Félix Lope de Vega y Carpio

LOS TRES DIAMANTES




Texto utilizado para esta edición digital:
Menéndez Pelayo, Marcelino (ed.), “Obras de Lope de Vega, XXIX, Madrid, Atlas (BAE CCXXXIV), 1970, pp. 475-540.
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Durá Celma, Rosa (Artelope)

PERSONAS

EL REY DE NÁPOLES
LUCINDA, su hija
DON ENRIQUE, Príncipe de Inglaterra
DON DUARTE DE BORBÓN, Infante de Portugal
OLIVERIO, Príncipe de Transilvania
LISARDO, hijo del Duque de Proenza
UN CAPITÁN
ROSELO, paje
CELIA, aya de Lucinda
BELARDO, pastor
FAUSTINO, pastor
CLARINO, pastor
UN PATRÓN DE NAVE
ROSARDO, huésped
EL SOLDÁN DE PERSIA
AMURATES, moro
CAMBISES, moro
ROBERTO, piloto
DUQUE DE PROENZA, padre de Lisardo
AMATILDE, su hija
LEONATO, su criado
CELIMA, hija del Soldán
EL HERMANO CRISPÍN
[CRISTEO], criado
[PAJE]
[DUQUE DE FERRARA]
[DOS PILOTOS]
[UN ALABARDERO]
[MORO]

Lisardo alterna en el texto con el nombre de Lisandro.


Jornada I

Salen LISARDO, armado; DON DUARTE de Borbón, DON ENRIQUE de Inglaterra y OLIVERIO de Transilvania, acuchillándose.

Lisandro
Terceto
¿Todos a mí por lo que está bien hecho?

Enrique
Aunque enemigo, me pondré a tu lado,
tanto estoy de tu esfuerzo satisfecho.

Duarte
Terceto
Con traición, caballero, me has ganado
5
el precio de esta justa.

Lisandro
¡Miente el hombre
que dijere que yo no he sido honrado!

Entren el REY DE NÁPOLES y un CAPITÁN y ROSELO, paje.

Rey
Terceto
¿A quién no habrá que tu valor no asombre?

Capitán
¡Téngase al Rey!

Rey
Valiente caballero,
dinos tu patria, tu linaje y nombre.

Lisandro
Terceto
10
Señor, yo soy, como otros, extranjero;
no conviene esta vez, por mi decoro,
decir quién soy, si en la defensa muero.
Terceto
Por honra viene aquí; la fama adoro;
tres lirios son mis armas; mi apellido,
15
el Caballero de los Lirios de Oro.
Terceto
Aunque me viese a vuestros pies rendido,
y de todo el poder de la fortuna
contrastado, deshecho y oprimido,
Terceto
no puedo, ni diré cosa ninguna
20
de mi linaje y nombre.

Rey
Mi amor solo,
y no el poder del mundo, os importuna.
Terceto
No ha llegado jamás a nuestro polo
tan fuerte caballero, ni se ha visto
desde la luna al túmulo de Apolo.

Lisandro
Terceto
25
La fama, rey de Nápoles, conquisto,
que no de vuestra hija la belleza.
Si por ella con tantos me enemisto,
Terceto
dadla, señor, a quien por fortaleza,
por sangre y por valor, la ha merecido,
30
que a mí me faltan partes y nobleza.

Oliverio
Terceto
Si esto es así, por mi valor la pido.

Enrique
Puesto que, como a todos, me has vencido,
y el premio de esta empresa me has quitado,
no he podido sufrir verte oprimido,
Terceto
35
obligado al amor que te he cobrado,
y desde aquí por amistad te juro
morir a tu defensa y a tu lado.
Terceto
Y por que sepas bien lo que aventuro,
Enrique soy, mi patria Ingalaterra,
40
único hijo de su rey Arturo.
Terceto
Lucinda de mis padres me destierra;
y porque a ti sospecho que te hace,
por la misma ocasión, la misma guerra,
Terceto
te cedo mi derecho, si te place,
45
y doy esta palabra al cielo justo,
que al malo ofende, al bueno satisface,
Terceto
de ayudar a las cosas de tu gusto
como leal y verdadero amigo,
sin darte celos ni mi amor disgusto.

Lisandro
Terceto
50
Enrique, al mismo cielo hago testigo
de pagarte ese amor eternamente,
y de morir por ti y vivir contigo.
Terceto
Confieso que he querido tiernamente
a Lucinda hasta aquí; mas, pues la quieres,
55
no es bien que León quitarla más intente,
Terceto
que pues en sangre y armas me prefieres,
te quiero preferir en cortesía.

Enrique
¡No harás, por Dios! Mas dime ya quién eres.

Lisandro
Terceto
Cuando salimos de la patria mía
60
mis criados y yo, juntos juramos
a un alta cruz que en una puente había,
Terceto
por el fruto divino de sus manos,
de no decir mi nombre a ningún hombre;
mira, Enrique, si es bien que lo cumplamos.
Terceto
65
No te parezca ingratitud, ni asombre
que te calle mi nombre, que algún día
sabrás mi pecho, cuanto y más mi nombre.

Enrique
Terceto
Aprovéchate a ti la amistad mía,
que es la intención de aqueste amor, y luego
70
estará tu secreto en cortesía.
Terceto
Desármate, y procura algún sosiego,
en tanto que a ver voy lo que el Rey hace.

Lisandro
Que me vuelvas a ver, Enrique, ruego.

Enrique
Tú verás que esta fe de mi amor nace.

Vase.

Lisandro
Redondilla
75
Paje, ¿sois de esta posada?

Paje
De Palacio soy, señor.

Lisandro
¿Sois espía?

Paje
Del amor
de cierta dama engañada.

Lisandro
Redondilla
¿Qué habéis oído?

Paje
Que aquí
80
le dais a un extraño amigo,
pero si yo se lo digo,
no os querrá bien.

Lisandro
¿Cómo así?

Paje
Redondilla
Porque el amor despreciado
se vuelve aborrecimiento.

Lisandro
85
¿No veis que fue cumplimiento
a que no estoy obligado?
Redondilla
Que los que lo son, no obligan.

Paje
Los verdaderos amantes,
aun en burlas semejantes,
90
no es bien que desprecios digan.

Lisandro
Redondilla
Tampoco sé yo si vos
sabéis quién amo.

Paje
Bien creo
que sé de vuestro deseo
más que vos.

Lisandro
¿Más?

Paje
Sí, ¡por Dios!

Lisandro
Redondilla
95
¿Es que lo podemos ver?

Paje
¿Qué prenda, cuando le vistes,
por una reja le distes?

Lisandro
Ya no os puedo responder.

Paje
Redondilla
¿Cúyo es este anillo?

Lisandro
Mío,
100
que a la Infanta le di yo.

Paje
Pues ella a mí me le dio,
fiaos de mí.

Lisandro
El alma os fío.
Redondilla
Pero ¿el darosle fue
en mi favor?

Paje
No fue dado,
105
que no hay en el mundo estado
por que ella el anillo dé;
Redondilla
mas porque os le traiga a vos
para carta de creencia,
y para que a su presencia
110
volvamos luego los dos.

Lisandro
Redondilla
Que no pondremos recelo.

Paje
La noche, que ya se cierra,
ausentará de la tierra
las dos lámparas del cielo,
Redondilla
115
y yo os llevaré a un postigo
del jardín, harto secreto.

Lisandro
¿Iré solo?

Paje
No es defeto
que vais con algún amigo;
Redondilla
mas no lo entienda Lucinda.

Lisandro
120
Vamos, que solo es mejor,
que quien tiene mucho amor,
no hay peligro que no rinda.

Vanse. Salen el REY, LUCINDA, DON DUARTE, OLIVERIO, ENRIQUE y CELIA.

Rey
Quintilla
Las armas son excusadas
donde el gusto mandar puede.
125
Dejemos lanzas y espadas,
que basta que Marte quede
con las victorias pasadas.
Quintilla
Si el caballero extranjero
del blasón del lirio de oro
130
no quiere, siendo el primero,
decir su patria y decoro,
Enrique a todos prefiero.
Quintilla
De este mi Lucinda sea,
que en ninguno, como en él,
135
esta corona se emplea.

Duarte
La elección que has hecho de él,
ninguno que es justa crea.
Quintilla
Agraviaste a Portugal,
y en campo sustentaré,
140
que yo solo soy su igual.

Lucinda
Di que a ninguno me dé,
que a todos los quiero mal.

Enrique
Quintilla
Si no te hubiera vencido,
más furioso respondiera,
145
de tu locura ofendido.
Vete, y en el campo espera.

Oliverio
La misma licencia pido,
Quintilla
que ningún agravio iguala
al que a Transilvania hacéis,
150
pues que el Rey no me señala.

Rey
Basta, que hacer pretendéis
campaña de armas la sala.
Quintilla
Salid de la corte luego.

Duarte
Saldré tan perdido y ciego,
155
que dentro de un mes no más
toda Nápoles verás
arder, como Troya, en fuego.

Vase.

Oliverio
Quintilla
Del agravio que me has hecho,
en que con Enrique case
160
Lucinda, en común despecho,
nacerá un fuego que abrase
tu reino, como mi pecho.
Quintilla
Parto con voces más fiera
que la herida tigre hircania
165
busca del mar las riberas,
que yo haré que Transilvania
ponga en Nápoles banderas.

Vase.

Enrique
Quintilla
Partid ya presto a la guerra,
que hallaréis defensa en mí
170
y el valor de Ingalaterra,
pues hay Hércules aquí
si allá hay hijos de la tierra.

Rey
Quintilla
Mal hice en no los prender.

Enrique
Déjalos ir.

Rey
Antes voy
175
solo a hacerlos detener.

Vase.

Enrique
En fin, tu marido soy.

Lucinda
Dicen que lo quieres ser.

Enrique
Quintilla
Tu padre gusta.

Lucinda
Es razón,
que tiene satisfacción
180
de lo mucho que mereces.

Enrique
De mala gana me ofreces
tus manos.

Lucinda
Hay ocasión.

Enrique
Quintilla
¿Cuál ocasión puede haber?

Lucinda
No te la puedo decir.

Enrique
185
Ya la debo de saber.

Lucinda
¿De qué se puede argüir?

Enrique
De querer y no querer.

Lucinda
Quintilla
¿A quién quiero?

Enrique
A un extranjero.

Lucinda
¿A quién no quiero?

Enrique
Yo soy,
190
pero asegurarte quiero,
que en tu pensamiento estoy
de amor de ese caballero.

Lucinda
Quintilla
Créolo de tu valor,
y de tu virtud lo fío.

Enrique
195
Si no tienes otro amor,
yo te quiero dar el mío
porque le tengas mayor.

Lucinda
Quintilla
Si no engañas mi afición,
que mi amor aumentarás
200
está muy puesto en razón,
que con lo que puedes más
es con la buena opinión.

Enrique
Quintilla
¿Qué señal habrá mayor
que dártele el Rey a mí,
205
que eres de esta empresa honor,
y suplicarte yo a ti
que le tengas mucho amor?

Lucinda
Quintilla
No, que también puede ser
que sea celoso efeto
210
no más de para saber...

Enrique
No tengo yo por discreto
al que prueba a su mujer.

Lucinda
Quintilla
Declárame tu intención.

Enrique
Que la palabra le he dado,
215
vencido de su afición,
de aventurar a su lado
la vida en toda ocasión.

Lucinda
Quintilla
Júralo.

Enrique
Quíteme el cielo
la vida si no es verdad,
220
que ha podido solo el celo
de esta sincera amistad
dar con tu amor en el suelo.

Lucinda
Quintilla
Echarme quiero a tus pies.

Enrique
Agravio del cielo es
225
poner su sol a mis plantas.

Lucinda
Y tú al cielo me levantas
de la tierra en que me ves.

Enrique
Quintilla
Solo en premio de que quiero
darte, siendo prenda mía,
230
a un hombre tan extranjero,
me di, señora, este día,
quién es este caballero.

Lucinda
Quintilla
No sé quién es ni su nombre.

Enrique
Mal me pagas, o pretendes
235
que de tu rigor me asombre.

Lucinda
Eso entiendo que tú entiendes
de los enigmas de este hombre.
Quintilla
Con el talle se me entró
por los ojos; bien sé yo
240
que es noble, pues le admití,
aunque no sé si le di
el alma o me la tomó.

Enrique
Quintilla
Júralo.

Lucinda
Quíteme el cielo
la vida si no es verdad,
245
que bien puede el casto celo
de una honesta voluntad
dar con un alma en el suelo.

Enrique
Quintilla
Ahora bien, yo soy su amigo,
y el Rey quiere que conmigo
250
te cases. ¿Qué hemos de hacer?

Lucinda
Que le demos a entender
que estoy casada contigo.

Enrique
Quintilla
¿Qué dice aquel caballero?

Lucinda
Que sabes tú que le quiero.

Enrique
255
¿Y él sábelo?

Lucinda
Bien lo sabe.

Enrique
Razón es que en bien acabe
un amor tan verdadero.

Lucinda
Quintilla
Esta noche le hablaré.

Enrique
¿Vendré con él?

Lucinda
Bien podrás.

Enrique
260
Adiós.

Vase.

Lucinda
¿Fuese?

Celia
Ya se fue.

Lucinda
¿Tan presto?

Celia
No pudo más,
si bien sus ojos miré.

Lucinda
Quintilla
¿Quiéreme bien?

Celia
Bien te quiere.

Lucinda
Pues ¿qué le obliga?

Celia
Amistad,
265
que al gusto de amor prefiere.

Lucinda
Gran virtud, gran calidad,
de ese milagro se infiere.
Quintilla
Muérome por él.

Celia
No es justo
que, hasta que sepas quién es,
270
así aventures tu gusto.

Lucinda
Calla, Celia, no me des
en esta ocasión disgusto.

Celia
Quintilla
¿Dos veces que le has hablado
te tiene ya de ese modo?
275
¿No puede haberte engañado,
y haberlo fingido todo
por codicia de tu estado?

Lucinda
Quintilla
No, porque el talle y acciones
de su hablar y proceder
280
me han dado satisfacciones;
ni tan alto pretender
es de bajas condiciones.
Quintilla
Diome un anillo, y por él
quise saber su valor;
285
dile a persona fiel,
y dice que no hay mejor
diamante en el mundo que él;
Quintilla
vale treinta mil ducados.
¿Cómo quieres, Celia loca,
290
que un hombre bajo encerrados
tenga, en distancia tan poca,
tesoros tan estimados?
Quintilla
Hablele otra vez, y vi
que otro diamante tenía,
295
y a pedirle me atreví,
por ver si valor tenía
él para dármele a mí.
Quintilla
Diomele; hícele ver.

Celia
Y ese, ¿qué puede valer?

Lucinda
300
Dos veces más que el primero;
mira tú si es caballero
quien esto puede tener.

Celia
Quintilla
No es el serlo necesario,
ni arguyes, señora, bien.

Lucinda
305
Arguyo por lo contrario.

Celia
No haces, porque también
pudiera ser lapidario,
Quintilla
que aquí vienen mercaderes
de Persia, con mil diamantes.

Lucinda
310
Celia, necísima eres,
que más quieren los amantes
remedios que pareceres,
Quintilla
Vete al jardín, que es tarde
para que bien no aguarde.

Celia
315
Mire su valor su Alteza.

Lucinda
Yo quiero bien, no hay bajeza
que mi locura acobarde.

Vanse. Salen ENRIQUE y LISARDO.

Lisandro
Endecasílabos sueltos (tirada)
¿Que por mujer te da Lucinda?

Enrique
Diome
el Rey su hija, con quien he pasado
320
lo que te he dicho; puedes estar cierto
que ninguno jamás habrá tenido
tal dama y tal amigo, aunque resuelva
la antigüedad sus máquinas de historias,
y la fama de Grecia sus archivos.
325
No hago mucho de su parte en dártela,
pues ella ya te quiere; y de la mía,
sé yo que hago más de lo que puedo.

Lisandro
No quiero agora agradecerte nada,
por ser el tiempo breve, pero al cielo
330
hago testigo, que por muchos cursos
que pase el sol por infinitos años,
no pierda la memoria de tus obras,
ni el agradecimiento de las mías,
tu generoso pecho y alma noble.
335
Tres diamantes me dio cuando salía
de su casa mi madre, por si acaso
el tiempo me pusiese en ocasiones
que a la necesidad viese la cara;
y con ser de valor inestimable,
340
los dos he dado, sin haber tres meses
que salí de mi casa; y el tercero,
que es de mayor valor, solo por muestra
de mi agradecimiento, te lo ofrezco.
Sírvete de él para memoria mía,
345
y, Enrique, no repliques en tomalle,
que pensaré que es tu amistad fingida.

Enrique
Yo le acepto por prenda de tus manos,
con juramento al cielo, que no siendo
necesidad en mí tan atrevida,
350
que me falte el sustento, de no dalle
por mí, si en Persia vengo a estar cautivo.

Lisandro
La puerta del jardín es esta, Enrique;
quédate aquí, que es paso peligroso,
y estamos, como ves, entre enemigos.

Enrique
355
Entra seguro de que el mundo todo,
sin quitarme la vida en tu servicio,
de donde estoy pueda moverme un paso.

Lisandro
Deme ventura el cielo.

Vase.

Enrique
Ya la tienes,
pues a gozar de sus estrellas vienes.
360
Cuando Júpiter fiero, en el diluvio,
mató de Loth la insaciable fragua,
y el mar pasando, el límite desagua,
encarcelado el sol, dorado y rubio;
cuando cuelgan del Cáucaso y Vesubio
365
cuerpos cubiertos de ovas verdes y agua;
cuando balas de nieve, y rayos fragua,
y el Ganje se juntó con el Danubio;
cuando el tiempo mudó su mismo estilo,
¿dónde estabas amor? ¿Cuál fue tu asilo?

Sale DON DUARTE.

Duarte
Soneto
370
A verte vengo, si por dicha puedo
merecer en la noche de tu olvido
el sol más riguroso y encendido,
de cuyos rayos abrasado quedo.
Mas la tiniebla, donde el alma enredo,
375
laberinto de amor y del sentido,
así me tiene ciego y oprimido,
que al fin se rinde la esperanza al miedo.
Sal, mi divino sol, y tu belleza
abrase este laurel, que otras crueles
380
entrañas han cubierto su corteza.
Mas no salgas, señora, a estos laureles,
que tomarás ejemplo en su dureza,
y serás fugitiva como sueles.

Sale OLIVERIO.

Oliverio
Soneto
Parece que estos pasos temerosos
385
me llevan siempre a ver mi incierta vida,
porque en una esperanza tan perdida,
los más seguros son más peligrosos.
¡Ay! ¡Si de ese jardín en los frondosos
árboles, que hacen sombra a mi homicida,
390
dejase yo, con la esperanza asida,
la causa de mis males amorosos!
Enmudecieran mis amargas quejas,
y saliera este amor de lo profundo
de mis locas entrañas abrasadas.
395
Y en estos troncos, en lugar de rejas,
dos Anaxartes contemplara el mundo,
y el infierno dos piedras castigadas.

Duarte
Redondilla
Llegar quiero.

Oliverio
Llegar quiero.

Duarte
¿Si es hombre aquel?

Oliverio
¿Si es este hombre?

Duarte
400
¿Quién es?

Enrique
Un hombre.

Oliverio
¿Qué nombre?

Enrique
¡Noble soy! ¡Soy caballero!
Redondilla
¿Esto pasa? Pase presto,
que tengo que hacer aquí.

Duarte
Yo también.

Oliverio
Yo y todo.

Enrique
Así,
405
pues yo soy dueño del puesto,
Redondilla
por derecho he de tener
aquí su primer lugar;
y también le han de dejar,
porque le sé defender.

Duarte
Redondilla
410
Ya no excuso de quitalle
a vuesa merced de ahí.

Enrique
¿Quién lo dice?

Duarte
Yo, y por mí,
esta espada y este talle.

Enrique
Redondilla
No son muchos, pocos son
415
él, y su talle, y su espada.

Duarte
Luego ¿no habré dicho nada?

Enrique
No, ¡por Dios!

Duarte
¡Bravo león!

Oliverio
Redondilla
Háganme placer también
de dejarme hablar a mí.

Enrique
420
¿Qué queréis?

Oliverio
Estar aquí.

Enrique
¿Cuántos sois?

Oliverio
Medio yo.

Enrique
Bien,
Redondilla
mas para medio, no hay remedio.

Oliverio
Esto me parece hablar;
bien sé yo que puedo dar,
425
donde no hay medio, remedio.

Enrique
Redondilla
¿Cada uno de los tres
pretende este puesto?

Oliverio
Sí.

Enrique
Y ¿es con quitármelo a mí,
cuyo habrá dos horas que es?

Oliverio
Redondilla
430
Así parece.

Oliverio
Pues yo
digo que darle no quiero.

Duarte
¡Muera, pues!

Enrique
¡Soy caballero!

Duarte
No lo mostráis.

Enrique
¿Cómo no?

Meten mano, y salen de las manos LUCINDA y LISANDRO.

Lisandro
Redondilla
¡Perdidos somos, mi bien!
435
Tu padre nos ha sentido.

Lucinda
Estas armas y rüido,
a ti te buscan también.

Lisandro
Redondilla
Pues ¿téngote de dejar?
Más quiero darme la muerte.

Lucinda
440
No lo hagas de esa suerte,
pues que me puedes llevar.

Lisandro
Redondilla
Sígueme.

Lucinda
¿Por aquí vamos?
Hacia aquel monte es mejor.

Vanse. Salen el REY, el CAPITÁN y gente.

Rey
¿Tantas armas y rumor?

Capitán
445
¡Téngase al rey!

Oliverio
Ya lo estamos.

Rey
Redondilla
¿Quién sois, que en este terrero,
donde mi casa ofendéis,
atrevimiento tenéis
de desnudar el acero?

Enrique
Redondilla
450
Enrique, tu yerno soy.

Rey
¿Qué es esto?

Enrique
Quieren matarme.

Oliverio
Bien puedes, Rey, perdonarme.

Rey
¿Quién eres?

Oliverio
Sin culpa estoy.

Capitán
Redondilla
Oliverio Trasilvano
455
y don Duarte de Borbón,
los dos que le matan son.

Duarte
Yo puse a la espada mano
Redondilla
por quitar de aqueste puesto
un hombre, no conociendo
460
a Enrique, mas ya que entiendo
su valor y celo honesto,
Redondilla
al Rey y a él perdón pido,
mi mano y brazos le doy.

Oliverio
Y yo, que a fe de quien soy,
465
que inocente le he ofendido.

Rey
Redondilla
Estoy porque me paguéis
el pasado atrevimiento,
pues el noble atrevimiento
con que nacisteis, perdéis.
Redondilla
470
Ya, Enrique es mi yerno, y gusto
de que Lucinda le quiera,
no busquéis de esa manera
su deshonra y mi disgusto;
Redondilla
que a no mirar, como debo,
475
de qué padres descendéis,
la pena que merecéis
os diera agora de nuevo.

Oliverio
Redondilla
Si de tus pasados años
puedes acaso, señor,
480
traer del poder de amor
a tu palacio los daños,
Redondilla
presto darás a mi edad
perdón, mas para que entiendas
que de esta guerra y contiendas
485
siempre es el fin la amistad,
Redondilla
y para que nos volvamos
a nuestras tierras, señor,
descontentos del favor
que de tu mano esperamos,
Redondilla
490
venga Lucinda, y si acaso
a Enrique quiere escoger,
eso basta a detener
a nuestra esperanza el paso.
Redondilla
Pero si aquí cada cual
495
piensa que le favorece,
a su disgusto parece
que la casas, y haces mal.
Redondilla
Venga, y diga que le quiere,
y luego todos se irán.

Rey
500
Id por ella, Capitán,
y escoja lo que quisiere.
Vase el CAPITÁN por ella.
Redondilla
Que ya estoy de tal manera,
que tengo por cierta cosa,
que quien tiene hija hermosa
505
tiene en su casa una fiera.

Duarte
Redondilla
Señor, los merecimientos
de Enrique de Ingalaterra,
el valor, en paz y en guerra,
de sus altos pensamientos,
Redondilla
510
son dignos de su esperanza;
pero tú debes mirar
que hay quien le pueda igualar,
si no es que ese cielo alcanza.
Redondilla
Pues en los que iguales son
515
dale a su gusto marido.

Rey
Presto veréis lo que ha sido,
y que fue justa elección.
Redondilla
Tenéis pleito sin justicia,
y porque no la tenéis,
520
con la revista veréis
que apelasteis de malicia.

Enrique
Redondilla
En todo te has gobernado
como discreto jüez;
quede, señor, una vez
525
nuestro pleito averiguado,
Redondilla
que de lo que es igualdad
no tengo que responder,
porque no puede tener
ninguno más calidad,
Redondilla
530
que si hoy el cielo me sube
a este bien, solo se advierte
que a mí me cupo la suerte
por buena estrella que tuve.

Sale el CAPITÁN.

Capitán
Terceto
Todo el palacio alborotado queda;
535
no sé cómo es posible que a tus ojos
tan gran maldad, invicto Rey, suceda.

Rey
Terceto
¿Qué es esto, Capitán?

Capitán
Que a tus enojos
hoy la fortuna ha dado gran aumento.

Rey
¿Murió Lucinda?

Capitán
Es de un traidor despojos.
Terceto
540
Ni en cuarto del jardín, ni en aposento,
ni en todo tu palacio, hay señas de ella.

Rey
¿Qué hombre oyó nueva de mayor tormento?

Capitán
Terceto
Solo dicen que ayer habló con ella
el Caballero de los Lirios de Oro.

Rey
545
¡Oh, airado cielo! ¡Oh, injuriosa estrella!
Terceto
Ese traidor la lleva, ese el decoro
de mi real honor bajó del cielo,
ese de aquesta Europa ha sido el toro,
Terceto
ese con mi grandeza dio en el suelo,
550
ese fue el Paris de esta nueva Elena.

Enrique
De su encubierto nombre lo recelo.

Rey
Terceto
¡Oh, nieva triste! ¡Oh, confusión! ¡Oh, pena!,
la mayor que ha dado a mi sentido.
Mas ni la Libia en su desierta arena,
Terceto
555
ni en donde alumbra el sol más encendido,
perdonaré buscando a quien me lleva
el loco dueño de mi honor perdido.

Oliverio
Terceto
Aunque llevados, Príncipe, a la prueba
de merecerla, me faltó esperanza,
560
me alcanza parte de la triste nueva,
Terceto
y mostraré en buscar la que me alcanza,
discurriendo la tierra con mi gente
y ofreciendo la vida a la venganza.

Duarte
Terceto
Ninguno como yo su agravio siente.
565
Haré al traidor que del rigor se asombre,
con que por tierra y mar buscarle intente;
Terceto
no habrá puesto jamás la planta hombre
donde yo las pondré para buscalle.
¡Que no se supo de él la patria o nombre!

Enrique
Terceto
570
Bien mostraban sus armas y su talle
que no era falto de nobleza.

Rey
Vamos,
que en los cielos espero castigalle.

Vase.

Enrique
Terceto
Sepamos los caminos que tomamos.

Oliverio
Yo voy al mar.

Vase.

Duarte
Y yo a Francia por tierra.

Vase.

Enrique
575
Pues yo del monte contaré los ramos.
Terceto
¡Válgame Dios, cuánto el hombre yerra
que en otro pensamiento y amor fía,
que tanta vanidad y engaño encierra!
Terceto
Fuese mi amigo, y engañó la espía,
580
mas no es posible que me hiciese engaño,
imagino que hablarme no podría.
Quiero seguirle, no le venga daño.

Vase. Salen LUCINDA y LISANDRO.

Lisandro
Redondilla
Cansada estarás.

Lucinda
No puedo
cansarme, mi bien, contigo;
585
lo que me cansa conmigo
es de mi desdicha el miedo.
Redondilla
¿Dónde ataste los caballos?

Lisandro
A esos olmos los até,
y tal, que yo no pensé
590
que era necesario atallos.

Lucinda
Redondilla
Pasar nos conviene el día
en esta oscura montaña.
¡Oh, cuánto la noche engaña!

Lisandro
Siéntate, señora mía,
Redondilla
595
que bien lo habrás menester.

Lucinda
A no ser bien para mí
el ser tu mujer aquí,
negará que soy mujer.
Redondilla
Ánimo tengo.

Lisandro
Yo creo
600
eso y más de tu valor,
que es muy animoso amor
cuando le fuerza el deseo.
Redondilla
Mas es fuerza descansar,
aunque mi peligro siento,
605
porque sin tomar aliento,
¿cómo podrás caminar?

Lucinda
Romance (tirada)
Aquí me siento a tu ruego
y porque, si verdad digo,
me aprieta un sueño...

Lisandro
¡Qué amigo
610
es del peligro el sosiego!
Redondilla
Pero bien podrás dormir,
que yo velaré entretanto.

Lucinda
De que eso digas me espanto;
bien sabré el sueño sufrir.

Lisandro
Redondilla
615
Estás ya medio dormida.
Mas duerme, que yo estaré
despierto.

Lucinda
No duermo, a fe,
sino que estoy divertida.
Redondilla
Pero cuéntame la historia
620
que comenzaste, mi bien,
que ella servirá también
de despertar mi memoria,
Redondilla
que ya sabes que me has dado
palabra de declararme
625
quién eres.

Lisandro
Por desvelarme,
y por darte algún cuidado,
Redondilla
digo, mi señora, así.

Lucinda
Ve, ¡por tu vida!, diciendo,
y si me fuere durmiendo,
630
despiértame.

Lisandro
Harelo.

Lucinda
Di.

Lisandro
Romance (tirada)
Yo soy, hermosa Lucinda,
sobrino del rey de Francia,
Carlos, duque de Proenza,
es mi padre. Allá en mi patria,
635
Lisardo es mi propio nombre;
esos tres lirios, mis armas.
Mira qué de cosas juntas
te he dicho en cuatro palabras.
Estábamos una fiesta,
640
día en que la Iglesia canta
aquel tránsito glorioso
de la que del sol fue el alba,
muchos caballeros mozos
viendo las hermosas damas,
645
dándoles talle y requiebros,
y ellas a nosotros galas.
Cuál alaba las morenas,
cuál encarecía las blancas,
cuál ensalza rubias hebras,
650
cuál negras hebras ensalza,
cuál dice que ojos azules
fueron cielo de su alma,
cuál dice que en ojos verdes
pasó a la mar su esperanza,
655
cual dice que en siendo negros
tienen hermosura y gracia,
de donde nació porfía
que fue de este caso causa,
porque luego cada uno
660
quiso nombrar lo que amaba;
cuál sube a Clarinda al cielo,
cuál a Porcia, cuál a Laura.
Solo yo no tuve a quien,
que para ti me guardaba.
665
¿Duermes? Oye, ¡por tu vida!,
que entras agora en la danza.

Lucinda
No duermo, que bien te escucho.

Lisandro
Digo, pues, mi bien, que estaba
entre aquestos caballeros
670
esta dichosa mañana
un napolitano noble,
que dijo hablando de damas:
“Lucinda es sol de hermosura.”
Yo, triste, no sé por qué,
675
si no me lo dijo el alma,
le pregunté al caballero:
“¿Quién es, señor, esa dama?”
“Del rey de Nápoles, dijo,
es hija, no menos clara
680
en sangre que en hermosura,
pero la hermosura encanta,
porque tiene mi señora...”
¿Duermes?

Lucinda
No, que imaginaba
en esto que vas diciendo.

Lisandro
685
Pues ¿qué digo?

Lucinda
Que el de Francia
es tu tío. ¿Piensas tú
que no te escucho?

Lisandro
¡Oh, qué gracia!
Eso te dije al principio,
y agora digo que estaba
690
alabándote aquel hombre.

Lucinda
Bien oigo que tú me alabas.

Lisandro
Digo, pues, que prosiguió
en decir tus alabanzas
de suerte que, como vista,
695
hizo efecto en mí tu fama.
Diome deseo de verte,
y como en esto pensaba,
te soñaba muchas veces.
¡Qué agüeros! ¡Qué fuerza extraña!
700
Viendo mi desasosiego,
propuse dejar mi casa;
pedí a mis padres licencia,
tres veces me fue negada,
pero viendo mi porfía,
705
me la otorgaron la cuarta.
Llamome mi madre a solas,
y así llorando me habla:
“Porque las cosas del mundo
son mudables, hijo, y varias,
710
y se han visto muchos reyes
en necesidades claras,
toma aquestos tres anillos,
que tres diamantes engastan,
monstruos de naturaleza,
715
milagro de sus hazañas.”
Tomelos y despedime,
y con mi caballo y armas
y un escudero no más,
dejé a mis padres y patria.
720
Vine a Nápoles, y en ella
me hallé en las fiestas pasadas,
donde vencí al español,
al portugués, al de Albania.
¡Ah, mi bien! ¡Ah, dueño mío!
725
Ya el sueño cubrió su cara
de rosas, y sus sentidos
de imaginaciones vanas.
Despertalla no es razón,
sino velar y miralla.
730
¿Qué es lo que tiene en el pecho?
Una colorada banda.
¡Válgame Dios! ¿Qué hay en ella,
que en tal sagrario se guarda?
Los diamantes que le di
735
y los que agora contaba.
No es justo que en estos pechos,
donde el amor se regala,
esté una cosa tan dura,
pues hasta un mármol ablandan.
740
Sobre estas piedras los pongo;
y vos, dulce esposa amada,
mirad que en ese lugar
solo amor tiene posada.
¡Ay, triste! Un águila vino,
745
que bajó de aquellas hayas,
imaginando que es carne,
el tafetán me arrebata.
Ir tras ella me conviene,
pues en viendo que se engaña,
750
ha de soltarle. ¡Ay de mí,
que inclina el vuelo a la playa!
¿Si se ha de entrar en el mar?
Robadora, espera, aguarda.
Sobre una peña se pone,
755
desde aquí podré tirarla.

Vase. Despierta LUCINDA.

Lucinda
Redondilla
Prosigue, mi bien, la historia,
que bien te voy entendiendo.

Entran BELARDO, FAUSTINO y CLARINO, villanos.

Belardo
Irase el carbón haciendo
como viene la memoria,
Redondilla
760
y algunas arrobas más.

Faustino
Cortar podemos aquí.

Clarino
Que viniera presumí
con la carreta Tomás.

Belardo
Redondilla
En este tronco sacudo.

Clarino
765
¡Quedo, que es una mujer!

Belardo
¡Gentil leña puede hacer!

Clarino
Por todo extremo eres rudo.

Belardo
Redondilla
No estuve en esto muy ciego,
que estos árboles no son
770
malos para hacer carbón.
¡Que los abrase mal fuego!
Redondilla
Aquí a miralla me inclino.
¿Qué digo? No duermas más.

Despierta.

Lucinda
Bien oigo, di más.

Belardo
Jamás
775
vi tal belleza, Clarino.
Redondilla
Que le diga más me ruega.

Lucinda
Cuéntalo, mi vida, todo.

Belardo
¿Mi vida? ¡Notable apodo!
O está borracha o ciega.

Faustino
Redondilla
780
¿Apodo dices?

Belardo
Pues ¿no?

Faustino
Calla, bestia, que es requiebro.

Belardo
¿Mi vida?, y no ha habido enebro
más espinoso que yo.
Redondilla
Mis ojos, si despertáis,
785
veréis que tenéis delante
un...

Clarino
Diamante.

Belardo
Un elefante
que os quiere más que pensáis.

Lucinda
Redondilla
Mucho he dormido; ya veo
que estabais de mí ofendido,
790
pero vos habréis dormido
conmigo, a lo que yo creo.

Belardo
Redondilla
¡Oxte, puto! Mas ¿qué quiere
pedirme? ¿Que yo he dormido
con ella?

Lucinda
¡Ay, Dios! ¿Qué rüido
795
es este?

Clarino
Que no se altere,
Redondilla
que ninguno le hará mal.

Lucinda
¡Ah, sueño, gran mal me has hecho,
alguna cosa sospecho!
¡Muerta estoy, estoy mortal!
Redondilla
800
¿No estaba, amigos, aquí
un hombre?

Faustino
Señora, no.

Belardo
Sí estaba.

Faustino
¿Cuándo o quién?

Belardo
Yo,
que ella me lo dijo a mí.

Lucinda
Redondilla
¿Sabéis si le llevan preso?

Clarino
805
Que no hay en toda la tierra
hombre de paz ni de guerra.

Lucinda
Perderé, sin duda, el seso;
Redondilla
mas no, que si le prendieran,
cierto es que no me dejaran.
810
¿En qué mis manos reparan?
¿En qué estriban? ¿En qué esperan?
Redondilla
Matarme solo es partido.
¿Qué me queda sin mi bien?
¿Quién me dirá de él? ¿En quién
815
hallaré mi bien perdido?
Redondilla
¿Si me dejó de temor?
Pero, ¿cómo puede ser?
¿Qué puede un hombre temer
de tanta sangre y valor?
Redondilla
820
¿Si le han muerto estos villanos
por roballe? Esto es lo cierto.
¡Perros, mi bien me habéis muerto
con esas infames manos!
Redondilla
¡Dadme, traidores, su vida!

Belardo
825
¿No digo yo que está loca?

Lucinda
¡Con las manos, con la boca
quiero matar su homicida!
Redondilla
¡Dadme mi bien!

Clarino
¡Arre allá!
Pida como ha de pedir
830
su bien, si le han de decir
adónde su bien está.

Lucinda
Redondilla
Sí, amigo, decidme de él;
mi bien pido, ¿no es razón?

Faustino
Algún mal de corazón
835
debe de tener cruel.
Redondilla
Dale tú su bien, Belardo.

Belardo
¿Yo?

Lucinda
Sí, mi amigo, pues ¿no?

Belardo
¿Adónde le tengo yo?

Lucinda
Presto, presto, ¿qué me tardo?

Belardo
Redondilla
840
¡Ay, que me ha muerto!

Lucinda
De poco
se queja, dadme mi bien.

Belardo
Ni le tengo, ni sé quién
le pueda tener tampoco.
Redondilla
¡Ved las uñas que me enseña!
845
Déjanos aquí, mujer.
¿Leña venimos a hacer
y haces de nosotros leña?

Lucinda
Redondilla
No se consuela mi mal
queriendo perder el seso,
850
que como es el mal exceso,
es el sentimiento igual.
Redondilla
Sobrepuja el sentimiento
a la fuerza del sentido,
que es más el bien que he perdido,
855
que todo el dolor que siento.
Redondilla
¿Dónde iré¿ ¿Quién me dará
consejo en tanto dolor?
Porque si le pido a amor,
solo el de morir me da.
Redondilla
860
Pies esta gente es el viento,
todo extremo es sin remedio,
que como yo de remedio,
carecen de entendimiento.
Redondilla
Árboles de aqueste monte,
865
que así ardéis en vivas llamas,
antes que otra vez las ramas
de aquel sol de ese horizonte.
Redondilla
¿Dónde mi bien encubrís?
¡Ah!, vos, que en efecto habláis,
870
y que casi a entender dais
que lo que os dicen sentís,
Redondilla
¿dónde está mi bien perdido?
Hasta el eco no responde,
que todo a un triste se esconde,
875
y aún solo falta rüido.
Redondilla
¿Será remedio buscalle,
o templanza del deseo?
El mar parece que veo,
o la margen de aquel valle.
Redondilla
880
¿Darele voces acaso?
¿Responderá por su nombre?
¡Que no es piedra, sino hombre,
por quien tantas penas paso!
Redondilla
Solo este remedio aguardo;
885
mas, ¡ay, triste!, el viento sigo.
¡Lisardo, ah, Lisardo amigo!
Ya suena el eco, ¡ah, Lisardo!

Vase.

Belardo
Redondilla
¿Si se va a echar en el mar?

Clarino
Échese donde quisiere
890
con tal que no nos altere.

Faustino
Llorando estoy de pesar.

Clarino
Redondilla
Faustino, ¿qué te va a ti?

Faustino
¿Hay lástima semejante,
como ver que por su amante
895
llore esta mujer así?

Belardo
Redondilla
Calla y déjala penar,
y que el cielo y tierra implore,
que no es mucho que ella llore
de cuantos hace llorar,
Redondilla
900
que mujer sin calidad,
dice el cura de la villa
que es muy rara maravilla
que amando trate verdad.

Clarino
Redondilla
¿Adónde está la firmeza,
905
aunque me arguyáis los dos,
sino en mujeres?

Belardo
¡Par Dios,
que te quiebre la cabeza!

Clarino
Redondilla
¿Por qué?

Belardo
Porque esa razón
ofende más que un mentís.

Clarino
910
Todos los que amáis, decís
faltas de su condición,
Romance (tirada)
y nunca miráis las vuestras,
de quien ellas las aprenden,
que de los que las ofenden
915
vienen a quedar maestras.
Redondilla
Cuando una mujer comienza
a entender que conoció,
¿quién la habló, quién la quitó
con el miedo la vergüenza?
Redondilla
920
¿No fue un hombre? Pues si el hombre
engaña a otras, ¿no ves
[.....................es]
justo que infama su nombre?

Belardo
Redondilla
Y al primer hombre, Clarino,
925
¿quién le engañó?

Clarino
Una mujer.

Belardo
Pues ¿qué puedes responder
que no sea un desatino?

Clarino
Redondilla
Yo no me meto en sermones;
tú que andas en la tribuna,
930
y cuando te da la luna
sabes escribir canciones,
Redondilla
trata de esos argumentos,
que en lo que yo me resuelvo
es que las adoro y vuelvo
935
por sus buenos pensamientos.

Belardo
Redondilla
Esto de adorar ignoro,
que tú me engañas, aosadas,
porque las tengo doradas
de mucho que las adoro.

Entre ENRIQUE de Inglaterra.

Enrique
Redondilla
940
Pues te sigo, y no descanso,
sin duda en el viento vas,
que aunque pienso parado estás
en este claro remanso.
Redondilla
Algún anillo encantado,
945
como Angélica y Medoro,
pues la ventura del moro
debes de haber heredado,
Redondilla
llevas, sin duda, en la boca.
Aquí hay gente. ¿Quién va allá?

Faustino
950
Sin duda es este el que va
en busca de aquella loca.

Belardo
Redondilla
Corred, corred, noramala;
mala se os haga, señor,
porque dormir con amor
955
no es hidalguía ni es gala;
Redondilla
buscando os va con mil voces
una dama a toda priesa.

Enrique
¿Quién, amigos, la Princesa?

Clarino
Mas va que nos mata a coces.

Enrique
Redondilla
960
¿Era princesa?

Faustino
No sé.

Clarino
Dile que sí.

Belardo
Sí, señor.

Enrique
A peligro va su honor.
¿Iba sola?

Belardo
Sola fue.

Enrique
Redondilla
¿No vino un hombre con ella?

Belardo
965
Que no, señor.

Enrique
¿Por adónde
se fue?

Belardo
Este monte la esconde.

Enrique
No la esconderá, que es bella;
Redondilla
pero ¿voces daba?

Belardo
Sí,
que con voces os llamaba.

Enrique
970
¿Sabéis qué nombre nombraba?

Belardo
Sí, señor.

Enrique
¿A quién?

Belardo
A mí.

Enrique
Redondilla
¿Cómo así?

Clarino
No digas eso.

Belardo
No, señor; no me nombró,
sino que le dije yo
975
que no echase por lo espeso.

Enrique
Redondilla
El nombre que dijo, di.

Belardo
¿Qué le diré?

Clarino
¿Qué sé yo?

Enrique
Dilo.

Belardo
Aquese os llamó;
mira si os llamáis así.

Enrique
Redondilla
980
Aquesta es gente ignorante,
seguir quiero mi camino,
que otra cosa es desatino.

Vase.

Clarino
¡Por Dios, como un estudiante!

Belardo
Redondilla
Mal mi persona conoces.
985
¿No nos iríamos?

Clarino
Calla.

Belardo
Pues si este va y no la halla,
¿no nos dará muchas coces?

Faustino
Redondilla
¿Oís que dijo princesa?

Clarino
¿Qué es princesa?

Belardo
Alguna cosa
990
debe ser dificultosa;
de que no lo sé me pesa.

Sale LUCINDA de peregrina.

Lucinda
Redondilla
De los brazos de una encina
los caballos desaté,
y este vestido troqué
995
a una pobre peregrina,
Redondilla
con el cual pienso correr
el mundo, hasta hallar mi esposo.

Faustino
¡Hola! ¡Suceso espantoso!
¿Si es esta aquella mujer?

Clarino
Redondilla
1000
¡Par Dios, que es ella, y vestida
en hábito diferente!

Belardo
Oíd, Princesa, a quien aumente
el cielo tan justa vida.
Redondilla
Ahora se va de aquí
1005
el hombre por quien lloráis.

Lucinda
¿Qué decís?

Belardo
Lo que escucháis.

Lucinda
Y qué, ¿le habéis visto?

Belardo
Sí.

Lucinda
Redondilla
¿Qué señas tiene?

Belardo
Es un hombre
algo alto, bajo y florido,
1010
flaco, rubio, consumido,
moreno y muy gentilhombre,
Redondilla
y preguntaba por vos,
llamándoos la Princesa.

Lucinda
¿Por dónde va?

Belardo
Ya atraviesa
1015
el monte.

Lucinda
¿Cierto?

Clarino
¡Por Dios!
Redondilla
Mas no le supo decir
ninguno si os hallaría.

Lucinda
El alma, con alegría,
quiere a los ojos salir.
Redondilla
1020
Pastores de mis entrañas,
reyes, señores, amigos,
de mis venturas testigos
en estas altas montañas;
Redondilla
queridos, amados padres,
1025
hermanos...

Clarino
Si de esos modos
hemos de ser padres todos,
debe de tener mil madres.

Lucinda
Redondilla
¿Qué os daré por esta nueva?

Clarino
El irse no más tomamos.

Lucinda
1030
Árboles, hojas y ramos,
aves cuyo canto eleva,
Redondilla
¿vivo mi bien? Cerca está,
no hay duda. ¿Visto le habéis?
Enseñadme, si sabéis,
1035
por dónde en mi busca va.
Redondilla
Claras fuentes, si con sed
en vosotras ha bebido,
decidme por dónde ha ido,
hacedme aquesta merced.
Redondilla
1040
Hijos, adiós; reyes míos,
loca voy. Quedad con Dios.

Faustino
Más claro se ve eso en vos,
que el agua en aquestos ríos.

Clarino
Redondilla
Vámonos antes que atruene.

Belardo
1045
Vamos, no vuelva esta dama,
que quien anda con quien ama,
pocas buenas noches tiene.

Faustino
Redondilla
Tu parecer seguir quiero.

Belardo
Siempre fue mejor vecino,
1050
para dormir, el buen vino,
que el amante, ni el herrero.


Jornada II

Salen LUCINDA y un PATRÓN de la nave.

Lucinda
Redondilla
¿Qué tierra es esta, Patrón?

Patrón
Este puerto es Aguas Muertas.

Lucinda
Mis esperanzas inciertas
1055
de ese propio nombre son.
Redondilla
Hoy mi fortuna comienza,
si no es que a imitarle acierto.
¿Quién es señor de este puerto?

Patrón
Carlos, duque de Proenza.

Lucinda
Redondilla
1060
¡Válgame Dios!

Patrón
¿Qué os espanta?

Lucinda
La tierra.

Patrón
Es tierra extremada.

Lucinda
¿Adónde hallaré posada?
¡Qué dicha, en desdicha tanta,
Redondilla
y por qué varios caminos!

Patrón
1065
Aquí intentaron labrar
un hospital, para dar
posada a los peregrinos,
Redondilla
que sale del mar aquí
mucha gente maltratada;
1070
mas no sé si dan posada,
aunque yo pienso que sí.

Lucinda
Redondilla
Volved, Patrón, a la mar,
si no es que el viento lo impida,
y avisadme, ¡por mi vida!,
1075
si velas quisieren dar;
Redondilla
y creed que os agradezco
el haberme acompañado.

Patrón
Lucinda, en este cuidado
ninguna cosa merezco,
Redondilla
1080
que amor, por propio interés,
a servirte me obligó.

Lucinda
¿Es este el huésped?

Patrón
Creo yo
que de esta casa lo es.

Sale ROSARDO, huésped.

Lucinda
Redondilla
Háblale de parte mía.

Patrón
1085
Dios os guarde.

Rosardo
Bien seáis
venido.

Lucinda
Aparte.
(Hoy, celos, me dais
de contento el primer día,
Redondilla
que esta es tierra de mi bien.)

Patrón
Esta hermosa peregrina
1090
pienso que a España camina;
viene de Jerusalén.
Redondilla
Dalde con gusto hospedaje;
por dos cosas lo merece:
por la hermosura que ofrece,
1095
señal de noble linaje,
Redondilla
y porque palabra os doy
que es una santa.

Rosardo
Eso creo,
que en los indicios que veo,
de ella satisfecho estoy.

Patrón
Redondilla
1100
No dudes, que su virtud,
a los que la han codiciado,
a gran respeto ha obligado.

Rosardo
¡Qué honestidad, qué quietud!
Redondilla
Yo os prometo de servilla.

Patrón
1105
Hablar al huésped podéis,
y mirad si algo queréis,
que voy, Lucinda, a la villa.

Lucinda
Redondilla
Que antes que entréis en el mar,
aquí me volváis a ver.

Patrón
1110
Adiós.

Vase.

Rosardo
Vos me dais placer,
y vuestro nombre pesar.

Lucinda
Redondilla
¿De qué suerte, huésped mío,
mi nombre esa pena encierra?

Rosardo
Los dueños de aquesta tierra
1115
del Alpe y Pirineo frío,
Redondilla
tuvieron de aqueste nombre
un hijo, aun pensarlo temo,
fuerte y sabio por extremo,
y en extremo gentilhombre.
Redondilla
1120
Fue a Nápoles a unas justas;
dicen que vio a una mujer,
que siempre vienen a ser
de este mal causas injustas,
Redondilla
y nunca más pareció.
1125
Murió de pena su madre,
y el Duque, su noble padre,
casi a la muerte llegó,
Redondilla
de la cual no se escapara
si una hija no tuviera,
1130
en quien, de pena tan fiera,
su larga edad consolara.
Redondilla
Cúbrese de triste luto
la tierra que le crio,
porque desde que faltó,
1135
aún los campos no dan fruto.
Redondilla
Era este mozo alegría
de sus vasallos, ejemplo
de caballeros, un templo
de virtud y cortesía;
Redondilla
1140
mas por castigo del cielo,
que llama el alma aflicción,
pudo amor, como Sansón,
dar con el templo en el suelo.
Redondilla
¡Maldiga Dios la mujer
1145
que a tanto mal le obligó,
pues tan pesar nos dejó!
¡Nunca Dios le dé placer!
Redondilla
¿Lloráis? ¿Qué tenéis? Alzad
los ojos. ¿No respondéis?
1150
Confirmar, ¡por Dios!, queréis
vuestra virtud y bondad.
Redondilla
No me espanto que esta historia
pena peregrina, os diese,
ni que a lágrimas moviese
1155
vuestra piadosa memoria,
Redondilla
que a todos cuantos la saben,
con las mismas la celebran,
que mil corazones quiebran
los daños que en ella caben.

Lucinda
Redondilla
1160
Por cierto, que con razón
me ha movido a sentimiento,
aunque por allá este cuento
tiene contraria opinión.
Redondilla
Y me espanta que culpéis
1165
la mujer que él engañó,
que dicen que la dejó.

Rosardo
¡Qué mal la historia sabéis!
Redondilla
No era hombre de sangre tal,
que si una vez la sacara,
1170
por todo el mundo dejara
de serle firme y leal.
Redondilla
Y esto bien se echa de ver,
pues ninguno de los dos
ha parecido.

Lucinda
¡Por Dios,
1175
que verdad debe de ser!
Redondilla
Y pues él no está en su tierra,
cosa que yo imaginé,
con ella sin duda fue,
o el mar a los dos encierra.
Redondilla
1180
Pena su padre me da.
Su hermana, ¿está buena?

Rosardo
Es dama
de gran valor, nombre y fama,
y para casar está.

Lucinda
Redondilla
Dios a Lisardo les cobre,
1185
por la sangre que vertió,
que a fe que lo ruego yo,
aunque pecadora pobre.
Redondilla
Dios se la traiga con bien,
Dios se le encamine aquí.

Rosardo
1190
Rogádselo vos así.

Lucinda
A mí me importa también,
Redondilla
porque conocí a la dama
que de Nápoles sacó.

Rosardo
¿Era hermosa?

Lucinda
No sé yo
1195
si lo fue como la fama.
Redondilla
Mas yo sé que por Lisardo
dejó Lucinda en su tierra
a Enrique de Ingalaterra,
muy gentilhombre y gallardo,
Redondilla
1200
y a Duarte de Borbón,
infante de Portugal.

Rosardo
Yo no le he tratado mal,
mas ¿por qué fue la ocasión?
Redondilla
Tarquino forzó a Lucrecia,
1205
y a Florinda el postrer godo,
y estando libres de todo,
las culpas el mundo desprecia,
Redondilla
no porque fueron culpadas
de aquella fuerza y traición,
1210
pero por ser la ocasión
de España y Roma abrasadas.

Lucinda
Redondilla
Huésped, descansar querría
de mis peregrinaciones;
las mayores estaciones
1215
he visto que ver podía.
Redondilla
Ya no tengo más que ver;
yo querría procurar
lugar donde descansar,
y pienso que este ha de ser.
Redondilla
1220
Creo que haré un gran servicio
a Dios, si edifico aquí
un hospital...

Rosardo
Creedlo así.

Lucinda
Para común beneficio.

Rosardo
Redondilla
Hay tanta necesidad,
1225
que muchos que del mar salen
y de este puerto, se valen
de la general piedad.
Redondilla
El pueblo lo comenzó
con cristianos pensamientos,
1230
mas quedose en los cimientos,
porque limosna faltó.

Lucinda
Redondilla
Yo lo pienso proseguir.

Rosardo
Piadoso celo tenéis;
mas ¿cómo o dónde podéis
1235
tanta limosna pedir?

Lucinda
Redondilla
Yo pedí a Su Santidad
limosna, y los Cardenales
más ricos y principales
me dieron gran cantidad;
Redondilla
1240
creo que hacerle podré.

Rosardo
El Duque os ayudará,
que por su hijo no habrá
oro y plata que no os dé.

Lucinda
Redondilla
Venid, que tratarlo quiero.

Rosardo
1245
Y más para peregrinos.

Lucinda
¡Por qué notables caminos,
adonde nacistes muero!

Vanse. Salen el SOLDÁN de Persia, AMURATES y CAMBISES, moros.

Soldán
Octava real
¿Que tienes ese esclavo?

Amurates
Habrá dos años.

Soldán
Y ¿que es tan acertado y tan discreto?

Amurates
1250
Si de esclavo, señor, no son engaño,
que es un José de Egipto te prometo.
Con un pobre sustento y viles paños
le maltrato y castigo, solo a efeto
de que deje su ley.

Soldán
Eso condeno,
1255
que no es razón cuando el esclavo es bueno.

Cambises
Octava real
Quiere Amurates darle a su Sidora
y hacerle capitán de sus galeras,
y no hay remedio que la ley que adora
quiera dejar de burlas ni de veras.
1260
Tras eso, en las mazmorras donde mora,
indignas de habitar rústicas fieras,
se suele estar un mes, digo, un día,
llorando con mortal melancolía.

Soldán
Octava real
Llora su libertad.

Amurates
A voces llama
1265
a una mujer.

Soldán
Amor, sin duda, es eso,
que todos son efectos de quien ama,
y con razón, ausente, pierde el seso.

Amurates
Pienso que es su mujer.

Soldán
Mujer o dama,
tendrán igual de la balanza el peso.
1270
Ve, Amurates, por él.

Amurates
Yo voy.

Soldán
Camina.
¡Oh, visión espantosa y peregrina!

Cambises
Octava real
Mira, señor, que es sueño, es sombra, es viento,
y mil fantasmas y colores hace
de la solicitud del pensamiento.
1275
Como al humor y condición aplace
[...........................ace]
[...........................ento]
la cólera al colérico, a su dueño
la sangre incita a semejante sueño.

Soldán
Octava real
1280
Sí, mas dicen que Alá mil veces suele
en sueños revelar grandes secretos,
y en los que reinan más, a lo que impele
aquesta traza para mil efetos.
¿No quieres tú que de esto me desvele
1285
y busque amigos sabios y discretos
que me digan algunas prevenciones?

Cambises
Sueños son, vanidades y ficciones.

Entre AMURATES con LISARDO, descalzo.

Amurates
Octava real
Este es mi esclavo.

Lisandro
Invicto Cariadeno,
a tus pies se presenta un vil esclavo,
1290
de indignidad y de vergüenza lleno.

Soldán
¡Bravo mancebo!

Cambises
Por extremo bravo.

Soldán
Agora más tu sinrazón condeno,
y su persona con su ingenio alabo.
¿Cómo así lo trataste?

Amurates
Ya lo sabes.

Lisandro
1295
Señor, ni le condenes ni le alabes.
Octava real
Mi dueño es bueno, y yo quien no merece
más honra ni favor por ser tan malo.

Soldán
Dime tu patria y nombre.

Lisandro
Aunque parece
que mi desdicha a tu grandeza igualo,
1300
pues tú lo mandas, y ocasión se ofrece
de hacer a mi memoria este regalo,
oye, pues lo es que referir me mande,
un gran señor, una desdicha grande.
Romance (tirada)
Mi propio nombre es Lucindo,
1305
Soldán famoso de Persia;
la mejor parte de Francia,
mi patria, y humilde en ella.
A ver unas fiestas ricas
vine a Nápoles la bella;
1310
pero pocas tiene el mundo
que no paren en tragedia.
Caro precio me costaron,
pues di el alma por las fiestas
a una mujer que también
1315
me rindió la suya en ellas.
Estábamos una noche,
de mis amores tercera,
y la tercera de hablalla,
en el cuadro de una huerta;
1320
sentí rüido de espadas,
pensé que sus padres eran;
saquela y llevele a un monte,
a quien el mar los pies besa.
Túvela, aunque honestamente,
1325
en mis brazos una siesta,
aunque en aquel sol entonces
me abrasaban sus estrellas.
Mirando sus pechos blancos,
cárcel de almas, de amor celdas,
1330
hallé un tafetán en ellos,
saquele por ver lo que era.
Eran dos anillos míos,
púselos sobre una piedra;
vino un águila, llevolos
1335
en alto vuelo, aunque cerca,
que como era colorado
y estaba, sin duda, hambrienta,
imaginó que era carne,
y alzose en alto a comerla.
1340
Ved por dónde, gran señor,
las desventuras comienzan.
Levanteme por seguilla,
que presumí detenella.
A treinta pasos del mar,
1345
enfrente de la ribera,
con el tafetán se puso
el águila en una peña.
Yo, pensando que, por dicha
quisiera ponerle en ella,
1350
miré si pasar podría
mientras durmiese mi prenda.
Hallé una barquilla rota,
de algunas algas cubierta,
y atado un remo de haya
1355
a un escálamo de cuerda.
Entré en ella presuroso,
y deslizando el arena,
la proa a la peña inclino,
mejor dijera a la pena.
1360
No estaba, como juzgué,
de las orillas tan cerca,
que, primero que llegase,
se fue alzando una mareta.
No la pudiendo tomar,
1365
quíseme volver a tierra,
pero osaba y no podía,
que no hay contra el cielo fuerzas.
Es la mar como mujer,
blanda al que en sus aguas entra,
1370
mas para querer salir,
ningún remero aprovecha.
Llevome con cuatro golpes,
no sé si diga seis leguas,
porque en mi imaginación
1375
debieron de ser sesenta.
Alzábanse sierras de agua,
y no me pesaba el vellas,
por ver si vería a mi esposa
desde alguna, en otra sierra.
1380
Pero cuando me abajaban
de su altura a su bajeza,
imaginaba, afligido,
pasar el centro a la tierra,
y que puesto en la otra parte,
1385
dando a todo el mundo vuelta,
la volviera yo a buscar.
Ved lo que un amante piensa.
A la discripción del mar
andaba de esta manera
1390
con más botes en el agua
que una pelota en tierra,
temiendo que mi barquilla
sirviese a alguna ballena
lo que el rojo tafetán
1395
al águila de la selva;
cuando serenando el mar
su espejo, y el sol su esfera,
me prometieron bonanza,
hallar pata el puerto puerta.
1400
Con la pluma de aquel remo
comencé en agua a hacer letras;
pero cuantas yo escribía,
borraba el mar con su fuerza;
pero de aqueste trabajo
1405
me libró fortuna a cuenta
de otras muchas, pues llegando
de Amurates las galeras,
troqué el peligro en prisión,
y la mar de Italia en Persia,
1410
donde ha dos años que vivo.
Señor, mi tragedia es esta.

Soldán
Quintilla
Álzate, amigo, del suelo,
que, contento de escucharte,
por lo que de ti recelo,
1415
quiero a mis brazos alzarte.

Lisandro
Será levantarme al cielo.
Quintilla
Mas porque te habrá cansado
esta larga narración,
dime, señor, tu cuidado.

Soldán
1420
Imaginaciones son
de un sueño.

Lisandro
Eso me han contado,
Quintilla
pero verdaderamente
que es prohibido a nuestra ley
creerlos.

Soldán
Mientras ausente
1425
vives de tu patria y rey,
no es mucho que te lo cuente.
Quintilla
Pero el ser expositor
de sueños, ¿es que te ha dado
el cielo aqueste favor,
1430
o ciencia que has estudiado?

Lisandro
Es buen discurso, señor,
Quintilla
y solo una vez lo he hecho,
así, a tiento, que Amurates
me dijo un sueño, y sospecho
1435
que de aquestos disparates
[....................echo,]
Quintilla
(porque ni yo sé lo que es,
ni son las declaraciones
más que para mi interés;
1440
todos son supersticiones
los persas...)

Soldán
Escucha, pues:
Quintilla
aunque primero quisiera
que Amurates me dijera
qué soñó y qué le dijiste.

Amurates
1445
Paréceme cosa triste.

Soldán
Di, a ver.

Amurates
Mas buen fin espera.
Quintilla
Soñé que en mi casa estaba
un ave, que hasta la tuya
de un vuelo solo volaba,
1450
y que de la lengua suya
una espada se formaba.
Quintilla
Diome pena, y pregunté
de este sueño la razón.

Soldán
Y ¿qué te dijo?

Amurates
Que fue
1455
de mi casa información
de que te serví y amé,
Quintilla
y que me diste la espada
de la justicia, que ha sido
el gran cargo de tu armada,
1460
con que a tantos he vencido.

Soldán
Enigma bien declarada.
Quintilla
Salíos un poco afuera,
y mi sueño le diré.

Amurates
Vamos.

Cambises
La fortuna quiera
1465
que acierte.

Vase.

Lisandro
Di, y ¿qué fue
tu sueño?

Soldán
Escucha.

Lisandro
Di.

Soldán
Espera.

Lisandro
Quintilla
Ya se han ido.

Soldán
Yo soñaba
que asentado en un jardín
que el sol apenas tocaba,
1470
porque de rosa y jazmín
un toldo se lo estorbaba,
Quintilla
salía un fiero dragón
del mar, y con furia tanta
me echaba en esta ocasión
1475
los dientes a la garganta,
las uñas al corazón,
Quintilla
que si no diera una voz
entonces un corderillo,
que estaba humilde y veloz
1480
entre la yerba y tomillo,
muriera en su boca atroz.

Lisandro
Quintilla
Como esta es gracia del cielo,
que él solo la puede dar
y comunicar al suelo,
1485
que tengo que imaginar,
ni que errar puedo recelo.
Quintilla
Digo que si Dios me da
su gracia primeramente,
que en grande peligro está
1490
tu vida, que el cielo aumente.

Soldán
¿Mi vida?

Lisandro
Aquí se verá.

Soldán
Quintilla
¿Qué dices?

Lisandro
Por ella mira.
Tu casa, el jardín, las flores,
tu dosel, donde se mira
1495
la empresa de tus mayores,
de quien el sol se retira.
Quintilla
¿Allí sentado no estás?

Soldán
Sí.

Lisandro
Pues sabe que el dragón
del mar es a quien le das
1500
hoy tus galeras, que son
quien le desvanecen más.
Quintilla
Porque Amurates querría,
por quitarle la corona,
salir del mar, y ese día
1505
que se atreva a tu persona,
soy la voz que lo desvía;
Quintilla
cordero y esclavo triste
soy, entre la paja y heno.
La interpretación que oíste
1510
de su sueño, Cariadeno,
fue engaño, y no le entendiste,
Quintilla
porque decir que volaba
de su misa casa un ave,
que cuando en la tuya estaba,
1515
la lengua del pico grave
en espada transformaba,
Quintilla
es que yo de allá volé,
donde, como te conté
su intención fiera, dañada,
1520
volví la lengua en espada,
con que su cuello corté.

Soldán
Quintilla
¡Bien dices, por Alá santo!
¡Ah de la guarda!

Sale un CAPITÁN y dos SOLDADOS.

Capitán
Señor...

Soldán
Amurates...

Lisandro
Hoy levanto
1525
un testimonio a un traidor
que me ha maltratado tanto.
Quintilla
Hoy los hierros, la cadena,
el no comer, los azotes,
me ha de pagar.

Entren AMURATES y CAMBISES.

Amurates
¿Qué me ordena
1530
tu Alteza?

Soldán
No te alborotes.

Amurates
Tengo de tu sueño pena.

Soldán
Quintilla
Los sueños son todos viento.

Amurates
Yo lo afirmo y veo así.

Soldán
Éntrate en ese aposento,
1535
espérame un poco allí.

Amurates
Yo voy.

Lisandro
Aparte.
(¡Bueno va mi intento!)
Quintilla
¿Vos hacerme renegar?
¿Vos no dejarme un cabello?

Soldán
Capitán, sin replicar,
1540
corta a Amurates el cuello.

Capitán
¿Qué es esto?

Lisandro
Hermano, callar.

Capitán
Quintilla
Haré tu gusto.

Vase.

Cambises
De mí,
¿hasle ducho algo?

Lisandro
He hablado
como de un ángel de ti.

Soldán
1545
¿Es en aquesto culpado?

Lisandro
[...] Mi señor, sí.

Soldán
Quintilla
¿Culpado?

Cambises
¿Qué es lo que dices?
Yo, jamás, al Gran Señor...

Lisandro
Quedo, no te escandalices,
1550
que culpa ha sido, en rigor.

Cambises
¿Culpa? Harto bien te desdices.

Lisandro
Quintilla
Culpa el no haberme traído
antes de agora al Soldán.

Cambises
¿Cómo, si no lo he sabido?

Soldán
1555
Llamen luego al capitán.

Lisandro
Su vida, señor, te pido.

Soldán
Quintilla
Yo te la doy. No habrá cosa,
por grave y dificultosa,
que no la hiciese por ti.
1560
Traelde una ropa aquí
y una cadena preciosa.
Quintilla
Manda en el reino a mi lado
como si fueras mi igual;
de hoy más, estará él sentado.

Entra el CAPITÁN.

Capitán
1565
Ya Amurates desleal
queda sin vida en tu estrado.

Soldán
Quintilla
No hay bien que al presente iguale.
¡Hola! Decid que el Rey sale,
y que el Soldán con él viene.

Lisandro
1570
¡Gran fuerza el ingenio tiene
donde la fuerza no vale!

Vanse. Salen ENRIQUE de Inglaterra y un ROBERTO, piloto, perdidos.

Roberto
Quintilla
¡Bueno te ha puesto la mar!

Enrique
No soy el primer perdido
de los que suele anegar,
1575
puesto que el primero he sido
que no quiere escarmentar.

Roberto
Quintilla
Y ¿cuándo piensas cansarte
de buscar aqueste amigo?

Enrique
Cuando del cuerpo se aparte
1580
el alma, aunque el viento sigo
por una y por otra parte.
Quintilla
¿Qué tierra es esta?

Roberto
Proenza.

Enrique
Hoy mi camino comienza
para España.

Roberto
¿Cómo irás?

Enrique
1585
Pidiendo limosna.

Roberto
Harás
una hazaña con vergüenza.
Quintilla
Y hoy, ¿qué habemos de comer
si habemos de caminar?
Que aun espadas que empeñar,
1590
o capas para vender,
no nos ha dejado el mar.

Enrique
Quintilla
Como del toro se escapa
quien de la mar sale bien,
pues que le deja la capa.

Roberto
1595
¡Dichosos los que la ven
a la orilla o en el mapa!
Quintilla
¿No te ha quedado en el dedo
algún anillo?

Enrique
Esta prenda,
que no dar ni vender puedo.

Roberto
1600
Enrique, con hambre o miedo
no hay prenda que no se venda.
Quintilla
Empeñémosle por pan,
[...............................alle,]
que aquí después nos darán
1605
limosna para quitalle.

Enrique
¿Y si le hurtan?

Roberto
No harán,
Quintilla
porque se puede poner
en manos de honrada gente.

Enrique
Eso ¿sabraslo tú hacer?

Roberto
1610
La bestia más negligente
sabe buscar de comer.
Quintilla
Yo le empeñaré entretanto
que alguien nos socorre.

Enrique
¡Ah, cielo,
que he llegado a extremo tanto!

Roberto
1615
Donde nos falta el consuelo,
de la dilación me espanto.
Quintilla
Muéstrale, acaba.

Enrique
Roberto,
solo el verme medio muerto
me ha obligado a lo que ves.

Roberto
1620
Quitarle puedes después.

Enrique
Advierte bien que este es puerto,
Quintilla
no le des a forastero.

Roberto
Vete, a la orilla del mar
me espera.

Enrique
Sentado espero
1625
en esta peña, a mirar
su rostro mudable y fiero.

Vase.

Roberto
Quintilla
Aunque el mar le tiene ruin,
la necesidad, en fin,
le tiene mucho peor;
1630
mas saldré de su rigor,
anillo, en vuestro delfín.
Quintilla
¿Quién me mete a mí en andar
con un pobre y loco amante,
sin vivir, sin descansar,
1635
que pretende ser constante
en la inconstancia del mar?
Quintilla
Tras esto, no sé quién es,
mas de que me recibió
para matarme después
1640
con más desdichas que vio
Aníbal cartaginés.
Quintilla
Vender el anillo quiero
y mudar de tan mudable
dueño, de quien solo espero
1645
sepultura miserable
del mar, si en sus ondas muero.
Quintilla
Gran tropel de gente viene.
Si aquí algún hidalgo veo,
vendérsele me conviene;
1650
cumplió el cielo mi deseo;
presencia de señor tiene.

Salen el DUQUE DE PROENZA y AMATILDE, su hija; LEONATO, criado, y acompañamiento.

Duque
Endecasílabos sueltos (tirada)
Escribe muy contento el de Ferrara
de que tu matrimonio se concierte;
yo, después que faltó mi amado hijo,
1655
quisiérate emplear más altamente,
que entre la pretensión de tantos príncipes,
hay un rey de Bohemia que en tu frente
puede poner, no solo de su reino,
mas del romano Imperio la corona.

Amatilde
1660
A tu gusto, señor, estoy sujeta;
mas mira que no des en estar triste
por la ausencia, aunque larga, de mi hermano,
que a mi señora le costó la vida,
que Dios será servido que le veas.

Duque
1665
Él sabe bien, Matilde, mis deseos,
mis diligencias y las de mi Estado,
oraciones, ayunos y limosnas;
mas ya, si es muerto, ¿qué remedio tiene?

Roberto
¡Ah, caballero!

Duque
¿Qué mandáis?

Roberto
No pienso
1670
que es yerro preguntar el que no sabe,
que forastero soy, mi traje os muestra,
y que salgo también del mar perdido.
¿Quién es aqueste noble caballero?

Leonato
El duque Carlos, de esta tierra dueño,
1675
y Amatilde, su hija, aquella dama.

Roberto
Paréceme que tratan casamiento.

Leonato
Está medio casada con el hijo
del duque de Ferrara, aunque por falta
de un hijo, que ha dos años que ha perdido,
1680
la querría emplear más altamente.

Roberto
¿Querrá comprarme un razonable anillo?

Leonato
¿Con qué piedra?

Roberto
Diamante.

Leonato
A hablarle llego.
Aquí está un hombre que en su talle muestra
que el mar le ha echado en esta playa solo,
1685
y solo trae de las fortunas varias
un anillo que quiere que le compres.

Duque
Dile que llegue.

Roberto
Deme tu Excelencia
los pies.

Duque
Alzaos.

Roberto
La furiosa mano
del fiero mar, con una cruel fortuna,
1690
como al fin salteador de mercedes,
mi hacienda me robó, dejó la vida,
a la cual, como a tabla, viene asido
mi socorro en este anillo.

Duque
Muestra.

Roberto
Yo creo que el diamante es el más fino,
1695
de más quilates que, señor, ha visto.

Duque
¡Ah, cielo!

Amatilde
Señor mío, ¿qué tienes?

Duque
¡Ay, Matilde!
¡Mi hijo es muerto!

Amatilde
¿Cómo?

Duque
Aqueste anillo
le dio, con otros dos, tu madre al tiempo
que de estos ojos se partió llorando.
1700
Asid este hombre.

Roberto
¡Gran señor!

Duque
¡Infame!
¿Dónde le diste muerte?

Roberto
¿Cómo muerte?
Ni conocí tu hijo, ni en mi vida
he muerto un ave, cuanto más un hombre.

Leonato
Confiesa luego quién te dio este anillo.

Roberto
1705
Señor, yo sirvo a un hombre que mil veces
que es caballero dice, y otras tantas
vuelve a darme a entender que es hombre pobre.
Embarqueme con él en la Rochela,
y echonos con tormenta en esta playa
1710
el fiero mar; él queda entre esas peñas,
y yo vine a vender aqueste anillo
para comer.

Duque
¡Mi hijo es, cielos!
Que porque le conozca te ha enviado
con estas señas. ¡Ah, ventura inmensa!
1715
Vayan luego por él; soltad este hombre,
cubrilde, regalalde, traigan luego
algo que coma; vístete esta ropa,
toma este abrazo, toma esta cadena.

Leonato
Corriendo voy por él.

Vase.

Duque
¿Viene bueno?

Roberto
1720
Bueno a Dios gracias.

Duque
¿No te ha dicho
jamás su nombre?

Roberto
No, señor, mas cuenta
que en Nápoles estuvo en unas fiestas,
y que una dama suya fue robada,
y que quien la robó fue tan su amigo,
1725
que peregrina el mundo por hallarle.

Duque
Todas las señas son que hemos tenido.
¡Ay, hijo de mi alma!

Amatilde
¡Ay, mi Lisardo,
si viviera mi madre para verte!

Duque
Haced fiestas, vasallos, poned luces,
1730
húndase aqueste pueblo, estos Estados.
¡Mi hijo pareció, mi hijo es vivo!

Entre LEONATO y ENRIQUE con gente.

Leonato
Señor, este hombre hallé sobre unas peñas
casi difunto.

Duque
Vuelve, amigo, el rostro.
¡Aqueste no es mi hijo!

Roberto
Pues aqueste
1735
me dio el anillo, y es el que yo digo.

Leonato
¡Quita la ropa, infame! Asilde luego.

Roberto
¡Ved los bienes del mundo lo que duran!

Duque
Mi dolor crecerá, mi mal se aumenta
con la esperanza de mi bien perdido.
1740
Dime, traidor, ¿quién eres? ¿Cómo has muerto
la luz de aquestos ojos? ¿Quién te ha dado
este anillo?

Enrique
Señor, si por ventura
eres padre del dueño de este anillo,
de su mano le tengo, y no por hurto;
1745
él me le dio por amistad, al tiempo
que robando de Nápoles la Infante,
se fue donde jamás ha parecido.
Cuéstame lo que ves, pensar que puedo
hallarle por el mundo peregrino,
1750
sin saber de mi padre ni mi patria.

Duque
¿Quién son tus padres?

Enrique
Hasta hallar este hombre
hice de no decirlo juramento.

Duque
¡Este hombre ha muerto a mi querido hijo!

Amatilde
No lo muestra su talle ni su cara.

Duque
1755
Pónganle en esa torre de palacio.

Amatilde
Mira que tiene indicios de hombre noble.

Duque
Echalde una cadena, y poned guardas.

Amatilde
¿Con poca información tantos castigos?

Enrique
Si me quieres matar con menos fuerza,
1760
mira que muero de hambre y de desdicha.

Leonato
¡Camina, mal nacido!

Roberto
Y yo, si mandas,
¿Podreme ir?

Duque
A esotro vil llevalde
a la pública cárcel, donde luego
le poned a tormento.

Roberto
¡Ah, vil codicia,
1765
qué presto que me diste el justo pago!

Llévenlos presos.

Amatilde
Mal has hecho en prender aquel mancebo.

Duque
No hice cosa más discreta.

Amatilde
¿Cómo?

Duque
Aqueste le dio muerte por roballe.
¿No ves que apenas quiere dar disculpa?

Amatilde
1770
Estábase muriendo entre esas peñas,
¿y quieres que responda?

Duque
No te metas,
Matilde, con tus años en las cosas
que entiendo yo con los maduros míos.

Salga LEONATO.

Leonato
Ya queda aprisionado, y con seis guardas,
1775
aquel mancebo, y cierto que parece
noble en el rostro y sus palabras.

Duque
Basta,
el tormento dirá si es vil o noble.

Amatilde
A compasión me mueve.

Duque
A mí a justicia.

Leonato
Por no decir agora que es codicia.

Duque
Quintilla
1780
¿Adónde va aquesta gente?

Leonato
Va, señor, al hospital.

Duque
¿Qué hospital?

Leonato
Sobre esa puente
que va a tu palacio real,
hay una casa excelente.
Quintilla
1785
¿Nunca le has visto?

Duque
Después
que al puerto vine, lo oí,
pero no sé bien lo que es.

Leonato
Pue hay una santa aquí
habrá dos meses o tres.

Duque
Quintilla
1790
¿Quién es?

Leonato
Una peregrina
que este hospital acabó.

Duque
¿Es forastera o vecina?

Leonato
Aquí de Italia llegó,
y aunque ha parado, camina.

Duque
Quintilla
1795
Pues ¿dónde camina?

Leonato
Al cielo,
que con el piadoso celo
con que a los pobres se inclina,
es del cielo peregrina,
y es peregrina en el suelo.
Quintilla
1800
Tiene aquí grande opinión.

Amatilde
Vámosla, señor, a ver.

Duque
Tienes, Matilde, razón.

Leonato
Dicen que Dios suele hacer
milagros, por su oración.

Duque
Quintilla
1805
Vámosle a rogar que en ella
pide la vida, Matilde,
mi bien.

Amatilde
Vamos a vella.

Leonato
Veréis, en vestido humilde,
un alma angélica y bella.

Vanse. Salen el SOLDÁN y CELIMA, su hija, y CAMBISES.

Soldán
Redondilla
1810
Quitarme quieres la vida
con esta injusta tristeza.

Celima
Parecerate aspereza
que viva tan desabrida.

Soldán
Redondilla
Eres el sol de mis ojos,
1815
sola una hija tengo,
para quien de Arabia vengo
lleno de ricos despojos.
Redondilla
Habla, y dime la ocasión
de tanta melancolía,
1820
pues que ya la ausencia mía
no puede darte pasión.

Celima
Redondilla
Verdad es, que de tu ausencia
mi tristeza ha procedido.

Soldán
¿Y agora?

Celima
Costumbre ha sido.

Soldán
1825
Pues ¿no ha de haber diferencia?

Celima
Redondilla
Justo fuera que la hubiera.

Soldán
Pues no quieres confesar,
váyanme luego a llamar
a Lucindo.

Celima
Aguarda, espera.

Soldán
Redondilla
1830
Pues ¿de qué tienes temor?

Celima
Sé que no es razón que diga
algo incierto, que desdiga
de mi estado y de mi honor.

Soldán
Redondilla
No importa; Lucindo es santo,
1835
no puede a nadie ofender.

Celima
Bien lo pudiera saber
cuando no lo fuera tanto.

Sale LISARDO.

Cambises
Redondilla
Aquí está Lucindo.

Lisandro
El cielo
aumente esas nobles vidas.

Soldán
1840
Como tú al cielo lo pidas,
oirás la voz de tu celo.
Redondilla
Después que vine de Arabia,
hallé a Celima ofendida
de un mal que ofende mi vida,
1845
y mi amor paterno agravia.
Romance (tirada)
¿De qué puede proceder?

Lisandro
Si me das, señor, licencia,
y el cielo su infusa ciencia,
presto lo podrás saber.

Soldán
Redondilla
1850
Licencia tienes.

Lisandro
Celima
tiene enfermedad de amores,
que entre las que son mayores,
por la más fiera se estima.
Redondilla
No hay mayor enfermedad,
1855
¡triste de mí!, si lo fue,
y más, si ausente se ve,
y ausente sin libertad.

Soldán
Redondilla
¿Amores?

Lisandro
Sí, gran señor.

Soldán
¿Es esto así?

Celima
No lo niego,
1860
porque si el amor es fuego,
mal puede encubrirse amor.

Lisandro
Redondilla
Dice Celima muy bien;
llamarle fuego conviene,
porque abrasa al que le tiene,
1865
y alumbra a los que le ven.

Soldán
Redondilla
Dime de quién.

Lisandro
Eso no.

Soldán
Dímelo en secreto a mí.

Lisandro
A mí me le tiene.

Soldán
¿A ti?
Celima, ¿acertó?

Celima
Acertó.

Soldán
Redondilla
1870
Pues ¿qué remedio tendrá
el mal de Celima bella
si no es casarse con ella?

Lisandro
Triste y vergonzosa está.

Cambises
Redondilla
¿Quién duda que lo desea?

Soldán
1875
Deja tu ley, y tendrás
mi imperio, y, si puedo, más;
pide aunque imposible sea.
Redondilla
Y aunque no dejes tu ley,
si es de ti tanto estimada,
1880
te daré mi hija amada
y te haré de Arabia rey.

Lisandro
Redondilla
Mil veces la tierra beso
adonde pones las plantas,
pues hoy, tras mercedes tantas,
1885
haces tan notable exceso;
Redondilla
mas, deseando tu vida,
te aconsejo lo contrario.

Soldán
¿A mi vida es necesario
que el casamiento se impida?

Lisandro
Redondilla
1890
Sí, señor.

Soldán
¿De qué manera?

Lisandro
Porque después no te diese,
el hijo que procediese
de los dos, la muerte fiera.

Soldán
Redondilla
¿Tu hijo me ha de matar?

Lisandro
1895
Sin duda te mataría.

Celima
Señor, tu vida es la mía,
¿por qué me mandas casar?

Soldán
Redondilla
Divina ciencia te ha dado
el gran Alá, mi Calima.
1900
El aviso cuerdo estima
de mi vida sin cuidado,
Redondilla
y deja estar la tristeza,
que yo te daré marido,
el mayor que haya ceñido
1905
de oro y laurel la cabeza.
Redondilla
Ven, Cambises, porque quiero
hacer al profeta gracias,
que de tan claras desgracias
libra mi vida.

Vanse.

Celima
¡Embustero
Redondilla
1910
cristiano, falso, atrevido,
engañador, engañoso,
enredador, alevoso,
hechicero, mal nacido!
Redondilla
Locura desvanecida
1915
de toda Persia, que adora
un esclavo, a quien agora
debiera quitar la vida.
Redondilla
Mágico de disparates,
monstruo de varias quimeras,
1920
que con tus burlas y veras
quiere el amor que me mates.
Redondilla
Por no te casar conmigo
dices al Soldán, mi padre,
que seré de un hijo madre
1925
para su muerte y castigo.
Redondilla
Y es que tienes intención
de buscar a tu cristiana,
aquella, cual tú, villana,
y de baja condición.
Redondilla
1930
Bien sé que adoras su ausencia
y que aprestas tu partida;
yo te haré quitar la vida,
a pesar de tu vil ciencia.
Redondilla
Yo haré que esa adoración
1935
donde te ha puesto el Soldán,
y ese nombre que te dan
los que ignoran tu traición,
Redondilla
sean tu muerte y afrenta.

Lisandro
Detén tus pasos, señora,
1940
que este esclavo, que te adora,
sabe Alá que verdad cuenta.
Redondilla
Pero si llega tu amor
a no estimar a tu padre,
y quieres ser fiera madre
1945
de un patricida traidor,
Redondilla
reinemos, nazca y no viva
el Soldán. Dame esa mano.

Celima
¡Oh, mal moro, peor cristiano,
que ni esto ni aquello priva!
Redondilla
1950
¿Haces por solo temor
lo que por amor no has hecho?
Pues yo no quiero en tu pecho
temor, sino solo amor.
Redondilla
Amor, por amor se ofrece,
1955
por un alma ofrece mil;
no es amor vasallo vil,
que por temor obedece.

Vase CELIMA.

Lisandro
Redondilla
Aguarda, escucha, no hay orden...
Fuese. Bien, hay que pensar,
1960
amor, en qué ha de parar
mi paciencia y tu desorden.
Redondilla
¿No basta mi cautiverio,
tan a pique de morir?
¿No me basta resistir
1965
una mujer y un imperio?
Redondilla
¿No se contentan tus aras
con las lágrimas vertidas?
Si tuviera dos mil vidas,
otras tantas me quitaras.
Redondilla
1970
Aquí vivo sin saber
de aquel ángel verdadero.
Seguiré a aquel áspid fiero,
que va airada y es mujer.

Vase. Sale ENRIQUE, con cadena.

Enrique
Soneto
Si fuera cierto aquel error pasado,
1975
que nuestras almas de otros cuerpos eran,
creyera que amistad tenido hubieran
las nuestras antes que te hubiera hablado,
pues solo una vez, Lisardo amado,
que mis ojos te vieron, no te vieran
1980
lo que mil Alejandros no pudieran.
La vida, el alma y el honor te he dado.
En vano al viento doy vanas querellas,
pues de todo remedio desconfío,
mientras vivas y estés tan lejos de ellas.
1985
No pueden prevenir el daño mío,
que donde tienen fuerza las estrellas,
pocas veces resiste el albedrío.

Entran LEONATO y AMATILDE.

Amatilde
Redondilla
Llega tú, sin que me vea,
y sale esa nueva triste.

Leonato
1990
¡A qué, señora, viniste?
¡Plegue a Dios que por bien sea!

Amatilde
Redondilla
¿Presumirás que le quiero?

Leonato
A todos das ocasión.

Amatilde
Es amor y compasión
1995
de un hombre pobre extranjero.

Leonato
Redondilla
Yo le voy a hablar.

Amatilde
Aquí
me escondo y te espero.

Leonato
El cielo,
caballero, os dé consuelo.

Enrique
¿Es menester?

Leonato
SeñorN
X
Nota del editor digital

En la edición empleada, “Sí, señor”. Invertimos el orden para facilitar la rima, pues debe tratarse de un error de copia.

, sí.

Enrique
Redondilla
2000
¿Cómo?

Leonato
Quiéreos dar tormento
el jüez.

Enrique
¿Estaba airado?

Leonato
El Duque se lo ha mandado.

Enrique
No el dolor, la afrenta siento.

Leonato
Redondilla
Eso y más excusaréis
2005
con decir quién sois.

Enrique
No quiero,
que basta ser caballero
para que bien me tratéis.

Leonato
Redondilla
No os enojéis conmigo.

Enrique
Y mejor que el Duque soy.

Amatilde
2010
Yo lo creo, y tal estoy,
que me atormentan contigo.

Leonato
Redondilla
Yo cumplo con esto. Adiós.

Enrique
Él os guarde.

Leonato
¿Haslo entendido?

Amatilde
Sin duda que es bien nacido.
2015
Déjanos aquí a los dos.

Leonato
Redondilla
Mira lo que haces.

Amatilde
Calla,
que yo no le quiero hablar.

Leonato
Pues ¿por qué?

Amatilde
No más de escuchar.

Leonato
Loco amor, quiero dejalla.

Vase LEONATO.

Enrique
Redondilla
2020
¡Mísero, Enrique, de ti,
a qué desdicha has llegado
por un amigo, aunque honrado,
que apenas tu rostro vi!
Redondilla
Juré no decir mi nombre
2025
ni mi tierra hasta topalle;
no quiere Dios que le halle,
y quiere casarse un hombre.
Redondilla
Holgueme de habelle dado
mi dama por amistad;
2030
quise mostrar mi lealtad,
y la vida me ha costado.
Redondilla
Y es lo bueno que me mata
su padre, que es quien debiera
socorrerme. ¡Si supiera
2035
a quién es, por quién maltrata!
Redondilla
Príncipe de Ingalaterra
soy, cruel Duque; Enrique soy,
que por tu Lisardo estoy
sin mis padres y mi tierra;
Redondilla
2040
y aun el nombre no sabía,
que aquí, por mi mal, le oí.
¡Ay, cielo! ¿Quién está aquí?

Amatilde
Yo soy.

Enrique
¿Vos, señora mía?
Redondilla
Pues ¿cómo, y en mi prisión?

Amatilde
2045
Porque también estoy presa.

Enrique
¿Por quién?

Amatilde
Por vos.

Enrique
Ya confiesa
el alma esta obligación.
Redondilla
¿Qué diferencia notoria
es la que en miraros siento?
2050
Prometiéronme tormento,
y venís a darme gloria.
Redondilla
Si aquí, para dar enojos,
atormentan de esta suerte,
¿qué vida como esta muerte?
2055
¿Qué cárcel como esos ojos?

Amatilde
Redondilla
Enrique de Ingalaterra,
yo sé quién sois de vos mismo;
amor es un ciego abismo
donde el bien y el mal se encierra.
Redondilla
2060
El tiempo es corto, y si habláis,
puede dañar en extremo;
que os detengáis aquí temo,
y también temo que os vais.
Redondilla
Lo que he sentido de vos
2065
ya lo veréis en lo que hago;
dadme igual amor en pago,
y paguémonos los dos.
Redondilla
¿Queréis que a mi padre diga
quién sois?

Enrique
No, que he de callar
2070
por juramento, hasta hablar
quien a tanto mal me obliga.
Redondilla
Pero en prendas de que emprendo
la merced de esta amistad,
si me dais la libertad
2075
con que buscalle pretendo,
Redondilla
ninguna de cuantas hizo
Dios, sino vos, ha de ser
mi dueño, esposa y mujer.

Amatilde
¡Oh, amor, temerario hechizo!
Redondilla
2080
¿En las cárceles conciertas
casamientos?

Enrique
Mi señora,
yo estoy en peligro agora;
a la torre abrid las puertas.
Redondilla
Esperadme solo un mes,
2085
que este mes solo pasado,
digo que toméis estado
con el bohemio o francés.

Amatilde
Redondilla
Yo haré fuerza al padre mío.
Bajad conmigo.

Enrique
Sí haré,
2090
que bajando, subiré
al bien que de vos confío.

Amatilde
Redondilla
No me puedo detener.

Enrique
En todo tiempo enemigo,
siempre fue mejor amigo
2095
la piedad de la mujer.


Jornada III

Salen LUCINDA y el hermano CRISPÍN, de graciosidad.

Lucinda
Redondilla
¿Dio traza, hermano Crispín,
en la comida?

Crispín
Ya está.

Lucinda
¿Cómo de la iglesia va?

Crispín
Presto le daremos fin.

Lucinda
Redondilla
2100
¿Qué dice de aquel enfermo
nuestro doctor?

Crispín
¿Qué sé yo?
Llévesele Dios o no,
tres noches ha que no duermo.

Lucinda
Redondilla
Pues ¿qué importa tres ni siete
2105
para quien sirve por Cristo?
¿Diole el pisto?

Crispín
Dile el pisto,
y quisiera un pistolete.

Lucinda
Redondilla
Tenga paciencia.

Crispín
No puedo
en viendo enfermos así.

Lucinda
2110
¿Esto me responde a mí?
¡Jesús, Crispín, diga un credo!

Crispín
Redondilla
Ya al enfermo se lo digo,
y no se quiere morir.

Lucinda
¿Quién ha salido a pedir?

Crispín
2115
Roberto, Estacio y Rodrigo.

Lucinda
Redondilla
Vaya y mire si es ya hora
de hacer las camas.

Crispín
Irán,
o primero comerán.

Lucinda
Vaya, pues.

Crispín
Ya van, señora.

Vase el hermano CRISPÍN.

Lucinda
Soneto
2120
Triste reina de Nápoles, ¿qué estrella
a tanta desventura te ha traído?
¿Qué bien esperas de este bien perdido,
ni que esperanza de vivir sin ella?
Mas ¿qué no puede amor, qué no atropella
2125
este fiero tirano del sentido,
que entrando en la razón desconocido,
después no da lugar a conocella?
No sé qué espero, y tengo confianza;
soy piedra en el sufrir, y en el aire estribo;
2130
mi fe es sospecha, y lo imposible alcanza.
Y en tantos males solo un bien recibo,
que yo pienso que estoy sin esperanza,
y debo de tenerla, pues que vivo.

Sale el hermano CRISPÍN.

Crispín
Redondilla
La hermana Duquesa moza
2135
que en la iglesia misa oyó,
acá, para verla, entró.

Lucinda
Mucho su vista me goza,
Redondilla
que es el retrato, en efeto,
de aquel dueño que perdí.

Crispín
2140
¿Entrará?

Lucinda
Decid que sí,
¿No sois, Crispín, más discreto?

Sale AMATILDE.

Amatilde
Redondilla
De paso, porque ya es hora
de comer, te vengo a ver,
que aguarda el Duque a comer.

Lucinda
2145
¿Tanta merced, mi señora?

Amatilde
Redondilla
Lisarda, aunque el gran rigor
de tu vida y santidad
no permite libertad,
y más en cosas de amor,
Redondilla
2150
para que a Dios encomiendes
mis desdichas, me es forzoso
decirte un cuento amoroso,
si no es que de amor te ofendes.

Lucinda
Redondilla
No ofendo, señora mía,
2155
ni soy la que vos pensáis.
Amé algún tiempo, si amáis;
si lloráis, lloré algún día.
Redondilla
Otra vez os referí
que un hombre me desterró
2160
de mis padres, y causó
que agora viviese así.
Redondilla
Que después de mil caminos,
con que mi amor le buscaba,
porque peregrino andaba,
2165
vine a curar peregrinos.
Redondilla
No receléis de decir
vuestro mal a quien os ama.

Amatilde
Amor, que es veneno y llama
que no se puede encubrir,
Redondilla
2170
tiene general disculpa.

Lucinda
Nació de mi entendimiento,
y así, aunque dé más tormento,
jamás amor tuvo culpa.

Amatilde
Redondilla
Trujeron dos hombres presos
2175
por la muerte de Lisardo.

Lucinda
No digas muerte, que aguardo
mejor fin de los sucesos.

Amatilde
Redondilla
Y agradome el uno tanto,
que quise saber quién era,
2180
y entrando en su cárcel fiera,
escuché un rato su llanto.

Lucinda
Redondilla
Y ¿qué entendiste?

Amatilde
Que andaba
por el mundo sin consuelo
buscando a Lucinda.

Lucinda
¡Ay, cielo!
2185
¿Dijo cómo se llamaba?

Amatilde
Redondilla
Enrique de Ingalaterra.

Lucinda
Noticia tengo de ese hombre.

Amatilde
Moviome el talle y el nombre.

Lucinda
Ya le he visto yo en mi tierra.

Sale CRISPÍN, con una jeringa en la mano.

Crispín
Redondilla
2190
¡Pardiez, que este enfermo nuestro
sospecho que desatina!

Lucinda
¿Qué es eso?

Crispín
Una melecina
en que yo no estoy muy diestro,
Redondilla
y es que el hombre tan esquivo,
2195
que en no recibirla ha dado,
que dice que le ha quemado
el órgano salutivo.

Lucinda
Redondilla
¡Jesús! ¿Aquí ha de venir
con eso? ¿Hay tan grande error?

Crispín
2200
Pues si es la Hermana mayor,
¿a quién tengo de acudir?

Lucinda
Redondilla
Váyase.

Crispín
¡Qué bien me esfuerza
a regalalle y querelle!
Venga, ayúdeme a tenelle,
2205
y echarésela por fuerza.

Amatilde
Redondilla
Déjale, ¡por vida mía!,
y escucha.

Lucinda
Dime tu amor.

Amatilde
Vi de mi padre el rigor
con que en esto procedía,
Redondilla
2210
y di a Enrique libertad,
que casarse prometió
conmigo.

Lucinda
Y ¿no lo cumplió?

Amatilde
Hay una dificultad,
Redondilla
porque ha hecho juramento
2215
de hablar primero a mi hermano,
y fuele a buscar en vano.

Lucinda
¿Qué dices?

Amatilde
Así lo siento.

Lucinda
Redondilla
Dios le traerá, no lo dudes.

Amatilde
A que se lo ruegues vengo,
2220
por la noticia que tengo
de tus prendas y virtudes.

Crispín
Redondilla
Señora...

Lucinda
¿Qué quiere, hermano?

Crispín
Paréceme que está fría.

Lucinda
Pues ¿aquí está todavía?

Crispín
2225
A ver, póngale la mano.

Lucinda
Redondilla
Hermano, ¿ha perdido el seso?

Entra LEONATO.

Leonato
El Duque te viene a ver.

Crispín
¿Dónde la podré esconder?

Lucinda
Escóndala y tenga seso.

Esconde la jeringa CRISPÍN, y sale el DUQUE.

Duque
Redondilla
2230
Como supe que aquí estaba
Matilde, a verte he venido.

Lucinda
Merced de tu mano ha sido.
(¿No la esconde?

Crispín
En eso andaba.)

Duque
Redondilla
Muy aficionado estoy
2235
a tu casa y hospital.

Lucinda
A tu piedad natural
muy agradecida estoy,
Redondilla
[y] a las limosnas que has hecho.

Duque
Todo, amiga, lo encamino
2240
a que el hijo peregrino
le vuelva Dios a mi pecho.

Lucinda
Redondilla
Yo lo deseo después
que en aquesta casa estoy,
por el bien que viendo voy.

Crispín
2245
Hermano Duque...

Duque
¿Quién es?

Crispín
Redondilla
¿Hay allá otra melecina
que sea mejor que aquesta?

Duque
Hacelda comprar.

Crispín
¿Qué cuesta?

Lucinda
Diga, hermano, ¿desatina?
Redondilla
2250
Éntrese en buen hora allá.

Crispín
¿No la ve toda deshecha,
que no sirve ni aprovecha,
y se sale por acá?

Lucinda
Redondilla
Éntrese, acabe.

Crispín
Sí harán.

Duque
2255
Vayan por cualquier cosa
a Palacio.

Lucinda
Si es forzosa,
a tu mano acudirán.

Entra CRISTEO, criado.

Cristeo
Redondilla
Por Palacio, en este punto,
meten diez hombres en peso
2260
un pez de notable exceso,
a quien sigue el pueblo junto.
Redondilla
Dicen que en aqueste mar
no han visto mayor pescado.

Duque
Gusto la nueva me ha dado,
2265
si alguna me puede dar
Redondilla
que de Lisardo no sea.
Matilde, vámosle a ver.

Matilde
Lo que te dije has de hacer.

Lucinda
¡Cumpla Dios lo que desea!
Redondilla
2270
¡Bien puedo decir los dos!

Duque
Lisarda, adiós.

Lucinda
Dios te guarde,
y permita que no tarde
tu hijo.

Duque
Ruégalo a Dios.

Vanse el DUQUE, MATILDE y CRISTEO, y quédanse los demás.

Lucinda
Redondilla
¿No os vais con el Duque?

Leonato
Tengo,
2275
Lisarda, un poco que hablaros.

Lucinda
¿En qué os sirvo?

Leonato
En acordaros
de que aquí por veros vengo.

Lucinda
Redondilla
Ya os he dicho muchas veces
que no me tratéis así.

Leonato
2280
Solos estamos.

Lucinda
Aquí
son las paredes jüeces,
Redondilla
y dondequiera está Dios.

Leonato
Ya cansa la hipocresía
en una mujer baldía,
2285
y tan moza como vos.
Redondilla
Yo sé que antes de venir
al hospital, donde estáis
y donde al Duque engañáis
con rezar y con fingir,
Redondilla
2290
fuisteis una pecadora
y una perdida mujer.
Pues ¿de qué sirve querer
que os tengan por santa agora?
Redondilla
Mirad que soy el que puedo
2295
en casa del Duque, y hombre
secreto y de hidalgo nombre,
que podéis gozar sin miedo;
Redondilla
demás, que si pretendéis
dejar esta pobre vida,
2300
seréis de mí bien servida,
como en mis obras veréis.

Lucinda
Redondilla
Si en esa ciega locura
dais con tanta libertad,
y contra mi honestidad
2305
habláis con desenvoltura,
Redondilla
al Duque vuestro señor
se lo diré, de tal suerte,
que os cause deshonra y muerte,
y os privará de su amor.
Redondilla
2310
Miente cualquiera villano
que os dijo que yo he vivido
menos que honesta, ni he sido
despreciada de hombre humano.
Redondilla
Sirvo en aqueste hospital
2315
porque he perdido mi esposo,
hombre noble y poderoso,
a vuestro señor igual;
Redondilla
y por si entre peregrinos
tal vez le conozco y veo,
2320
en su servicio me empleo.

Leonato
No respondáis desatinos,
Redondilla
que una moza con salud,
hermosa, libre y sin dueño,
no pasa sin lado el sueño,
2325
por más que finja virtud;
Redondilla
tras eso, ya que es tu oficio
curar los pobres aquí,
cúrame, Lisarda, a mí,
y harasme un gran beneficio.

Lucinda
Redondilla
2330
Ya te digo, y persüado,
que te vayas norabuena.

Leonato
¿Que no te duele mi pena?

Lucinda
De ver tu pena me enfado.

Leonato
Redondilla
¿Piensas tú que ese cilicio
2335
que dices que traes deshecho,
no sé yo muy bien que es hecho
de tu regalado vicio?
Redondilla
¿Quieres que te diga aquí
con quién, dónde, cómo, infame?

Lucinda
2340
¿Quieres tú también que llame
a Dios y al Rey contra ti?

Leonato
Redondilla
¿Es mejor que se murmure
que quieres a un mentecato,
y no a un hombre de mi trato
2345
que tu remedio procure?

Lucinda
Redondilla
¿Qué dices, hombre?

Leonato
Que tratas
con Crispín, Lisarda, digo;
digo que es Crispín tu amigo.

Lucinda
Hoy tus maldades rematas,
Redondilla
2350
que con ese testimonio
has pretendido obligarme;
pues no me importa que se arme
de tus fraudes el demonio.
Redondilla
¡Quédate, infame, cruel,
2355
vil sangre, invención liviana!

Vase LUCINDA.

Leonato
Yo diré al Duque, villana,
como estás preñada de él,
Redondilla
y aunque lo pienses fingir
en secreto y con recato,
2360
yo diré al Duque tu trato
y deshonesto vivir.
Redondilla
¡Que no la pueda vencer!
¡Que no bastan amenazas!
¡Que ni intereses ni trazad
2365
te rindan, siendo mujer!
Redondilla
No importa, tú harás mudanza,
o verás que del amor
no hay remedio que mejor
despique, que la venganza.

Vase. Salen LISARDO y el SOLDÁN de Persia.

Soldán
Redondilla
2370
No hallo cosa de mi gusto
que para el tuyo no sea.

Lisandro
A quien servirte desea,
todo ese favor es justo.

Soldán
Redondilla
Presentáronme el cautivo,
2375
y yo te lo quiero dar.

Lisandro
Los pies te quiero besar
por favor tan excesivo.

Soldán
Redondilla
Pienso que te hago placer,
por ser hombre de tu tierra.

Lisandro
2380
¿Fue cautivo en paz o en guerra?

Soldán
En guerra debió de ser.

Lisandro
Redondilla
Haz que le traigan.

Soldán
Traed
aquel esclavo.

Lisandro
No puedo
decir, señor, cuánto quedo
2385
obligado a esta merced.
Redondilla
¿Es hombre noble?

Soldán
En su traza
lo parece, aunque lo niega,
pero es que el temor le ciega
y el castigo le amenaza.

Salen CAMBISES y ENRIQUE.

Cambises
Redondilla
2390
El anciano es el Soldán,
y el mozo Lucindo es,
que ya en su presencia ves.

Lisandro
¡Gentil esclavo!

Soldán
¡Galán!
Redondilla
Ese es tu dueño, y con él
2395
te puedes quedar agora,
que voy a ver a Tidora.

Lisandro
Tu suerte ha sido cruel.

Enrique
Redondilla
No lo fue, pues vine aquí.

Lisandro
¿Adónde te cautivaron?

Enrique
2400
En unas islas me hallaron
tres moros.

Lisandro
¿Sin guerra?

Enrique
Sí.

Lisandro
Redondilla
¿De dónde eres?

Enrique
Soy inglés.

Lisandro
¡Ay, cielo!

Enrique
¿De qué suspiras?

Lisandro
Yo me entiendo.

Enrique
¿Qué me miras
2405
de la cabeza a los pies?

Lisandro
Redondilla
Tuve en esa tierra yo
un grande amigo.

Enrique
¿Quién fue?

Lisandro
¿Conocerasle?

Enrique
No sé.

Lisandro
¿Ha mucho que faltas?

Enrique
No.

Lisandro
Redondilla
2410
¿Conoces a Enrique?

Enrique
Sí.

Lisandro
El Príncipe, digo.

Enrique
Estuve
con él ha mucho, y le tuve
harto más cerca que a ti.
Redondilla
Mas ¿de qué le has conocido?
2415
Que nunca vino a esta tierra.
¿Tú, por dicha, a Ingalaterra
con alguna armada has ido?

Lisandro
Redondilla
Su amigo soy, pero advierte
que le he tratado...

Enrique
Es honrado
2420
para amigo, y desdichado
en amigos.

Lisandro
¿De qué suerte?

Enrique
Redondilla
Quejábase de un francés,
pienso que era proenzal,
que con mano liberal
2425
le dio un divino interés,
Redondilla
de que sin decirle nada
se fue, y le dejó, y sé yo
que en tierra y mar le buscó
con una larga jornada;
Redondilla
2430
y que hallándole un anillo
que él le dio, y a él su madre,
le prendió el Duque, su padre,
y le tuvo en un castillo,
Redondilla
donde Matilde, su hermana,
2435
le sacó, y dio libertad.

Lisandro
¿Hizo alguna liviandad?

Enrique
No fue Matilde liviana,
Redondilla
sino mujer muy piadosa.
Él se fue, y pidiole un mes
2440
de término, que ya es
por fe y palabra su esposa.

Lisandro
Redondilla
Pues ¿para qué le quería?

Enrique
Para buscar a Lisardo.

Lisandro
¿Qué me detengo? ¿Qué aguardo
2445
de hablar a la prenda mía?
Redondilla
¿Diré quién soy? Sí, que acaso
tendré de Lucinda nuevas.
¡Qué aprisa el alma me llevas!
Cautivo, detén el paso;
Redondilla
2450
detenle, y la vista afirma,
y repara en lo que soy.

Enrique
Temblando de verte estoy;
el alma el temor confirma.
Redondilla
¿Eres cristiano?

Lisandro
Sí, amigo.

Enrique
2455
Y ¿de dónde eres?

Lisandro
Francés.

Enrique
¿Tu nombre?

Lisandro
Lisardo es.

Enrique
¿Qué dices?

Lisandro
Verdad te digo.

Enrique
Redondilla
Y tú, ¿conócesme a mí?

Lisandro
Pienso si te he visto;
2460
los ojos dicen que no,
y el alma dice que sí.

Enrique
Redondilla
¿A Enrique de Ingalaterra
no conoces?

Lisandro
¡Cielo santo!
¿Es posible que bien tanto
2465
honra esta bárbara tierra?
Redondilla
Dame esos brazos, yo soy
Lisardo.

Enrique
Yo Enrique, a quien
pagas con tanto desdén
las entrañas que te doy.

Lisandro
Redondilla
2470
Amigo, con mil espadas
vino el Rey sobre el jardín;
fueme necesario, en fin,
romper las puertas cerradas.
Redondilla
No te hablé, por no poder;
2475
llevé a un monte aquella dama,
bajó un ave de una rama,
demonio debió de ser;
Redondilla
llevome una banda roja
y dos anillos en ella,
2480
levanteme, y fui tras ella;
dándome el pecho congoja,
Redondilla
que eran de tanto valor
como aquel que a ti te di;
fuese a una peña, seguí
2485
su vuelo, que fue mi error,
Redondilla
porque allí me cautivaron.

Enrique
Esas armas mías fueron,
que entonces te defendieron
de dos que al jardín llegaron.
Redondilla
2490
Tu madre es muerta.

Lisandro
¡Ay de mí!

Enrique
Y tu padre en eso queda,
que no hay persona que pueda
darle consuelo sin ti.
Redondilla
Va y viene a cierta casa
2495
donde está una peregrina
de vida santa y divina,
cuya fama el mundo pasa,
Redondilla
porque por ti ruega a Dios,
y de tu nombre se llama.

Lisandro
2500
¡Válgame Dios! ¿Si es mi dama
y hemos trocado los dos?
Redondilla
Que yo Lucindo me llamo.

Enrique
Mucho te quiere el Soldán.

Lisandro
Soy su rey y capitán,
2505
de laurel mi frente enramo.
Redondilla
Pero toda esta grandeza,
sin mis padres ni mi esposa,
es, Enrique, humilde cosa,
y en mis intentos bajeza.

Enrique
Redondilla
2510
¿Cómo no te vas?

Lisandro
No puedo,
más que a su reino me estima.

Enrique
A ver tu padre te anima,
que tengo a su muerte miedo.
Redondilla
Dile que yo quedaré
2515
preso en tu lugar por ti.

Lisandro
Podrá ser que quiera así,
como esa prenda te dé.
Redondilla
Mas téngole de decir
que eres rey de Ingalaterra.

Enrique
2520
¡Vuelve, Lisardo, a tu tierra,
y condénenme a morir!

Lisandro
Redondilla
Dame esos pies.

Enrique
Si esto es poco,
daré mil vidas por ti.

Lisandro
Deja de tratarme así,
2525
que estoy de contento loco.
Redondilla
Palabra te doy, Enrique,
de volver a la prisión,
y que aquesta obligación
a todo el mundo publique.
Redondilla
2530
Mas ¿cómo podré llevar
muchas joyas y tesoros
que aquí me han dado?

Enrique
A estos moros
puedes, Lisardo, engañar.

Lisandro
Redondilla
¿De qué modo?

Enrique
En diez barriles,
2535
el oro y joyas pondrás
hasta el medio, y lo demás
cubre de otras cosas viles.

Lisandro
Redondilla
De sal será lo mejor,
y pondreme yo en vil traje.

Enrique
2540
Vamos a aguardar que baje
el Soldán.

Lisandro
¡Notable amor!
Redondilla
En fin, ¿ya somos cuñados?

Sale el hermano CRISPÍN.

Crispín
¿Quién llama?

Leonato
Aquí está el Duque.

Crispín
Esté en buena hora,
2545
hermano, has de decir.

Lisandro
Temo...

Enrique
¿Qué temes?

Lisandro
Salir
de estos, hasta aquí engañados.

Enrique
Redondilla
Engaña en el mar la guarda,
fíngete mercader nuevo
2550
de sal.

Lisandro
Diré que la llevo
al hospital de Lisarda.

Enrique
Redondilla
Si hallas a Lucinda allí,
quédate en tu tierra, hermano.

Lisandro
Ni soy noble, ni cristiano,
2555
si no volviere por ti.

Sale el DUQUE, y LEONATO con un niño envuelto.

Duque
Endecasílabos sueltos (tirada)
Niño, ¿de qué manera?

Leonato
Aquí parece
que una cédula tiene.

Duque
¡Extraño caso!
¿Niños echan también en esas puertas?

Leonato
Es esta hospitalera tan piadosa,
2560
que acudirán necesidades varias,
para que acuda a todos con limosna.

Duque
Sí, mas un hospital de peregrinos,
Leonato, ¿ha de criar niños expósitos?
Llama a Lisarda.

Leonato
¡Ah de la casa! ¡Ah gente!

Crispín
2565
Que yo también estoy donde Dios sabe.
Pues ¿qué quiere a estas horas Su Excelencia?

Duque
¿Qué hace aquel ejemplo de mujeres?
¿Qué hace la común misericordia?
¿Cómo está, amigo, aquella peregrina,
2570
que es ángel de la tierra?

Crispín
¡Por Dios, Duque!
Nuestra Hermana mayor ya se acostaba,
sino que tiene siempre de costumbre
subirse a la azotea por dos horas.

Duque
¿Cómo azotea?

Crispín
Dase en las espaldas
2575
con ciertos canelones cada noche,
porque parezca el hijo vuestro.

Duque
El cielo
oiga su voz, su penitencia admita.

Leonato
Cierto que hace penitente vida.
Y vos, padre Crispín, ¿qué hacéis de noche?

Crispín
2580
Señor, procuro yo acostarme luego.

Duque
Esa no es mala vida.

Crispín
Peor fuera
estar como en Palacio, murmurando
de las vidas ajenas, con envidia
del favor, de la hacienda, del suceso,
2585
del oficio, del cargo, de la honra,
y de otras cosas en que Dios se ofende.

Leonato
Este, señor, aunque es un hombre simple,
es el gobierno de esta casa todo,
y aun santo, aunque habla así por menosprecio.

Sale LUCINDA sola.

Lucinda
2590
¿Aquí Vuestra Excelencia a tales horas?

Duque
Venía con un grande desconsuelo
a pedirte que a Dios me encomendases
a mi Lisardo con mayores ruegos,
y que las buenas almas de esta casa
2595
hiciesen general oración juntas.

Lucinda
Pues ¿hay, señor, alguna mala nueva?

Duque
Como se fue aquel preso, que debía
de ser encantador, pues no fue visto
que rompiese ventana, puerta o reja,
2600
mandé que por la mar fuese buscado;
los que el puerto anduvieron una noche,
vieron un pez, no visto en forma y cuerpo,
porque era fiera y en extremo grande.

Lucinda
Yo estaba aquí cuando la nueva vino.

Duque
2605
Vivió hasta agora sustentado en agua
con algunos regalos de la tierra;
murió, hícele abrir, en cuyo vientre
pareció un tafetán con dos diamantes
que la Duquesa dio a Lisardo al tiempo
2610
que se partió de nuestra casa a Nápoles;
no puede su valor, aunque muy grande,
consolar la sospecha que me ha dado
de que es muerto en la mar mi amado hijo,
pues tiene aqueste pez tan claras prendas.

Lucinda
2615
¡Válgame Dios!

Desmáyase.

Leonato
¡Desmayo temerario!

Duque
Cayose de su estado. ¿Qué habrá sido?
Echalda en ese estrado, y, entretanto,
veremos este niño.

Crispín
Comer poco,
dormir menos, sacarse mucha sangre,
2620
¿en qué puede parar, sino es en esto?

Duque
¿Si le dio de la nueva este desmayo?

Leonato
Bien puede ser, que siente por extremo
cualquier mala nueva de Lisardo.

Duque
Leed aquesa cédula que tiene.

Lee.

Leonato
2625
“Este niño que se echa a aquestas puertas,
echó la hospitalera de esta casa
a las de un hombre honrado de este pueblo;
mas él, que sabe que ella le ha parido
de Crispín, el hermano, que se hace
2630
simple, siendo un bellaco malicioso,
a las suyas le vuelve, que le críe.”

Crispín
¿Cómo es eso? Esperad.

Duque
¡Notable caso!
¿Que Lisarda es tan grande pecadora,
y este villano su rufián?

Crispín
Advierta,
2635
hermano Duque, que es un mentecato;
que no soy yo rufián, aunque soy hombre,
y esta que mira no es mujer, es ángel;
y de él abajo, o de él arriba, miente
cualquiera que dijere lo contrario.

Duque
2640
¿Cómo, Leonato, el cielo había de darme
mi hijo por los ruegos y oraciones
de una infame mujer? ¿Qué sacrificios
tan aceptos le ha hecho? ¡Oh, pueblo ciego!
¡Que tú me has engañado! ¡Si no fuera
2645
tan mal contado a quien yo soy, hiciera
una venganza en ella con mis manos,
que se contara por ejemplo al mundo!
Déjale luego el mal nacido niño.
¡Sal, Leonato, de aquí; sal de esta casa,
2650
que a no ser como es sagrada iglesia,
pusiera fuego a cuanto en ella vive!

Leonato
¡Toma, villano, el hijo que engendraste!

Crispín
¡Mentís, por Dios! Pero porque no tiene
padre ni madre, echalde acá en buen hora.

Leonato
2655
(¡Qué bien me vengo ya de ti, traidora!)

Vanse el DUQUE y LEONATO, y queda CRISPÍN con el niño en los brazos, y LUCINDA desmayada.

Crispín
Quintilla
Por mi fe, no sé
qué habemos de hacer los dos,
que si no lo sabéis vos,
yo sé que no os engendré,
2660
y sé que lo sabe Dios.
Quintilla
Pues esotra, que en el suelo
es un serafín del cielo,
una santa, una mujer
de tan escaso proceder,
2665
pariole como mi abuelo.
Quintilla
¡Ah, señora! ¿Qué la digo?
Vuelva en sí, que hay grande mal.

Vuelve en sí LUCINDA.

Lucinda
¿Qué es esto, Crispín amigo?

Crispín
Sepa que en nuestro hospital
2670
hoy se ha entrado un enemigo.

Lucinda
Quintilla
¿Y el Duque?

Crispín
El Duque y Leonato
se han ido.

Lucinda
¿Qué niño es ese?

Crispín
Alguno, con falso trato,
le echó en nuestro umbral, y fuese.

Lucinda
2675
Habla, Crispín, con recato.

Crispín
Quintilla
¿Qué diablos tengo de hablar,
si dicen que le ha parido,
y me le han dado a criar?

Lucinda
¿Duermo acaso?

Crispín
Si has dormido,
2680
ya es tiempo de despertar.
Quintilla
Una cédula traía,
que, por lo menos, decía
que es el niño de los dos.

Lucinda
¿De mí y de ti?

Crispín
Sí, ¡par Dios!

Lucinda
2685
¡Desdichada suerte mía!
Quintilla
¿Oyolo el Duque?

Crispín
¡Pues no!

Lucinda
¿Qué le respondiste?

Crispín
Yo
respondile que ojalá.

Lucinda
¡Perdido mi honor está!
2690
¡Ya Leonato se vengó!
Quintilla
¿Qué dijo el Duque?

Crispín
Decía
que cómo por tu ocasión
Dios a su hijo traería,
y que por esta razón
2695
tanto mal le sucedía.
Quintilla
Yo le vi, que te quisiera
o matar o desterrar.

Lucinda
¡Ah, Leonato! ¡Ah, bestia fiera,
que te quisiste vengar,
2700
villano, de esta manera!
Quintilla
Por no hacer tu gusto, saco
este premio; soy mujer,
llorando mi daño aplaco.

Crispín
¡Por Dios, él debe de ser
2705
un grandísimo bellaco!
Quintilla
Verle pienso, y no vengarme,
en una lanza o almendro.

Lucinda
Estoy por desesperarme.

Crispín
¿Qué hemos de hacer del engendro?

Lucinda
2710
Matarle, amigo, o matarme.

Crispín
Quintilla
Mire, hermana, aunque me vea
un saco de necedades,
óigame, aunque bestia sea,
que para prosperidades
2715
no es mucho que verdad sea.
Quintilla
Para mal sin resistencia,
el valor es menester;
súfrase y tenga paciencia,
que no hay bien como tener
2720
bien segura la conciencia.
Quintilla
Dios también suele probar
a sus amigos así.
Lo que ha de hacer es callar
y tomar ejemplo en mí,
2725
que tiempo queda de hablar.

Lucinda
Quintilla
¿Cómo quieres que me cuadre
esta infamia? Ya el ser madre
sufriera, pues serlo heredo,
mas ser tú el padre, no puedo.

Crispín
2730
¿Tan malo soy para padre?
Quintilla
Pues yo sé que por ahí,
cuando voy con la demanda,
no me desprecian así.

Lucinda
¡Bueno mi crédito anda!
2735
¡Triste! ¿Qué será de mí?
Quintilla
Señor, si lo queréis vos,
paciencia.

Crispín
No se alborote.

Lucinda
¿Vos mi hijo?

Crispín
Y de los dos.
¡Qué bonito es el chicote!
2740
Ojo, bendígate Dios.

Vanse. Salen LISARDO y dos PILOTOS.

Lisandro
Quintilla
La tierra es madre; al fin ama
la tierra cualquier persona.
¿Cómo esta isla se llama?

Piloto 1º
Llámase, amigo, Saona.

Lisandro
2745
Ya la conozco por fama.
Quintilla
¿Podré un poco descansar?

Piloto 1º
Podrás mientras calma el viento.

Lisandro
Pues quiérome recostar
sobre esta peña, que siento
2750
sueño y me convida el mar.

Piloto 1º
Quintilla
Aléjate de la orilla,
y no mucho.

Lisandro
No haré.

Piloto 1º
El tiempo me maravilla.

Lisandro
Dad una voz, que podré
2755
desde estas peñas oílla.

Piloto 1º
Quintilla
No tiene mala apariencia
este honrado mercader.
[......................encia.]

Piloto 2º
Sí, pero ha dado en hacer
2760
una extraña impertinencia.

Piloto 1º
Quintilla
¿De qué suerte?

Piloto 2º
A un hospital,
que de Lisarda se llama,
lleva unas pipas de sal.

Piloto 1º
¡Ofrecimiento de fama!
2765
No he visto locura igual.
Quintilla
Pues yo, presumiendo engaño,
quité una tabla y hallé
blanca sal por desengaño;
y aun en dos o tres probé.
2770
Él ha sido intento extraño.
Quintilla
Despertó el viento. ¡Qué hermoso
levante!

Piloto 2º
A la mar camina.

Piloto 1º
Velas dan.

Piloto 2º
¡Con qué reposo
duerme esotro en la marina!

Piloto 1º
2775
Dale una voz presuroso.

Piloto 2º
Quintilla
¡Ah de la tierra!

Piloto 1º
¿Sabías
su nombre?

Piloto 2º
Yo no.

Piloto 1º
¡Ah, señor!

Piloto 2º
En vano, Ergasto, porfías,
la mar escucha mejor.

Piloto 1º
2780
Responde a las ansias mías.

Piloto 2º
Quintilla
Ya debe de estar allá.

Piloto 1º
Sin duda que en ella está.

Piloto 2º
Velas izan.

Piloto 1º
¡Leva, leva!

Vanse. Sale LISARDO de la marina.

Lisandro
Voces oigo, ¿si se leva
2785
la nave? ¡Ay, Dios, que se va!
Quintilla
¡Ya parte! ¡Triste de mí,
que pensando en mi señora,
sobre un prado me dormí!
El remedio es solo agora
2790
hacer señas desde aquí.
Quintilla
¡Ah de la nave! No giran
la vela; el curso veloz,
por rumbo derecho tiran.
¡Hola, hao! ¡No oyen mi voz,
2795
ni el lienzo y las señas miran!
Quintilla
¿Hay tan grande desconsuelo?
¡Oh, traidores, ya recelo
que habéis visto mi tesoro;
bastara quitarme el oro,
2800
si no era gusto del cielo!
Quintilla
¿Qué haré? Sin remedio estoy.
Esta isla todo es mar,
voces a los vientos doy,
no me quieren escuchar.
2805
¡Desdichado en todo soy!
Quintilla
¡Plegue al cielo, navecilla,
que antes que esos viles brazos
echen el ferro en la orilla,
te hagas dos mil pedazos,
2810
desde la gavia a la quilla;
Quintilla
un huracán, aunque goces
agora de esos combates,
en mil asaltos feroces,
destroces, pues me deshaces,
2815
escotas, trizas y troces;
Quintilla
quiere esa furia esa copa
con que agora vas ligera,
aunque cargada de ropa;
no te quede jarcia entera,
2820
desde el bauprés a la popa!
Quintilla
En ese golfo, parece
toca en los bancos de Flandes.
¡Triste, ya desaparece!
Mientras doy quejas más grandes,
2825
más pequeña me parece.
Quintilla
Solo entre uno y otro canto
el eco a mi voz rebomba.
¡Ea, nave, no corras tanto,
párate y dame esa bomba,
2830
con que desagüe este llanto!
Quintilla
Aquí mi queja se acabe,
ya no es razón que te nombre,
que ya estás tan lejos, nave,
que me pareces un hombre,
2835
y yo te parezco un ave.
Quintilla
¡Ay, cielo! ¿Qué gente es esta
que parece desembarca?
El traje lo manifiesta;
la plancha arroja una barca.
2840
Muerta esperanza, haced fiesta,
Quintilla
que, puesto que turcos son,
más vale incierta prisión
que cierta muerte. Ya están
en tierra. Buen capitán,
2845
Dios te ablande el corazón.

Entra ENRIQUE, vestido de turco, y cuatro MOROS con él.

Enrique
Endecasílabos sueltos (tirada)
Haced agua de presto, no perdamos
tiempo, en tanto que este viento corre.

Moro 1º
Extraña prisa llevas.

Enrique
Saladino,
son los deseos del amor coléricos.

Meten mano.

Lisandro
2850
¡Ea, caballeros turcos!

Enrique
¡Cielo santo!

Lisandro
Detened los alfanjes valerosos;
un pasajero soy, yo soy cristiano,
robáronme mi hacienda unos pilotos,
y quedé, como veis, en esta isla;
2855
más quiero esclavo ser de un hombre noble,
que no morir de hambre entre estas peñas.
¿Cuál es el Capitán?

Enrique
Yo soy.

Lisandro
Pues dame
algo que coma, y ponme en mil cadenas.

Enrique
¡Válgame Dios! ¿Si es Lisardo aquese?
2860
¡Lisardo!

Lisandro
¿Quién me llama?

Enrique
Enrique.

Lisandro
¿Enrique?

Enrique
Enrique soy.

Lisandro
Enrique de mi vida,
¿qué es esto?

Enrique
Aprieta bien aqueste cuello,
y direte después la causa.

Lisandro
Dime,
¿cómo viene así?

Enrique
Dada licencia
2865
por el Soldán para que te partieses,
hallome con mil lágrimas un día;
preguntome la causa, y dije que era
amor de una mujer que se casaba
dentro de un mes que yo le di término;
2870
en fin, supo los días que faltaban,
y como es tan gran Príncipe, me envía
a que remedie el mal, si llego a tiempo.
Yo he tomado, hasta salir de Persia,
este traje que ves por ir seguro,
2875
y porque llevo firmas de su mano,
cuantas quise pedir.

Lisandro
¡Ah, cómo el cielo
no me tiene olvidado!

Enrique
Pues no dudes
que te has de librar de estos peligros;
volvamos a la mar, y toma agora
2880
el hábito que traigo, y disfrazados
podemos tomar puerto en la Proenza,
que así negociaremos con más gusto.
Tráigote cartas del Soldán, y traigo
de su hija un presente.

Lisandro
No la nombres,
2885
sino échale en el mar. ¡Oh, mi Lucinda!

Enrique
El cielo te dé cuevas de que vive;
echa la plancha, Zayde, entra en el barco.

Lisandro
En tu remedio mi peligro embarco.

Vanse todos, y entra LUCINDA, y CRISPÍN sale armado graciosamente.

Lucinda
Redondilla
Detente, pues.

Crispín
Nuestra hermana
2890
no tiene que detener;
yo he de vengalla, y verter
aquella sangre villana.

Lucinda
Redondilla
¿No eres tú quien por los dos
tenías tanta paciencia?

Crispín
2895
Ya con esa impertinencia
se me ha acabado, ¡par Dios!
Redondilla
Como ya de su maldad
al Duque habéis dado cuenta,
dicen que en campo sustenta
2900
que es, lo que dice, verdad.
Redondilla
El crédito habéis perdido
de suerte, que nadie sale;
pues hoy verán lo que vale
un casto honor ofendido,
Redondilla
2905
que Dios, que a David sacó
al campo contra un gigante,
y a Holofernes arrogante,
una mujer sujetó;
Redondilla
y quien a un niño da ciencia
2910
contra la madura cana
que osó ofender a Susana,
para tan clara sentencia,
Redondilla
me dará fuerzas a mí
para matar a una bestia;
2915
las armas me dan molestia,
quiero echarlas por ahí,
Redondilla
que Dios me dará valor.

Lucinda
Calle, hermano, que yo llevo
ese testimonio nuevo
2920
con más paciencia y amor;
Redondilla
deje las armas y atienda
a los enfermos de casa.

Crispín
Lo que ya de razón pasa,
no hay jumento a quien no ofenda.
Redondilla
2925
¡Déjeme, por vida suya,
meterele esta no más!

Lucinda
Téngase.

Crispín
¡Que por jamás
cosa que intenté, concluya!

Llamen a la puerta.

Lucinda
Redondilla
Mire quién me busca ahí.

Salen dos PILOTOS.

Crispín
2930
Dos hombres de la mar son.

Lucinda
Di que no hay camas.

Crispín
Patrón,
porque no hay recado aquí,
Redondilla
véngase a la fe, mañana.

Piloto 1º
No venimos sino a hablar
2935
a la hospitalera, y dar
cierta limosna.

Crispín
Oye, hermana,
Redondilla
limosna trae esta gente.

Lucinda
Pues hijos, guárdelos Dios.

Piloto 1º
En una nave los dos,
2940
por ese mar de Poniente,
Redondilla
a la isla de Saona
llegamos, donde trujimos
un mercader, que perdimos,
hombre de honrada persona,
Redondilla
2945
el cual a este hospital
ciertos barriles traía
de sal.

Crispín
¡Qué mercadería!

Piloto 2º
Llevamos, en fin, la sal.
Redondilla
Levantose tal tormenta,
2950
que remedio no tuvimos,
hasta que al cielo ofrecimos
traerla por nuestra cuenta.
Redondilla
Y pues la habemos traído,
hacedla meter acá,
2955
que algún dinero valdrá.

Lucinda
Notable suceso ha sido.

Piloto 1º
Redondilla
A vuestra gran santidad
el milagro atribuimos.

Lucinda
Ya ese crédito perdimos.

Piloto 1º
2960
Señora, con Dios quedad.

Vanse los PILOTOS.

Lucinda
Redondilla
Guárdeos él de malos tratos.
¡Qué pilotos manirrotos!

Crispín
¿Pilotos son?

Lucinda
Sí, pilotos.

Crispín
Más parecen dos Pilatos.

Lucinda
Redondilla
2965
Vaya a meter esta sal.

Crispín
¿Qué puercos acá tenemos,
si no quiere que salemos
los pobres del hospital?

Vase CRISPÍN.

Lucinda
Redondilla
¡A qué rigor más extraño
2970
me puede el tiempo traer,
por no querer conocer
mi esperanza el desengaño!
Redondilla
¿Qué aguardo en aquesta tierra,
si ya mi bien se acabó?
2975
Mas dirán, si me voy yo,
que su dueño me destierra.
Redondilla
Muerto es mi bien, bien lo advierte
el cierto fin de mis dichas,
que todas estas desdichas
2980
son correos de su muerte.
Redondilla
¡Qué espantosa confusión!

Entra CRISPÍN.

Crispín
Dos hermanos luteranos
quieren besarte las manos.

Lucinda
¡Cómo! ¿Quién dices que son?

Crispín
Redondilla
2985
¡Ah, sí! Persianos dijeron;
no tengo mucha memoria.

Entran ENRIQUE y LISARDO, de persianos.

Lisandro
De tu virtud, fama y gloria,
dos mercaderes trujeron
Redondilla
las nuevas a Persia un día.
2990
(¿Qué te parece?

Enrique
Que es ella.

Lisandro
Sí, porque ya el alma, en vella,
arde, tiembla y desconfía.

Enrique
Redondilla
Sin duda Lucinda es,
y que se llama Lisarda.

Lisandro
2995
Aún está hermosa.

Enrique
Es gallarda.

Lisandro
¡Ay, Dios!

Enrique
Disimula, pues.)

Crispín
Redondilla
Reparando están en ti.

Lucinda
Habranles allá pintado
que soy un ángel.

Enrique
Tú has dado
3000
en la cuenta, ello es así.

Lisandro
Redondilla
(Por abrazalla me muero.

Enrique
Tiempo queda, espera un poco.

Lisandro
¡Ay, Enrique, que estoy loco!

Enrique
Espera.

Lisandro
Muriendo espero.)

Lucinda
Redondilla
3005
¿Qué es, amigos, lo que aquí
os trajo de aquesta suerte?

Lisandro
El darte, después de verte,
ciertas nuevas.

Lucinda
¿Cómo así?

Lisandro
Redondilla
Del señor de aquesta tierra
3010
tiene allá un hijo el Soldán.

Lucinda
¿Que es vivo?

Lisandro
Y su capitán,
y gobierna en paz y en guerra.
Redondilla
Supo que estabas aquí,
y por quitarte el cuidado
3015
te escribe que se ha casado.

Lucinda
¿Casado?

Lisandro
Señora, sí.

Lucinda
Redondilla
¡Ah, traidor, cruel, perjuro,
mal cristiano, hombre sin ley!

Lisandro
No te espantes, que allá es rey
3020
de grande estado y seguro.

Lucinda
Redondilla
¿Que no me espante? Conmigo,
¿no le tuviera mejor?
¡Qué bien empleé mi honor,
Lisardo infame, contigo!
Redondilla
3025
¡Con qué engañada esperanza
tantos años te esperé,
mostrando mi amor y fe!
Justo galardón me alcanza.
Redondilla
Fiad en hombres.

Lisandro
(¿No quieres
3030
que la abrace?

Enrique
Aún es temprano.)

Lucinda
¡Ah, cómo es mayor, villano,
el valor en las mujeres!

Lisandro
Redondilla
(¿Ni agora tampoco?

Enrique
No,
que sabrán luego de ti.)

Entra un CAPITÁN con dos ALABARDEROS.

Capitán
3035
La hospitalera, ¿está aquí?

Lucinda
Aquí está.

Capitán
¿Sois vos?

Lucinda
Soy yo.

Capitán
Redondilla
El Duque os manda llevar
presa a su presencia.

Lucinda
Vamos.

Lisandro
(¡A qué buen punto llegamos!

Enrique
3040
¿Ves cómo es bueno callar?)

Lisandro
Redondilla
¿Por qué la llevan, señor?

Capitán
Era por santa tenida,
y amaneció...

Lisandro
¿Qué?

Capitán
Parida
de este buen hombre.

Lucinda
¡Ah, traidor!
Redondilla
3045
Ya no es tiempo de defensa,
que Lisardo se ha casado;
ya el honor es acabado,
venga la afrenta y la ofensa.
Redondilla
No me quiero defender,
3050
máteme el Duque homicida.

Alabardero
Loca está.

Capitán
Llevadla asida,
que no es mucho si es mujer.

Lisandro
Redondilla
El loco soy yo, señor.
¿Esto es cierto?

Capitán
Y muy probado.

Crispín
3055
No lo creías, hombre honrado,
si tenéis mujer y honor,
Redondilla
que esta es ángel de la tierra.

Capitán
Ese tonto que os habló
es de quien ella parió.

Lisandro
3060
(¡Ah, Enrique, esa boca cierra!
Redondilla
¡Rabio por dar voces!

Enrique
Calla,
que la querrá el Duque.)

Capitán
Un hombre
de honradas partes y nombre
sustenta el caso en batalla.
Redondilla
3065
Mas otra ocasión ha habido,
y es que Matilde se casa
con el de Ferrara.

Enrique
(Pasa,
mi término es ya cumplido.)

Capitán
Redondilla
Con él, a ser su padrino,
3070
el rey de Nápoles viene,
el cual, tal deseo tiene,
por aqueste desatino
Redondilla
y la santidad pasada,
de ver aquesta mujer,
3075
que en su presencia ha de ser
esta causa averiguada.
Redondilla
Perdonad, que voy de prisa.
Caminad vos, mentecato.

Crispín
¿Voy yo allá?

Capitán
¡Pues no!

Crispín
¡Hoy te mato,
3080
infame!

Enrique
(Todo esto es risa.
Redondilla
Habla, no enmudezcan; ven
a libralla, que es mentira.
¿Qué te enojas? ¿Qué te admiras?
¿No se ve el engaño bien?

Lisandro
Redondilla
3085
Tienes razón.

Enrique
¡Qué gran dicha
fue llegar!

Lisandro
Esta maldad
no cabe en su calidad,
pero cabe en mi desdicha.

Enrique
Redondilla
Es testimonio terrible.

Lisandro
3090
Bien sé que no puede ser,
que es noble; mas es mujer,
y en mujer todo es posible.

Enrique
Redondilla
Vamos, que aún queda lugar
de remediarlo también.

Lisandro
3095
No hay en esta vida bien
que no venga a dar pesar.)

Salen el DUQUE DE PROENZA, el de Ferrara, el REY DE NÁPOLES, MATILDE y LEONATO; siéntense.

Duque
Redondilla
Con ninguna cosa vino
el Duque, de más contento,
gran Rey, a este casamiento,
3100
que con traer tal padrino.
Redondilla
Vuestra Majestad se siente.

Rey
¿De qué está la novia triste?

Matilde
De la pena que resiste
de ver lo que adora ausente.

Rey
Redondilla
3105
¿Qué dice?

Ferrara
No lo entendí.

Rey
No oso hablar, estoy turbado.
Pues aún no estoy desposado,
hablad por vos y por mí.

Duque
Redondilla
Dirá Matilde que ha sido
3110
dichosa en haber casado
con el Duque.

Ferrara
Yo he ganado
en tal desigual partido.

Leonato
Redondilla
La peregrina está aquí,
y aquel su hermano galán.

Entran el CAPITÁN, LUCINDA, LISANDRO, ENRIQUE y CRISPÍN.

Rey
3115
¡Gran contento me darán,
grandes cosas de ella oí!
Redondilla
Duque Fue aquí tenida por santa.
¿Quién viene con ella?

Capitán
Son
dos persianos de nación,
3120
que allá posaban.

Duque
Espanta
Redondilla
ver que hasta un bárbaro moro
en su hospital acogía.

Rey
Quien tanta piedad tenía,
¿perdió su honesto decoro?

Duque
Redondilla
3125
¿Cuántos hay que han resistido
con un divino valor
dos mil vicios, y en amor,
como bestias, han caído?

Rey
Redondilla
¡Buen talle y honestidad!

Ferrara
3130
Él hombre simple parece.

Leonato
Tanto más culpa merece
por su pecado y maldad.

Rey
Redondilla
¿Sois vos el acusador?

Leonato
Yo soy.

Lucinda
¡Ah, traidor villano,
3135
de aquel jüez soberano
venga el castigo a tu error!
Redondilla
Bien sabes que pretendiste
gozarme, y firme me hallaste,
por eso te perjuraste
3140
y a este punto me trujiste.
Redondilla
¿Dices que sustentarás
que es verdad?

Leonato
Y aquí lo digo.

Lisandro
Yo, caballero, me obligo,
si tú licencia nos das,
Redondilla
3145
de sustentar en campaña
que mientes.

Leonato
Eres de ley
contraria.

Lisandro
Yo tengo un Rey
que adora la ley de España,
Redondilla
la de Nápoles y Francia,
3150
que es toda una.

Rey
Otorgad
el campo.

Crispín
¿No es necedad,
si sois hombre de importancia,
Redondilla
poneros en un picaño?
Salid aquí, bellacón,
3155
y andemos al mojicón.

Lisandro
¡Detente allá!

Rey
¡Caso extraño!

Lucinda
Redondilla
¿Qué te admiras y suspendes?
¿Quieres saber que es mentira?
Pues mira a tu sangre, y mira
3160
de cuántos reyes desciendes,
Redondilla
y echarás luego de ver
si tu sangre te ofendió.

Rey
Pues ¿quién es mi sangre?

Lucinda
Yo.

Rey
¿Qué es lo que dices, mujer?

Lucinda
Redondilla
3165
Que soy tu hija, robada
del hijo de este homicida,
donde, dejada y perdida,
peregrina y despreciada,
Redondilla
he vivido, como veis,
3170
hasta que indujo el demonio
a este a tal testimonio.

Rey
¡Hija!

Crispín
Agora pagaréis...

Lucinda
Redondilla
Lisardo es moro, y pues queda
en servicio del Soldán,
3175
según las nuevas me dan,
dejadme que vivir pueda
Redondilla
en mi hospital, que otra cosa
no la acabaréis conmigo.

Duque
¿Quién lo ha dicho?

Lisandro
¡Yo lo digo!,
3180
pero no es verdad, esposa,
Redondilla
que yo soy Lisardo.

Duque
¡Cielo!
¿Qué es lo que oigo?

Lisandro
¡Ay, prenda mía!
A verte alegre venía
desde aquel bárbaro suelo,
Redondilla
3185
con diez pipas de tesoro,
[.......................ima,]
llenas de sal por encima;
me las hurtó el que ignoro.

Lucinda
Redondilla
Yo las tengo en mi poder.
3190
Mas ¿qué tesoro mayor
que hallarte?

Duque
¡Hijo!

Lisandro
¡Señor!

Duque
¿No hay más que hablar? ¿No hay más ver?

Lisandro
Redondilla
Ten los brazos, que he jurado
no te los dar hasta el punto
3195
que me otorgues...

Duque
Pide junto,
Lisardo, todo mi Estado.

Lisandro
Redondilla
Solo que a mi hermana des
a Enrique de Ingalaterra,
porque en la mar y en la tierra
3200
pasó por mí lo que ves.

Duque
Redondilla
Con el duque de Ferrara
la caso.

Ferrara
Yo se la doy,
que a tal Príncipe no soy
tan loco que la quitara.

Enrique
Redondilla
3205
¿Puedo hablaros?

Duque
¿No es el preso
que de la cárcel huyó?

Matilde
Sí, señor; librele yo,
que a todos lo confïeso.
Romance (tirada)
¡Mi Enrique!

Enrique
¡Señora mía!

Crispín
3210
Oigan un poco en el fin
al tonto hermano Crispín,
Su Alteza y Su Señoría.

Duque
Redondilla
¿Qué queréis?

Crispín
Pido un oficio.

Duque
Pide el que quisieres.

Crispín
Pido
3215
ser verdugo.

Duque
Él ha pedido
como da su ingenio indicio.

Crispín
Redondilla
Yo le quiero, ser a efeto
de ahorcar a este bellaco.

Leonato
Si con mi sangre no aplaco
3220
mi traición, desde hoy prometo...

Duque
Redondilla
No digas nada ni hables;
Lucinda es jüez.

Leonato
Pregono
mi culpa.

Lucinda
Yo te perdono.

Rey
¡Gran valor!

Ferrara
¡Cosas notables!

Crispín
Redondilla
3225
¿Eso has hecho?

Lucinda
No te espantes,
que es grande el bien que he ganado.

Lisandro
Y aquí, discreto senado,
se acaben Los tres diamantes.