ALLÁ DARÁS RAYO, Comedia famosa
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
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Título: ALLÁ DARÁS RAYO, Comedia famosa. Procedencia: Parte 27 (1633) de la Colección de Diferentes Autores; Suelta de la BNE
Autoría
Autor: Félix Lope de Vega y Carpio. Fiabilidad: De autoría dudosa
Peregrino
Citado en El peregrino I: No
Citado en El peregrino II: No
Parte
No presente en la colección de Partes de Lope de Vega
Manuscrito
No consta
Otras ediciones del siglo XVII
Título: ALLÁ DARÁS RAYO
Colección: Parte 27 (Barcelona, s. i., 1633) de la Colección Diferentes autores
Atribución: Lope de Vega Carpio
Ref. bibliográfica: Profeti, Maria Grazia: La collezione "Diferentes autores". Kassel, Reichenberger, 1988. 63, 65.
Nota: En esta edición se indica: "Representóla Manuel Vallejo"
Título: ALLÁ DARÁS RAYO
Suelta: Suelta [s.l., s. i., s. a.]
Atribución: Lope de Vega Carpio
Ref. bibliográfica: Vega García-Luengos, Germán: "Los tomos perdidos de comedias raras atribuidas a Lope de Vega que poseyó la Biblioteca de Osuna" (en M.G.Profeti (ed): Otro Lope no ha de haber. Atti del Convegno Internazionale su Lope de Vega. 10-13 febbraio 1999.). Firenze, Alinea Editrice, 2000. 121-22.
Nota: BNE signatura R-23244-5. Incluye la indicación: "Representola Manuel Vallejo". Procede, según ha establecido Germán Vega García-Luengos, del denominado tomo 133 de la Biblioteca de Osuna.
Título: ALLÁ DARÁS RAYO
Suelta: [s.l., s.i., s.a.]
Atribución: Lope de Vega Carpio
Nota: BNF (París), signatura 8-YG-1308 (16) . Según se recoge en el catálogo on line de la biblioteca: "Extrait de la Parte veinte y siete... ["extravagante"], Barcelona, 1633" [TFV]
Colecciones modernas
*Ref. bibliográfica: E. Cotarelo et al. eds.: Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Española [nueva edicion] (Con prólogos de E.Cotarelo y Mori y otros, 13 vols.). Madrid, RAE, 1916-1930. X .
* Edición utilizada
Ediciones singulares modernas
No consta
Versiones y traducciones
No se conocen
Bibliografía secundaria
No consta
ANOTACIONES PRAGMÁTICAS
Ver / Ocultar secciónDatación
Fecha: 1624-1630
Ref. bibliográfica: Morley, S. G.; Bruerton, C.: Cronología de las comedias de Lope de Vega (La 1ª edición, en inglés, es de 1940). Madrid, Gredos, 1968. 415.
Nota: MB proponen este intervalo "si es de Lope", ya que el patrón métrico lo hace dudoso.
Dedicatorias
No existe dedicatoria.
Cómputo de versos
Número: 2349
Ref. bibliográfica: Morley, S. G.; Bruerton, C.: Cronología de las comedias de Lope de Vega (La 1ª edición, en inglés, es de 1940). Madrid, Gredos, 1968. 415.
CARACTERIZACIONES
Ver / Ocultar secciónPersonajes no computables
Personajes computables
Universo social
Tiempo histórico
Tiempo indeterminado
Marco espacial
Jornada 1
Topónimo: Nápoles. [Italia]. Europa. Espacio: camino a la ciudad; interior del palacio real.
Jornada 2
Topónimo: Nápoles. [Italia]. Europa. Espacio: interior del palacio real.
Jornada 3
Topónimo: Nápoles. [Italia]. Europa. Espacio: interior del palacio real.
Duración
Jornada 1: 1 día
Entreacto 1 a 2: Número indeterminado de días
Jornada 2: 1
Entreacto 2 a 3: Número indeterminado de días
Jornada 3: 1 día
Género
Género principal:
- Comedia > universo de irrealidad > libre invención > palatina.
Observación: La obra se caracteriza por la presencia de algunos motivos típicos del drama de honra (las preocupaciones del rey Enrique por la fidelidad de su esposa y de su vasallo) y del drama de privanza (por las envidias que despierta el favor de los monarcas por Carlos).
Extracto argumental
Jornada 1
El conde Carlos y su criado Corvino acompañan a la reina María de Sicilia a Nápoles, donde se efectuará el casamiento entre esta y el rey Enrique. Carlos expresa su pesar ante Corvino, pues ha estado cuatro meses separado de su amada Isabela, con la que desea casarse en cuanto llegue a palacio. Espera que el rey le conceda esa merced, ya que Isabela es prima de Enrique. Cuando están llegando a palacio, Carlos envía a Corvino a presentar sus respetos a Isabela, a comunicarle su intención de casarse con ella y a pedirle que lo solicite al rey para poder hacerlo cuanto antes. Sin embargo, la situación cambiará cuando la reina, tan agradecida por los servicios que Carlos le ha prestado durante todo el viaje, manifieste su deseo de otorgarle el ducado de Fox, que pertenece a su hermana Margarita, hecho que implica que el conde deberá contraer matrimonio con la joven, que también marcha a Nápoles con ellos. Carlos, por no ofender a la reina y por el prestigio de la boda, se ve en el compromiso de aceptar la propuesta, jurando, tanto él como Margarita, que todavía no lo harán público. Carlos besa la mano a Margarita y se compromete a no deshacer el pacto de casamiento.
En ese momento llega el condestable a recibir a la reina, y se queda muy envidioso del favor de esta hacia Carlos, al que pide la mano para hacer su entrada triunfal en Nápoles.
En palacio, Isabela, tras haber escuchado todas las noticias que le expone Corvino y tras haberse recuperado de la emoción que le produce la propuesta de boda, aprovecha el momento para explicar al rey, que espera ansioso la llegada de su futura esposa, la situación. Enrique, después de haberse entretenido con algunos donaires de Corvino, no duda ni un instante en dar su bendición al compromiso entre Isabela y Carlos.
En ese momento se realiza la llegada triunfal de la reina, acompañada de un cortejo compuesto por su hermana Margarita, Carlos, el condestable y los grandes; por la otra puerta salen a recibirla el rey, Octavio y acompañamiento. Enrique no cabe en sí de contento y dedica a María mil finezas. El conde e Isabela se reencuentran, pero él se muestra muy tibio con ella y suscita las ironías del criado. Cuál es la sorpresa de la dama cuando, al anunciar a Carlos que ya tienen el beneplácito del rey para casarse esa misma noche, él explica que no puede casarse, aunque sigue amándola. El agitado diálogo entre los dos es interrumpido por Margarita, que enseguida siente celos y manda a Carlos que acompañe a la reina. En vano Corvino trata de aplacar a Isabela asegurándole que su amo no hacía sino hablar de ella durante su ausencia; acto seguido, la dama expresa su decepción ante el rey, que le promete hablar con el implicado.
A continuación sale el Condestable, y revela al rey que muchos nobles están disgustados con Carlos porque consideran impropio el trato privilegiado que le concede la reina; el rey replica con firmeza en favor de Carlos, pero empieza a tener celos, sobre todo cuando los ve hablando en los aposentos de ella. Se reafirma, sin embargo, con nobleza en la confianza que siente en el honor de ambos, y le pregunta a Carlos por qué ya no quiere casarse con Isabela. Carlos contesta que durante la ausencia su amor por ella ha muerto, y entonces el rey le señala la envidia que le tienen en Nápoles, le confirma su apoyo y se marcha. Carlos, en un monólogo final, se resuelve a volver a los amores de Isabela, glosando la copla del rey: "Carlos, ved que os quieren mal, / y ved que yo os quiero bien".
Jornada 2
En esta segunda jornada, el enredo amoroso se resalta, adquiriendo una mayor relevancia en la trama. Carlos ve en el rey su mayor apoyo, pero este, aunque no le retira su favor, está celoso porque sospecha una oculta relación entre él y la reina María. Enrique da vueltas a la idea de que Carlos ha rechazado a Isabela, sin saber que el conde está prometido a Margarita, pero sospechándolo. El rey se propone indagar y averiguar la verdad sobre el caso, y se muestra de muy mal humor ante Carlos, que piensa que la actitud de Enrique obedece a las habladurías traidoras que circulan en la corte sobre él. El rey expone su descontento ante el hecho de que Carlos piense en casarse con Margarita, puesto que no puede aspirar a la mano de mujer tan noble. Él lo niega y promete dar la mano a Isabela inmediatamente para desmentirlo, pues tal acto lo perjudica. Enrique se disculpa y le entrega a Isabela como esposa. Carlos, solo, en un soneto reflexiona sobre el poder del rey comparándolo al sol. Llega el gracioso Corvino, que, para intentar interceder entre Isabela y el conde, le da una noticia falsa a este último: que Isabela va a casarse con el condestable por despecho. Carlos muere de celos, rompe los memoriales de los que tenía que ocuparse en cuanto privado, y se propone conseguir a la mujer que ama. En ese momento llega la reina, que se sorprende al verlo tan fuera de sí; entonces, Carlos le dice que el rey ha descubierto su amor por Margarita y que, para estorbar esa boda, lo casa por fuerza con Isabela. Vuelve el rey, más celoso que nunca al verlos hablar juntos; la reina le pregunta por qué quiere casar a Carlos contra su voluntad, y el rey le replica que es Carlos quien le ha pedido la mano de Isabela. La reina no soporta la mentira de Carlos y se marcha, y este trata de justificarse con el rey diciéndole que su engaño ha nacido de los celos al haber sabido que Isabela ya está prometida al condestable. El rey le pregunta a Carlos sobre los celos, fingiendo no saber qué son, pero es un hablar con doble sentido, que alude a las sospechas que él mismo tiene del conde. Al final, promete a Carlos que resolverá la situación y lo casará con Isabela.
Por otro lado, llega a palacio la noticia de que el hermano de la reina María y de Margarita ha casado a esta última en Portugal. La reina se alegra porque sabe que Carlos va a casarse con Isabela y el rey también se siente más aliviado. Margarita sin embargo no está tan conforme y jura luchar por su amor. Esa misma noche deben contraer matrimonio Carlos e Isabela y Enrique manda a la reina y a Margarita que asistan a las bodas. Llega el condestable y el rey le pregunta si es cierto que quiere casarse con Isabela; el condestable lo niega rotundamente y el rey se reafirma en su creencia de que todo es una treta de Carlos para no casarse porque tiene una relación con la reina. No obstante, insiste en defender a Carlos de las insinuaciones del condestable.
Los dos contrayentes se encuentran en una estancia que el rey ha dispuesto para este efecto. Cuando Carlos va a dar la mano a Isabela entra Margarita; Carlos vacila y entonces Margarita le manda que elija entre la mano de ella y la de Isabela, recordándole implícitamente el contrato que firmó con ella al besarle la mano. Cuando entran todos los grandes, Isabela y el conde anuncian que han resuelto no casarse. El rey, furioso, se propone terminar con tal situación.
Jornada 3
Isabela y el condestable, estando la primera tan celosa y ávida de venganza, conciertan su casamiento. La reina llama a Isabela y le pregunta por qué no quiere ya casarse con Carlos. A pesar de las explicaciones de Isabela, y de su objeción de que ya se ha prometido con el condestable, la reina la obliga a casarse ese mismo día con Carlos si no quiere incurrir en su enojo. Cuando Isabela se marcha, María reflexiona que esta es la única solución posible para que Margarita acepte marcharse a Portugal para la boda concertada. Después envía un papel a Carlos para anunciarle que debe celebrar la boda, y se lo dice a Margarita. Entonces esta habla de deshonra por parte de Carlos, pues, según dice, él fue mucho más allá de los besos con ella. Los hechos se convierten en un caso de honor: la reina, en un breve monólogo, piensa vengarse matando a Carlos y a su hermana. Mientras, Carlos, tras expresar en un monólogo su profundo arrepentimiento por haber abandonado a Isabela en pos de una loca ambición, lee el papel de la reina en que lo conmina a casarse con Isabela y, aún más confuso porque no entiende el repentino cambio de parecer de ella, se queda dormido. El rey, que muere de celos, aprovecha para indagar en su habitación, encuentra el papel y cree ver sus sospechas confirmadas (ya que María habla de que le da permiso para casarse, borrando la obligación que tiene hacia ella, sin mencionar nunca a Margarita). Enrique se marcha dejando el papel roto y planea una terrible venganza. Decide mandar a Carlos y a Octavio a España como acompañantes de Margarita, que debe ir a desposarse a Portugal. Antes de partir hacia España, el rey da a Octavio una carta, que contiene unas instrucciones que Octavio deberá leer solamente a mitad del viaje.
Carlos habla con Isabela, que le anuncia que se ha prometido al condestable; lleno de celos, Carlos le prohíbe casarse con él. A las voces, llega la reina, y entonces los dos disimulan haber acatado su voluntad y fingen estar a punto de casarse. La reina, a solas con el rey, reclama justicia, puesto que Carlos la ha deshonrado. Enrique piensa que está a punto de ver sus temores materializados definitivamente, pero esto no ocurre, pues María cuenta el caso de Margarita, que ha perdido su castidad con Carlos. Este, sin embargo, niega tales hechos, y afirma que si se desposó con Margarita fue por fuerza, obligado por la autoridad de la reina. El rey, tranquilizado ya en sus sospechas, manda encarcelar al condestable como castigo por sus insinuaciones sobre Carlos. El rey entonces manda a este borrar con otro beso el beso que selló el compromiso inicial, para poderlo casar finalmente con Isabela; Margarita, sin embargo, retiene la mano de Carlos y lo reclama como marido.
En este momento, llega una carta del rey hermano de María y Margarita, que anuncia que se cancela la boda en Portugal, así que Enrique decide casar a Carlos, al que concede en ducado de Calabria, con Margarita, con lo que se pone fin a la comedia.