cómo estoy contigo?

Flora
2135
Si cosas falsas me das,
¿qué puedes esperar más
de lo que has hecho conmigo?

Tomé
Redondilla
Y vosotras, ¿qué nos dais
que no sea falso también?

Flora
2140
Si nos enseñáis, ¿de quién
bárbaramente os quejáis?

Tomé
Redondilla
Falsedad es vuestro nombre.

Flora
Voyme, que tengo que hacer.
No hay cosa mala en mujer
2145
que no la aprenda del hombre.

Tomé
Redondilla
Dame siquiera una mano;
mas dirás, Flora gentil:
no doy por vidrio marfil.

Flora
¿Lisonjas conmigo, hermano?

(Vase. Entre OCTAVIO.)

Octavio
Redondilla
2150
¡Qué cansado que has estado!
Fénis, ya puedes salir.

(FÉNIS, salga.)

Fénis
No sé si ha sido el venir,
Conde, a esta casa acertado.
Redondilla
Tomé, ¿viome alguno?

Tomé
¿Quién?
2155
Todo estuvo prevenido.

Octavio
Fénis, mi ropa ha venido.
Pon esas manos, mi bien,
Redondilla
en las joyas que traía
para Celia, que han de ser
2160
para quien es mi mujer,
que eres tú sola, luz mía,
Redondilla
y créeme que quisiera
que cuanto el Sol celestial
cría en la India Oriental
2165
en esos cofres viniera.
Redondilla
Pobreza fue para ti,
pero, Fénis, tu belleza
no ha menester más riqueza
que el alma que tiene en sí.

Fénis
Redondilla
2170
Estoy, Conde, divertida
de verte tan empeñado
en la palabra que has dado.

Octavio
No la cumpliré en mi vida.

Fénis
Redondilla
Pues ¿cómo piensas vencer
2175
este imposible?

Octavio
Al amor
no hay dificultad mayor
que llegarla a proponer.
Redondilla
Y aunque de Celia es verdad
que las quejas considero,
2180
al Conde, tu padre, quiero
pedirte con libertad.
Redondilla
Toma esas joyas en fe,
señora, de que eres mía,
que mañana será el día
2185
que desengañada esté.

Fénis
Redondilla
Verelas por ser tu gusto.

Octavio
Parte a dárselas, Tomé.

Tomé
Un aparador seré,
y vendrame el nombre al justo.
Redondilla
2190
Una cintura verás
de sirenas, que recelo
que el más alto paralelo
del Sol no relumbra más.
Redondilla
Vienen cinco apretadores
2195
con esmaltes carmesíes,
de diamantes, de rubíes,
en clavellinas y flores.
Redondilla
Viene también un collar
tan brillante, rico y bello,
2200
que solo en tu hermoso cuello
o en el del Sol puede estar.
Redondilla
Vienen también arracadas
de tanta varia invención,
que exceden la estimación,
2205
siendo en gran precio estimadas,
Redondilla
y tienen tanta eminencia,
que pueden estar seguras
que no hay orejas tan duras
que no les diesen audiencia.
Redondilla
2210
Otras joyas y cadenas,
con bandas y con sortijas,
para que a tu gusto elijas,
todas de diamantes llenas.
Redondilla
Pensarás que son enredos
2215
y enrarecimientos vanos:
harán dos indias tus manos
y rayos del Sol tus dedos;
Redondilla
pues, rosetas con que des
lazadas a los zapatos,
2220
aunque a diez puntos ingratos,
competirán con los pies.

Octavio
Redondilla
¿Estás loco?

Tomé
Ven conmigo.

Fénis
Tomé, sin codicia voy
de las rosetas.

Tomé
Estoy
2225
tal, que no sé lo que digo.
Redondilla
Perdona, pues vas segura,
que en llegando a hablar en pies,
me enloquezco, y pienso que es
la cifra de la hermosura.

(Vanse.)

Octavio
Soneto
2230
Quien dice que al amor engendra el trato,
débale al trato lo que al amor no debe,
que la hermosura que no mata en breve
sin alma y luz parecerá retrato.
En la imaginación siglos dilato
2235
pocas horas de amor, que el cielo mueve;
que quien veneno tan hermoso bebe,
en no morir correspondiera ingrato.
El alma la belleza ilustra y dora;
que, aquesta el cielo, aquella el Sol, retrata.
2240
Y si a matar se juntan, basta una hora;
que es hermosura la que luego mata,
y costumbre de ver la que enamora
con largo tiempo a quien después la trata.

(LEONARDO, alterado.)

Leonardo
Redondilla
Perdonad haberme entrado
2245
en vuestro aposento ansí.

Octavio
Pues ¿estaba abierto?

Leonardo
Sí.

Octavio
Para vos siempre lo ha estado.
Redondilla
¿Qué suceso causa os dio?

Leonardo
Pienso que a César he muerto,
2250
y a estar Octavio encubierto,
vuestra amistad me obligó.

Octavio
Redondilla
Bien hicistes en fiar
vida y libertad de mí.
¿Cómo ha sido?

Leonardo
Pasa ansí.
2255
¿Hay quien me pueda escuchar?

Octavio
Redondilla
Ninguno, porque Tomé,
en mis cofres ocupado,
tendrá diverso cuidado.

Leonardo
Pues escuchadme.

Octavio
Sí haré.

Leonardo
Romance (tirada)
2260
Generoso Conde Octavio,
de quien tan altas hazañas
las plumas de las historias
trasladarán de la Fama,
ya sabéis mi calidad,
2265
y juntamente la causa
de la enemistad de César,
por que mejor me llamaran
Pompeyo, que no Leonardo,
pues, como en la edad pasada
2270
por Roma, Pompeyo y César,
y hoy César por una dama.
Pienso que sabéis que es Fénis
hija de Fabricio y Laura,
nobles condes de Armelina,
2275
villa no lejos de Mantua.
De que la hubiérades visto
notablemente me holgara,
así porque su belleza
disculpara mi desgracia,
2280
como porque no confío
de mi ignorancia alabarla.
Hizo la Naturaleza
el cuerpo, como si hallara
con quien competir, o el arte
2285
tuviera tanta arrogancia.
El alma, el cielo; mas tiene
sola una potencia el alma,
que es un grande entendimiento;
que las otras dos le faltan.
2290
Yo no sé qué haya tenido
voluntad que acompañara
memoria, pues no se acuerda,
y a quien la quiere desama.
Finalmente, la servimos
2295
César y yo en hora infausta,
pues no ha estimado a ninguno,
si no es para ser ingrata.
Ya sabéis cómo y por qué
dejó su padre y su casa,
2300
y cómo tan neciamente
que la tengo me levantan;
si la he visto, plega al cielo
que no tenga dicha en nada,
y que César goce a Fénis,
2305
maldición, Conde, que basta,
porque con esta ninguna
de cuantas lo son iguala,
que españoles, silla y turcos
han sido invenciones falsas.
2310
El acuchillarme César
por una mujer tapada
fue sospecha de sus celos:
Fénis son cuantas se tapan.
Una palabra me dijo
2315
que me ha obligado a vengarla,
que si el alma puede herirse,
es con hierroN
X
Nota del editor

En la edición de Cotarelo y Mori se señala “yerro”.

de palabras;
verdades que no lo son
si está desnuda la espada,
2320
que solo afrenta la lengua
adonde la espada calla.
Con esto, y no mucho seso,
a César esta mañana
escribí, con un amigo
2325
que le aguardaba en la playa.
Vino César luego al punto,
que quien en salir se tarda,
parece que reconoce
en su contrario ventaja.
2330
Guiele al mar, cuya orilla
tenía una barca atada
por mi orden, y en su borde,
desde la tierra, una plancha.
Entramos dentro los dos,
2335
guie yo propio la barca
a donde suelen ir muchas
a gustos, que no a desgracias;
desembarcamos, y luego
que pisamos la campaña,
2340
detrás de una huerta, a quien
jazmines y yedra enlazan,
le dije: “Aquí estamos solos,
donde quiero ver si hablan
las manos como las lenguas”.
2345
En la color demudada,
sacó la espada, diciendo:
“La razón a nadie agravia.
Yo soy César”. Respondí:
“Hoy seréis César y nada”.
2350
Animoso y diestro César,
me daba el pecho, y guardaba
la cabeza, que venía
con menos cuidado y armas.
Viendo yo que era imposible
2355
herirle, y que el pecho estaba
defendido como el mío,
que nunca se deja en casa
la defensa el que es discreto,
por no guardar mi venganza
2360
para mejor ocasión,
como cobardes la guardan,
saqué de la faltriquera
una pistola cargada,
que hizo el mejor ingenio
2365
de los que tiene Alemania;
toqué la llave, dio fuego,
que, para mal, nunca falta,
y de aquel infierno breve
el alma de plomo exhala.
2370
“Traidor”, dijo, y respondí:
“No se fíe quien agravia,
que no hay traición si hay agravio,
que entonces todo es venganza”.
Dejele mirando el pecho,
2375
y, arrojándome en la barca,
pasé la mar, y en la orilla
puse la turbada planta,
y, acordándome de vos,
y que nadie en esta casa
2380
tendrá sospecha que estoy,
mientras que mis padres tratan
cómo a Flandes pueda irme
o, por más seguro, a España,
a ponerme a vuestro amparo
2385
vine, que en aquestas cuadras
podré estar con más secreto
para saber lo que pasa;
que de tales caballeros,
amparar en las desgracias
2390
a quien les pide favor
es el blasón de sus armas.

Octavio
Redondilla
Pésame, señor Leonardo,
por vos, por César, por mí,
y de que hayáis muerto ansí
2395
caballero tan gallardo.
Redondilla
Ya es hecho, debo ofreceros
cuanto soy, pues es razón
cumplir con la obligación,
y morir por defenderos.
Redondilla
2400
Tomé.

Tomé
Señor.

Octavio
¿Has oído
algo de lo que ha pasado?

Tomé
Todo, señor, lo he escuchado,
aunque estaba divertido.

Octavio
Redondilla
Aquí habemos de esconder
2405
a Leonardo.

Tomé
¿Estás en ti?

Octavio
¿No hay allí una cuadra?

Tomé
Sí.

Octavio
Pues ¿por qué no puede ser?
Redondilla
Entrad, Leonardo, que adonde
os pondrá Tomé, yo sé
2410
que nadie disgusto os dé.

Leonardo
Dadme vuestras manos, Conde.

Octavio
Redondilla
Dejad agradecimientos.
Tomé esta noche será
vuestro huésped.

Tomé
¿Quién dará
2415
alcance a tus pensamientos?
Redondilla
Irme quisiera entre moros.

Octavio
A Celia me voy a ver.

Tomé
Siempre tengo yo de ser
el que ha de encerrar los toros.

([Váyanse.] EL CONDE FABRICIO y el VIRREY.)

Virrey
Octava real
2420
En eso, Conde, está la diferencia
de los mayores a los verdes años.

Fabricio
Mal informado está Vuestra Excelencia,
que no soy yo la causa de estos daños.

Virrey
Diréis que en Fénis fue desobediencia,
2425
y aquí se ven más claros los engaños;
que no era bien casalla a su disgusto.

Fabricio
¿Y cuándo aciertan por su propio gusto?

Virrey
Octava real
Pues muerto ahora César, ¿no os parece
que dividirse en bandos es forzoso
2430
todo este reino?

Fabricio
Si morir merece
la causa, haced castigo riguroso.
Bástame a mí lo que mi honor padece.

(El CAPITÁN de la guarda.)

Capitán
¡Por Dios, que ha sido César venturoso!

Virrey
¿Qué es eso, Capitán?

Capitán
Que César vive.

Virrey
2435
Pues ¿quién tan falsa información escribe?

Capitán
Octava real
Yo fui con los soldados que mandaste,
y saliendo del mar, le hallé en la orilla.

Virrey
¿Y a quién, o dónde, Arnaldo, le dejaste?
Que tu poco valor me maravilla;
2440
¿cómo no le prendiste y le llevaste
a Castilnovo?

Capitán
Apenas la barquilla
en que salió del mar, César dejaba,
cuando sin armas y en prisión estaba.
Octava real
Y le traigo, señor, a tu presencia.

Virrey
2445
En paz, Arnaldo, esta ciudad has puesto.

(CÉSAR y SOLDADOS con arcabuces.)

César
Los pies, señor, me dé Vuestra Excelencia.

Virrey
César, a vos os dan la culpa de esto.
En fin, en poca edad, poca experiencia.
Fuera más justo, con partido honesto,
2450
tratar la paz, que no con locos bríos
pasar el mar a injustos desafíos.
Octava real
Pues ¡por vida del rey!, que quien tratare
de alborotar el reino…

César
Esteme atento
Vuestra Excelencia, y mi justicia ampare,
2455
pues sabe el Conde que la paz intento,
y cuando airado en que salí repare,
mire su generoso nacimiento
y que un hombre, su igual, le desafía,
y entonces culpe la disculpa mía.
Octava real
2460
Danme un papel, ¿qué excusa hallar pudiera
que fuera con mi honor? Al mar camino,
y a Leonardo, que estaba en la ribera,
el ánimo y el paso a un tiempo inclino;
en una barca, aunque la mar se altera,
2465
entramos juntos, y volando el pino
del edificio breve, el rejón muerde
la blanca orilla de la tierra verde.
Octava real
Con la espada y la daga me provoca;
la mía entonces con la suya iguala
2470
diestro valor, pero en distancia poca,
Leonardo entre los céspedes resbala;
de la lealtad el término revoca,
y al fácil plomo de una ardiente bala
remite la sentencia de mi muerte,
2475
resistida mejor de un peto fuerte.
Octava real
Yo, con la turbación, “traidor” diciendo,
quedé a mirar el golpe, que, dudoso,
el corazón se estaba estremeciendo
al eco del sonido riguroso,
2480
y Leonardo, la playa discurriendo,
vengado mal, aunque le fue forzoso,
salió con vida y sin honor, de suerte
que pudo publicar mi incierta muerte.
Octava real
Pues ¿es justo, señor, que a Fénis tenga,
2485
y a un hombre como el Conde el honor quite,
y que alterar a Nápoles prevenga
cuando toda la culpa me remite?
Si tan injusto agravio no se venga,
y tanto atrevimiento se permite,
2490
que se ha de alborotar el reino crea
Vuestra Excelencia, si la paz desea.

Virrey
Octava real
César Gonzaga, y vos, Conde Fabricio,
no replicando a lo que yo intentare,
que de Dios y del Rey será servicio,
2495
haréis que este alboroto se repare.
Si de que tiene a Fénis hay indicio,
Leonardo, dondequiera que se hallare,
la infamia pagará con la cabeza
de atreverse a ofender vuestra nobleza.
Octava real
2500
Pero, si no, las paces son forzosas,
sin replicar a la razón razones.

Fabricio
Mi honor pongo en tus manos generosas,
¡oh, gloria de los ínclitos Girones!

César
¡Ay, Fénis, entre todas estas cosas
2505
tú sola en tanto mal mi vida pones.
Si tú sabes de ti, yo te la ofrezco.
Si Leonardo lo sabe, te aborrezco.

(Vanse. LISENA, CELIA y FLORA.)

Celia
Redondilla
Esto le vengo a decir.

Lisena
Pienso que ha salido fuera.

Celia
2510
¿Quién pensara que mintiera?

Lisena
Los hombres saben mentir.

Celia
Redondilla
Siempre la culpa nos dan
de lo que la tienen ellos.

Lisena
Querellos y no creellos.

Celia
2515
No ha parecido galán,
Redondilla
sin marido en mentir.

Lisena
¿Doña Ángela qué responde?

Celia
Responde que miente el Conde,
y que se lo ha de decir;
Redondilla
2520
que no le ha visto en su vida,
ni en [su] casa entró jamás,
y, arrogante, añade más
de mis palabras corrida:
Redondilla
que ella tiene talle y años
2525
para no ser envidiosa,
sino envidiada.

Lisena
No hay cosa
más necia que desengaños.

Celia
Redondilla
Ángela dirá verdad,
y el Conde es un gran traidor,
2530
que ni agradece mi amor
ni me tiene voluntad.
Redondilla
Mal al Conde parecí.

Lisena
Si ha traído esa mujer,
¿cómo le has de parecer
2535
lo que él te parece a ti?

Flora
Redondilla
Hasta ahora, por no darte
pesadumbre, no quería
decirte lo que sabía
de este nuestro Durandarte;
Redondilla
2540
pero ya será forzoso,
porque fuera deslealtad
encubrirte la verdad.

Celia
¡Qué casamiento dichoso!

Flora
Redondilla
Yo he visto entrar la mujer
2545
con estos ojos.

Celia
¿Tú?

Flora
Yo.

Celia
¿Cuándo?

Flora
No ha una hora que entró.
Sin esto, llegando a hacer
Redondilla
la cama, hallé la mitad.

Celia
¿Y la otra mitad?

Flora
Sería
2550
para esta señora mía.

Celia
Partirla no es voluntad.

Flora
Redondilla
¿No ves que es a lo señor,
que siempre están divididos?

Lisena
Son enfermos los maridos
2555
de esto que llaman amor.

Celia
Romance (tirada)
Llama a Octavio.

Flora
El viene aquí.

(Entren OCTAVIO y TOMÉ.)

Octavio
En este jardín estaba.

Celia
¿Ya cuando la noche viene
aguas y flores agradan?

Octavio
2560
Hállense los pensamientos
mejor entre flores y aguas.

Celia
No serán los de Milán,
pues allá no dejáis dama,
que de mí segura estoy.

Octavio
2565
Vuestros, que sois vos la causa;
que no hay sin vos pensamientos.

Celia
Cierto que estoy obligada
a ser siempre esclava vuestra.

Octavio
Reina mía, que no esclava.

Celia
2570
¿Queréisme mucho?

Octavio
Esa duda,
señora, fuera excusada;
no hay amor que iguale al mío.
Dulces deseos me abrasan
de verme en la posesión
2575
de tan ricas esperanzas.

Celia
Bien hacéis, alzad la voz
para que os oiga la dama
que tenéis, como hombre noble,
dentro de mi propia casa.
2580
¡Ah, traidor!

Octavio
¡Quedo, señora!

Celia
¡Y el Tomé, diciendo gracias,
siendo tan grande alcagüete!

Tomé
Ahora entró mi semana,
¡vive Dios que no hay respuesta,
2585
cogido nos ha la trampa!

Octavio
Por cierto que vuestro enojo,
hermosa Celia, excusara
quien vio entrar a quien decís;
yo perdono su ignorancia.
2590
Si supiera lo que ha sido…

Celia
¿Hay otra invención armada?
¿Otra doña Ángela fea
envidiosa de mis galas?
¿Hay otra vecina de estas
2595
que, acechando por ventanas,
más en la de sus vecinos
viven que en sus propias casas?

Octavio
Señora, pues no se excusa
hacer de vos confianza
2600
y deciros la verdad…

Tomé
Jesús, todo se declara.

Octavio
Sabed que Leonardo ha muerto
a César, y en una carta
me escribió todo el suceso,
2605
y me pidió vuestra casa;
hasta la puerta llegó
en una silla

Celia
¡Qué extraña
mentira!

Octavio
Un manto traía
por encubrirse a la guarda
2610
del Duque, que anda a buscarle,
y esta habrá sido la causa
de engañarse quien le vio,
que así los ojos se engañan.

Celia
Vos debéis de pensar, Conde,
2615
será mi ignorancia tanta
que con haberos oído
está la fiesta acabada.
Si no ven mis propios ojos
a Leonardo y él me habla,
2620
y cuenta como es verdad
que mató a César Gonzaga
no he de quedar satisfecha.

Octavio
Pues abre, Tomé, esa cuadra.

Tomé
Señor Leonardo, salid.

(LEONARDO salga.)

Leonardo
2625
No os espantéis que me valga
del valor del señor Conde
y el favor de vuestra casa
en una ocasión tan grave.

Lisena
Si no es figura encantada,
2630
este es Leonardo, señora.

Celia
Que el Conde, mi señor, haga
su obligación es muy justo.
Entraos, que la gente pasa
de casa, y no es bien que os vea.
2635
Flora, traigan luego cama.

Leonardo
Bésoos mil veces los pies.

(Éntrese.)

Celia
Perdonad, Conde, que estaba
enojada con razón.

Octavio
Dadme licencia que vaya
2640
a vuestro cuarto con vos.

Celia
No tanta desconfianza
que os obligue a cumplimientos.

Octavio
Valiome, Tomé, la traza.

Tomé
Demonio debes de ser.
(Váyanse y queden FLORA y TOMÉ.)
2645
¿Qué hay Flora?

Flora
¿Qué quiere?

Tomé
Aguarda.

Flora
¿Más que me quieres reñir?

Tomé
Tu culpa pienso que habla.

Flora
¿Qué querías? ¿Que yo fuera,
Tomé, traidora a mi ama?

Tomé
2650
No; mas no ser habladora
pero esto os viene de casta.

Flora
Vosotros sois el silencio.

Tomé
En fin, como hombre se llama,
y como mujer la lengua.

Flora
2655
¡Qué discreta semejanza!
También es mujer la honra,
y el agravio es hombre.

Tomé
Basta,
yo me rindo a tu elocuencia;
mas, ¡por Dios que es cosa extraña
2660
ver de qué suerte, en dos días
de amor, Celia al Conde trata!
¡Que de enojos y temores!
Todo es celos esta casa.
¿Este es cuarto o calabozo?
2665
Que ya solamente falta
que nos venga a visitar
a media noche tu ama,
o que diga que los vidros,
búcaros, fuentes y tazas,
2670
con otras cosas curiosas
de este camarín, son damas.
No serán buenos casados,
si la vista no me engaña.

Flora
¿Qué querías? ¿Qué sufriese
2675
que entrasen aquí sus daifas?
¡Tomé, Tomé!, la mujer
que ve su marido, y calla
andar con otras, o tiene
algo que él calle, o es santa.

(Vase.)

Tomé
2680
¡Brava fortuna nos corre,
comenzando en mar bonanza!
Ya me pesa de haber sido
de esta tormenta la causa.
¡Notable ingenio el de Octavio!:
2685
no se levanta borrasca
que no se aparezca luego,
como San Telmo en la gavia.
Quiero ver lo que hace Fénis.
Vidro hermoso, porcelana
2690
de la China o azafate
de Portugal, de oro y nácar,
bandeja de seda y perlas,
caja de pastillas de ámbar,
escritorio de carey
2695
con molduras de oro y plata,
¿qué haces entre esos vidros?

(FÉNIS.)

Fénis
Tomé, divertida estaba.

Tomé
Redondilla
¿Mirabas las joyas?

Fénis
Sí;
y son tan ricas y hermosas,
2700
tan de buen gusto y lustrosas,
que a su dueño en ellas vi.
Redondilla
Pero ¿ves resplandecer
tantos diamantes en ellas,
que, brillando como estrellas
2705
cuando quiere anochecer
Redondilla
ponen codicia a los ojos
del más honesto recato
y cuando fueran retrato
del Sol y sus rayos rojos?
Redondilla
2710
Pues no hay joya para mí
como el Conde, mi señor.

Tomé
Bien puede ser que el amor
haga ese milagro en ti;
Redondilla
mas, para mí, de este efeto
2715
fueron causa los diamantes;
porque nunca, ¡oh Fénis!, antes
te pareció tan discreto,
Redondilla
tan lindo ni tan galán.

Fénis
¡Necio!, no me había dado
2720
la palabra que ha jurado;
que entonces los hombres dan
Redondilla
la mayor joya en valor,
que es el alma y voluntad.

Tomé
Ruïdo siento.

(Dentro, OCTAVIO.)

[Tomé]
EsperadN
X
Nota del editor

Este parlamento estaba asignado a Octavio en la edición de Cotarelo y Mori. Sin embargo, no parece correcto, pues Octavio habría de dirigirse al Virrey como su señor, y este todavía no ha entrado en escena.

,
2725
que yo os haré abrir, señor.
Redondilla
¡El Conde es este, y gran gente!

Fénis
Aguarda, y luego abrirás.

(Vase FÉNIS.)

Octavio
¡Abre, Tomé! ¿Dónde estás?

Tomé
Señor…

Octavio
¡Abre, impertinente!

([El VIRREY,] el CONDE FABRICIO, OCTAVIO, ALBANO, JULIO, el CAPITÁN.)

Tomé
Redondilla
2730
Tráesme tan desvelado,
que en una silla dormía.

Octavio
Con mi ropa ha sido el día,
como ocupado, cansado.

Virrey
Redondilla
Conde, no ha sido mi intento
2735
inquietar vuestra posada,
que para ser respetada
dio Celia merecimiento,
Redondilla
cuando no fuera por vos.

(CELIA, LISENA y FLORA.)

Celia
¿Con guarda aquí su excelencia?

Virrey
2740
La guarda es vuestra licencia.

Celia
Mil años os guarde Dios.

Virrey
Redondilla
Dos caballeros han sido
los que me han dado ocasión
con cierta honrada quistión,
2745
a cuya paz he venido;
Redondilla
que como justicia aquí
no viniera, ni otro efeto
me trujera.

Celia
Ese respeto
por mis padres merecí,
Redondilla
2750
cuyas puertas adornaron
los militares blasones
que muestran.

Virrey
Esas razones
y otras muchas me obligaron,
Redondilla
de lo que vos merecéis;
2755
pero a mí se me ha de dar
las llaves para buscar
un hombre que aquí tenéis,
Redondilla
por atajar la inquietud
de este reino.

Celia
Yo, señor,
2760
deseo, por vuestro honor,
su paz, aumento y quietud;
Redondilla
mirad, si queréis mirar
primero arriba.

Virrey
Aquí creo
que está lo que hallar deseo.

Tomé
2765
¿A Fénis viene a buscar?

Octavio
Redondilla
No viene sino a Leonardo.

Tomé
No te faltarán enojos,
que ha puesto el Duque los ojos
en el camarín.

Octavio
¿Qué aguardo?
Redondilla
2770
¡Perdidos somos, Tomé!

Virrey
Entrad y mirad ahí.

Capitán
Una mujer está aquí.

Celia
¿Cómo es posible que esté?

Capitán
Redondilla
Salid, que el Virrey os llama.

(FÉNIS, tapada.)

Virrey
2775
¿Otra vez tapada?

Celia
¡Ah, Conde!

Tomé
Es Conde, que las esconde.

Virrey
Descubríos y hablad, dama.

Fénis
Redondilla
Óigame Vuestra Excelencia
primero aparte.

Virrey
Decid.

Fénis
2780
Que soy Fénis advertid.

Virrey
¿Fénis?

Fénis
A vuestra prudencia
Redondilla
pido piedad y remedio;
no me descubráis os pido.

Virrey
No haré, que a vuestro marido,
2785
porque hay tanta gente en medio,
Redondilla
os daré, y con él iréis
donde después lo sabrán.
Llama a César, Capitán.

Capitán
¡César!

(Entre CÉSAR)

César
Aquí le tenéis,
Redondilla
2790
que no quiero replicaros
en hacer esta amistad.

Virrey
Otra quiero hacer. Llegad,
llegad, que quiero casaros.

César
Redondilla
¿Cómo, señor?

Virrey
Aquí está
2795
Fénis.

César
Si aquí la tenía
Leonardo, no será mía,
si fue de Leonardo ya.

Virrey
Redondilla
¿Dónde está Leonardo?

Tomé
Aquí.

(Salga LEONARDO.)

Leonardo
Señor, la muerte confieso,
2800
puesto que os parezca exceso
hablar en público ansí;
Redondilla
que quise vengar mi honor
de un caballero agraviado:
si fue pensamiento honrado
2805
remito a vuestro valor.
Redondilla
Fiéme de quien pensé
que secreto me tuviera,
y, si es quien es, no pudiera
no ser lo que siempre fue.

Virrey
Redondilla
2810
Quedo, Leonardo, que estáis
en todo engañado; oíd:
César vive, y advertid
cómo en su presencia habláis,
Redondilla
que lo traigo yo conmigo.

Leonardo
2815
¿Qué no es muerto César?

Virrey
No;
y advertid que quiero yo,
Leonardo, haceros su amigo;
Redondilla
que vos estáis satisfecho,
como caballero honrado;
2820
mas, ya que el cielo ha guardado,
como vuestro honor, su pecho,
Redondilla
decidme, ¿por qué negáis
que a Fénis habéis tenido,
si estando vos escondido
2825
está donde vos estáis?

Leonardo
Redondilla
¿Yo a Fénis? ¡Si de ella sé,
que me quite el cielo la vida!

Virrey
¿Cómo no, pues escondida
donde vos estáis la hallé?
Redondilla
2830
Descubríos, porque diga
Celia cómo estaba aquí.

(Descúbrese FÉNIS.)

Celia
Yo, señor, jamás la vi,
ni fue ni será mi amiga,
Redondilla
pues en mi afrenta y agravio
2835
la tiene escondida el Conde.

Fabricio
¿Por qué Octavio no responde?

Octavio
Porque está sin culpa Octavio,
Redondilla
que se entró, Fabricio, aquí
Fénis huyendo de vos.

Virrey
2840
Disculpa tienen los dos.

Octavio
La que puede haber en mí
Redondilla
es haber honestamente
mirado para mujer
a Fénis.

Virrey
No puede ser,
2845
que está su esposo presente:
Redondilla
César es ya su marido,
y de Celia lo será
el Conde.

Celia
Obligado está
a cumplir lo prometido.

César
Romance (tirada)
2850
Celia, ¿queréisme escuchar
aquí aparte dos palabras?

Celia
¿A vos, César, para qué,
adonde todos me agravian?

César
Hablemos aquí los dos.

(Aparte los dos.)

Celia
2855
Decid.

César
Celia, aquí nos casan
a vos y a mí: a mí con Fénis,
que tengo en medio del alma,
y a vos con el Conde Octavio,
cuya pasión se declara
2860
en lo que habéis hecho y dicho;
hoy nuestras dos esperanzas
llegan a ser posesión,
hoy nuestras penas se acaban.
Pregunto: ¿por qué le pintan
2865
ciego al Amor?

Celia
Cosa es clara
que porque hace el mismo efeto.

César
Luego está ciego quien ama.

Celia
Ciego está, como los dos.

César
Pues ¿queréis, Celia, que haya
2870
ahora un Amor con vista?
Será novedad extraña.

Celia
¿Cómo?

César
Quitando la venda
con que los ojos le tapan,
a los nuestros, para ver
2875
de Octavio y Fénis las faltas.

Celia
Ya me he quitado la mía.

César
¿Qué veis?

Celia
Al Conde en mi casa,
diciéndome mil requiebros
con alma fingida y falsa,
2880
que fue un hombre que en una hora
hizo tan grande mudanza
que puso el amor en Fénis
y que le dio la palabra
de ser suyo, y la escondió
2885
donde yo misma la hallaba,
y él, como yo estaba ciega
desde los ojos al alma,
me hacía con invenciones
entender que me engañaba;
2890
y veo que quien ahora
hace cosas tan extrañas,
las hará después conmigo
más traidoras, si se casa.

César
¿Eso veis?

Celia
Y aun otras cosas,
2895
César, que el respeto calla.

César
Pues oídme a mí, que ya
tengo la venda quitada.

Celia
¿Qué veis?

César
Veo una mujer
que, cuando juntos estaban
2900
sus parientes y los míos,
a tanto amor siempre ingrata,
tomó, desdeñosa y libre,
la pluma, escribiendo airada,
en mi afrenta, sus desdenes,
2905
y con atrevidas plantas
huyó de mí, de su padre,
de su honor y de su casa;
veo una mujer por quien
me dio en el pecho una bala,
2910
que de milagro estoy vivo;
y aunque su belleza es tanta
que con una mano sola
todos mis cuidados paga,
considérome casado,
2915
y que aquel deseo pasa
de su rigor en las bodas,
y que estoy por la mañana
pensando que estuvo Fénis
en esta o aquella cuadra
2920
toda una noche y dos días,
y que un hombre que la amaba…
Pero quédese esto aquí,
que en materia de honra y fama,
para no vivir con gusto,
2925
imaginaciones bastan.

Celia
¿Tanto mira Amor con vista?

César
Mucho más cuando se acaba.

Celia
¿Qué haremos?

César
Haz lo que yo.
Celia, pues partes tan altas
2930
te darán mejor marido
y vivirás descansada.
Duque generoso, escucha.

Virrey
La consulta ha sido larga;
veamos qué sale de ella.

César
2935
Fénis estuvo guardada
del Conde, del Conde sea;
mi Amor con vista se halla
y se la da libremente.

Celia
Yo también, desengañada,
2940
le doy a Fénis al Conde,
y porque César me agrada,
mi mano y mi hacienda es suya.

Virrey
A Lisena, vuestra hermana,
dad a Leonardo, con quien
2945
queda la paz confirmada.

Tomé
Flora, ¿tienes vista?

Flora
No.

Tomé
Pues Amor con vista acaba,
si el senado que las mira
suple a nuestro amor las faltas.